¿Podré con tanta sobreprotecc...

By pauliiaa___

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Antes que nada, que sepas que esta novela está protagonizada por los hijos de los personajes de "Del internad... More

Sinopsis.
Reparto.
Capitulo 1.
Capitulo 2.
Capitulo 3.
Capitulo 4.
Capitulo 5.
Capitulo 6.
Capitulo 7.
Capitulo 8.
Capitulo 9.
Capitulo 10.
Capitulo 11.
Capitulo 12.
Capitulo 13.
Capitulo 14.
Capitulo 15.
Capitulo 17.
Capitulo 18.
Capitulo 19.
20. Reparto (nuevos).
Capitulo 21.
Capitulo 22.
Capitulo 23.
Capitulo 24.
Capitulo 25.
Capitulo 26.
27. Preguntas y respuestas I.
28. Preguntas y respuestas II.
Capitulo 29.
Capitulo 30.
Capitulo 31.
Capitulo 32.
Capitulo 33.
Capitulo 34.
Capitulo 35.
Capitulo 36.
Capitulo 37.
Capitulo 38.
Capitulo 39.
Capitulo 40.
♥️Nota♥️
Nueva novelaaaaa.

Capitulo 16.

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By pauliiaa___


Desperté sobresaltada ya que mi móvil comenzó a sonar, me que ataban llamando. Mire a Emily, que estaba durmiendo al lado de mi, por suerte no se había despertado. ¿¡A quien se le ocurre llamar a las cinco y media de la mañana!? A mi tío Marco.

- ¿Qué pasa? - respondí encerrándome en el baño para no despertarla.

- ¿¡Qué qué pasa!? ¡Tienes mucha suerte de que haya sido yo el que revisó las cámaras de seguridad hoy! - exclamaron desde el otro lado haciendo que yo frunciera el ceño. ¿Qué mosca le picó a mi tío Marco?

- No entiendo - hablé cruzándome de brazos.

- ¡Los cortes, Skyler, los cortes! - exclamó. Yo abrí mis ojos como platos - ¡Te vi los brazos llenos de cortes!

¡Mierda! ¿Cómo se me pudo olvidar ese detalle? ¡Qué estúpida soy! ¡Yo sabía perfectamente que había cámaras en todas las habitaciones, y aún así me dejaba al descubierto delante de ellas! Gracias al cielo que ayer cuando salimos al Starbucks me coloqué una chaqueta.

- ¡Contesta, Skyler! - exclamó trayéndome de vuelta a la realidad - ¿Me quieres explicar por qué demonios te cortaste? Mira, pase lo que pase, tú y yo sabemos que esa no es la solución a nada. Créeme, princesa, no sirve de nada. ¿Por qué lo hiciste? - preguntó. Yo suspire cerrando mis ojos.

- Por todo - aclaré - Odio mi vida, y cuando mi propio hermano me pego aquella paliza, me llamaba zorra, pasaba de mi, me gritaba, y cuando casi logra quitarme la vida, me dicen que tengo que volver a esa casa junto con esos chicos. Que eran mi peor pesadilla. Yo no aguanté y tuve que hacer eso - expliqué. Mi tío se quedó en silencio unos segundos.

- Se que tuvo que ser difícil volver, pero créeme que no podías quedarte aquí con nosotros - hizo otra pausa - Ya sabes, las giras, los conciertos... No estaríamos contigo casi nunca, y donde mejor podrías estar es con tu hermano y con tus primos. Ellos sí te podrían cuidar, pero en cambio, nosotros no.

- Tal vez. Pero lo que no logro entender, es que, después de que vosotros mismos, vierais lo que me hizo, y como me dejo, me mandarais de vuelta aquí. Puede que así no esté sola. Pero como se suele decir, prefiero estar sola que mal acompañada.

- Pero nosotros no podíamos permitir que te quedaras sola. Tú sabes lo sobre protectores que son tus tíos, me incluyo... - rodé los ojos recordándoles - Pero ese no es el punto. Te llamo para hablar de esos cortes, Sky.

- No sé que es lo que quieres oír - comencé a decir - No sé si quiere que te diga de nuevo el porqué, no sé si quieres que te diga con qué, no sé si quieres que te mienta y te diga que no lo volveré a hacer más... ¿Qué es lo que quieras que te diga?

No le quiero mentir. Yo, perfectamente, le puedo prometer que no voy a realizar más cortes sobre mis brazos. Pero ni siquiera yo misma lo sé. No sé si lo voy a hacer más veces. Es depende de cómo vayan las cosas a partir de ahora. Si yo me siento mal conmigo misma, necesito pagar por ello haciéndolo. Y no quiero mentirle a mi tío Marco, porque yo siempre le cuento todo. Él confía en mí, y yo en él.

