Después de aquella charla no tan agradable que tuvimos con el anciano, pasaríamos la noche en aquella gran y hermosa casa blanca. Resulta que toda la gente que vimos en las terrazas de cada ventanal, eran brujos invitados de otras partes.
Resulta que como buenos brujos que son, sabían que vendríamos y que les pediríamos alianza. Por lo que se comunicaron entre ellos para hacer una junta. En donde no participe yo, ni los tres mosqueteros. Ian, Stephen, y Park, darían "la cara" por nosotros. Ya que no estábamos en condiciones para ir a una reunión. Tal vez Derek si, pero nosotros no.
Mentiría si no dijera que no me dejo en shock cuando supe la verdad. Inclusive ahora mismo estoy en shock. Tantos años mis padres y hermano me miraban a la cara sabiendo que me ocultaban cosas. Y aun así no pudieron decirme la verdad. La verdad de mi ser.
-Gracias.
Susurre cerrando la puerta de la habitación. Y para mas colmo, como había invitados esa noche, las habitaciones estaban ocupadas. Por lo que tendríamos que compartir habitaciones.
Una amable señora me había guiado hasta una habitación con dos camas y una mesita de noche. Tenía un closet, y un baño propio. Perfecto para viajeros de una noche. Como nosotros. Y por eso mismo estaba nerviosa.
Tendría que compartir habitación con Ian.
Agradecía que Edik estuviera desmayado, porque si no... De seguro se encerraría conmigo en una habitación con el tal de no compartir con Ian. Aunque lo seguro es que no estaría tan nerviosa como ahora.
Suspire mirando mi bolso. No era ni grande, ni pequeño. Tria mi pijama y dos cambios de ropa extra. Y mis cosas de higiene personal, claro. Tome mi "pijama" que consistía en un simple camisón.
O como decía la mujer de la tienda. "Camisón BLANCO de rayas negras, con escote en V y MANGAS largas". Así como lo leían.
Y como lo simple de mi pijama, saque mis pantalones, y polera. Me puse de espaldas a la puerta, y comencé a deslizar el camisón por mis brazos. Justo en el momento que la puerta se abría.
Me quede estática, justo en el momento que sentía a alguien tragar duro. Lo que me hizo reaccionar, y terminar de bajarme el camisón rápidamente. Me gire con los ojos abiertos a mas no poder, para observar a un Ian congelado en la entrada.
-Lo siento... - susurro volviendo a tragar. – ¿Ya terminaste?
No chico, todavía estoy desnuda.
Quise responder en tono de burla, pero simplemente hice un sonido con la garganta, como signo de afirmación.
A continuación entro al cuarto, cerró la puerta y dejo su bolso en la cama que no estaba ocupada por mis cosas. -¿Vas a entrar al baño?- su pregunta me volvió a la realidad.
-Mhm... Me lavo los dientes y salgo.
-De acuerdo. Mientras yo me cambiare... aquí
Asentí buscando algo más que decir para aligerar el ambiente. ¡A quien engaño! ¡Me había visto semi- desnuda y NADIE, repito NADIE, me ha visto desnuda! ¡Ni si quiera mi madre!
Por lo que con la vergüenza tiñendo mi rostro, tome mi estuche de cepillo de dientes encerrándome en el baño. Suspirando con calma, apoye mis manos en mis mejillas, que estaban más caliente de lo normal. Al observarme en el espejo.
Cuando el pensamiento de "Cleo", la mujerzuela, me llego a la mente. Había mostrado su molestia cuando se decidió que compartiría cuarto con Ian, por lo que intento hacer que Ian fuera a su cuarto, que la cama era lo suficiente "grande" para los dos. Lo que hace que mis pensamientos de mujerzuela, sean correctos.
Sorpresivamente, Ian dijo que no. Dijo "No es necesario. Dormiré bien con Leah" y luego fueron a la sala de reunión. Lo que me dejaba más tranquila. ¿Por qué tranquila?. Porque eso a mi parecer, es como mostrar que él no tiene interés en ella.
