-Hey hey, ¿que te ocurre?
Jimin se acercó preocupado, tomando del brazo a Jungkook y este tembló.
-Pero dijiste que yo era tu bicho favorito del mundo mundial, Jimin!
Jimin apartó su agarre y retrocedió un paso.
-¿Qué?
Jungkook le tomó la mano del tatuaje.
-Escribiste sólo las iniciales, porque mi nombre entero no te cabía, y además no querías que nadie descubriese tu especie secreta.
Jimin estaba al borde de las lágrimas.
-Tu insecto favorito eran las libélulas, pero yo te pedí serlo yo, porque me creía un maldito mariquita, creía que eso me hacía bonito.
Los labios del mayor temblaban y se los mordiía inconscientemente.
-Tu padre es entomólogo, tenías la casa llena de vitrinas con insectos disecado.
El peor y mejor día de mi vida fue el día en el que me besaste. El mejor porque nos atrevimos, el peor, porque nos separaron, y pensé que nunca, nunca jamás volvería a ver al chico raro amante de los bichos.
Y que de verlo, éste ya me habría olvidado.
-Nunca. -murmuró Jimin- Nunca te olvidé y nunca te olvidaría, y por miedo a hacerlo, me tatué tu nombre, como cuando era niño. Lo miro todo el día y asi nunca lo olvido.
Jungkook miró a Jimin.
-Dime Jimin, ¿crees que podría darte un besito? ¿Aquí?
Jungkook se señaló los labios y Jimin rió entre lágrimas.
-Maldito mariquita.
Dijo antes de atraerle hacia él y ambos besarse por segunda vez en su vida, y por besar a alguien por segunda vez en la vida.