Dedicado a mi amiga más cercana en Wattpad, unoriginalkatia--quien es totalmente original, por ser mi editora. ¡Vayan a ver sus historias!
En la imagen se lee: -No significó nada para mí. // -Pero significó todo para mí.
---
Capítulo 21. Una olla de Jambalaya revuelta, por favor
Crucé los brazos, haciendo extremadamente obvio que estaba molesta con Luke. Tuve que morderme el labio inferior para calmarme y así evitar estallar contra él y causar una escena. Después de todo, no quería que sus padres resultaran involucrados también.
—Sí, eso.
—Puedo... puedo explicarlo.
—Está bien, adelante. Explícate.
—Bien... —suspiró abatido— No puedo.
Asentí rígidamente.
—Ya veo.
Me di la vuelta para irme, pero él me tomó del brazo e hizo que me volviera para que lo mirara de nuevo.
—No, Charlie. No creo que lo hagas. Dormir con Emma no significó nada para mí. No lo planeé. Esto no fue algo agendado. No fue como si la hubiera seducido. Solo... pasó.
—¡El punto es que aún así dormiste con ella! Estabas consciente, no es como si estuvieras drogado. Y definitivamente no fuiste violado —escupí las últimas palabras, poniendo todo mi asco en ellas, recordando mi experiencia personal con esa palabra de siete letras.
—Fue un accidente —farfulló.
—Sí, porque quitarte los pantalones y meter tu cosa en ella fue un total accidente. Porque tomar parte de esos juegos fue un accidente ¡Todo parece ser un accidente para ti! Me dijiste que habías acabado con eso.
—Lo hice ¡Créeme!
—¿Yo voy a ser otro accidente el cual añadir a la lista, Luke? —agregué en una voz más suave.
Luke miró a su alrededor frenéticamente, tratando de encontrar algo que me hiciera creer en él.
—Charlie, tú nunca podrías ser un error. Pero si te vas a considerar uno, entonces considérate el mejor y más hermoso error de mi vida. Te quiero y te necesito. Tú haces este mundo hermoso...
—Estos días, Luke, no sé qué creer. —Me alejé de él ligeramente, incapaz de mirar sus ojos suplicantes.
Acunó mi cara con sus manos-un-poco-más-cálidas-que-la-habitación, acariciando mi mejilla con su pulgar.
—Créeme. Cree que nunca haría nada para lastimarte intencionalmente. Cree que eres la única chica para mí.
Una triste sonrisa cruzó mi mirada. Inhalé.
—No sabes cuánto quiero creer eso, Luke. Si tan solo las cosas fueran diferentes.
—¿Qué puedo hacer para probártelo? Haré cualquier cosa.
—Es muy tarde para eso. No debiste hacer nada en primer lugar, o al menos decirme. Nos hubiéramos ahorrado esto.
—Lo sé... y lo siento. Lo siento mucho.
Había este silencio sofocante rodeándonos. Él no dijo nada más, y tampoco yo.
—¿Ibas a decirme siquiera? —susurré, sin atreverme a hacer contacto visual con él porque sabía que había una gran posibilidad de que me rompiera frente a él.
Se rascó la parte trasera del cuello, nerviosamente, una mueca grabada en su rostro.
—Planeaba hacerlo.
Suspiré cansada de todo esto de repente.
—¿Cuál es tu excusa, Luke? —pregunté agotada.
—Supongo que nunca encontré el momento.
La rabia estalló en mí.
—¿Tú... tú nunca encontraste el momento? —escupí con incredulidad—. Tuviste un montón de oportunidades para decirme.
—¡No sabía cómo decirte! No pude encontrar las palabras adecuadas.
—¡Eso es porque no hay palabras adecuadas! A menos de que estés enamorado de Emma, no puedes realmente justificar lo que hiciste.
—Lo sé, pero...
—¿Qué me dices de estas palabras?: Dormí con Emma. Esas palabras hubieran hecho el trabajo.
