-Rose Patterson, 14 años:
Pasados los dos años desde aquella visita inesperada mi vida cambió totalmente, fingir normalidad como cualquier adolescente de mi edad se me ha hecho más sencillo y me sorprendo de mi misma a diario por ello.
He aprendido a acallar lo que siento junto a lo que pienso porque a veces ser "sincero" puede llegar a estropear más las cosas
Estoy en un nuevo instituto cursando mi último año de bachillerato, tengo varios amigos y mi humor junto a mi personalidad ha cambiado drásticamente adaptándome al cambio que atravesamos el cual supe aprovechar al máximo para pasar desapercibida esta vez de diferente modo al anterior,
Después de adoptar el ridículo uniforme que me obligan a usar en la institución bajo a desayunar encontrándome en la cocina a mi madre junto a mi tía charlando animadamente de no sé qué (de seguro de chismes y platillos)
Desgraciadamente aún nos encontramos en casa de la hermana de mi madre y su hija puesto que es humillante y estúpido tener que soportar a más individuos bajo el mismo techo, aunque debo admitir que no se ha comportado mal con nosotros en ningún momento, ha sido amable y generosa, y de todos modos yo no le agradezco nada, sin embargo me quedo callada como siempre.
Luego de comer silenciosamente salgo de aquella casa despidiéndome de los que se encuentran presentes para caminar rumbo a la escuela la cual queda cerca. Lo bueno de ahora es que puedo salir sin la necesidad de un acompañante, me gusta ser independiente.
Al llegar a mi destino diviso a los muchacho que tienen de por nombre mis amigos, los saludo sonriente con un beso en la mejilla como cualquier otro típico humano de mi edad, ellos también hacen lo mismo.
— ¡Hasta que llegas Rose! — Exclama con dramatismo alzando los brazos al cielo la más pequeña y morena del grupo, María, la cual por alguna razón se hizo “mi mejor amiga”— aquí con los chicos hablábamos sobre una salida al cine, ¿Quieres unirte?
—Okey— objeto asintiendo para luego caer en cuenta que no medite mi respuesta— aunque ya saben cómo son mis padres — rasco mi brazo dándoles a entender incomodidad — tengo que preguntarles antes a ver si me dan el permiso — hago una pequeña mueca al verlos rodar los ojos.
Es verdad lo que digo de todos modos, mis padres no han cambiado con respecto a nuestra seguridad, y pensándolo mejor ojalá no me dejen ir, no me gusta salir, menos a lugares infestados de gente ruidosa.
—Okey— expresa con desgano la otra joven del grupo a la cual decimos Ali porque su nombre es muy largo y difícil el cual ni siquiera me tomé la molestia de aprender así que por mi está bien así— Pero nos avisas porque queremos salir pronto — habla acomodando los pequeños mechones sueltos de su cabello el cual siempre tiene recogido en un moño por su peculiar volumen y forma, digamos entonces que su pelo es de esos extremadamente ondulados y esponjosos.
En el transcurso del día como ya es rutina ignoré las idioteces de mi hermano y su amigo, eso sí no ha cambiado en lo absoluto puesto que siguen infectando mi espacio con sus molestas presencias.
Al finalizar las clases simplemente decido ir rápido al hogar en donde habito, no tengo tampoco una agenda muy agitada, del colegio a casa y de la casa a mi habitación, pocas veces salgo y eso tampoco me molesta, por mi está bien así que al llegar voy directo al baño para refrescarme para después almorzar en la soledad de la casa debido a que a esta hora exactamente la casa está completamente vacía.
Al ver entrar a mi madre luego de un poco más de una hora en compañía de mi tía decido acercarme a ellas.
—Mamá —llamo su atención — ¿puedo salir mañana al cine con mis amigos?— pregunto de forma directa haciéndole fruncir el ceño
— ¡Hasta que te animas a salir con un chico! —Interrumpe mi tía acaparando nuestra atención — ¿y cuando lo presentas? — inquiere con emoción y una gran sonrisa en su absurdo rostro un poco parecido a mi madre
Yo imito la expresión de mi madre al verla puesto que ella me mira con picardía ¿acaso no entendió lo que dije? En este par de años conviviendo a su lado me di cuenta de lo metiche que puede llegar a ser, casi como David pero no tan irritante, sin embargo es desagradable lo que hace siempre.
