12 AÑOS.
-Esa es la estrella polar.
Camille señala con su dedo a aquella estrella brillante.
- Esa es la constelación de Cassiopeia.
Ahora es Blas quien señala.
Se encontraban tumbados en mitad del jardín de Camille, ella apoyaba su cabeza en su pecho mientras intentaban adivinar los nombres de las constelaciones. Estaban en mitad de agosto, así que... ¿Que mejor que ver estrellas?
Camille no sabía dónde estaba Jake, su padre, se fue enfadado por la tarde y no lo ha vuelto a ver, pero eso no le preocupaba.
Blas miraba con ternura a Camille quien gritó al ver una estrella fugaz, estos dos se comenzaron a reír. Los ojos de Blas brillaban con el azul más bonito, esos significaba que estaba contento.
Los ojos de nuestro amigo, cambiaban de brillo dependiendo de sus emociones, si estaba triste, el color azul se oscurecía y estos dejaban de brillas, si estaba enfadado, sus ojos se convertían negros.
- Princesa, me tengo que marchar ya.
Dijo apenado, ella asintió e intento sonreír, pero en verdad no quería que se fuera, ya que con el, se sentía totalmente segura.
- ¿Vendrás de nuevo?
Susurro a Blas quien la miraba fijamente.
- Eso no se pregunta, ya sabes que vendré de nuevo, y antes de lo que tú crees.
Y antes de irse le dio un beso en la frente.
Camille se quedo embobada viendo cómo se marchaba con sus preciosas y grandes alas blancas.