- ¿Me estás queriendo decir que lo vas a seguir haciendo? - preguntó.

- No lo sé, Marco, no lo sé.

- Mira, cielo, es la primer vez que te veo algo así... Te doy tres oportunidades, ¿Está bien? Tres oportunidades más. Si te vuelvo a ver algo así por cuarta vez, no tendré otro remedio que contárselo a tus padres. Sabes que no es por chivarme, o por hacer que te lleves una bronca. Es por tu bien, por tu salud.

Suspiré. Sé que tiene razón, sé que esto es una de las peores cosas que puede hacer uno consigo mismo. Sé que esto me puede llevar a una depresión, si es que ya no estoy en ella. Pero, ¿Acaso la gente piensa que nos gusta hacer esto? No, claro que no nos gusta, ¡Es una forma de castigarnos a nosotros mismos! ¿Cómo nos va a gustar?

- Intentaré no hacerlo, supongo - respondí - Iré a seguir durmiendo.

- Claro, descansa princesa. Te quiero mucho.

Después de pronunciar un "Yo más" corté la llamada, puse mi móvil a cargar y me acosté de nuevo en mi cama. Miré hacia una de las esquinas de la habitación. Ahí está la maldita cámara. De no ser por ella, esto aún seguiría siendo un secreto.

Escúchame, aunque uno de tus tíos lo sepa, tiene que seguir siendo un secreto. ¡No nos pueden descubrir! ¿O qué no te enteras?

También está este otro punto. Las voces de mi cabeza que me impiden ser feliz. Ellas gritan dentro de mi cabeza que haga estas cosas, o incluso más. Por más que quiera que se vayan, más aparecen, más gritan.

Es insoportable.

{...}

- Quita - le di un suave manotazo - Quita - rodé los ojos cansada de tener a esta cosa encima de mi - ¡Quita! - exclamé frustrada dándole una pequeña colleja en la nuca.

- Auch, tampoco hacía falta eso, salvaje - dijo riendo con diversión.

- ¿Qué quieres que le haga? Estas pesado para tumbarte encima de mi abrazándome como si no hubiera un mañana - respondí con una ceja alzada - ¿No crees que deberías hacer un poco de deporte?

Mi hermano Dallas abre su boca ofendido a la vez que coloca una mano sobre su pecho. Ay, no me digas que él también tiene un modo diva.

- ¿Me estás llamando gordo? - preguntó. Abrí la boca para decir algo pero él se adelantó - Se que dices lo del deporte para que continúe teniendo esta figura perfecta, enana - habló con egocentrismo. Sonreí.

Desde que me despertó esta mañana, está excesivamente cariñoso conmigo. Es todo lo contrario de lo que era antes. Si antes sus celos eran excesivos, ahora son sus mimos y cariños. Bueno, es el primer día que está decidido a cambiar su comportamiento. Pero me gusta. Espero que sea siempre así.

Dallas me despertó temprano para pasar un dia juntos. Un día de hermanos, como lo quiso llamar él. Pero, matarlo fue lo primero que se me vino a la cabeza, ya que me despertó cerca de las siete y media de la mañana.

Recién son las nueve, y nos encontrábamos a punto de salir de casa para ir al supermercado, que ya hace falta de nuevo, pero mi hermano decidió dejarse caer sobre mí para terminar los dos en el sofá, él encima de mi. Pero ya conseguí que levantara su trasero y que salgamos de casa.

- Enana, quería aprovechar también este día para hablar contigo a solas de todo lo que ha pasado este tiempo - habló mientras caminábamos hacia el supermercado. No para de llamarme enana, lo que agradezco. Me encanta que me llame Así - Yo de verdad estoy muy arrepentido de todo lo que causé.

Si tú supieras que también causaste otras cosas... Solo tienes que levantar mis mangas para ver la verdad.

- Lo sé - respondí - se que lo más seguro es que tus celos, o la manera que tenias de hacer las cosas te cegaran, y... Hacías lo que hacías. Pero, Dallas, eso ya pasó. Ya hablamos, ya les perdoné, no hace falta seguir hablando del tema.

- Skyler, que tú hayas dicho "Te perdono" no significa que lo hayas hecho. Al igual que si nosotros decimos "Lo sentimos", el daño no está reparado. Las cosas llevan un tiempo, no todo puede cambiar de un día para otro - explicó cabizbajo - Nosotros te haremos ver qué has hecho bien en perdonarnos, que podemos ser los mismos que éramos de niños. Déjame enseñártelo, solo necesito un tiempo para pensar - asentí.

