DRAC© [1] ✔

By LuisianaVons

1.4M 104K 21.3K

Si la vida te da una segunda oportunidad, más te vale aprovecharla. Cada cosa que hacemos en esta vida ti... More

DRAC
R E P A R T O
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPÍTULO 20
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22
CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 24
CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 27
CAPÍTULO 28
CAPÍTULO 29
CAPÍTULO 30
CAPÍTULO 31
CAPÍTULO 32
CAPÍTULO 33
CAPÍTULO 34
CAPÍTULO 35
CAPÍTULO 36
CAPÍTULO 37
CAPÍTULO 38
CAPÍTULO 39
CAPÍTULO 40
Epílogo
Nota Final del AUTOR
¡Segunda Parte disponible! DOMINIK

CAPÍTULO 10

33.3K 2.7K 705
By LuisianaVons

DRAC©
Capítulo 10

Su cuerpo resbaló hasta caer prácticamente a mis pies. En otras circunstancias, estaría felíz de ver al asesino de mi padre, a mis pies y agonizando. Pero por alguna razón que desconocía, no era así. Quizás yo tenía corazón y no podía dejar a nadie morir, ni siquiera a la persona que en pocas palabras acabó con mi vida. Lo observé en el suelo de mi apartamento mientras su camiseta empapada de sangre manchaba mi suelo. Sus ojos se cerraban de a poco y su piel era pálida. Odiaba ser tan buena persona. Rápidamente,  con las manos temblorosas, lo ayudé a levantarse. Sus movimientos eran lentos y torpes, su cerebro no reaccionaba, quizás por la gran cantidad de sangre que había perdido.

—¡Oh por dios!—murmure, intentando llegar hasta el sofá con él, en mis hombros—¡No cierres los ojos!

Su mirada aceitunada se fijó en la mía durante unos segundos, mi corazón latía frenéticamente dentro de mi pecho.

¿Qué diablos estaba haciendo?

Déjalo morir.

—Voy por el botiquín de emergencias.

El simplemente asintió con su cabeza, mientras yo caminaba hasta el baño con las piernas de gelatina y el estómago apretado. Esta era mi oportunidad de hacerlo pagar. Tomé el botiquín que estaba en un estante y me senté en el inodoro.

Diablos.

Tenía un montón de emociones en mi estómago ahora mismo, pero ninguna era agradable. Me levanté empapada en sudor y caminé hasta la sala. Su cuerpo se encontraba derramando sangre por todo mi sofá.

—¡Tenemos que ir al hospital!—dije, dejando el botiquín a un lado.

—¡No!—sus ojos se abrieron al tope—No podemos ir al hospital, abran policías allá.

—¿Y qué diablos importa eso?—le grité exaltada—No puedo curarte, vas a terminar desangrándote y muriendo de todas maneras.

El no dijo nada, en cambio esbozó una sonrisa irónica.

—Finalmente conseguiste lo que querías, pequeña Sullivan.

Lo miré atónita, debía estar bromeando.

—¿De qué hablas?

—No te hagas la cínica ahora—me recriminó—Déjame morir, al fín y al cabo, yo asesiné a tu padre—sus ojos me observaron—No me arrepiento de haberlo hecho.

Solté una carcajada irónica.

—Estas muriéndote mientras sabes que soy la única persona que te puede ayudar y aún así sigues comportandote como un maldito idiota.

Me quedé observándolo durante unos segundos, debería dejarlo morir.

—No mereces que te ayude, debería dejarte morir... —lo observé—Pero no soy como tú—su cuerpo seguía manchando mi sofá —Además, dejarte morir así sería muy fácil. Yo quiero que sufras.

Después de eso ninguno dijo más nada, lo ayudé a quitarse su chaqueta que empapaba todo mi apartamento y luego su camiseta, unos tatuajes quedaron a mi vista, iban desde la parte baja de su vientre hasta casí su cuello, un escalofrío me recorrió el cuerpo al instante y la piel se me puso como de gallina. Tomé el alcohol con un algodón y limpié su herida, el decía algunas maldiciones por su parte, mientras yo intentaba limpiar su herida.

—Esto no esta resultando—comenté nerviosa—Tenemos que extraer las balas.

Sus labios se formaron en una línea recta.

—¿Tienes un cuchillo?