Después de hacer mis necesidades y lavarme los dientes y manos, Salí del baño lentamente. Por si Ian aun seguía cambiándose. Por suerte ya estaba con su pijama, que consistía en una simple camisa blanca y un buzo negro. El estaba recostado con su celular en mano, y cuando Salí, inmediatamente se puso de pie. Lo que hizo que pegara un pequeño salto.
-Ya puedes... esto... usarlo.
Señale bobamente en dirección al baño, sin dejar de mirarlo. El asintió y pasando por mi lado, se encerró en el baño. Lo que me hizo soltar otro suspiro.
¿Qué me sucede que no paro de suspirar?
Con una mueca en mi rostro, fui a acostarme. Sin saber qué hacer y mirando el techo, me cruce de brazos. Quería preguntarle cómo le fue en la reunión. ¿Pero... como?.
Minutos después, sentí como abría la puerta del baño, y se me quedo mirando unos segundos. Fueron solo segundos, pero fue lo suficiente como para incomodarme. Me removí incomoda, cambiando de posición.
El soltó un suspiro y se sentó en su cama. -¿Te encuentras bien?
Pregunto en un susurro. Me le quede mirando tratando de procesar una respuesta. Realmente...¿Me encontraba bien?.
-Estoy... confundida.
Conteste sinceramente. ¿Mis padres son iguales?, ¿Mi hermano también?. Y si no es así... ¿Por qué solo yo... soy de este modo?
-Te entiendo. Debes estar muy confundida. Y necesitas respuestas. – Hablo en un murmullo. – Razones tendrán tus padres.
Acoto lo último. Asentí. Razones es obvio que tendrán, pero no sabría decir si las razones son buenas, o por una mala causa.
Estaba incomoda mirando a Ian mientras estaba acostada, por lo que me senté con las piernas cruzadas. Mientras pasaba una mano por mi cabello. Ian me miro unos segundos, y luego se sentó a mi lado en la cama.
-¿Quieres... un abrazo?
Su pregunta me tomo por sorpresa, pero aun así, mi rostro seguía impasible. Me quede unos segundos callada, y luego asentí. El procedió a acercarse a mí, aun en la cama, y abrió los brazos. No lo dude mucho, y gateé hasta el. El paso sus brazos por mi cuello y me apego a su cuerpo en un abrazo cuidadoso. Apoye mi frente en su pecho y suspire.
Estaba conteniendo mis sentimientos.
-Está bien...- susurro sin dejar de abrazarme, apoyando su mentón en la parte superior de mi cabeza.
Un sentimiento familiar y acogedor se apoderaba de mí, lo que hizo que mis ojos se cristalizaran. Los recuerdos de la noche en la que explote en el restaurant, y de cómo Ian me con solo, me llegaron a la mente. Después de ese día, las cosas no volvieron a ser como antes.
Sentí como las lágrimas se deslizaban por mis mejillas empapando la camisa de Ian, quien solo se abstenía de abrazarme cómodamente. La presión en mi pecho fue creciendo, y las ganas de llorar más fuerte también. Pensaba en las posibles causas que ocasionaran que mis padres me... mintieran, o ocultaran cosas. Unas más descabelladas que otras, pero a fin de cuentas, todas totalmente irracionales.
-Está bien... llora todo lo que quieras.
Hablo en un tono amistoso. Reí levemente mientras hipeaba. Me separe un poco de él, y levante mi mirada, observando a Ian, quien me miraba con una pequeña sonrisa. Esta faceta de Ian, sin duda es una de mis favoritas.
-Gracias... Lo necesitaba. – Hable en un susurro. –Lamento... que tengas que soportarme en este estado.
