JinYoung se revolcaba en su cama furioso. Furioso con él, con JaeBum y nuevamente con él. No comprendía porque Im no lo había apartado. No quería aceptar lo que había sentido. Era una mezcla totalmente opuesta.
Sentía horror de pensar en la palabra amor y susto de que sea JaeBum.
Pero también se sentía extraño al pensar en él, algo que con dificultad admitía lindo.
Odiaba tanto padecer filofobia. Porque sí, JinYoung sabía que tenía ese problema pero jamás se había esforzado en comentarlo, solo disimulaba y lo odiaba más que a todo porque siempre lo había alejado de todos. Seguramente por eso insistía en ser el más distante de los seis, porque cualquier clase de afecto rompería con su armonía. Sin embargo ahora que estaba sufriendo eso mismo con JaeBum se sentía a la vez completo, como nunca antes. Lloraba estando enojado con él por no ser una persona normal. Y pensar eso lo hacía sentir aún más alejado de la ridícula idea de alcanzar una oportunidad con Im. "Por qué preferiría estar con un enfermo cuando puede disfrutar de una persona sana como él. No dejas de ser idiota Park." Sentía verdaderas ganas de dar vuelta la pieza entera y arrojar todo por la ventana, no sabía cómo desquitar toda su rabia que no hacia mas que aumentar.
Por otro lado, JaeBum también se torturaba la cabeza. No prestaba atención a la reunión, su mente solo podía pensar en JinYoung y sus labios. No desesperaba tanto como Park, para el era normal sentir atracción y si se sentía algo alterado era únicamente por no estar junto a su menor. Pero sí sentía miedo de lo que podía estar pensado él. Con filofobia no sabía como podía reaccionar aparte de mal.
Eran conscientes de que debían hablar pero mientras uno quería buscar una solución el otro no quería más que huir.
Luego de una dura noche para ambos hicieron su repetitiva rutina de todas las mañanas. Im trataba de dar con Park y Park buscaba evitar a Im. Los ojos rojos del chico de pelo negro delataban que no había tenido una buena noche. Era tanto el miedo que sentía con esa situación que ni siquiera podía responderle algo simple a su mejor amigo. Mark lo dejó libre después de minutos rogando en vano. Tomó su cabeza y revolvió su cabello logrando contener su furia, al menos hasta que oyó la melódica voz de JB pidiendo hablar. De modo automático se puso de pie para alejarse pero tomaron su muñeca arrastrándolo de forma cuidadosa hasta un cuarto vacío.— Ninguno se irá de aquí hasta que hayamos aclarado todo.— pronunció el castaño bloqueando la puerta con su cuerpo.
— No fue más que una broma Im.— escupió cerrando los ojos con fuerza.—
— Esas no son bromas para una persona como tú.— se lamentó en decir. Escuchó su silencio sin quitarle la vista de encima.—
— Nada de lo que hago tiene sentido, menos eso... Solo fue un error más, o sea... Los hombres gustan de mujeres, porque haría eso...— dijo sin los tartamudeos que temía soltar. "No todos" salió de los labios contrarios.— Es ridículo no hacerlo.— JB aún no quería perder la calma pero desconocía esa persona tan fría que tenía enfrente.—
— Mira Park. Estoy aquí para ayudarte pero necesito que pongas lo tuyo. Necesito.— recalcó evitando decir "quiero".— que confíes en mí y me digas todo lo que te ocurre. Quiero ayudarte a mejorar.
— Desde que llegaste aquí sigo siendo el mismo inútil. Ningún avance, ningún logro, ningún nada. Solo he empeorado, no has hecho más que arruinarme. No quieres hacer esto.— no podía mirarlo a los ojos mintiendo de forma tan descarada como lo estaba haciendo.—
— Será entonces porque no te has esforzado.— soltó sabiendo la herida que causaría.— Insistes en huir de tus problemas, ¡Como quieres mejorar así! Seguir siendo cobarde no te llevará a ningún lado. Eres tan maduro y aun así ¿No puedes darte cuenta de los errores estúpidos que cometes?.— estaba seguro que en cosa de minutos lamentaría haber dicho todo eso.— Fuiste mi prioridad por estos tres meses, fuiste en quien más empeño puse lograras o no mis objetivos, te dediqué más tiempo que a nadie, incluso que a mi mismo. Pero al parecer eres tú quien realmente no quiere hacer esto JinYoung. Nunca fuiste sincero conmigo y desconozco por completo a la persona que tengo frente a mi.
— Ahora puedes ocuparte de ti si tanto tiempo perdiste conmigo. No quiero ni necesito tu ayuda, de todos modos no me sirve.— era la última mentira que estaba dispuesto a decir. Empujó a JaeBum de su lugar y abrió la puerta perdiéndose en alguna parte.
Era difícil saber cuál de los dos tenía el corazón más destruido.
