Cricketville (Preview)

I

Bueno, me llamo Francisco tengo 19 años y soy estudiante de Contaduría Pública, soy un chico normal de pocos amigos pues así lo prefiero, soy de esos que la gente evita por su forma de pensar y que no teme decir las cosas de frente, comenzando el semestre fue una mierda pues como en todos lados se paga novatada y esta no fue la excepción, uno de los idiotas de cuarto semestre se acercó a mi y me dijo:
-"Bienvenido novato jajajaja".
para después vaciar un balde de agua helada sobre mi y los otros, por ser el único que no se quedo callado me dieron un puñetazo en el estómago y se fueron entre carcajadas...
De ahí conocí a los que serían mis amigos, Juan, Pedro y William, unos tipos simpáticos, luego de un semestre cada quién tomó su camino y a mitad de vacaciones quedamos para visitar una casa abandonada, de noche claramente, Juan era entusiasta de esas cosas paranormales pero yo nunca he creído en nada de eso y pues fuimos, llegando William dijo:
-"¿Están seguros de esto? No me parece que sea buena idea chicos".
Pedro le respondió:
-"No seas marica bro, es una casa abandonada, la palabra abandonada significa vacía". Dijo entre burlas.
    Ya adentro comenzamos a recorrerla y al principio sólo habían graffitisy paredes destruidas, al subir a los cuartos la cosa se ponía más interesante,símbolos satánicos, sangre en las paredes y lo que parecían miembros de humanoscortados colgando, con un olor infernal se notaba que tenía meses ahí... 
Pedro vomitó, William salió de la habitación y Juan sólo se quedó ahí, inmóvil, yo estaba caminando entre los restos putrefactos con mi linterna.
Bajamos al sótano y vimos una silla con una especie de cadáver, muy descompuesto ya y comenzamos a escuchar ruidos, Juan vio un pedazo de madera, una ouija como dice él:
-"Muchachos miren, ¿les parece si jugamos?" Dijo Juan en un tono casi cínico.
Un estruendo sacudió la casa y todos salimos corriendo, luego de eso no hablamos más hasta volver a clases ya en el segundo semestre. Al regresar fue que Juan me dijo que había conservado ese puto tablero.