CAPÍTULO DOCE:
como en los viejos tiempos.
A pesar que Charlie había dicho que se iría veinte minutos atrás, aún no lo había hecho. No que a Cassadee le molestara, ella amaba pasar tiempo con su padre. De todos modos, por primera vez en su vida, estaba celosa de todo el tiempo que estaba pasando con Bella. Era un sentimiento ajeno y no le gustaba ni un poco. Se repetía que Charlie le daba tal atención porque había creído que Bella estaba casi muerta.
Guardó su distancia de su hermana y padre, dándoles tiempo para ponerse al día. Cassadee no podía evitar preguntarse si Bella se sentía así cuando ella estaba con Charlie, definitivamente no lo demostraba si así era. Pero al mismo tiempo, Cassadee tenía un sentimiento de que ellos no necesitaban encajar como ella lo hacía con su padre. Bella y Charlie eran muy parecidos en formas que Cassadee era todo lo contrario. Esos dos podrían mirar la televisión en el mismo cuarto sin hablar y lo considerarían llevarse bien.
Cassadee decidió mantenerse cerca para asegurarse que nada malo sucediera. No tenía un mal presentimiento, sabía que Bella podía controlarse, especialmente cerca de una persona a la que amaba. Igualmente, todos se mantenían cerca por si acaso. A pesar de Jasper, quien siempre esperaba lo peor, todos sabían que con Renesmee en los brazos de Bella, ella no haría nada.
Mientras Jasper se encontraba parado al lado de la puerta, listo para reaccionar en cualquier momento, Cassadee se sentaba en la mesa con Eden durmiendo en sus brazos, moviéndose de vez en cuando. Emmett y Jacob también estaban sentados en la mesa, jugando al Uno con Cassadee mientras el resto del clan Cullen ocupaban otras áreas de la casa.
—Oye, ¿cuántas cartas de agarra cuatro tienes?—, Jacob casi le gritó a Emmett. A pesar de lo irritado que estaba, tomó las cartas correspondientes.
—Me pregunto cuántas relaciones habrá arruinado este juego.
—Probablemente no tantas como el Monopoly.
Cassadee bajó una carta antes de mirar a Jacob —. ¿No pelee con Rachel por culpa del Monopoly?
Jacob rió —. ¿Te refieres a la vez que te enfadaste porque ella ganó? Sí, fue el año pasado.
—Conste que era la ganadora invencible hasta entonces.
—Lo sabemos—, dijo Jasper —. Nos lo has dicho muchas veces.
—Porque sigo amarga.
Jasper apareció al lado de su esposa en cuanto el padre de ella y su hermana se levantaron del sofá. Él mantuvo su atención sobre ellos, pero supuso que si Charlie lo viera observarle sin razón aparente le extrañaría.
—No deberíamos contarle a tu mamá sobre esto—, sugirió Charlie, caminando hacia la cocina. La mujer era extraña, pero no lidiaba con lo raro tan bien como Charlie y las mellizas. Además, es probable que ella pensara que todos enloquecieran e intentara hacer que las mellizas volvieran a vivir con ella.
Bella asintió —. Sí, no quiero enloquecerla. Es mejor protegerla.
—Hubiera intentando protegerte si hubiera sabido cómo. Tengo el presentimiento que no podré hacerlo más—, suspiró Charlie, mirando a sus hijas, quienes sostenían a sus hijas entre sus brazos —. Sólo prometan que se cuidaran la una a la otra.
—Siempre lo hacemos—, señaló Bella, dándole una sincera sonrisa a Charlie.
—Y siempre lo haremos—, terminó Cassadee —. Pero al menos Bella puede cuidarse a sí misma ahora.
—Podía cuidarme antes—, se defendió Bella, claramente ofendiéndose.
Hubo una larga pausa entre la familia antes que Edward hablara —. Claro que podías.
—Eso es debatible—, contestó Cassadee al mismo tiempo que su cuñado.