Ante la desesperación, JinYoung solo había querido alejar a JaeBum y consiguió que creyera cada una de las mentiras que arrojó pero había quedado completamente destrozado. Mentir de ese modo le dolía a el mismo pero oír todo lo que JB había dicho lo había herido en lo más profundo. Él no había mentido y eso hacía que el dolor fuera peor.
JaeBum por su parte dejó que sus lágrimas corrieran con tranquilidad evitando recordar las cosas que había dicho y las que había oído. Después de largos minutos tratando de recobrar la calma se puso de pie con un gran dolor en el pecho y se dirigió a la oficina de la directora.
En las próximas tres semanas nadie lo vio. El "JB" de todos no volvió a aparecer por esos lados. Fueron informados que cambiarían de asistente, ninguno lo quería creer. JinYoung era para entonces quien peor se sentía. Era obvio que la culpa era suya y era algo que no podía quitarse de la cabeza. Tan solo una semana después de aquella noticia Park tampoco volvió a ser visto por sus compañeros. Todas sus cosas seguían en su habitación pero no había rastros de él.
El teléfono de JaeBum no había dejado de sonar en toda la semana y no pensaba responder. No quería saber nada relacionado con el chico de pelo negro. No contestó las llamadas de ninguno de los 5 jóvenes ni tampoco las de la directora. Tuvieron que ir hasta su casa para poder hablar con él.
Tenía a la directora, el subdirector y el coordinador de la institución sentados frente a él en su sillón. Desde que escuchó las palabras "JinYoung escapó" salir de la boca del hombre mayor no prestó más atención a lo que le decían, solo podía pensar en los momentos que había compartido con él, su risa, su rostro y sus frías palabras aquel último día. Aún sentía dolor pero también arrepentimiento por sus propias palabras. Ahora se sentía responsable de ello. "Lleva casi dos semanas extraviado."
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En un inicio JinYoung buscaba las calles más vacías y no se quitaba la capucha de su poleron. Le costaba un infierno andar solo por la ciudad, sentía que en cualquier momento todos voltearian a verle. El miedo que sentía segundo a segundo no se lo habría podido quitar nada. Pero si alguien, y cada vez que pensaba en ese nombre se golpeaba para olvidarlo.
Debía y quería demostrarse que era capaz de superar sus temores, a pesar que pareciera no estar dando resultado.
Intentaba pasar lo más desapercibido posible, con tristeza recordaba uno que otro consejo que alguna vez Im le había dado pero no solían resultar.
Cada noche pedía perdón por cada mentira que lanzó aquel indeseable día, aún estaba arrepentido y destrozado pero ya no tenía forma de repararlo.
No conseguía cerrar los ojos para descansar, el miedo a pasar una noche solo en la calle oscura lo vencía obligándolo a permanecer despierto hasta la salida del sol.
Llevaba un aspecto demacrado, constantemente lo único que había en su rostro eran lágrimas y los pensamientos en su mente no cambiaban.
Arrepentimiento
Dolor
Susto
Amor...
Realmente odiaba su condición, y aún más desde el día que conoció a JB. Hasta entonces aquella fobia no había sido gran impedimento para su día a día pero él... JaeBum había arruinado la tranquilidad que había logrado mantener durante años. No lo culpaba, de vez en cuando agradecía haberlo conocido y una sonrisa se dibujaba en su rostro. Sonrisa que se obligaba a borrar para no extrañarlo.
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JaeBum llevaba ya 5 días seguidos deambulando por las calles de la ciudad, día y noche sin descansar. Gritaba su nombre y con el pasar de las horas su voz se volvía cada vez más desgarradora. El tono quebradizo era cada vez más notorio y controlar las lágrimas le costaba un esfuerzo más grande cada segundo.
Era ya de madrugada, 6 a.m, por la estación aún parecía noche. Todo rodeado de una densa neblina, oscuro y una fría temperatura bajo 0. JB se sentó al borde de una calle y tomó su cabeza con ambas manos. No podía guardar por más tiempo toda la tensión que tenía en su cuerpo. Rendido dejo su rostro mojarse con las lágrimas que no dejaron de resbalar por largos minutos. Estaba cansado, angustiado, asustado y sobre todo arrepentido. Sabía perfectamente que debió controlarse y no dejarse llevar por la desesperación de JinYoung. Ese fue su gran error y lo supo en cuanto terminó su renuncia, pero aún así pensó que sería mejor para Park mantenerse alejados.
Grave error.
Gritó con fuerza revolviendo su cabello y buscó tranquilizarse tiempo mas tarde para poder seguir recorriendo la ciudad en un nuevo intento fallido de dar con su chico.
Volvió a su casa, no más de 20 minutos. A lo justo y necesario. Algo de alimento, una ducha, otra ropa y salió otra vez. No sabía cómo lo haría pero debía dar con él, como fuese. Dos días más y recurrió a preguntar a la gente, sin dejar pasar ninguno. Consiguió una referencia, pero la siguiente estaba al lado opuesto de la ciudad y en ambos lados ya había pasado en más de una ocasión.