Comente haciendo una mueca, separándome un poco mas de él debido a la creciente vergüenza que se instalo en mi. El negó y limpio mis lágrimas, sin dejar de mirarme. Luego levanto un poco mi rostro, de forma delicada.
Mi mirada bajo hasta sus labios, que eran relamidos por su lengua. –No eres una molestia Leah...- susurro acercándose lentamente a mí.
Mi vista estaba en sus labios, que se acercaban a mí. Levante la mirada y lo vi observar mis labios, mientras se seguía acercando. Hasta que paso.
Sus labios hicieron contacto con los míos. Era solo un agradable y suave roce, pero que sin duda hicieron que un millón de explosiones crecieran en mi interior. El comenzó a mover lentamente sus labios, y yo como la buena experta que soy (nótese el sarcasmo), le intente seguir el paso.
Hasta que sentí unos fuertes golpes en la puerta. Que hizo que me separara rápidamente de él, con un leve sonrojo en mis mejillas. -¡Leah!
Reconocí la voz en el instante. Edik golpeaba la puerta aclamando por mi presencia. -¡Leah, si no sales de ahí ahora mismo, echare abajo esta puerta, y sabes que soy capaz!- rodé los ojos.
Ian se levanto algo molesto, y le saco el seguro a la puerta. Seguro fue él, quien coloco el seguro en primer lugar para no ser interrumpidos.
-Que quieres imb-
-Cállate basura, vete de aquí.
Escupió Edik interrumpiendo a Ian. Edik intento pasar por su lado, pero Ian se interpuso, bloqueando la puerta. Mis ojos toparon con los de Edik, y este abrió sorprendido los ojos. -¿¡Estuviste llorando!?
Y empujo a Ian, haciendo que este rodando los ojos, lo dejara pasar. Me aleje un poco en el momento que Edik se me acerca rápidamente, poniendo sus manos en mis hombros. –Estoy bien...- dije como pude, ya que él se estaba encargando de revisar mi rostro de una manera poco delicada. -¡Edik!
Exclame a duras penas cuando su dedo índice y pulgar, tiraron de mis labios. Formando la boca de pato y sin dejarme hablar. – Dijo que está bien. – Bufo molesto Ian.
Edik lo ignoro, y me soltó luego de un largo suspiro de alivio. –Derek me dijo que tal vez estarías mal.- Susurro decaído, haciendo que la poca molestia que acumulé por su imprudencia en mi rostro, se fuera.
-Tranquilo. Estoy bien, ¿Ves?- sonreí mostrando mis dientes.
-Esa tipa... Cleo. ¿Te hizo daño?- su voz volvió a aparecer, un poco más calmada.
La simple mención de su nombre, hacia que el mismo sentimiento de antes volviera a mí. La tristeza al pensar en mis padres se hizo presente. Lo que hizo que Edik sospechara que no todo estaba bien.
-¿Qué te hizo?- pregunto esta vez mas alarmado. -¿¡Te hizo daño!?- exclamo en un tono bajo, acercándose a mi rostro. –La voy a matar...
-Edik, estoy bien. Mañana te cuento todo. – lo corte antes de que soltara improperes.
-¿Me lo prometes?- me miro seriamente.
-Por la garrita. – Sonreí con los labios apretados, levantando mi meñique izquierdo.
-Por la garrota. – dijo él con una leve sonrisa, juntando nuestros meñiques. –Ahora, ¿Dónde duermo?
Se dirigió a Ian, quien se había mantenido en silencio observando todo con los brazos cruzados.
-Tú no duermes aquí.
Se limito a contestar. –Ohh, no. Yo SI duermo aquí. De hecho, duermo ahí. – Señalo la cama que usaría Ian.
-Ya vete. Tu no duermes aquí y punto. – dijo molesto Ian por la insistencia de Edik. Mientras que yo solo permanecí callada. Hasta que los recuerdos del beso con Ian llegaron a mi mente, lo que hizo que rápidamente me sonrojara.
