Casado con mi secretaria © (B...

By R1Aguirre

18.6M 851K 127K

Este libro se encuentra en físico gracias a Nova Casa Editorial y puedes encontrar los puntos de venta en un... More

Importante
Parte 1
Parte 2
Parte 3
Parte 4
Parte 5
Parte 6
Parte 7
Parte 8
Parte 9
Parte 11
Parte 12
Parte 13
Parte 14
Parte 15
Parte 16
Parte 17
Parte 18
Parte 19
Parte 20
Parte 21
Parte 22
Parte 23
Parte 24
Parte 25
Parte 46
Parte 47
Parte 48
Parte 49
Parte 50
Parte 51
Parte 52
Parte 53
Parte 54
Parte 55
Parte 56
Parte 57
Parte 58
Parte 59
Parte 60
Parte 61
Parte 62
Parte 63
Parte 64
Parte 71
Parte 72
Parte 73
Parte 74
Parte 75
Parte 76
Parte 77
Parte 78
Parte 79
♥IMPORTANTE♥

Parte 10

317K 20.5K 4.2K
By R1Aguirre


Ahora sí pongo mi alarma, hoy me ejercitaré en casa, tengo mi gimnasio personal con todo lo necesario y David ya está aquí poniendo sus pectorales en orden, le había dado una llave para que viniera cuando quisiera.

—¿Qué tal la vida de casado, Oliver Anderson? —estrecha su puño y con el mío golpeo suavemente sus nudillos.

—Esperando que de una vez se cumplan los seis malditos meses —contesto, rodeándolo encaminándome hacia una banca inclinada a la par de él.

—¿Es tan malo? Sólo llevas tres días —ríe, mientras se sienta en la banca plana en la que estaba recostado y me mira.

—No me gusta estar compartiendo mi cama y mi padre me tiene estresado, todo está bien hasta que él aparece.

—Espera... ¿Estás compartiendo cama con Alex? —esboza una pícara sonrisa que sé que está insinuando.

—Sí, pero no de esa forma que te estás imaginando y es la peor tortura del mundo.

David me mira mientras me siento en la barra inclinada y me acomodo.

—¿Y por qué sería tortura compartir cama con una mujer... bonita? —lo dice de una forma tan obvia como si no me entendiera, apuesto nunca a sólo dormido con una mujer.

—Exactamente eso idiota, ni siquiera poder tocar esas sensuales piernas porque estoy seguro que me mata.

—Eres idiota, tú en el acta de matrimonio tenías que haber puesto en letras pequeñas que te iba a dejar tocarle las piernas durante este tiempo.

No sé si reír o molestarme por estas idioteces que habla David. Termino mi ronda de ejercicios con él hablando de cosas triviales y economía, él y yo nos entendemos en muchos aspectos.

Se retira y lo acompaño a la salida mientras pongo una toalla sobre mi cuello. El olor que invade mi casa me vuelve loco, sé que Rosa ya ha llegado, camino hasta la cocina, ni siquiera mis pasos descalzos escucho en el pasillo alfombrado. Sudores corren por mi torso desnudo hasta llegar a la goma de mi buzo color negro.

Llego a la cocina y ahí está Alex, acomodando una bata blanca que lleva sobre su cuerpo sonriendo con Rosa, espero esta no le haya contado nada vergonzoso porque sabe bastantes historias mías que no me gustaría que Alex o alguien más sepa. Alex me mira, y bueno, no quiero sonar engreído ¿Pero qué mujer no? He trabajado bastante en mantener un cuerpo de revista que hasta yo no me puedo dejar de ver en el espejo algunas veces. Alex disimula sacando un jugo del refrigerador.

—Buenos días, Rosa —digo, mientras camino hacia el desayunador.

—Buenos días, Oliver —me contesta casi de inmediato.

Me siento en un pequeño banco frente al desayunador mientras Rosa me sirve unos pancakes de Fresa, luego de un par de minutos me percato que no he saludado a Alex, pero la verdad es que lo pasé por alto, nunca la saludo cuando la veo y aún no me acostumbro a tener una esposa, a ella parece no importarle en lo absoluto, lo que me hace las cosas más fáciles. Rosa sirve dos pancakes en un pequeño plato de vidrio y los pone en el banco a la par mía y le hace de seña a Alex que tome el lugar.

¡Genial! Y aquí vienen los sermones de Rosa, recuerdo cuando Henry y yo estábamos pequeños, hacía lo mismo cuando nos peleábamos, pero esto es diferente.

