Oscuridad.
Era todo lo que veía.
La jodida oscuridad.
Había rogado al cielo y a Dios (si es que existía uno) que me sacara de la maldita isla... Y lo hizo.
Pero, esto no era lo que tenía en mente.
El mundo había tenido que irse (literalmente) a la mierda para que Ra's nos "dejara ir". Lo cual no era completamente cierto, aún no éramos libres, un buen puñado de mis "hermanos" se quedaron en la isla, protegiéndola.
Muertos que caminan. Si me hubieran dicho que esto iba a pasar hace 4 años no lo hubiera creído. Pero aquí estoy, sacando mi cuchillo de una de estas cosas.
Aún vestía mi uniforme de la liga, he de decir que ha sido más un estorbo que otra cosa, estaba diseñado para resistir balas así que es obvio que resiste las mordeduras, pero nunca he dejado que se acerquen tanto.
Estuve andando a oscuras por horas guiándome solamente por mis sentidos (una de las pocas cosas buenas que me enseñaron) hasta que vi un auto estacionado al frente, sentados en un tronco estaban un hombre y una mujer, también un niño de unos 14 años probablemente. No sentía a nadie más alrededor pero no los subestimaría, eso es una de las primeras cosas que se aprende.
Podría ser que tuvieran un grupo más grande y ellos se quedaron a cuidar el lugar. Me tranquilizo un poco el hecho de que hubiera una mujer y que esta pareciera cómoda con los hombres, los grupos integrados solo por hombres... son los peores. No puedo creer que ese tipo de personas haya sobrevivido, es realmente frustrante.
Pero bueno, la vida no es justa... Lo aprendí a la mala.
Me subí a un árbol, un poco lejos del trío, pero manteniéndolos en la mira, en caso de un posible ataque.
Estaba a punto de dormirme cuando siento algo. Eran más pisadas... unos 6 hombres. Sus pisadas eran profundas, bruscas y pesadas; si, definitivamente hombres. Sentí como mi cuerpo se tensaba y comencé a levantarme para poder bajar del árbol. Los hombres estaban cerca, mucho, supuse que era el resto del grupo del trío por lo que me sorprendí cuando un hombre salió de entre los arbustos y apuntó al hombre del tronco (así lo llamaré de ahora en adelante). Otro se puso detrás de la mujer que intentó coger algo, una katana, mientras que otro hombre sacaba al niño del auto.
Hubo un intercambio de palabras entre el que supuse era el líder del grupo y el hombre del tronco, algo de que había matado a su amigo. Apenas di un buen vistazo a esos hombres, supe que no eran buenas personas, así que probablemente su "amigo" no era un pan de dios.
Vi como un hombre con ballesta se adelanta y defiende al hombre del tronco, se conocen, se nota en la mirada que le dirige el arquero. El jefe manda a que lo golpeen y en ese momento pongo una mano sobre una de las espadas que tengo en la espalda. Se suponía que el aquero era uno de los suyos, y ha mandado que lo maten a golpes; no quiero saber qué es lo que le hará al hombre del tronco.
El que apunta a la mujer saca el seguro del arma y puedo ver que esto no va a terminar bien. Me voy preparando para saltar y huir, lo último que necesito ahora son problemas.
Estaba a punto de saltar del árbol y correr en la dirección contraria cuando lo veo; el hombre que sujeta al niño lo tira al piso y se posiciona sobre él mientras el hombre del tronco se llena de miedo y desesperación, mala combinación, no puedo permitir que ese enfermo haga dios sabe que con ese pobre niño. Simplemente no puedo. Salte del árbol y saqué mis espadas, ni siquiera han podido voltear a mirarme cuando dos cabezas ya ruedan por el piso, eran los hombres que golpeaban al arquero. El hombre del tronco aprovecha la distracción para morder el cuello del líder que se encontraba frente a él, eso sí no me lo esperaba. Lanzo un cuchillo a la mano del hombre que apunta a la mujer y esta aprovecha la oportunidad para recuperar la que supongo será su katana, y matar al hombre. Solo queda uno, me acerco al enfermo quien ahora ha levantado al niño y lo usa de escudo. Cobarde. Le lanzo dos cuchillos que dan en sus manos y lo obligan a soltarlo. Cuando estoy a punto de rebanarle la cabeza el hombre del tronco habla detrás de mí.