—No voy a salir con mi novio tía— le detallo con seriedad — además no tengo, voy a salir con mis amigos— recalco lo último para que su pequeño cerebro entienda de una buena vez y se calle
—Ella no tiene novio— refuta mi madre mirándola mal— ¿que no ves que es una niña? No le digas esas cosas — le reprende con severidad.
Soltando un suspiro cansado por tal situación decido interrumpirlas puesto que no le veo sentido a su absurda plática, hablan como si de verdad me importaran o interesaran aquellos temas.
—Eh— carraspeo mi garganta llamando su atención removiéndome en mi lugar para que detecten incomodidad — ¿si me vas a dejar ir? — miro a mi madre sonriéndole falsamente esperando su respuesta.
—Claro hija— suelto un pequeño suspiro inconforme con su respuesta — pero antes— me sonríe con calidez guiñándome un ojo— debes preguntarle a tu padre
Bufo por eso ¿en serio se pondrán con eso? Mejor digan que no y se ahorran cosas absurdas. Demostrando mi impaciencia vuelvo a mirar su rostro.
—Bien— me cruzo de brazos ante su sonrisa ¿ahora yo le causa gracia? Absurdo — ¿Y en dónde está papá?— indago cansada por la situación presente.
—Salió— responde con tranquilidad
¿Tanta pérdida de tiempo por un estúpido permiso me tengo que aguantar?
Bufando salgo de la sala yéndome a mi habitación porque supongo que tendré que esperar. Necesito crecer rápido para no necesitar permisos de nadie, si bien al principio no quería ir a aquel patético lugar ahora sí porque necesito demostrar que puedo hacer cosas por sí sola. Aún soy menor de edad y no puedo hacer nada porque prácticamente ellos me mantienen y me da rabia tal hecho, no debería ser así y pronto cambiará. Quiero mi dependencia y salir de ésta miseria. Al percibir el sonido de la puerta principal cerrarse luego de unos minutos pensando y observando el techo amarillento y descuidado de mí habitación me levanto a sabiendas que es mi padre el que llego. Caminando en dirección a su habitación detecto los gritos ya comunes en ella, desde que estamos aquí ellos solo discuten así sea por absurdas cosas como dinero, comida, mensualidades y hasta ropa. Sin embargo aquél sentimiento inentendible para mi entre ellos sigue intacto. Decido esperar unos minutos y cuando lo veo conveniente entro al cuarto
—Papá— le llamo al verlo de espaldas a mí dándole un abrazo a mi madre.
— ¿Rose?— voltea a verme — ¿qué paso bebé? —inquiere brindándome una pequeña sonrisa la cuál le devuelvo.
Se nota cansado y demacrado ¿que lo tiene así? Quizás el trabajo aunque ni sé qué hace y no puedo opinar porque no me importa.
—Te quería preguntar algo— muerdo levemente mi labio inferior demostrando un poco de nerviosismo aunque no lo sienta— ¿Me dejas salir mañana después de clases con mis amigos? — observo de reojo a mi madre limpiando su ojos en señal de haber estado llorando, no me extraña, ella es muy sensible lo cual nunca lograré entender.
— ¿A dónde? —inquiere intrigado sentándose mejor en la cama para observarme con los brazos cruzados en el pecho.
—Al cine —le informo lo más calmada posible porque no quiero que mal piense la salida con algún chico como lo hizo la chismosa de mi tía.
— ¿A qué hora?
—Ya lo dije, saliendo de clases me iré con María, ya la conoces porque hace unos días fui a su casa, ¿lo recuerdas? — El asiente haciendo así que yo suelte un suspiro
—Puedes ir — dice pasados algunos minutos en donde parecía meditar sus palabras —pero te busco a las 6pm en su casa y ya sabes— me señala con el dedo acusatoriamente— Nada de ir a otros lugares sola, es peligroso hija— repite lo mismo que desde siempre me dice, aunque por la seriedad de sus palabras decido asentir sin rechistar
— ¡Muchas gracias papi!—respondo con falso entusiasmo creíble que complemento con un fuerte abrazo el cual sin duda es correspondido.
Cumplida mi tarea ahí me dispongo a salir rumbo a mi habitación mientras a la par les confirmo la salida a los chicos por el grupo de whatsapp que ellos crearon para mantener el contacto. Después descansando en la comodidad de mi cama le permito a mis pensamientos invadir mi mente acaparando toda mi atención preguntándome el día en el que deje de fingir normalidad ¿llegará o existirá? Mis divagaciones se ven interrumpidas por la invasiva presencia de mi odiosa prima haciéndome cuestionar por qué no le puse seguro a la puerta.
