Guerra De Hermanastros

By CatyCostamagna-81

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Emily Henman tras tener que sorportar el divorcio de sus padres junto con su hermano mayor Justin Henman se v... More

Sipnosis
1- Alejándome de mi vieja vida
2-La "aerofobia" de Justin
3- Conociendo a los Hudson
4-Una propuesta rechazada
5- La venganza violeta
6- Los miñons en versión Henman
7-The Night Queen Of California
8- Abrazos maternos y Macarrones a la cucaracha
9- Primer día de clases, primer infierno
10-¿Nos Escapamos?
11- El Exorcismo de Justin
12- No tengo la culpa
13-Conteniendo la Calma

14- Desorbitado

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By CatyCostamagna-81

Narra Connor:

La observó desde mi ventana. No aparto la vista, simplemente no puedo. Siento como una parte de mi quisiera ser ese al que está besando, mientras que la otra quiere romperle la cara a ese hijo de puta. Mi mente capta cada movimiento, cada reflejo e imagen. La ira, celos y rencor me ciegan la mirada, mi subconsciencia me advierte y me pide que me aleje lo más antes posible de la casa antes que me releve. Quiero salir, irme a la mierda de donde estoy pero algo que si tengo claro es que el lugar no cambia las personas. Porque se que mis problemas no se encuentran todos en esta casa sino también en mi desquiciada cabeza. Porque con 17 años siento que queme muchas etapas,  porque veo la realidad que tengo que enfrentarme y soportar las personas que están en mi alrededor. Soporto a mi padre, soporto a los usurpadores, soporto que Emily se este besando con un drogadicto. Soportar.

Me desgasta el alma.

Frotó mis manos y tironeo de mi pelo. La frustración y la ansiedad vuelven de nuevo. Me miró en el espejo y siento que no soy yo mismo o mejor dicho no soy lo que todos creen. Fachada tras fachada. Quiero romper algo o más bien a alguien. Tyler. Niego con la cabeza como si me hablará con mi conciencia. No debo. No quiero más pleitos. Pero lo necesito. Las advertencias van y vienen por mi mente, me ruegan de que no cometa algo que me arrepienta en la mañana. Pero es simple todo, me guardo la ira o la descargo. Me tiemblan las manos y comienzo a sudar. Mareado y aturdido. Así me estoy empezando a sentir cuando veo que se separan y se despiden.

Miro al mi alrededor buscando alguna distracción que no sea dañina y cause una cierta tranquilidad en mi. Veo nuevamente a Shelia Rodriguez. Lo único bueno de follar con ella es que de un momento a otro te quita las locuras de encima. Me acerco hacia ella con cautela y la despierto de mi cama acariciando su zona intima con mis dedos y ella me sonríe juguetona.

-Quiero que grites mi nombre- le ordeno mordiendo uno de sus pezones

-Lo que diga, señor-

Narra Emily:

En el momento que llego a la puerta lo único que se escucha como un eco que resona en toda la casa son gemidos, jadeos y los crujidos de una cama. Seguro debe ser Chase. Connor me dijo que el no iba a volver con nosotros porque pasa la noche con una chica. Cierro la puerta detrás mío y apoyo la cabeza en la madera. No puedo evitar soltar un largo suspiro. Aun tengo la sensación húmeda de su boca implantada en mis labios, mi cabeza se encuentra callada, cosa que me da entender que Charlie esta totalmente sorprendida con mi conducta aya afuera. Pero una idea viene a mi mente...Fue la primera vez que me besaron. A decir verdad, no soy de esas chicas expertas en relaciones sexuales o relación amorosa, como quieran llamarla. Nunca tuve novio y con mi comportamiento que espanta hasta una mosca deja mucho que desear. Mientras mis pensamientos aparecen de a poco algo los interrumpe.

-¡Connor más rápido!- fruncí el ceño al escuchar su nombre proveniente de una voz poco femenina-¡Más duro cielo!- no puedo creer que ese bastardo este teniendo sexo en la casa sabiendo que estamos nosotros acá. Que poco respeto tiene por lo demás. Esto me ha pasado antes con Justin con la diferencia que mi madre no estaba en casa y el esperaba que me durmiera para hacerlo aunque a veces ni lo hacia.
  Subo las escaleras con prisa y entro a mi habitación. No lo objetare nada. No estoy en mi derecho porque esta no es mi casa. Porque ellos son desconocidos, simples extraños con los que convivo día a día. 