—Iba a decirte cuando volvieras de California, pero me acobardé cuando vi tu pequeña y linda cara y supe que no podía herirte así.
Ignoré el cumplido que había puesto tan inteligentemente en la conversación.
—¿Por qué asumiste que estaría herida?
—Porque, Charlie, si dos de mis amigos más cercanos hubieran tenido sexo, sé que estaría herido. A parte, estaba avergonzado. Aún lo estoy.
—¿Estás avergonzado? ¿Por qué carajos estarías avergonzado? Emma es una gran persona.
—No —negó rápidamente—, eso no era lo que quería decir. Es solo que no quería ver esa mirada de desaprobación que está justo ahora en tu rostro. Quería prevenir eso.
—No hiciste un buen trabajo. Quiero decir, mira donde estamos ahora.
—Lamento no haberte dicho antes.
Me encogí de hombros.
—Lo sé. Es solo que preferiría haberlo escuchado de ti. Creía que no nos escondíamos cosas, Luke.
—Lo sé, pero...
—Pero no sabías como decirlo. Lo entiendo. —Mi voz no tenía ninguna emoción.
Sus cejas marcaban un ceño muy profundo.
—Escucha, no significó nada para mí.
Miré sus profundos ojos azules, el océano en su interior era lento, pero seguramente saldría en mí como lágrimas.
—Es solo que significó todo para mí.
Sus ojos se torcieron un poco, como lo hacen siempre que se siente culpable.
—Yo...
—Estaba bien contigo estando con otras chicas porque, bueno, realmente no somos amigas. Pero no puedo aceptar el hecho de que hayas tomado la virginidad de Emma por el bien de ganar tu estúpido juego.
—¿Podrías olvidarte del juego por un minuto y dejar de relacionar todas mis acciones con eso? No es como que dejara que reinara en mi vida. Tomar la virginidad de Emma no fue mi intención. Si pudiera rehacer todo, me prevendría de que pasara en un segundo.
—¡Bueno, no puedes! —grité, dejando salir todo— y no estoy segura de que pueda perdonarte.
— ¿Pero perdonarás a Emma? La culpa es de los dos, ya sabes.
Suspiré.
—No de inmediato, pero tú sabías que éramos amigas. Emma no necesariamente sabía que me gustabas.
—Amaba —corrigió inteligentemente.
Gruñí en advertencia.
—Estás jugando con tu suerte.
—Lo siento —farfulló.
Mis razones de ser menos severa con Emma que con Luke no eran completamente válidas. Tenía un presentimiento de que Emma siempre había sabido lo que ocurría con Luke, así que la excusa que le había dado no era realmente válida.
La verdad es que amo más a Luke que a Emma, y siempre lo haré. Éramos como dos guisantes en un capullo desde que estábamos en el jardín de niños, así que era más natural sentirse más traicionada por él que por ella. También le había dado a Luke la habilidad de lastimarme el doble de lo que Emma podría; como un amigo y como amante.
Pero muy, muy en el fondo, sabía que la verdadera razón era porque me sentía algo ofendida y celosa. Fue por ella y no por mí. Tomó su virginidad, no la mía (no es que hubiera querido que lo hiciera). Siempre había querido que fuéramos el primero del otro, pero eso se había esfumado años atrás cuando durmió con Lauren. Y de algún modo discreto, sentía que las estaba eligiendo por sobre mí.
—No, Luke. Lo siento.
Honestamente no sabía por qué había decidió ir a hablar con Luke. Supongo que una parte de mí esperaba que Emma estuviera mintiendo y que Luke me aseguraría de que no era verdad, pero, desafortunadamente, él solo lo había confirmado. No entendía cómo podía ser tan ciega. Seguramente hubo señales de un cambio de actitud que no noté. No había manera de que esos dos hubieran actuado tan secretamente sin que yo lo notara, pero de alguna manera se las habían arreglado. Supongo que nunca se me ocurrió que Emma pudiera ser un potencial interés amoroso para Luke, así que no había necesidad de preocuparse.
