Enamorada y bebiendo los vientos por él,
Nada existía más que él;
Me aislé y perpetué sólo su pensamiento,
Fundiéndolo dentro de mis entrañas.
Su voz ya no decía, "te amo"
Ni sus caricias eran dulces
Ni deseadas...
Cuando me poseía era mi dueño de verdad;
¡Yo solo era su esclava sexual!
¡Tengo que luchar...!
Me decía una voz en mi cerebro,
"tengo que huir"
Me repetía sin cesar...
Luego llegaron los insultos,
Los golpes... detrás.
Y mi vida para siempre fue un infierno...
Me decía rota y vencida;
¿Qué más me puede pasar?
El cielo me mandó la respuesta...
Cuando empezaba a olvidar;
¡Me está matando la enfermedad!