- Tienes todo el verano para hacer lo que quieras hacer, yo no tengo prisa. Es más, no hace falta que hagan nada, de verdad. A mí me basta con que no se comporten de esa manera tan bruta conmigo. Me basta con que me tengan respeto, me traten con cariño... Solo tenéis que hacer eso - fui interrumpida por él.

- No. Los años que llevas sufriendo este infierno por culpa de nosotros no se van a arreglar con eso. En serio, no nos cuesta nada.

Continuamos una leve discusión sobre este tema. Agradezco que Dallas quiera hacer algo especial para remediar todos esos años, pero de verdad que no hace falta nada de eso. Con que me traten bien me basta y me sobra.

Aunque quizás tengo que dejar de ser tan cabezota. Si ellos quieren hacer algo por mí, que lo hagan si tanta ilusión les hace.

- ¿Qué hay que comprar? - preguntó cuando entramos en el supermercado. Saque la lista de la Carcasa de mi móvil y comencé a nombrar los productos.

- Leche, colacao, cereales, refrescos, fideos, galletas, nutella, embutidos, yogures, fruta, verdura, café, queso, carne de cualquier tipo, arroz, huevos, especias, pasta dental y colonia - termine de dictar la larga lista.

- ¿Solo? - preguntó con sarcasmo.

Comenzamos añadiendo a la cesta de la compra los productos que no estaban en nevera. Es decir, los huevos, nutella, cereales, etc...

- ¿Por qué regresaste después de la paliza que te di? - preguntó de pronto. Suspiré. Parece que no va a dejar el tema - No es por ser pesado, pero es que necesitaba hablar a solas contigo sobre ello.

- Si te soy sincera yo no quería volver - Dallas bajó la mirada a la vez que comenzaba a colocar en la bolsa unos pimientos - Pero me obligaron. Porque ellos estarían muy ocupados con todo el rollo del grupo que tienen. Discutí, porque de verdad que me aterraba regresar, pero tuve que hacerlo.

- Te aterraba... - alargó haciendo una mueca de dolor - Te aterrábamos nosotros, tu propia familia, cuanto lo siento...

- Ya, Dallas. Deja de lamentarte por cosas que ya pasaron. Te repito que nada importa ahora si vais a cambiar vuestra forma de actuar, ¿Está bien? - él asintió comenzando a abrir otra bolsa para luego introducir unas manzanas verdes.

Mi reloj comenzó a pitar indicando que ya eran las Diez de la mañana.

- ¿Le contabas a Harper todo lo que ocurría? Es decir, cuando te castigábamos, cuando te golpeábamos, cuando te quitábamos el móvil... Todas esas cosas, ¿Se las contabas a ella? - preguntó. Rodé los ojos. ¡Cállate, Dallas, cállate!

- Si, se lo contaba todo a ella como mi mejor amiga que es - respondí rápidamente cansada de este interrogatorio - Ya basta de preguntas sobre este mismo tema, por favor - pedí.

- ¿Y a Connor?

- Algunas cosas si y otras no, ¿Feliz?

Ya teníamos en la cesta de la compra todo lo que no era de nevera. Continuamos cogiendo la carne, los embutidos, los yogures, etc...

- Cuando te golpeamos por primera vez, ¿Qué sentiste? - preguntó.

¡Dios santo, ya mátame! Hoy va a ser un día muy largo...

{...}

Comprar para todos nosotros es algo exagerado. Cinco chicos comen mucho. Aunque nosotras tres comamos poco, juntos es una locura. Así que por poco que parezca lo que compramos, superó los 300€, ya que hay que comprarlo en gran cantidad para evitar tener que ir al supermercado a diario.

Por ejemplo, la nutella. Cuatro tarros de nutella, en esta casa no dura más de cuatro días. Carne, aquí se come carne prácticamente a diario, y los chicos comen mucha, así que para que nos dure cuatro días, tenemos que comprar más de ocho kilos. Los yogures... ¡Les encantan! Son capaces de comerse cinco al día, así que imagínense. Y así es con todos los productos.

Cuando abrimos la puerta principal de la casa, aún cargados con todas las bolsas, aparecieron rápidamente Jackson, Dylan y Harry con una mueca horrorizada en sus rostros, que al vernos, fue desapareciendo poco a poco.