—Oye Rose— susurra como si de un gran secreto me fuera a contar —tus papás están peleando de nuevo — entra por completo a mi habitación impregnándolo de su perfume desagradable— ¿no te da miedo que se divorcien o peor aún que les pase algo malo?—Pregunta con curiosidad haciendo que decida verle.
Hija de mi tía tenía que ser para andar siempre de chismosa y aun así bases lógicas tiene para formular tales preguntas ¿Debería preocuparme por la salud y vida de mis padres? Supongo, mi madre es una mujer muy enfermiza con un problema cardíaco un tanto elevado y mi padre ya es alguien de avanzada edad con un problema en la columna debido a trabajos forzados desde muy joven, y recuerdo haber escuchado una vez a mi madre diciéndole que tenía que cuidarse porque el médico le advirtió consecuencias a futuro si no lo hacía.
— ¡Oye! te estoy hablando —el chillido de Liz me hace prestarle atención nuevamente al verla con una mueca disgustada en el rostro.
—Ah sí, perdón— niego— Estaba distraída— la observo cruzarse de brazos — y con respecto a lo otro no lo sé, no creo que se separen o les pase algo, todo está bien, además no puedo evitar que ellos peleen— respondo encogiéndome de hombros.
Lizalva Silva, mejor conocida como Liz es la única y consentida hija de mi tía, una joven muy bonita. Muy parecida a su padre la cual abandonó a mi tía desde que supo de su embarazo. Liz solo nos lleva un poco más de un año de diferencia, y eso hace que como otras personas se sienta superior a mí siendo ella tan sifrina haciendo su personalidad engreída y del asco.
—Bueno no importa —hace un ademán con sus manos para luego fijarse en sus uñas —Mejor cuéntame algo interesante de tu vida, oí por ahí que ya tienes novio —La veo jugar con sus cejas observándome con diversión.
—Eso no es cierto, además no tengo nada que contarme— contesto de manera neutra — ¿Y porque mejor no te vas? Quiero dormir.
Me observa ofendida abriendo su boca de forma dramática.
— ¡Si querías que me fuera desde un principio me lo hubieras dicho y ya! — Expresa enojada para luego fruncir el ceño — ¿Sabes en donde está tu hermano?
Ruedo los ojos porque en definitiva no soporto su presencia.
—No lo sé y ni me interesa, aunque de seguro salió con David— manifiesto sin importancia por el tema cerrando los ojos, quizás si la ignoro se vaya porque a veces funciona.
—Bueno chao— oigo su bufido irritado antes de escuchar la puerta siendo cerrada de un portazo, y levantándome le coloco el seguro.
✨✨✨✨✨
Despierto sobresaltada al sentir una brisa estremecedora que heló e incómodo mi cuerpo haciéndolo reaccionar, una presencia o algo extraño sentí a mí alrededor, así que apagando el reproductor de mi teléfono miro a mí alrededor buscando indicios de alguna anomalía. Pero nada a excepción de paredes opacas hay en la habitación, un pequeño armario de madera viejo a la derecha en una esquina y la pequeña mesa a mi lado. Soltando un suspiro me levanto de la cama tratando de controlar el latido apresurado de mi corazón. Me sentí de algún modo observada y no me gustó la sensación, aun así decido dejarlo pasar y salir de mi cuarto, pero vaya sorpresa me encontré al ver frente a mí a Eduardo bloqueándome el paso de salida.
— ¿Qué quieres?— alego rompiendo el silencio incómodo entre ambos luego de nuestra observación mutua.
—Informarte que mamá te llama— se encoge de hombros
En respuesta solo asiento con el ceño fruncido haciéndome un lado alejándome de su anatomía.
— ¿Qué pasó?—Le pregunto dudosa a mi madre al encontrarla en la cocina.
—Ayúdame con el aseo del lugar por favor — deja el plato a medio lavar a un lado para verme.
Me muerdo la lengua para no responderle de mal modo ¿me ve cara de sirvienta?
—Okey— acepto sin más para evitar discutir.
— ¿En serio lo harás? ¿Así de fácil?— Cuestiona sorprendida puesto que nunca acepté tal oferta antes.
—Claro mamá, ¿porque no?— respondo sonriendo falsamente.
Ella aún sin creerlo alza sus cejas brevemente para luego plasmar una sonrisa inmensa llena de felicidad dándose la vuelta para verme y regalarme un abrazo fuerte y sorpresivo.