-Eh, ¿Qué estas pensando?, ¿¡Porque te sonrojas!?- hablo nuevamente Edik.
-Aish, ya vete Edik. Te recuerdo que hay mas huéspedes en esta casa. – hable molesta tapando mis mejillas con mis manos.
-¡Pero qué pesada!
Exclamo nuevamente indignado.
(...)
-Serás bienvenida aquí cundo gustes, preciosa.
Hablo el viejo señor, llamado Paul. Puede que él tuviera unos apodos algo... raros hacia mi persona, pero resultaba ser una persona muy amable al final. El me prometió que me ayudaría a... poder controlarme. Y poder manejar mi verdadera existencia. Por lo que estoy muy agradecida con él.
-Muchas gracias señor Paul. – le agradecí con una sonrisa.
-Solo Paul, linda. – me dijo achinando sus ojos en una sonrisa.
Asentí y le sonreí finalmente,, yendo de vuelta a la camioneta de Stephen que esperaba por nosotros. El sol ya se estaba ocultando, eran cerca de las siete u ocho de la tarde. Habíamos pasado toda la tarde hablando con los futuros aliados que tendríamos.
A quien engaño, ahora SI somos aliados. Lo que me alegraba y tranquilizaba bastante.
A Edik ya le había contado todo. Con lujo de detalle. Por lo que simplemente se limito a asentir, y comprenderme. El entendía mi decepción hacia mi madre, y a diferencia de Ian, el no intentaba justificar las posibles razones que podrían tener. Cosa que agradecía, no me sentía segura de crear suposiciones. Porque a fin de cuentas son solo suposiciones, no es la verdadera razón.
Por otra parte, la hija de Paul, Cleo. Quien resulto ser una fan de Ian, se disculpo conmigo. Ni idea del porque, simplemente se me acerco y me pidió disculpas por su comportamiento y accidente de anoche.
Y yo como buena loba orgullosa de pecho peludo que soy , le acepte las disculpas. Diciendo claramente "No fue irrelevante para mi, pero de todas formas te perdono". Así tal cual, modo diva y todo.
-¿Terminaste con tu charla interna?
Pregunto divertido Stephen, quien me observaba apoyado en la camioneta. -¡Oye, no le hables!- llego Edik en mi defensa.
Reí por la inmadurez de Edik, y asentí, entrando a los asientos traseros. Esta vez con Edik, quien cambio de lugar con Derek. Stephen insulto por última vez a Edik, diciendo claramente "Yo le hablo a quien quiero, rey de las pulgas" y subió de piloto despidiéndose de Paul.
Escuche la moto rugir a mi costado y me asome por la ventana. Observando a Ian colocar su casco negro. Una sonrisa apareció en mi rostro. Pero esta se esfumo rápidamente al ver a Cleo acercarse a Ian, y sin que se diera cuenta Ian, lo abrazo. Sorprendiéndolo, a mi parecer.
-Que te vaya bien...- susurro coqueta, acerando sus pechos hasta el brazo de Ian, quien lo alejo extrañado.
¡Qué patética!
-Gracias.
Respondió este serio y cortante. Lo que me hizo sonreír. Hasta que nuevamente, escuche otro comentario de Cleo lo que me hizo fruncir el ceño. –Ojala repitamos lo de anoche.
Susurro coquetamente. ¿Qué hicieron anoche?, ¡Pero si él estaba conmigo!
Bah, ridícula.
-Si organizar planes de ataque te es divertido, cuando quieras.
Respondió este sin mirarla. Reí y me volví a sentar correctamente, escuchando el vehículo ser encendido por Stephen.
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FIN DEL CAP
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Lamento dos cosas, queridas lectoras. No actualizar, y dejarles con la intriga ¯\_(ツ)_/¯ . Pero es lo que hay. Y tranquilas, que en el prox cap sabrán exactamente lo que es Leah (͡° ͜ʖ ͡°).
¡Nos leemos!