-¿Serás tan estúpida de no decirle nada? Vives acá, te mereces respeto- regaña Charlie con los brazos cruzados y moviendo la patita, viendo que mierda haré

-Recién ahora se te da por aparecer eh...-

-Cuando veo tales estupideces como estas si- levanta las cejas esperando mi aprobación. Como siempre acepto 

No puedo dejar que siempre me pase por encima creyéndose superior a todos y por mas que sea su casa tiene el derecho de respetarnos como persona. Doy tres, cuatro hasta cinco golpes en la puerta de su cuarto como para que me escuche. Cada vez se escuchan mas ruidosos los gemidos que para mi forma de ver son exagerados. Lo hace a propósito. Pendejo de mierda ¡¿Quien carajos se cree?! No pero a mi no, ya basta. Una semana que estoy en esta casa y parece que vivo en un infierno constante. No lo pienso dos veces y simplemente entro:

-¡¿Que mierda te pasa Co...?!- grito eufórica por un momento para después ver como se me cortaba la voz. Ver de forma desenfrenada como el desgraciado coge con esa chica es impactante. Da vuelta la cara para solo mirarme. Me regala una de sus sonrisas mas falsas y maliciosa, de esas que tienen miles de maldades. Sigo mirando, sin apartar la vista. Me siento estúpida con el hecho de quedarme parada viendo lo que hace. Retrocedo  y lo último que hago es darme la vuelta e irme a donde en un principio me tendría que haber quedado. Me acuesto sobre la cama y miró al techo. Decepción. Tras decepción. Decepción conmigo misma y de no hacerle frente como correspondía hacerlo. Decepción con mi mama por obligarme a disimular lo que no siento. Estoy desorbitada porque no pertenezco a este lugar. No soy yo misma, fingo que todo esta bien cuando mi vida cada día se acerca al abismo.
¿Acaso como me debo sentir con esto? Tener que disimular mis sentimientos y fingir una persona que no soy. Me siento obligada y presionada por parte de todos. Creo que lo único que me queda es un escape, que me ayude a salir de todo esta mierda que me metieron. Las lágrimas caen y caen, no paran de salir y me siento agobiada por está situación que se vive a diario. Pero no me voy víctimizar porque se que no soy la única que le pasa esto.

-Hay cosas que son mejor no pensarlas dos veces- escucho la voz que resona en toda mi cabeza. Charlie

-Tenes razón- asiento

No dejaré que me cagen lo poco que me queda de adolescencia. Ya no mas.
 

Narra Justin:

Siento un pinchazo en la cabeza apenas logró abrir los ojos. La dulce resaca. Me incorporó y al mirar al costado lo primero que veo es Asheley roncando como si no hubiera mañana. Resoplo y refriego mi cara con mis manos. Veo la hora y ya es medio día, no recuerdo la hora que era cuando llegamos acá. Comienza a sonar mi celular con esa música desagradable que uso para poder despertarme mas rápido y después volarlo a la mierda. Cuando al fin lo encuentro, atiendo y la voz de mama sollozando es lo primero que escucho en linea 

-¡¿Que paso mama?!- pregunto asustado temiendo su respuesta 

-¡Es tu hermana!¡No aparece en ningún lado!- responde gritando mas fuerte 

-¿Podrías hacerme el favor de calmarte? Ya la vamos a encontrar. - hago el intento de calmarla y me empieza a insultar. Dios tengo una familia de locos

- ¡¿Como queres que me calme si tu hermana nunca se escapo en su vida?!¡Te quiero ya en casa y no me porfíes pendejo!- responde mas alterada

-Esta bien, ya voy para aya- respondo soltando un largo suspiro. Lo que es esta gente me pierden 

Busco mis cosas y me largo de la casa sin despedirme. Comienzo a pensar en donde carajos se metió esta chica. Parece que desde que llegamos a esta casa lo único que hace es meterse en problemas. Miro a mis costados por si la veo y no hay nada. Tomo el primer colectivo que frena y me siento al lado de la ventana. En todo el trayecto estuve preguntando a gente conocida si la vio en algún lugar o con alguien. Y resulta que la vieron irse con un tal Tyler del instituto. Su nombre me resulta familiar. 

Al llegar lo primero que me encuentro es a unas patrullas que están alrededor de la casa. Cuando entro estaban tomando datos e intentando registrar su ubicación.