— ¡Santo Dios! ¡Por fin! —Chilla con emoción separándose — veo que ya estas creciendo hijita —toma mis mejillas viéndome con dulzura
Que fácil es engañar a las personas con solo una sonrisa y pocas palabras.
✨✨✨✨✨
Comenzando otro día retomo mi rutina al entrar en la mañana al salón de clases pero al acercarme a los chicos dispuesta a saludarlos caigo al suelo por culpa de David el cuál ríe a carcajadas acompañado del salón y mi hermano. En respuesta de aquél acto el solo recibe mi dedo medio frente a su rostro en el cual de inmediato la sonrisa se le borra viéndome ahora enojado mientras yo me recompongo del golpe
—Uy si, que malota hermanita, mejor vete con tus únicos amigos y ruégame para que no le diga a mis padres de tu comportamiento porque una mujer no haces tales gestos, menos a tu edad— interrumpe mi duelo de miradas con David el cual quisiera demoler a golpes su fea cara
—Eso, vete si sabes lo que te conviene—lo apoya este con sorna.
Sentándome en el lugar apartado por mis amigos decido sacar mi cuaderno en silencio para no desatar mi furia hacia ellos.
—Ay Rose...—toca mi hombro llamando mi atención María —no sé cómo los soportas, son insufribles— niega rodando los ojos— ¿Te duele?— cambia su expresión a una preocupada viendo mi rodilla, yo sigo su mirada notando que el golpe dejó sus consecuencias.
—No importa, estoy bien— es lo último que digo antes de ver al profesor entrar
El resto de las clases pasaron aburridas y monótonas, pero los chicos cumplen su promesa de ir primero a casa de María, por ello lo primero que hicimos al llegar a ella fue cambiarnos individualmente el horrendo uniforme que nos obligan a utilizar. Sin embargo mi paciencia cae a picadas al oír la nefasta proposición de María para jugar verdad o reto, lo cual para mi infortunio todos estuvieron de acuerdo y no me quedó más que aceptar sin ánimos de replicar.
—Yo empiezo — se adelantó la de la idea viéndome con picardía mordiendo su labio antes de preguntar — ¿Verdad o reto?
Enserio esto es una absurda idea.
—Verdad
— ¿Te gusta alguien del salón o del colegio?— Cuestiona con mucha curiosidad
¿En serio acaba de despreciar una pregunta en eso? Aunque no debería sorprenderme por quien se trata.
—No— Hago una mueca de solo pensar que se les pase por la cabeza tal idea sobre mí.
— ¡¿Nadie?! ¿En serio?— Exclama incrédula a lo que yo asiento ante su desconcierto y al percatarme luego de unos segundos de que era el centro de atención me doy cuenta de que esperan que pregunte porque es mi turno por supuesto. Dirijo mi visión a María para cuestionarle la misma patética pregunta que ella me hizo minutos atrás, no me interesa saber algo de ella pero obvio tengo que parecer interesada y al parecer preguntas de ese tipo son las esperadas en este juego absurdo. De verdad que lo seres humanos malgastan su tiempo en bobadas como éstas.
—Bueno...—me mira sonrojada soltando una pequeña risa en señal de nerviosismo —Me gusta David—balbucea soltando un sonoro y duradero suspiro.
No puedo evitar la mueca de asco que se forma en mi rostro al escuchar sus palabras. ¿David? Aquél sujeto repugnante que detesto en mi vida no es físicamente horroroso y lo sé, pero aun así me da asco tal confesión.
Luego de varias partidas en las cuales me libre con respuestas neutras dirijo mi atención a Maris la cual me ve con malicia.
—Te toca reto Rose porque ya has hecho muchas verdades, y como no has dado tu primer beso, se lo darás a Luis
Le doy una mirada molesta por ponerme en tan absurda situación y sacarme aquella información de una de aquellas tantas verdades que tuve que decir.
¿Por qué Luis? Él es el tercer integrante en el grupo y el único varón por ende, no digo que sea feo porque físicamente está bien, pero el muy imbécil ya tiene novia y que se ende besuqueando con la fácil de Ali no significa que yo también quiera hacerlo, más sin embargo reasignada y tomando valor me levanto del suelo acercándome a su lugar hasta quedar frente a él.
—Verás que será una experiencia inolvidable—Agrega el chico lamiendo sus labios provocando en mí lo contrario a su objetivo de seducción, asco.