—Tal vez deberían mostrar más entusiasmo —murmura —se supone que son una pareja de recién casados, mi pablo y yo tenemos 35años casados y aún nos miramos como el primer día que nos casamos —¿Porqué Rosa tiene que ser tan sentimental? —así tienen que verse ustedes, tienen que creérselo ustedes primero para que el resto lo crea, si continúan así los señores Anderson comenzarán a sospechar, mírala —se dirige a mí —mírala a esos bellos ojos, abrásense, bésense —no me imagino besando y abrazando a Alex sin que me den ganas de algo más —si tu padre no se cree eso de que la amas te quitará la presidencia igual y este esfuerzo de ambos será en vano —¿Y ya qué? Haga lo que haga para él no es suficiente–tómale la mano.

Miro a Rosa con toda la incertidumbre posible en mi rostro. ¿Cómo me va a pedir eso?

—Vamos, toma su mano —insiste, ¡Oh por Dios! ¡No puede ser! No tengo de otra antes esos ojos feroces de Rosa, pongo la toalla que llevo en mi cuello sobre el desayunador para evitar sudar más de lo normal con esto, me pasan mil cosas por la cabeza. Tomo sus manos, sus pequeñas y suaves manos.

—Mírala, dime que te gusta de ella —¿Qué? ¿Para qué enemigos si tengo a Rosa? —Yo sólo quiero ayudar —agrega —confía en mí, ¿acaso no confía en mí Oliver?

Me gusta todo de ella Rosa, hasta su extraño gesto al enfadarse, pero es obvio que no diré eso.

—Me gustan sus ojos —digo finalmente, y es cierto, fue lo primero de ella que llamó mi atención. Puedo notar como ligeramente se sonroja, pero disimula demasiado bien. Rosa sonríe y ahora se dirige hacia ella.

—¿A usted que le gusta de él, Alexandra? —Quiero oír eso, vamos Alex, dilo.

—Me gusta su sonrisa —añade, luego de unos largos segundos, lo dice de una forma tan natural que parece que no le ha costado tanto como a mí; es la primera que escucho que alguien diga que le gusta mi sonrisa y no alguna otra parte de mi cuerpo, me hace sonreír.

—¿Lo ven? Las cosas ya no están tan tensas entre los dos ¿eh? —–habla Rosa luego de unos segundos. Entre Rosa y yo es que las cosas estarán tensas luego de este momento incómodo que me acaba hacer pasar.

Mi padre baja las escaleras.

—¡Muy buenos días a todos! —exclama —¡Ah!! extrañaré el clima de Nueva York —Alex y Rosa contestan sus buenos días, yo no —¿Saben qué? Quiero que vengan a California con nosotros, quiero que conozcas al resto de nuestra familia, Alexandra.

¡Por favor no!

—Papá, nos encantaría pero tenemos mucho trabajo —contesto casi de inmediato, yo no quiero ir y llevar a conocer a Alex a toda mi familia cuando esto no es cierto y se va a acabar pronto. No quiero que se encariñen con ella y luego me lo reprochen porque sé que sí, se van a encariñar con ella ¿Quién no?

—¿Y? —interrumpe mi padre, tomando una taza de café que Rosa le está ofreciendo– Si te dedicas a trabajar toda tu vida te vas a perder de lo bueno, dime querida —observa a Alex ¡ah! eso se va a poner bueno —¿Cuándo fue la última vez que Oliver te llevó a un lugar que no sea por trabajo?

¡Demonios! Hasta mi desayuno tiene que arruinar.

—Pues... —Alex balbucea, ¿Y adonde la puedo llevar si apenas nos conocemos?, Alex porfavor inventa algo.

—¿Lo ves? Nunca has sacado a tu propia esposa a un lindo lugar —y aquí vamos otra vez —como siempre tú estás mas sumergido en tu trabajo, lo que es genial, pero también hay que darle espacio a la familia, no me sorprendería que decidiera irse y dejarte de pronto si para ti es más importante tu trabajo, mira a tu hermano, nunca deja su trabajo pero también le dedica mucho tiempo a su esposa, salen, se divierten, es muy responsable y eso no le impide ser un buen esposo —y bla bla bla —siempre les enseñé a ambos el valor de la familia pero parece que tú no escuchas nada.

Me levanto de mi cómodo lugar, ni siquiera puedo disfrutar los deliciosos panqueques de Rosa por su culpa ¿Por qué siempre viene a arruinarme la vida?