-¿Se puede saber cuando fue la última vez que viste a tu hermana?- pregunta el policía con cara de pocos amigos 

- En la fiesta de anoche, ella estaba hablando con Connor en el patio- respondo. En un momento veo que mama se me acerca enfurecida y comienza a llorar

-¡¿Como fuiste capaz de descuidarla siendo vos el hermano mayor?! ¡Porque lo único que te interesa es cogerte a otras chicas y nada mas!- grito furiosa y Will la detiene para calmarla. Observar el estado en el que esta mi mama me duele pero más me duele su injusticia 

-¿Descuidarla? Discúlpame pero te estas equivocando de persona. Vos sos su madre y ni siquiera te importa lo que sentimos. Vos descuidas de tu propia hija. ¡MÍRATE!- levanto la voz y la miro con tanta profundidad y dolor para que una vez por todas entienda por lo que estamos pasando pero de nuevo no lo comprende. Ignoro a todos y subo las escaleras hacia mi habitación. Simplemente no puedo creer lo ignorante que se esta convirtiendo Gloria desde que esta con este tipo. Lo único que le interesa es el. Y a nosotros no nos queda otra que aceptar esta realidad. Que difícil que es aceptar. A las personas les puede llevar años aceptar la vida que les toca. Y yo creo que seré una de esas que buscan las mil y una formas de poder hacerlo. Aceptar.   
Me acuesto en mi cama y no recapacito que Emily se escapara ni logro entender porque lo hizo. Simplemente la desconozco. Lo único que pido es que sea donde esté se encuentre viva y que vuelva antes que empezemos a desquisiarnos porque
todo, absolutamente todo se esta llendo al abismo. No hay control. Nos estamos volviendo locos.                        

Emily:

Dolor. El dolor me sofoca y no me deja respirar.
  Mientras miro por la ventanilla del tren pienso en cómo cambiar mi vida y estar mejor pero se me hace difícil olvidar lo que pase en estos últimos días. Nadie, absolutamente nadie entiende lo que sufro y lo difícil que es para mí tener que ser indiferente al mi alrededor. Demostrar una lágrima para mi orgullo es una debilidad. Pero ahora más que nunca no me interesa tener que largar lo que me carcome. El dolor.
   Las lágrimas caen y la señora que se encuentra a mí lado me sostiene la mano y pregunta
- ¿Querés un chocolate? Saca la tristeza- cuando escucho sus palabras me rei. Cómo si fuera posible sacar la angustia que reprime en mi pecho. La mire y acepte.
- Dicen que los dolores del alma se largan hablando- susurra en mi oido - Cuando era joven siempre fui afortunada, menos en el amor. Me enamoré de un hombre que mi familia lo despreciaba y me quisieron obligar a casarme con quién odiaba. Antes de la boda me escapé y me fui muy lejos pensando que así podría ser yo misma. Cuando regrese mis padres no me aceptaron, me desheredaron y me largaron a la calle. Yo no tenía a donde ir asi que pase días en calle hasta que me recibió una amiga de la familia a escondidas. ¿Sabes de qué me di cuenta?- pregunta alzando los ojos y regalandome una dulce sonrisa
- ¿De que?- pregunté curiosa porque su historia se me hacía similar a la mía
- De que estando fuera de mi familia descubrí lo que quería hacer y ser. Con quién casarme, tener hijos y ser profesional. Todo lo que yo quería y mi familia me lo prohibia. Escapando me abrió los ojos y me reencontre a mi misma- sus palabras parecen una salvación para mi. Sus lágrimas caen como las mías y sonrie
- No sé porqué te cuento esto pero cuando te ví, tan sola y triste, con los ojos asustados como si hubieses cometido un delito, te vi reflejada en mi- me abraza y me da un beso.
- Sea lo que estás haciendo, piénsalo y no olvides que uno está primero antes de los demás - se levanta y se despide cordialmente.
  
    Siento una sensación que hacía mucho que no la sentía. Su consuelo y tacto me ayuda a ver las cosas con más claridad y sonrio porque sé que lo que estoy haciendo es lo correcto. Reencontrarme.
  Me bajo en las paradas seguientes y respiro hondo, sientiendo la libertad en mi cuerpo. Camino segura y firme ante todo. Hace dos año que no veo a mis abuelos pero aún así puedo recordar el camino que me lleva a su casa. El trayecto se me está haciendo largo y descanso en una orilla de la calle de tierra. Cuando miro me celular está lleno de llamadas y mensajes. Desde mis padres hasta algunos compañeros que preguntan si estoy viva. Uno de esos mensajes es el de Connor. Una carta más que otra cosa. Me muero de ganas de saber lo que me dice pero no me va a volver a mí "órbita". Continúo caminando
   Al llegar observó la casa y parece mentira que han pasado los años y sigue siendo igual de hogareña y cálida. Toco el timbre y me atiende una señora de mediana edad