- ¿Dónde demonios estabais? ¡Son casi las once de la mañana! ¿Saben que existen los móviles? ¡Les estábamos llamando! - exclamaron Dylan y Jackson al unísono como es de costumbre.

- ¡Estábamos a punto de llamar a la policía! ¿Una sola nota pegada en la nevera? ¡Ni siquiera eso! ¡Pensábamos que os habían raptado o qué estabais muertos! - exclamó esta vez Harry.

- Ellos lo pensaban. Yo les di la hipótesis de que vosotros dos necesitaríais hablar a solas sobre todo lo ocurrido pero no me hicieron caso y siguieron diciendo que estabais muertos - habló Connor tranquilo, de brazos cruzados bajando por las escaleras.

Al menos uno de ellos piensa.

- Deberíais hacerle caso a Connor la próxima vez. Ya sabéis, él es el que más me conoce a fondo, ¿no? - respondí fría. Vale, a lo mejor no debería ser así de cortante con ellos, peor vamos, ¿Por decirles un par de cosas así ya soy la mala de la película?

- Hey, ya entendimos - dijo Dylan entonando sus ojos divertido.

Fuimos a dejar las bolsas de la compra a la cocina. Yo pregunté por las chicas. Harper estaba dándose una ducha y Emily continuaba durmiendo, pero su hermano me dijo que fuera a despertarla, así que eso hice.

Entre en la habitación que compartíamos y allí estaba ella. Yo, antes de irme cerré las cortinas para que la claridad no la despertara, porque ayer se quejaba de que le dolía la cabeza y queríamos dejarla descansar.

- Em - canturree cerca de su oído - Emily - se rascó la nariz con el puño de su manga causándome gracia.

- ¿De qué te ríes? - preguntó aún adormilada mientras se restregaba los ojos. De pronto, abrió estos de par en par y me miró con preocupación - Llama a mi hermano - ordenó haciendo que yo frunciera el ceño por el tono tan frío que uso al decir esas palabras - Skyler, llama a mi hermano, rápido.

Salí de la habitación extrañada por sus palabras. Tal vez esto sea un sueño, Emily es sonámbula y solo lo sabe su hermano, ¿Qué se yo? Fui casi corriendo a la cocina donde se encontraban todos y allí visualice a Connor.

- ¡Connor! - exclamé, y este al ver mi cara de preocupación se acercó hasta mí.

- ¿Qué ocurre? - preguntó preocupado colocando sus manos sobre mis brazos.

- No lo sé, fui a despertar a Emily y esta enseguida se alarmó y me repitió que te llamara rápido - hablé y Connor se esfumó de mi vista. Corrió escalera arriba hasta encerrarse en el cuarto donde estaba su hermana pequeña.

- ¿Qué pasó? - preguntaron los demás y yo me encogí de hombros.

- No lo sé.

CONNOR POV.

- ¿Estás bien? ¿Qué pasó? - pregunté entrando a su habitación. Me alarmé al verla sentada en el suelo llorando como nunca lo había hecho. Me acerqué hasta ella y me puse a su altura cogiendo sus manos - Dime qué ocurrió, princesa.

- ¿Te acuerdas de las palabras del médico? - preguntó débilmente. Yo fruncí el ceño - Lo tengo aquí apuntado en el papel que él nos dio. Léelo - lo dejo sobre mis manos. Comencé a leerlo en voz alta.

"La paciente sufre de un glioma bastante extendido. Sufrirá fuertes dolores de cabeza prácticamente a diario, náuseas, vómitos, mareos etc. Se le diagnostican no más de un año y medio de vida. Ahora vienen las precauciones:

No debe tomar mucha azúcar, ya que aumentará el dolor.
Tampoco debe tomar pastillas, son muy malas para esta enfermedad, para eso están las inyecciones que le receté. No más de una al día.
Si la paciente se despierta por la mañana sudando, con dolor de cabeza, con fiebre y temblando, es señal de que necesita una inyección en ese instante, de lo contrario, podría sufrir un infarto en ese mismo momento. Si eso ocurriera, después de ponerle la inyección, se debe bañar rápidamente para eliminar todo el sudor, ya que de lo contrario, como bien dije antes, podría sufrir el infarto".

Observe los ojos de Emily. No me miraban, solo se miraba a ella misma. Observe su cuerpo y todo a su alrededor. Toque rápidamente la cama donde había dormido ella, estaba empapada. Estaba sudando demasiado. Lleve mis manos a su cuerpo. Efectivamente ella estaba temblando, no dejaba de llorar.

- ¿Te duele la cabeza? - pregunté en un hilo de voz. Ella asintió.