Tomando él el primer paso toma mis mejillas con sus manos acercando su rostro al mío hasta unir sus labios húmedos con los míos. Me quedo estática sin sentir nada más que desagrado y contando hasta siete me separo de su cuerpo limpiando con el dorso de mi mano derecha mis labios, y sentándome en el suelo nuevamente ignorando las curiosas miradas de los demás decido esperar a que acabe el juego. Y excusándome con ellos para ir al baño me retiro de la habitación luego de unos minutos. Entrando al baño decido ver mi rostro en el espejo pegado a la pared sonriendo viendo mis facciones frente al lavabo pensando en que cosas como esas tengo que soportar y pasar para no levantar sospechas hacia los demás.
Saco el móvil de mi pantalón al escuchar una notificación frunciendo el ceño al percatarme de que es un número desconocido el causante de la interrupción, y de igual modo abriendo el mensaje empiezo a leerlo.
Es curioso saber que alguien como tú avanza en sociedad, pero gracioso es notar que para lograr algo, debas incluso dar tu primer beso. Pequeña e ingenua Rose, esto no es nada comparado a todo lo que te espera. Por mi parte, sigo en donde menos piensas sabiendo en dónde estás, ten calma, algún día te buscaré aunque ya has de conocerme. Por cierto, no me culpes tampoco de tus males, porque solo quiero ayudarte, así que ten cuidado con lo que haces. Tus padres te ocultan cosas las cuales a su tiempo sabrás, pero no hoy y mucho menos mañana ya que será en otro momento, o mejor dicho, en otra atrapante ocasión.
Att: Alguien que odia tu linaje
Pd: No confíes en nadie.
Elimine el mensaje al terminar de leerlo confundida y enojada por la evidente amenaza
Indagando en quién podría ser solo me viene a la mente Carlos ¿será él? Es el que tiene más coincidencias con el perfil de amenaza. El mensaje no me dijo mucho tampoco, lo de mis padres ya lo presentía, pero… ¿cómo aquél sujeto supo lo de beso?
Saliendo del baño observo la casa antigua con sospecha, aquél sujeto me ha estado vigilando sin que me haya dado cuenta. Abriendo la puerta principal me molesto al no ver a nadie sospechoso al alrededor, ni siquiera un auto, pero al estar a punto de cerrar la puerta me percato que en el tapete de ésta se encuentra una pequeña nota la cual yace doblada y agachándome rápidamente la tomo entre mis manos leyéndola
《No me encontrarás aunque me busques porque no es el momento de nuestro encuentro》
Pensativa guardo la nota en el bolsillo de mi pantalón junto a mi teléfono y al girarme me percato de la presencia de María la cual me ve confundida.
—¿Qué haces?— ve detrás de mi hombro como buscando a alguien más
—Nada, solo tomaba un poco de aire fresco ya que me sentí un poco mareada —miento tocando mi frente soltando un suspiro
—Bueno— responde satisfecha con mi mentira— Pero date prisa porque dentro de poco viene el taxi— informa masticando un chicle de forma despreocupada
Yo solo asiento en respuesta
—Oye—se acerca a mí con un susurro confidente luego de cerrar la puerta de entrada la cual había dejado abierta —Luis se tardó más de lo necesario en el beso ¿no crees? — Cuestiona curiosa a lo que yo asiento en respuesta siguiéndole la corriente —Tiene novia pero se comporta como si no lo tuviera, no sé cómo puede estar tan tranquilo luego de todo lo sucedido contigo y Ali—termina su chisme cruzándose de brazos pensativa.
—Lo sé y estoy de acuerdo contigo, pero ese es solo su problema, además —Frunzo el ceño viéndola —no debiste ponerme ese reto, no me gustó para nada lo que hiciste porque le seguiste su juego
—Lo siento— me sonríe con falsa inocencia —Peeero —me mira con picardía —ya diste tu primer beso y no estuvo mal la persona. — Ruedo los ojos
—Pues preferiría no haberlo dado— le digo cortante para luego irme de allí y evitar así escuchar mas idioteces de su parte
Sentándome en el piso nuevamente dentro de la habitación decido sumergirme en el mundo de mis pensamientos ya que últimamente me siento a gusto ahí
¿Qué será eso que ocultan mis padres lo cual no quieren que sepa? ¿Quién es esa persona que nos está amenazando ahora y por qué me buscó a mí?
Esa última pregunta fue la que me dejó aún más confundida, aunque por los momentos para mi bienestar mental decido dejarlo pasar nuevamente por hoy
Aquél sujeto busca mi atención, y se está metiendo con la persona equivocada.
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Att: MM.
*** Capítulo Editado ***