Le di una última mirada antes de voltearme y alejarme. Esta vez, no se molestó en detenerme, afortunadamente no fui interceptada por los Chandler. No pude decir lo mismo de mi padre.
Corrí al interior de la casa con algo de prisa. Él estaba puliendo la barandilla de madera con un trapo viejo. Sus ojos se abrieron como platos, con desconcierto mientras ponía una mano sobre mi hombro.
—¿Qué pasa, calabacita? —La preocupación era evidente en su voz.
Abrí mi boca para responderle, pero decidí no hacerlo y quedarme callada. Seguí con mi camino y corrí escaleras arriba a mi habitación. Di un portazo y me dejé caer en la cama, hundiendo mi cara en lo primero con lo que mi cabeza hizo contacto, lo que resultó ser un elefante de peluche que Luke me había dado. ¡Qué desafortunada coincidencia! Reconocí el colmillo lleno de pelusa picando mi oreja. Lo empujé de la cama con fuerza y lo reemplacé con una almohada regular. Creo que era la roja con puntos blancos.
Un par de sollozos después, escuché un golpe leve en la puerta.
—¿Charlotte? ¿Puedo pasar? —No era exactamente una pregunta, más bien una advertencia de que entraría quisiera o no.
—No.
—¡Qué mal!, voy a entrar de todos modos.
Síp, lo dije.
Escuché cómo la puerta se deslizaba por encima de la alfombra y sentí el otro lado de mi cama hundirse. Enterré mi cara aún más en la almohada, sintiéndome incluso más humillada. Sentí cómo la tela de la almohada se humedecía, pero no podría importarme menos. No había duda en mi mente de que papá iba a preguntarme qué pasaba e iba a tener que decírselo. Incluso si me negaba a decirle, iba a hacerme hablar. Sería más fácil si solo se lo decía cuando preguntara. Tomaría menos energía, y necesitaba lo poco de energía que aún me quedaba.
—¿Qué pasa, calabacita? —preguntó, acariciando mi cabello como cuando era niña—. ¿Es Lucas? —Bufé, pero después asentí con la cabeza. Lo escuché suspirar—. ¿Qué hizo ahora?
—Durmió con Emma —dije, pero sonó sordo por la almohada sofocando mi boca.
—¿Qué fue eso?
Lo dije de nuevo, pero no fue mejor que mi intento anterior. Probablemente fue peor. No me gustaba repetir lo que decía, y cuando lo hacía, me frustraba mucho más que antes.
—Cariño, no puedo entender nada de lo que dices. Levanta la barbilla, literalmente.
Sonreí con el débil intento de broma, pero volví a mi expresión de melancolía. Levanté mi cabeza, bufando y limpiándome una lágrima.
—Durmió con Emma —gemí, empujando la cobija que antes estaba enredada al pie de mi cama sobre mi cuerpo.
Papá se rascó la frente y tembló un poco, respiró fuertemente, aspirando toda la información. Al contrario de los padres de Luke, que estaban completamente conscientes pero no aprobaban los juegos de Luke, mi papá era completamente ajeno a ellos.
—¿Estás segura?
Lo miré fijamente.
—Sí, papá, ¡positivo! Ambos lo admitieron.
—Pero creía que tú le gustabas.
—Bueno... entonces creíste mal.
Papá podía ser ajeno, pero no era distraído como yo.
—Siempre supe que ustedes dos terminarían juntos.
—¿No estás olvidando algo? Mis dos mejores amigos durmieron juntos. Y no solo contando borreguitos.
No voy a mentir; era vergonzoso hablar acerca de esto con mi papá. No hablas acerca de la vida sexual de tus amigos con tus padres. Es una clase de regla no expresada que todos seguían, o sino, deberían. Por lo menos no era mi vida sexual... mi inexistente vida sexual.
—¿Has hablado con él sobre esto?
—Vengo de su casa.
—¿Y ustedes no lo han arreglado?
Me quejé, ¿Por qué estaba siendo tan lento justo ahora?
—Obviamente no, papá.
