Puppet se mantenía despierta, sus ojos del color lavanda más intenso se fijaron en el reloj que descansaba en su mesa de noche, el encuentro con aquel castaño de ojos zafiro no sólo le sorprendio, se incrustó al fondo de su mente, impidiendo que lo dejará ir.
Había salido corriendo después de eso, ignorando el haber visto al más bajo reír, ella estaba perfecta mente consciente del porque... Por que había correspondido, por que se dejó llevar por los labios del menor y le dio la razón, y eso había sido un enrome error que pronto pagaría.
...
La albina se encamino por los pasillos de aquel lugar, los nervios la carcomían, se introducían a su corazón sin piedad.
Mai caminaba a su clase, dejando sola a la tomboy, quien miraba nerviosa a los lados, los pasillos estaban vacíos, pero ella no tenía la primera hora, fue en ese momento en que se topo con algo que le heló la sangre.
Ahí estaba aquel castaño que había robado su pensamiento, claro, besando a un pelinegro alto con fuerza.
No sabía que sentir, salió de ahí con cautela, entro al baño y, ahí, empezó a ahogarse, no por que comía... No...
Ella se ahogaba en odio.