-¿Que busca niña?- pregunta desconfiada
- A mis abuelos, esta es su casa- respondo firme
- ¿Que está pasando por aquí Carolina? - cuando escucho su voz detrás del umbral de la puerta el corazón se me encoje de alegria. Me mira y parece no reconocerme.
- Tu no eres mi hija, ¿Que querés?- entre abro la boca impactada y sin poder entender lo que está pasando
- Soy tu nieta abuela, por favor- intento acercarme y abrazarla pero se aparta.
-Dejame explicarte- responde Carolina que me toma del brazo y me hace entrar. Mi abuela empezó a silbar melodías y se fue por los pasillos. Estoy desorbitada
- No entiendo. No entiendo porque dice que no soy su nieta- respondo desesperada. Carolina me está por responder cuando una voz profunda la interrumpe
- ¿Emily? - al instante me doy vuelta y lo abrazo. Mi abuelo. Mi querido abuelo - No tienes una idea de cuanto te extraño mi pequeña - escucho como su vez se quiebra y me besa la frente. Su abrazo me reconforta y me siento contenida entre sus brazos
- Abuelo te necesito tanto- lloro con cada palabra que pronuncio. Me acaricia el pelo y nos sentamos en los sillones al frente del fogón
- Lamento que vieras a tu abuela en esta situación. No le pasa tan seguido pero hoy amaneció así - habla apenado tomando mis manos
- No entiendo de qué hablas abuelo. ¿Por qué actúa así la abuela?- pregunto atónita
- El año pasado le diagnosticaron alzheimer. Al principio se olvidaba de cosas comunes pero con el paso de los meses empeoró porque comenzó a perder la memoria de corto plazo. Y había veces que solo se acordaba de ustedes pero de pequeños. Pero hay otros días que vuelve a la normalidad y se acuerda de todos. - mis oídos dejaron de escuchar cuando dijo las primeras palabras. No lo puedo creer. No caigo en la realidad. Cierro los ojos esperando que mi abuelo pare de contarme porque me está haciendo mierda
-¿Acaso mamá lo sabe?- pregunto sientiendo como la rabia está renaciendo en mi
- Si, pero dijo que por el bien de ustedes no se los iba a comentar todavía- responde acariciando mi cara
- ¡Dios, es una perra!- me levanto bruscamente e insulto más y más. La impotencia que me genera está mujer es impresionante. Sollozo y mi abuelo me consuela
- La única razón que se lo dijimos era porque pensamos que ella dejaría de lado las diferencias y volvería- responde secando mis lágrimas y tomando mi cara entre sus manos.
-¿De qué diferencias hablas abuelo?- me encorbo de la punzada que siento en el pecho.
- De su resentimiento con lo que hizo mi hijo, tu papá. Desde ese entonces ella comenzó a alejarse de nosotros porque dijo que salíamos a la defensa de tu padre y que no la entendíamos. Estoy decepcionado lo que hizo pero es mi hijo y no nos podemos apartar de el. - me da un vaso de agua y se sienta a mí lado. Comienzo a respirar pausadamente intentando mantener la calma. 
- Ahora entiendo porque ella no quería traernos acá. Es su rencor que la ciega- suspiro y apoyo mi cabeza en su hombro. Aspiro su olor. El olor que me recuerdo mis momentos felices de la infancia. ¿Dónde quedó la alegría? Perdida en lo más oscuro de mi ser.
Mi abuelo sonrie apenas y me ofrece galletas y leche para después preguntarme:
- ¿Que te trajo esta visita?-
- Un escape- tomo un sorbo de leche
-¿De quién? O ¿Quienes?- pregunta curioso como si estuviera deduciendo paso a paso mi llegada
- De todos se podría decir. Solo busco algo de paz. Y pensé que la encontraría acá- resoplo
- Es difícil encontrarla en esta situación que vivimos. Contrate una cuidadora para tu abuela pero a veces no basta con una y necesita más atención- me mira apenado como si dijera que la paz en esta familia no está
- No sé a dónde ir. Solo pido quedarme unos días para despejarme y estar mejor- le suplico con la mirada
- Te podés quedar el tiempo que necesites mi niña. No sabes la felicidad que me das al verte- me abraza y enrrieda sus manos en mi pelo. Es justo en este momento donde la tranquilidad inunda en mi, la siento.
  Me enseña un cuarto y me susurra en el oido "Este era de tu padre" me sonrie nostálgico y se retira. No dije nada solo me limité a mirar estás paredes amarronadas y a persivir sonidos y olores. Es acogedora, iluminada y más que todo cómoda. Siento como si antes yo hubiese estado aqui. Me desplomó en la cama y cierro los ojos evitando a mi subconsciente que pretende aparecer para regañarme la vida, lo ignoro y me concentro en donde estoy. Aún que sea dos o tres días que me quede necesito desorbitarme de la familia que tengo para encontrarme con mi yo o lo que queda de el.
    Antes de dormirme para descansar me abren la puerta y aparece mi abuela queriendo entrar pero Carolina se lo impide. Yo le pido que por favor la dejé pasar. Siento a mi viejita a mi lado y la abrazo, ella parece no darse cuenta de mi tacto y no me frena. Le doy un beso y me lo devuelve diciendo:
-¡Ay hija mia!¿Dónde has estado tesoro?- me pregunta sonriendo como si hubiese tuviera a un ángel frente de ella
- Estoy acá mamá contigo, te extraño- cada palabra que salieron de mi boca en esa respuesta eran como puntazos en mi corazón. Tener que hacerme pasar por mi tía duele. Ella falleció hace seis años por un accidente automovilístico; dió su último suspiro de vida en el hospital. Todavía recuerdo como dolió perderla, la desesperación que sintió mi padre al saber que perdió a su hermanita quien siempre cuido de ella, el sufrimiento de mis abuelos al no poder despedirse de ella. Todas las emociones que se presentaban en aquella sala las sentí e intui en cuestiones de minutos. Por esta razón quiero que mi abuela reviva de ese recuerdo tan querido en su memoria. La sujeto entre mis brazos y le susurro melodías que ella me cantaba desde pequeña. Tenerla duele, solo se que duele no poder estar en cada situación que pasa con su enfermedad. Observó cómo ella de a poco se duerme tan plácidamente en mi pecho, como si toda maldad en este mundo ya no existiera, como si su dolor hubiese desaparecido, como si todo su sufrimiento se acabara, siendo ella tan única y especial en un mundo reinado por la bondad  donde el dolor no habita en las personas y el sufrimiento ya no es un calvario sino un aprendizaje de vida. Así la miró a ella en su mundo fuera de esta realidad. Pobre abuela, tanta angustia se sitúa en tu alma.
   Otra vez una lágrima cae y siento la misma sensación de libertad en mi ser. Parece un sueño estar en esta casa  con mi abuela en mi pecho sintiendome tan llena de amor y paz que es lo que me falta para estar bien. Mientras acaricio su cabello un aroma peculiar inunda en todo el cuarto. Era una mezcla de insesio con rosas, esquisito a decir verdad pero no sé de dónde proviene. Me reincorporo y me paro en el medio del lugar para orientarme con el olor. Parezco un perro como olfateo de un lado al otro, me río por dentro. Me detengo en la ventana y huelo las cortinas, de ahí proviene aquel olor. Hundí mi nariz como si fuese una droga que estuviera aspirando

