Vine sin saber qué podría pasar. Me armé de valor y dejé la senda atrás. Me armé de valor y me desvié al camino oscuro e incierto, al camino cuyo fin desconocía. Pero desconocer no me llevó a desconfiar. Confié en su naturaleza. Naturalmente que temí. Pero el temor sólo me dio más ganas de seguir.
Y aquí sigo.