Él siguió mi voz, y me vio, yo en el medio de aquel lago me encontraba "¿Qué haces aquí?" "¿Tan sola?" preguntó. Bajé mi mirada, y respondí: Aquí vivo.
Sus ojos se acrecieron, no podía creer lo que estaba diciendo...
Sí, así es, aquí vivo, éste es mi hogar...
¿Ve aquella banca de allá? Ahí duermo (quiso hablar, y antes de que algo dijera) Por favor, no le cuente a nadie de éste lugar, no me gustan las personas.
"Acércate" fue lo que dijo agachándose...
No lo haré, no lo conozco. Más bien, ¡Váyase!
Se levantó y dejó mi ropa ahí, marchándose, salí, tomé las prendas que tenía y corrí rápido al bosque, me adentré más, fui a una vía de tren vieja.
Me acosté y me puse a pensar, me sentía tan extraña, y debilitada, en unos pocos minutos me quedé dormida. Creo haber dormido un par de horas, me sentía mal, tenía un fuerte dolor de cabeza, me incliné para ver a través de los árboles, miré el sol, ¡Cielos! Ya eran las 4 de la tarde.
Ya estaba seca, y me podía vestir, tenía que apresurarme, pero mi agotamiento no lo permitía, con esfuerzo situé el vestuario en mi cuerpo, y caminé lo más acelerada posible al trabajo. Era nueva, debía dar lo mejor de mí, que me despidieran era algo que no podía aceptar, ese sería el trabajo con el que comería todos los días.
Llegué "2 minutos tarde señorita, que no se vuelva a repetir, puntual... ¡Ya vete a cambiar!" Dijo mi jefe dándome un poco de ropa, y señalando una extraña puerta, me dirigí a ella la toqué, una dulce voz dijo "Pase" Una chica se estaba cambiando, entré tímida, habían lágrimas en mis ojos, "¿Te pasa algo linda?" la miré un tanto sorprendida, sequé las gotas que ahora corrían por mis mejillas, comenté: No tranquila, estoy bien. (Sonreí falsamente)
"¿Fue porque llegaste tarde no es cierto?"
A decir verdad, pues sí, la chica que me contrató había sido tan gentil, que un recibimiento así, pues... no lo vi venir.
"¿Puedo Abrazarte?" Preguntó, reí de verdad y asentí, me abrazó divertida "Eres hermosa, (dijo y me soltó, ahora tomándome de los hombros e intentando hacer contacto visual sin que yo lo permitiera) no te pongas así. Ahora vístete, y no olvides que en este trabajo, lo más importante es sonreír" Le regalé una pequeña vista de mis dientes, le tendí la mano: Thanday, ese es mi nombre, ¡Un placer conocerte!
Aceptó mi mano, y rió, me dijo "¡Igual preciosa, yo me llamo Sharlot!, vístete ya, debemos limpiar para luego recibir a nuestra clientela" Obediente asentí, y me vestí, habían muchas cosas por venir.