-Todas las mañanas le rociamos escencias porque eran las que les gustaba a tu papá, entonces para recordarlo lo hacemos- responde mi abuela detrás mio. La sonrisa que tengo en la cara por su voz me llena
-Abuela ¿Te acuerdas de mí?¿Tu nieta?- le agarro la cara y la miró con ilusión
- Cariño, si me acuerdo de vos. No te das una idea de lo mucho que te extrañe- me abraza tan fuerte como si  reconstruyera todas las piezas de mi corazón - ¡Oh! Te amo Emily- me llena de besos en la cara y yo me muero de amor
- ¡Te amo viejita!- exclamo alegre
Aparece mi abuelo abriendo la puerta y sonrie con una felicidad que nos les quedamos mirando para que se una. Nos abraza y nos besa con mucha ternura. Es ahí donde toda amargura, dolor, bronca e impotencia desaparecen de mi mente y se pierden volviendo a mi órbita, ya que hacía tiempo que me encontraba desorbitada sin un camino fijo, sin una vida plena, sin saber que decir o hacer, perdida en la realidad y en un mundo imaginario creado especialmente para escaparme ¿De que? De todo y todos. Desorbitada. Palabra perfecta para describir mi vida hasta ahora.
  Voy a cambiar para estar mejor conmigo misma y el alrededor, quiero y necesito estar bien. Porque la única que puede ayudarme soy yo y nadie más que yo. Voy a empezar a vivir. Porque si de algo estoy segura es que no estás vivo al menos que vivas.

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