Hubo otra larga pausa, esta mucho más incómoda que la primera. Era claro que Charlie estaba incómodo, pero tampoco mostró señal de querer irse. Era evidente de que quería hacerlo, mayormente porque sabía que era probable que él era el único humano en la habitación. Pero si ella tuviera que adivinar, Cassadee diría que sólo se quedó porque quería estar con sus hijas y nietas.
Después de un rato más en silencio incómodo, Charlie miró su reloj y suspiró —. Cenaré pronto con Sue y Billy, supongo que debería irme.
Emmett soltó una sonora carcajada, casi haciendo saltar a Charlie —. Ese será una incómoda cena.
—Bueno, papá, si hay algo que has aprendido hoy es que Emmett habla antes de pensar—, habló rápidamente Cassadee para evitar otro silencio. Ella se levantó y lo abrazó con su brazo libre —. No puedo esperar a tener más diversión como esta en el futuro.
— ¿Vas a quedarte para que tengamos más momentos incómodos como este?—, inquirió Charlie a sus hijas.
— ¿Quieres tener más tiempos como este?—, preguntó Bella —. Esto no es exactamente como los viejos tiempos.
Charlie casi rodó los ojos —. Preferiría tener una vida de incómodo silencio si eso significa que ustedes se quedaran.
— ¿Por qué no nos quedaríamos?
—Jake dijo que ustedes se irían sin mí—, Charlie miró al licántropo ahora.
—No iremos a ningún lado—, prometió Cassadee a su padre, brindándole una acogedora sonrisa.
—Si puedes mantener la boca cerrada—, a pesar que fue un susurro, las palabras de Jacob fueron altas y claras.
Bella ignoró a su mejor amigo —. No puedo prometer que nunca nos iremos, papá. Es complicado--
Charlie asintió molesto y entendiendo —. No necesito saberlo—, repitió como recordándoselo a sí mismo.
—Bueno—, dijo Cassadee, arrastrando la palabra —. Yo no iré a ningún lado. Sin importar qué. Puedes contar con ello.
A pesar que Charlie confiaba en su hija mayor, se sentía como si ella sólo intentara calmarlo. Él miró a su esposo, sabiendo que él sería honesto en cualquier situación —. No nos iríamos, señor—, aseguró el rubio —. Cassie nunca lo va a abandonar si puede elegir.
Cassadee rodó los ojos y se alejó de su padre —. Estoy ofendida porque creas más en Jasper que en mí.
—No me ha mentido aún.
— ¡Nunca te mentí!—, se defendió Cassadee —. Sólo omití ciertas verdades.
—Eso es lo que todos dicen cuando mienten—, señaló Emmett.
Cassadee se giró al vampiro —. Ya no eres el tío favorito de Eden.
— ¿No dijiste que tenías una cena a la que asistir?—, le recordó Bella a su padre mientras su hermana y Emmett discutían —. Si no te vas ahora, se las arreglaran para incluirte en la pelea. Créeme.
—Sólo prométeme que visitaras si tienes que irte.
—Lo prometo, papá—, sonrió Bella —. Ahora que sabes lo suficiente, puedo verte cuando quiera.
Cassadee tornó su atención a su hermana y padre —. ¿Sabes lo que eso significa?—, preguntó con una sonrisa —. ¡Todas las maratones de película que puedas querer!—, espetó emocionada —. ¿Por qué no empezamos mañana? ¿Quieren ver Harry Potter o Disney? ¿O Sailor Moon? No tengo preferencia, he visto todas al menos cien veces.
Jasper le sonrió a su esposa —. No la había visto tan emocionada por algo en un largo tiempo.
— ¿Te das cuenta de hace cuanto tiempo que nosotros tres pasamos tiempo sin ninguna —bueno, tal vez algunos es mejor en este caso— secretos? La respuesta es un largo rato—, ella miró a Charlie y Bella, ambos mirándole confundidos —. ¿Qué? Vamos, chicos. ¡Será como los viejos tiempos!