Fui corriendo a mi habitación a buscar una de las inyecciones de mi hermana. Empecé a rebuscar entre todas las cosas que tengo sintiendo mis ojos picar.

Volví a su habitación, la cogí en brazos, la coloqué sobre la cama, le levante la blusa y le puse la inyección en el pecho. Si, hay que colocarla ahí.

Deje que el líquido color rojo fuerte entrará en el cuerpo de mi hermana. Ella mordía la almohada par aguantar el dolor y para así no gritar. Saque la aguja de Emily. Ella continuaba temblando, llorando, y su temperatura corporal era demasiado elevada, apuesto a que también tiene fiebre.

No es la primera vez que tengo que hacer esto yo solo, es la segunda. La primera vez, estábamos los dos solos en casa, ella se despertó gritando y tuve que hacer todo el proceso, pero eso fue hace 10 meses aproximadamente.

- No puedo ponerme en pie - habló preocupándome aún más - No puedo moverme Connor, ¿Qué me pasa? - rompió en un llanto más profundo.

Me desesperé, la estaba perdiendo delante de mis propios ojos, no puedo permitirlo. La cogí en mis brazos y me dirigí al baño. Si ella no se puede mover, haré lo que sea, como si tengo que bañarla yo mismo, y eso haré.

Comencé a quitarle la camisa que ella llevaba puesta. Sus ojos me miraban con vergüenza, miedo y desesperación.

- Tengo que hacerlo, princesa, tengo que hacerlo - susurré, ella asintió levemente sin dejar de llorar y continúe con lo que estaba haciendo.

La desvestí hasta que se quedó en ropa interior. Ella estaba apoyada sobre mí ya que no podía mantenerse en pie. Es como si todo su cuerpo estuviera paralizado. Sacudí mi cabeza trayéndome de vuelta a la realidad. Cuando ya estaba completamente desnuda, la metí en la bañera y abrí el grifo del agua.

- Vamos, Emily, aguanta - exclamé mientras secaba la lagrima rebelde que se escapó sin permiso de mi ojo derecho.

Coloqué jabón en mis manos y rápidamente lo pase por todo su cuerpo. La limpie por última vez con agua para deshacerme de cualquier rastro de espuma que quedara y finalmente la saque be la bañera para envolverla con su toalla.

La seque como pude y le coloque otro de sus pijamas. El más fresco que vi, ya que si tiene fiebre necesita coger un poco de frío para que se regule su temperatura corporal. Se lo puse y la lleve a mi habitación. No la voy a colocar sobre su cama de nuevo, ya que está empapada de sudor. La deje sobre la mía y la mire a los ojos.

- ¿Cómo te sientes? - le pregunté. Ella miró hacia sus pies y suspire aliviado al ver que los podía mover con facilidad - ¿Ya puedes moverte? - pregunté.

Ella comenzó a hacer movimientos con su cuerpo hasta que, finalmente se incorporó sobre la cama mirándome aún con sus ojos cristalizados.

- Gracias - dijo para abalanzarse sobre mi.

La abrace con todas mis fuerzas apoyando mi cabeza entre el hueco que queda entre su hombro y su cuello. Ella introducía sus dedos por mi pelo y susurraba repetidas veces "gracias" en mi oído. Yo solo la apretaba más entre mis brazos.

- Gracias por salvarme la vida de nuevo. Gracias por ser el hermano que eres. Gracias por cuidarme, por preocuparte por mí, por darme este tipo de abrazos. Gracias por ser tu. Gracias por todo. No sé qué haría sin ti, Connor, eres mi mundo entero, te amo demasiado, no veo el día en el que voy a estar sin ti - habló aún en el abrazo.

No puedo verla así, ¡Demonios, no lo soporto! ¡No soporto verla en este estado! ¿Por qué tuvo que pasarle esto a ella? ¿Por qué tiene que sufrir tanto por esta maldita enfermedad?

¿Por qué no me pasó a mí en vez de a ella?

Ella dice que sin mí no sería nada, que yo soy su mundo entero. Pero ella es mi vida. Es mi vida, mi mundo, es mi todo. Mi hermana es lo más importante que tengo en este maldito mundo, y una enfermedad me la va a arrebatar.

¡Mi hermana se va a ir para siempre! ¡Mi mundo, mi vida se va a terminar! ¡Yo no soy nada sin esta pequeña que alegra mis días!

De verdad, no sé qué haré el día que Emily nos deje. Yo la amo demasiado. Amarla es poco, no hay palabras para explicar lo que siento por ella. Necesito a mi hermana.

La necesito.

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