—Entonces, tal vez deberías.
—Acabo de enterarme acerca de esto hoy. La herida aún está fresca. No puedo perdonarlo exactamente en un instante, ¿puedo?
—¿Por qué no?
—¿Qué quieres decir con ''¿por qué no?''?
—¿Por qué no puedes perdonarlo? No es sano tener rencores, Charlotte.
—Papá, él durmió con mi mejor amiga.
—Tal vez solo tenía curiosidad acerca del cuerpo femenino.
—¿Lo estás defendiendo? Se supone que debes estar de mi lado.
—Estoy de tu lado. Siempre estaré de tu lado, pero solo tienes que ver las cosas desde la perspectiva de Luke.
—Él no tiene curiosidad del cuerpo femenino, papá. Ha visto suficiente del cuerpo femenino para durarle toda la vida —dije.
Papá me miró alarmado.
—Tú y él... ya sabes... te ha visto...
Estaba mortificada. Esta conversación se estaba poniendo cada vez más incomoda. Ni siquiera sabía cómo se podía poner más incomodo que esto.
—¡No! —Espera, eso fue muy rápido como para ser creíble—. No, papá.
Dejó caer sus hombros aliviado.
—Gracias a Dios. Por un momento creí que tendría que dispararle.
—¿No vas a dispararle porque durmió con Emma?
—¿Pero no tendría que dispararle a Emma también?
—No.
—Entonces dime, si no fue de ti donde estaba obteniendo todos esos vistazos, ¿de qué era?
Me reí con humor.
—No eran solo adelantos papá. Eran la película entera.
—Y eso levanta más preguntas
—Cerca de un cuarto de la población femenina en mi escuela.
Sus ojos sobresalieron tanto que creí que se iban a salir de sus cuencas.
—¿No es virgen?
—Ese título se fue hace años.
Talló su cara.
—¿Y el tuyo?
—El mío aún está intacto.
Sonrió y palmeó mi espalda.
—Buena chica.
—La única —murmuré.
—¿Qué fue eso?
—Nada.
—Entonces, ¿él es el único chico que toma la inocencia de las chicas?
Negué con la cabeza.
—Uno de cinco.
Alzó una ceja.
—¿Oh?
Ahora tendría que decirle acerca de los juegos y la gloria de convertirse en el Virginator. Estaba segura de que rompería la foto autografiada que Alec le había dado. Me sumergí en la historia que comenzó hace tres años, en el primer año.
Papá dejó salir un largo silbido una vez que terminé con mi historia. Dejé fuera la parte de mí siendo la última y siendo perseguida. Había algunas cosas que simplemente no estaba dispuesta a decirle, siendo esta una de ellas. No me permitiría estar cerca de un chico de nuevo.
—Bueno... estoy orgulloso de ti por no dejarte llevar por la presión y todo eso.
—Gracias, papá —farfullé.
—Ahora, debo ir a matar a Luke. Visítame dos veces al día y cuela una lima de uñas de vez en cuando, ¿está bien? —dijo tan calmadamente, tan casualmente, que me asustó.
—No vas a matarlo realmente.
—No, pero él probablemente cometa suicidio luego de que termine de hablar con él, ¿y Laurie y Robert saben de esto?
—El señor y la señora Chandler no lo aprueban, pero no le prohíben hacerlo. Algo acerca de aprender por él mismo y todo eso.
—Espero que use condón.
Yo también.
—Mhm.
—No querría que muriera de una ETS.
¿Podías morir por esas?
—Correcto.
Ahora estaba respondiéndole sin sentido a papá farfullando para el mismo. Después de un minuto o algo, papá se puso de pie, besó el lado de mi cabeza y se fue sin otra palabra. No sabía qué iba a decir, pero sí sabía que era mejor que Luke tuviera suerte de que papá no diera rienda suelta a su ira. Papá enojado era raro, pero era mortal.
—Buena suerte, Luke —farfullé—. Vas a necesitarla.
Traducido por @AnleeFuentes
Corregido por @Blakeisavampire