—Con permiso —digo, Alex me observa mientras me retiro, al igual mi padre pero él ya sabe como es mi reacción ante esto.

—Dime Alexandra, sinceramente ¿Tú eres feliz con Oliver? Dime la verdad —logro escuchar esto mientras salgo por la puerta del comedor, eso hace que me detenga y me quede a escuchar su respuesta, no vaya a ser que me delate ante él y esto se vuelva peor.

—Por supuesto —Alex contesta con gran naturalidad—Con todo respeto señor Anderson, no debería ser tan duro con Oliver, el es un gran esposo, y ha hecho crecer su empresa en dos años, entiendo que se sienta orgulloso por Henry, pero también hágale saber a Oliver que está orgulloso de él, amo a Oliver por como es, por ser siempre tan determinado, con un objetivo en mente, por cumplir todas sus metas. Solo va a lograr que se aparte de usted, dígame sinceramente, ¿Usted cree que Henry sea más capaz que Oliver para dirigir su empresa?

Un Oscar para esta mujer porfavor. Mi padre piensa por unos momentos, está sin palabras.

—Tienes razón —dice finalmente —Oliver ha sido y será siempre la persona más inteligente, más audaz, más perseverante que haya conocido, y es esa la razón por la que soy así con él, porque no quiero que desperdicie su vida, siempre ha sido más desobediente y muy malo tomando decisiones con su vida, no quiero que se pierda, me alegra que se haya casado con una mujer tan inteligente como tú y que se preocupa tanto por él, enserio, pero hazlo que se relaje un poco, ambos, no quiero que lo dejes, una relación rutinaria es lo peor de las cosas.

¿Por qué tiene tan mal concepto de mí? Él nunca ha visto como soy en una relación de verdad; bueno, tengo mucho de no tener una relación de verdad, de hecho, ni siquiera recuerdo hace cuánto estuve en esa situación.

—Entonces, le prometo que iremos a California, si usted promete que no va a ser tan duro con Oliver —No, Alex, no porfavor.

—¡Trato hecho! sólo porque confío en ti, y sé que lo guiarás por un buen camino.

¡No! ¡Maldita sea! ¡No!

Escucho a Alex levantarse de su lugar, corro hasta la habitación, no quiero que se dé cuenta que me interesan sus respuestas.

Entro al baño y me tomo una relajante ducha, ya es tarde por lo cual no puedo quedarme más tiempo, cuando ya he terminado mi aseo salgo a la habitación, había olvidado hasta mi ropa interior por haber entrado tan de prisa, amarro una toalla en mi cintura y salgo, al verme salir Alex toma una toalla y entra al baño.

—Quiero hablar contigo —menciono, sin siquiera verla, ella se voltea hacia mí y me observa, sé que está pensando lo peor en estos momentos —te irás conmigo hoy al trabajo.

—Bien —contesta simplemente, dicho esto cierra la puerta del baño a sus espaldas.

Aprovecho que Alex ha entrado al baño y me visto rápidamente antes que salga. Espero no tener que esperarla tanto porque odio esperar.

Ya llevo más de cinco minutos esperándola bajo las escaleras, ya no soporto esto, miro mi reloj una vez más, no lo puedo creer, cada segundo que pasa para mí son horas. Otra vez miro el reloj, ya pasó otro minuto, voy a subir y haré que baje a como esté vestida. Miro mi reloj nuevamente, un minutos más y subo. Cuando la vea le reprocharé todo esto que me hace esperarla.

Escucho unos tacones aproximarse a las escaleras y levanto la mirada. Por fin, y se mira bella, levanta la mirada y me observa, ladeando sus labios enmarcando una linda sonrisa de lado, ni siquiera necesita grandes cantidades de maquillaje para verse bonita. Hasta olvido todo lo que tenía por decirle, mejor me callo. Camino detrás de ella, y abro la puerta para que pase, ella me lo agradece como siempre, ella dá las gracias por todo, no la entiendo.

Mi padre está alistando sus maletas y el chofer está subiéndolas al auto. Al ver a Alex ambos le sonríen y la abrazan, sé que les ha caído muy bien, igual a ella. Con Brittany no son muy buenas amigas, pero bueno, Brittany no tiene amigas, sólo se dedican una sonrisa de lo más falsa posible que hasta yo he notado. Henry está ayudando al chofer con las maletas y saluda a Alex con la mano desde ahí.

Abro la puerta de mi auto para que suba.