"¡Maldita sea Im! Jamás debiste abrir la boca ese día."
Ese había sido el quiebre definitivo del mundo de ambos. Iba ya una semana, tres desde que había dejado el Hogar y nadie lo había visto aún. Incluso sus compañeros habían conseguido salir y ayudar, a pesar de sus problemas.
JaeBum se había adelantado y avanzaba solo como todas las veces anteriores. Las horas pasaban, el sol se volvía a ocultar y su voz había perdido fuerza nuevamente. Ya creía estar casi alucinando ante la desesperación de dar con él. Incluso lo vió, ahí, sentado en el césped de una pequeña plaza con la mirada perdida en suelo. Sin querer volvió a decir ese nombre esperando ser oído y fue cuando el chico volteó a verle que Im se dió cuenta que no estaba imaginando. JinYoung realmente estaba ahí. Y en cuanto encontraron sus miradas el menor se puso de pie para salir corriendo aún cuando no quería. JB tampoco estaba dispuesto a perderlo otra vez. Salió tras él y unas pocas cuadras después lo alcanzó tirando de su brazo para detenerlo, lo acercó y lo abrazó con fuerza sintiendo como de a poco el pelinegro iba cediendo finalmente después de un gran forcejeo.— M-Maldito, no sabes cuánto me preocupé....— dijo llevando una mano a su nuca mientras pasaba caricias.
— Perdón JaeBum. Todo lo que dije no fueron más que mentiras, solo fue otro estúpido error, por favor perdóname.— rogaba el chico sin despegar su rostro del cuello del mayor.— S-Si necesito de ti...
— Ya basta... Yo... No debí dejarme llevar y realmente lo siento. Por cada cosa que dije... Discúlpame tu a mi JinYoung, por favor.
Con cuidado lo fue apartando hasta poder ver su rostro. Lo había hechado tanto de menos. Había extrañado sus ojos, sus gestos, su cabello, sus manos, sus labios, todo. Aquella mágica sensación que lo había hecho olvidar todo por unos segundos, la necesitaba una vez más con urgencia. Llevó sus manos al cuello del menor y unió sus labios en un tierno beso, lento para no asustar a Jin. Buscó un pequeño espacio y con cuidado introdujo su lengua encontrándose con la contraria que tomaba parte del juego en forma tímida. Se fueron separando a medida que lo necesitaron e Im se encargó de mantener sus frentes juntas.
— Mira a tu alrededor.— susurró tan cerca que sus labios rozaban.— Lo lograste.
JinYoung apartó la vista de sus ojos y se tensó levemente al notar que solo a metros estaban sus compañeros, el sub director y el cordinador observando aquella escena. Antes seguramente habría escapado sin pensarlo. Ahora se sentía seguro de lo que estaba haciendo. Volvió su vista a los ojos del castaño y se aferró a su cuello en un nuevo abrazo. Tras darles unos minutos se acercaron sus amigos mientras JaeBum era acechado por la mirada de los dos mayores.
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Una vez todos de vuelta en el Hogar JaeBum fue citado a dirección. Dejó el lado de Park y estuvo largos y duros minutos en la oficina, escuchando, dando explicaciones y una vez más escuchando.
De vuelta en el salón con todos los demás pasaron un rato juntos y hacia la noche se pusieron de pie llegando a la habitación del menor. Pusieron llave y se sentaron al borde de la cama. “¿Qué te dijieron?” preguntó con la mirada en el suelo. El mayor guardó silencio hasta tener sus miradas conectadas.
— Puedo volver con ustedes.— respondió con una tierna sonrisa en el rostro.— Pero nada de relaciones durante las horas de trabajo.— ambos soltaron una suave risa.—
— Gracias por todo JB.....— tardó en volver a decir algo con nerviosismo.—
— No necesitas continuar.— interrumpió sabiendo que le era difícil buscar las palabras.—
Volvió a recibir esa mirada que tanto había extrañado y de un momento a otro sus labios se habían unido en un beso un poco más cargado a un ritmo algo más acelerado. Jin llevó una mano hasta su nuca y jugó con su cabello enredandolo en sus dedos mientras JaeBum lo recostaba con cuidado sobre la cama.
— Te quiero JinYoung.— murmuró sobre sus labios.— Demasiado...
— Y-Yo.... Yo también te quiero JaeBum.— dijo con menos problema del que pensaba.—
Y tomó una iniciativa que Im jamás habría esperado. Mientras el volvía a tomar sus labios el menor pasaba lento sus manos por el interior de su camisa causando una risa nerviosa en el pelicastaño que se apartó para ver directamente esos ojos que lo habían atrapado desde un inicio. Ambos se sonrieron mutuamente transmitiendo no más que amor.
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Espero que les haya gustado :3
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