—Supongo que te veré mañana—, le dijo Charlie a Bella, dándole un abrazo antes de sonreirle a Eden y Renesmee, ambas durmiendo en los brazos de sus madres ─. Las traerán también, ¿no?
—Necesitan continuar con la tradición—, asintió Cassadee como si fuera lo más obvio del mundo.
Charlie saltó cuando se giró y se encontró con Rosalie en la puerta. Con todo lo que había aprendido en las últimas horas, estaba más afectado que nunca. Él estaba seguro que había escuchado o sentido a alguien detrás de él —. Sería genial si pudieras hacer un poco de ruido la próxima vez que hagas eso. Sólo para avisarme—, dijo antes de bajar las escaleras. Bella gentilmente le pasó a Rosalie su hija antes de seguir a su padre, siendo seguido por el resto.
—Espera, ¡no elegiste qué miraremos mañana!—, habló Cassadee una vez que estaban afuera.
Charlie se encogió de hombros —. Sorpréndeme, Cassie.
Cassadee negó —. Nope, no puedo hacerlo porque si elijo y uno de ustedes no quieren mirarlo, entonces alguno estará molesto y se lo contagiará al resto, y no podemos tener esto, ¿o sí?
—Realmente no me importa qué miremos, hija. Sólo me interesa pasar tiempo con ustedes.
La igualadora pensó en silencio antes de aceptar la respuesta y girarse a Bella —. Ninguno se quejará de que ya vieron Hércules cinco veces.
Charlie decidió que era el momento de irse antes de escuchar los susurros de su hija. Esa era una de las cosas que no extrañaba de ellas viviendo en su hogar. Él se subió a su Cruiser y encendió el motor antes de mirar una vez más a sus hijas y finalmente arrancó.
—Eso no salió ni la mitad de mal de lo que pensábamos que podría pasar—, dijo Cassadee, más para ella que para el resto —. Un poco incómodo, pero eso suele pasar cuando Bella y papá están solos.
—Bien hecho, Bella—, felicitó Jasper a su cuñada, una media sonrisa en su rostro —. Nunca vi una neófita mostrar tanto control.
—No estoy segura que sea una neófita—, sonrió Emmett —. Ella es tan mansa.
—Emmett, no la antagonices—, le advirtió Edward —. Ella es la segunda más fuerte en la casa.
Emmett rió —. ¡Por favor!
Bella tenía una sonrisa en su rostro —. Bien, tendremos una pulseada.
—Sólo di hora y lugar.
—Justo ahora. La mesa de la sala de estar.
—O—, intervino Alice rápidamente —. Podríamos cuidar la antigua mesa que Esme adora tanto y hacerlo afuera.
—Bien—, asintió Emmett —. Sígueme si te atreves.
Todos rodaron los ojos y se miraron entre ellos antes de seguirlo en dirección al bosque. Él paró frente al tocón de un árbol antes de tomar una gran roca y colocarla sobre el tocón, todo con una arrogante sonrisa.
—No te lastimes, Emmett—, se burló Edward mientras Emmett y Bella tomaban su posición.
—Está bien, en tres—, dijo Jasper, sus brazos alrededor de la cintura de Cassadee con su hija aún en sus brazos —. Uno, dos, ¡tres!
Por el segundo que Emmett estaba ganando, su sonrisa creció. Una vez que Bella se percató de su fuerza, ella rápidamente tomó control de la situación y la expresión del vampiro cambió a confusión. La neófita fácilmente golpeó su brazo contra la roca, rompiendo la punta.
Bella llevaba una gran sonrisa en su rostro antes de girarse a su esposo —. ¿Viste eso?—, ella volvió a golpear la roca, logrando romperla en pedazos aún más pequeños mientras todos sonrían por su emoción. Ella se detuvo cuando vio el sol brillar entre las ramas de los árboles, lentamente acercándose a él. Tan pronto como la luz tocó su piel, ella comenzó a brillar. A pesar que ella sabía que sucedería, era claro que estaba asombrada.
—Shine bright like a diamond—, cantó Cassadee para sí misma —. A pesar que ellos reflejan.