-Déjalo, ese es mío-
Me aparto de su camino. Ahora que lo veo más de cerca, tanto a él como al niño, noto que tanto el patrón de su oreja como el color de ojos de ambos es exactamente igual. Padre e hijo, no hay duda. Noto como el hombre del tronco comienza a enterrar el cuchillo en el cuerpo del hombre repetidas veces. No es exactamente el método de tortura que yo usaría... pero bueno.
El arquero se tensa detrás de mí y comienza a alzar su ballesta lentamente, para que yo no me dé cuenta.
-Bájala- digo- no hay necesidad de usarla-
Volteo y el hombre me mira confundido, lo analizo. Ojos azules, cabello largo, aproximadamente unos treinta y tantos más para los cuarenta, contextura fuerte y se le notaba cómodo con la ballesta, la usaba desde antes de que todo comenzara o aprendió muy rápido.
La mujer es de piel oscura, rasgos africanos, contextura delgada pero musculosa, en especial en los brazos debido al uso continuo de la katana. En cuanto a su arma, diría que su uso diario empezó gracias a esto y se adaptó bastante bien a ella.
Y el niño, ojos azules, piel blanca, cabello castaño largo con un sombrero de sheriff en la cabeza, de contextura delgada y está abrazando a la mujer para así evitar ver lo que su padre está haciendo.
Justo cuando termino mi análisis el hombre del tronco termina de rematar por décima vez al otro hombre y se gira hacia mí con el cuchillo en alto, al mismo tiempo el arquero levanta la ballesta apuntándome. Los miro impasible.
-¿Quién eres?- pregunta el hombre del tronco
No respondo y lo sigo mirando
-¿¡Quién eres!?- grita esta vez, tratando de intimidarme, pero no lo logra, va a necesitar algo más que un grito para lograrlo.
-Nadie realmente importante, solo una sobreviviente más- respondo, me encantan las respuestas vagas.
-¿Estás sola?-
-¿Me ves acompañada?- una de las pocas cosas que la isla y la liga no lograron quitarme fue mi increíble sentido del humor y sarcasmo.
El hombre me fulmino con la mirada y ambos van bajando sus armas.
-¿Qué hacías aquí?-
Me tomo mi tiempo en responder
-Buscaba un refugio-
-Es la primera respuesta concreta que me has dado- bufa el hombre
-No los conozco, no es como si les fuera a contar mi vida – le contesto
El hombre de la ballesta se acerca más a mí, se le nota irritado. Yo lo irrito. Sonrío en mi interior, es divertido.
-Exacto, no nos conoces, entonces ¿Por qué nos ayudaste?-
-Parecía que lo necesitaban- Me encojo de hombros, comienzo a recoger mis cosas que con el salto que di del árbol, se cayeron.
Escucho al hombre acercarse a mí.
-Rick Grimes- dice extendiendo su mano, bueno al menos dejaré de llamarle "el hombre del tronco"
Dudo un momento, no sé qué responder. Ni siquiera sé si debería responder, miro al hombre a los ojos y me transmite algo tan... pacífico que por un momento me parece imposible que ese sea el mismo que minutos atrás destrozó la yugular de un hombre de una sola mordida causando que muriese desangrado y luego asesinó a otro al apuñalarlo múltiples veces. Decido responder.
-Al-Namir-
Me mira confuso
-Mackenzie- respondo
Me sigue evaluando con la mirada, un poco desconfiado
-¿No tienes un grupo?-
Niego con la cabeza
-¿Has estado todo este tiempo absolutamente sola?-
Asiento
-Imposible- Interrumpe el arquero.
-Pues créelo, amigo- digo mientras termino de guardar mis espadas y cuchillos en sus respectivas fundas y empiezo a caminar.
-Dijiste que buscabas refugio-
-Asi es-
-Quédate acá, solo por esta noche, si gustas-
El hombre de la ballesta lo mira sin poder creerlo mientras negaba con la cabeza repetidamente. Lo pensé un momento. Me pareció buena idea, y en caso de que intentaran matarme acabaría con ellos e un máximo de 10 minutos e incluso menos.
-Está bien- contesto
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Okaaay, este es el primer capitulo.
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Gracias por leer mi humilde historia.
Editado (06/08/2020)