Kuroo toma nuevamente mi mano y comienza a caminar, voy un paso tras él.
-¿A donde vamos? -digo.
-Ya verás.
-Estas loco. -susurro.
-¿Te gusta Tadaomi-sensei?
-Ya di-dije que no.
-Mentirosa.
-...
-Así como dejas que Tadaomi-sensei se te acerque tanto, déjame hacerlo a mi también, tú me gustas.
-Para con eso.
-Oye -mira hacia atrás. -es la verdad.
Desvio mi mirada pero vuelvo a él rápidamente.
-Sensei... no se acerca a mi de la forma en la que piensas. -digo.
-No soy ciego, niñita.
-...
-Bien, hemos llegado.
Miro hacia arriba y noto que entraremos a la "casa de los sustos".
-Bienvenidos, adelante por favor. -dice un chico vestido de vampiro.
-Gracias. -Kuroo me mira con una risa en su cara. -¿pasamos?
-Ah..
-Ven.
Entramos por un pasillo completamente oscuro, se ven unas pocas luces verdes y rojas, hay un olor a humedad y las paredes son muy angostas.
-Ve por delante. -me dice tocando mi hombro.
-¿Porqué yo?
-Las chicas primero.
-No iré.
-¿Puedes dejar de pelear e ir?
-Está bien.. pero.. no es necesario que me toques.
-Claro, claro. -quita su mano de mi hombro.
Avanzamos lento porque la visión es casi nula, derrepente en el fondo del pasillo aparece una chica con cabello largo y vestido blanco.
-¿Esa es.. la chica del aro? -me dice tocando mi hombro otra vez.
-Mhh.. parece que si.
-No da mucho miedo.
-La verdad no.
La chica comienza a caminar, lento y las paredes se comienzan a juntar.
-¿Porqué las paredes se juntan? -digo mientras doy pasos hacia atrás.
-No sé.. espera.
-¿Qué.. que pasa?
-Cerraron por detrás de nosotros.
-¿Qué?
Me doy la vuelta y veo que hay una pared que nos cerró la entrada.
-No puedes... hacer nada.. para escapar..
Una voz por detrás de nosotros habla, es rasposa y lenta, Kuroo y yo nos damos las vuelta y esa chica está detrás de nosotros.
Grito y me refugio detrás de Kuroo cerrando mis ojos.
-Por Dios... ella estaba lejos ¿co-como llego aquí tan rápido? -digo.
-Ya, ya se fue..
-¿Qué?
-Se fue..
Mis manos están aferradas al cuerpo de Kuroo, puedo sentir con ellas los músculos de su espalda y lo dura que es.
-¿Te asustaste? -dice.
-N-no, es sólo que ella estaba lejos y en un segundo llego aquí, fue.. la impresión.
-Claro.. debió ser, por cierto.
-¿Qué?
-Tus manos siguen sujetas de mi.
-Ah.. lo.. lo siento.
-No, está bien aunque hubiese preferido que te hubieras aferrado a mi cuerpo.
-¿Eh? sólo fue... una reacción, no te lo tomes como algo más.
-Ahh.. una reacción ¿eh?
Se acerca a mi y toma mi brazo pone una de sus manos en mi mejilla y la acaricia, se acerca a mi y siento como sus labios tocan los míos, intento apartarlo pero voy resistiendo de mi decisión.
Sus labios son suaves y su mano aprieta sutilmente mi brazo y muerde mi labio inferior y se despega de mi, pero no me suelta, le miro y tiene esa sonrisa burlesca en su cara.
-Sue-sueltame. -digo.
Vuelve a acercarse y sus labios quedan a centímetros de los míos, lo aparto con un golpe en el estómago.
-Te dije que m-me soltaras.
-*tos* Vaya, tienes.. fuerza.
-Eres un idiota.
-Besas bien ¿sabes?
-Cállate.
Me doy media vuelta dándole la espalda.
-¿Sabes que? sigue sólo, me voy. -digo.
-Hey, hey, tranquila, no puedes salir, recuerda que debemos terminar esto.
-...
-Vamos.
-No me toques. -me giro para mirarlo.
-Como digas.
-Camina por delante de mí.
-¿Porqué?
-Porque yo quiero, vamos, camina.
Seguimos el recorrido y después de un rato corto lo terminamos.
-Ahh.. que calor ¿no? -dice mientras sacude su camisa.
-No hace calor.
-Y -acerca su mano a mi cuello. -¿qué es eso?
-¿Que?
Toco mi cuello y está húmedo. Toma el cuello del uniforme y lo sube un poco, sus nudillos rozan mi cuello y al estar un poco agachado y además el tener su camisa un poco abierta me dejan ver un poco su pecho.
-¿Que haces? -dice.
-Eh.. ¿qué? nada. -subo mi mirada a sus ojos.
-Mirabas mi pecho.
-Estás loco.. no te miraba el pecho.
-Siempre estás mirando donde no debes, primero mi trasero y ahora mi pecho.
-¿Qué? deja de hablar tonterías.
-¿Tanto te gusto?
-No.. me gustas. -desvio mi mirada.
-Dímelo mirándo directamente a mis ojos.
Lo miro a los ojos y como siempre son tan intensos, me siento tan indefensa frente a él.
-Ah.. no... -digo.
-¡...(N)! -Yosano habla desde atrás. - ahhh... que bueno que te encuentro.
Doy un paso atrás y me doy media vuelta.
-Yosano.. ¿pasó algo? -digo.
-La obra va a empezar... así que debemos cerrar el café ¿nos ayudas?
-Ah.. cierto, vamos -miro a Kuroo y el solo sonríe. -gracias por todo, con permiso.
Tomó la mano de Yosano y me voy a mi salón, intento sacarme la imagen de sus ojos de mi cabeza y pensar en otra cosa, de ese beso tan corto que puso en mi, de su toque pero es algo difícil y además ¿porqué mi corazón no deja de estar así de alterado?