Él se queda callado, no sabe que decir. Vuelve a mirar al piso.
—Creo que si tienes material de "sumiso".
—¿Ya lo tenías planeado?
—No, debo aceptar que se me vino a la mente cuando te vi vestido de esa forma —lo señalo. Coloco mi fusta en sus hombros con delicadeza, la verdad no quiero hacerle daño a este hermoso cuerpo.