—Ohh, que caballeroso señor Anderson —al menos lo ha notado.

—Sube —contesto, con mi mirada más fulminante posible, cierro la puerta y me despido de mis padres, Henry y hasta de esa tal Brittany.

—Escucha —rompo el silencio luego de un largo trayecto sin decir una palabra—me disculpo por lo de ayer.

—¿Eh? ¿Tú Oliver Anderson disculpándose? —dice, volteando su rostro hacia mí.

—No lo repetiré otra vez —hablo, al ver el gesto de diversión en su rostro—Quiero renunciar.

—¿A nuestro matrimonio? —sonrío, continúo mi vista en la carretera.

—A revistas Anderson. Ya no quiero formar parte de la revista Anderson, ni de nada relacionado con mi padre —digo, luego de un suspiro.

—Creo que solo estás molesto Oliver —sí, lo estoy.

—No, ya lo pensé con la cabeza fría, sé que puedo construir algo yo mismo desde cero aunque me cueste, le dejaré esto a mi hermano, quiero que mi padre se dé cuenta el error que comete al intentar ponerlo siempre al frente de mi, él no es buen administrador, fue a una escuela que mi padre pagó, yo entré a Harvard por mi propio esfuerzo.

—Creo que tienes que pensarla un poco más, Oliver —no sé ni siquiera por qué estoy hablando esto con ella.

—¿Pensar que, Alex? —detengo el auto y me orillo para hablar de frente.

—Porque tú has hecho crecer Revistas Anderson, no vas a dejar que tu hermano se quede con lo que tú has hecho, o peor que lo destruya, revistas Anderson estaba como la empresa de impresiones que maneja tu hermano, ¿Y qué ha hecho tu hermano? Absolutamente nada ¿Que has hecho tú? Has creado más de 25,000 empleos, tienes acciones en más de la mitad de empresas de esta ciudad, y fuera del país, tu padre lo sabe, sabe que tu eres el único capaz en este puesto, solo quiere que mejores ciertos aspectos de tu vida.

—Quiere cambiarme que es diferente —me recuesto en el espaldar del asiento, me duele la cabeza.

—Bueno, que te pida llevar una vida formal no es cambiarte —sí lo es, ella hace una pausa —Hay situaciones peores, Oliver, por ejemplo yo, no hablo con mi padre desde hace 5 años. Tengo una hermana que para él toda la vida ha sido mejor que yo, ella ha sido prácticamente su única hija —no sólo yo tengo problemas con mi padre al parecer —nunca estuvo para uno de mis cumpleaños, pero a los de mi hermana nunca faltaba, prácticamente nunca tuve un padre porque siempre ponía de excusa que tenía que trabajar. Le dije que yo quería escribir y no ir a la escuela de medicina, me dejo de hablar por un mes, entonces fui a la maldita escuela de medicina pero no era algo que me gustara, sólo lo hice para que por primera vez en su vida él estuviera feliz conmigo, pero tampoco fue suficiente ya que no sacaba un diez en todas las materias, entonces mandé a la mierda todo y me vine a Nueva York, desde entonces no hemos hablado —sonrío, no sé porqué hasta las malas palabras en esta mujer se escuchan seductoras.

—¿Y tu hermana si estudió medicina supongo? —no sé porqué ya me siento relajado, tal vez me hace falta hablar con alguien de vez en cuando y quién más en alguien que confío.

—No, mi hermana fue un semestre a la escuela de medicina, tres meses después que casó con uno de sus maestros que se cree el multimillonario ¡Es 12 años mayor que ella! Ella apenas iba a cumplir 18 ¿Puedes creerlo? Claro, para mi padre triunfó en la vida —enarco una ceja y la miro. Al parecer no sólo yo tengo problemas con mi padre.

—Bueno, tú estás casada con el hombre más rico de Nueva York, deberías comentárselo —ella ríe y toma la misma posición que yo en su lugar.

—Esto no es real, Oliver, no quiero mantener una mentira frente a ellos.

—¿Por qué no? —la miro fijamente, ella tiene su vista al frente y hasta de perfil esta mujer es bella—sería divertido bajarle el ego al doctorcito ese y que tu padre sepa que no estás casada con ningún doctor pero sí con la persona que hace grandes donaciones a los hospitales para que trabajen correctamente —sonríe y ahora sí vuelve la mirada a mí.

—¿Enserio haces eso? —ahora si lleva su mirada a mis ojos.

