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De inmediato fui hasta una biblia que tenía oculta, revolví dos veces sus páginas hasta que al fin di con un papelito arrugado, la dirección de los Jung estaba allí. Podría ser la cosa más atrevida que haría en mi vida, pero no tengo otra opción que tomarla, hubiera vivido mucho mejor una semana sin agua que estos días sin mi hermana.
Saqué todos los libros de mi mochila del instituto y en su lugar la llené con mi ropa, estaba decidido a irme y ya no hay manotazo de mi madre que pueda detenerme.
Con una argolla abrí la cerradura de mi cuarto, y sí, así de mal estaban las cosas que inclusive estaba encerrado.
Baje rápido las escaleras, y no me moleste en ser cauteloso, quería salir lo más rápido posible, como era de esperarse al cruzar la sala mi muñeca fue sujetada con fuerza.
— ¿¡Dónde crees que estas yendo!? —El tono y las uñas de mi madre me hicieron temblar.
Moví mi brazo logrando soltarme, norespondí y seguí mi camino con la bolsa al hombro. Nuevamente fui retenido, esta vez pude ver sucara roja por la furia. Levanto su mano para abofetearme, podía recordar que había sido igual con Jiwoo, pero esta vez me defendí a mí mismo, a lo que pensaba, a lo que creía correcto, y tome sus muñecas con fuerza.
— ¡Nunca más harás eso! ¿¡Me oyes!? ¡Tengo otra familia, y si llegas a tocarla derrumbaré todo tu falso mundo de cristal! —No tuve la más mínima piedad, levante la voz e incluso lastime sus muñecas.
Al soltarla de forma brusca cayó al suelo comenzando a llorar, la miré, sin lástima. Me agache junto a ella y le arrebate mi teléfono celular.
Momentos más tarde estaba frente a la casa de los Jung, había imaginado este momento innumerable veces, pero había algo diferente, en mis sueños siempre me encontraba nervioso al querer llamar a la puerta, pero sin embargo ahora sentía una enorme tristeza, creía que cuando llegué el momento mi madre ya habría aceptado que yo estuviera en aquel lugar. Pero sin embargo esa ilusión no fue posible. Mis ojos se cristalizaron y mis manos los cubrieron de forma instantánea, aunque nadie estuviera viendo siempre me sentía incómodo al llorar.
Me paralice por completo y mis lágrimas se pausaron al escuchar el chirrido de la puerta abriéndose, no era necesario levantar la mirada, con tan solo aspirar el puro aire ya sabía quien estaba frente a mí.
— ¿Jungkook?
Una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo ¿Así se oía su voz? ¿Mitad masculina y mitad hermosa? No pude responder en absoluto a su llamado y aún menos pude respirar cuando sus fuertes brazos me rodearon en un abrazo.
Volví contenta e inspirada. Como agradecimiento a todos los lectores de la obra escribí esta parte extensa, no puedo creer que esta historia llegó a los 7K y 1K en votos, la verdad estoy muy muy muy contenta, mañana les subiré un chat. xoxox Katomi_Tomoyo.