—Claro, la salud es importante, hay muchas personas por ahí que no pueden pagarse un médico privado —tomo el volante en mis manos e inconscientemente doy golpes con las yemas de mis dedos.

—Yo por ejemplo —contesta.

—Tú puedes usar mi médico privado cuando quieras, después de todo eres mi esposa —esposa... que palabra más extraña.

—¿Es joven y guapo? —frunzo mi entrecejo.

—No —¿Qué tiene que ver...

—Entonces no —me interrumpe... ya entendí, no puedo evitar reír... Gracias a Dios mi doctor no es joven y guapo, no quiero que sea mi competencia. No puedo evitar reír ante mi propio pensamiento.

—¿Quieres tanto ese puesto en edición? —pregunto, ahora ella me mira fijamente

—No estuviera aquí soportándote —debería molestarme, pero simplemente me causa gracia.

—Si te doy el puesto en edición ya no serás mi secretaria y sinceramente eres la única que he tenido que hace las cosas como digo y a la hora que digo —sigo viendo al frente, la verdad que esto de estarme sincerando se me está pegando.

—Entonces ¿Estoy atascada como tu secretaria entonces solo por capricho?—resopla y la miro divertido.

—Te pondré a prueba en edición pero continúas como mi secretaria, ¿Podrás con eso? —enarco una ceja.

—Tenía dos empleos, iba a la universidad y era la mejor de mi clase.

—Bien —sonrío.

—Por cierto iremos a California con tus padres, quieras o no. Se lo prometí a tu padre.

—¿Qué? ¡¡No!! —bufo —¡Alex!

—Alex nada, se lo prometí a tu padre así que si iremos.

Niego con mi cabeza y pongo el auto en marcha, la verdad que hablar con Alex no es tan malo, me siento mejor ahora, al menos sé que s alguien a quién recurrir si lo necesito. En la empresa todo igual, como si no nos conocemos y como siempre eficiente tiene todo listo para antes de la reunión a la hora de almuerzo, no sé si me encontraré otra secretaria así.

Nos encaminamos a la reunión al piso de conferencias de la empresa, todos los socios importantes están aquí, los saludo a cada uno, por eso siempre vengo una hora antes, un poco antes de iniciar la reunión todos han tomado su lugar, busco a Alex con la mirada y ya tiene un tipo literalmente encima, me acerco hasta donde está y observo que es el hijo del señor que había saludado hacia unos minutos, y yo fui invitado a su boda.

—¿Qué tal, Spencer? —él de inmediato lleva su mirada a mí y esboza una sonrisa.

—Hola ¿Qué tal, Anderson? —contesta, sin estrechar la mano con él, me siento del otro costado de Alex.

La reunión inicia, comienzan a presentar a todos los importantes de la reunión, comienzan a dar las estadísticas de la empresa, son cifras muy buenas, estoy contento con mi equipo, los inversionistas también están contentos, la reunión termina una hora después, todos se acercan a despedirse y felicitarme por cómo van las cosas.

No puedo evitar notar que William se acerca a Alex y le da un papel guiñándole un ojo, no lo puedo creer, su esposa está aquí ¿Dónde está el respeto hacia ella y hacia mí? Bueno, no es que Alex sea mi esposa de verdad pero aún así merezco respeto como esposo de mentira. Alex mira el papel con intriga y yo no puedo evitar sentir curiosidad, me acerco a ella y arrebato el papel de sus manos ¡Ah! Es una tarjeta con su número de celular, Alex no va a llamar a nadie, arrugo la tarjeta y la deposito en el cesto de basura "está casado" —menciono —Alex frunce el ceño y me mira desorientada, —y tú también" —agrego, y sí tengo razón, dicho esto me retiro, no me voy a quedar a escuchar sus regaños.



Continue Reading

You'll Also Like

118K 8.9K 26
Hazel, una chica que es famosa en la escuela por agarrar a patadas a todos y ser muy extrovertida y Noah, la chica mas popular de toda la escuela, a...
75.9K 7.8K 48
Si yo les contara todo lo que viví para llegar aquí, es de no creer. La cagaré en más de una ocasión, de que lloro, pues sí, de que hago llorar, pues...
11.7K 660 28
Los ricos y populares Sharks gobiernan en la prestigiosa y elegante Preparatoria Camden. Hace un tiempo, quise ser parte de su mundo... hasta que me...
2.4K 228 33
Valentina siempre quiso saber, quién fue su padre y por qué su madre nunca lo mencionó. Después de descubrir un cuaderno en el que su madre relata s...