Asentí lentamente con mi cabeza, nerviosa de lo que el intentará hacer.

—Búscalo.

Corrí hasta la cocina en busca de un cuchillo, cuando lo encontré volví a la sala. Drac había logrado sentarse pero su herida no dejaba de sangrar.

—¿Ahora qué?

Sus ojos se fijaron en el cuchillo y luego en mí.

—¿Confías en mi?—preguntó seriamente.

En otra ocasión me habría reído hasta llorar.

—No—confesé sincera.

—Buena elección—sonrió vagamente—Porque yo tampoco. Lo que vamos hacer ahora, me va a doler más a mi que a tí.

Observó el cuchillo entre mis pequeñas manos. Oh dios. No puedo hacerlo.

—¡No puedo hacer eso!—dije tan pronto me dí cuenta de lo que planeaba hacer.

—Calmate, Sullivan—sus manos tomaron mis muñecas—Todo va a estar bien. Ahora, respira.

Respiré, su mano guió a la mía hasta un pequeño orificio sangrante en su pecho. El cuchillo apenas rozaba su piel.

—Cálmate—me alentó—Concéntrate, Sullivan.

Respiré profundo sintiendo como el aire se me era insuficiente.

—¡Maldita sea!—Drac dejó salir un gruñido acompañado de unas cuentas palabrotas mientras se retorcía de dolor.

Logré sacar la primera, aún faltan dos. El lado bueno, que en realidad no se si es un lado bueno, es que las balas estan superficiales.

—¡Muy bien, Sullivan!—dijo con el poco aliento que le quedaba—Faltan dos.

Cuando logré extraer las dos restantes, la sangre que había perdido era enorme, finalmente curé su herida y la vendé. Su cuerpo estaba sudoroso y su respiración era irregular. Sus ojos estaban cerrados dejando ver sus pestañas mas largas.

Acababa de ayudar al asesino de mi padre, si el supiera, estaría muy decepcionado de mí.

Limpié todo el apartamento sin dejar rastros de lo que había sucedido, lavé mis manos y guardé el botiquín. Cuando salí lo encontré sentado en el sofá con un cigarrillo entre sus labios.

—No creo que eso te ayude a sentirte mejor—comenté refiendome al cigarrillo.

Sus ojos me observaron. Sacó el cigarrillo de su boca y expulsó el humo.

—La verdad si.

Me quedé esperando algún agradecimiento de su parte pero jamás pasó.

—¿Por qué asesinaste a esos hombres?

El cigarrillo volvió a sus labios.

—No es tu problema—dijo con frialdad.

—¡Claro que es mi problema!—bufé alzando mis brazos desesperada—Estoy involucrada en esta mierda.

—¿Me estabas siguiendo?¿cómo supiste donde estabas?

—Me confundí de baño y escuché ruidos—mentí.

—Estás mintiendo—achicó un poco sus ojos—¿Por qué me ayudaste?

Me senté a su lado. Me hacía la misma pregunta desde que entró al apartamento.

—No lo sé.

—¿Por qué no te alejas de mí?—preguntó esta vez con seriedad—¿Por qué no me temes?

Tragué grueso mientras sentía mi estómago contraerse.

—Mataste a mi padre, Drac—sus ojos me observaron—Le hice una promesa.

—¿Cuál?

Giré mi rostro pero luego lo volví a mirar.

—Hacer que sufras.

DRAC

Apagué el cigarrillo con las yemas de mis dedos, escuchando las advertencias de la pequeña Sullivan. Quería reírme pero el dolor en mi pecho no me lo permitía. Recuerdo que el día en el que la ví por primera vez, sus ojos llorosos y su miedo me hicieron pensar que sería una chica fácil, pero resulta que es más difícil de lo que pensé y quizás esto pueda traerme algunos problemas que no necesito.

—Me iré a dormir, cierra cuando te vayas—murmuró en un bostezo.

La observé irse hasta su habitación, sabía que estaba nerviosa. Tomé mis cosas que estaban esparcidas por todas partes, el cuerpo me dolía un infierno, esto era un puto asco. Tomé mis llaves y encendí mi auto.

Tenía que asegurarme que la pequeña problemática de Sullivan, no me ocasionara ningún problema.

***

Golpeé el saco de boxeo, mis nudillos estaban en carne viva, me dolían pero nada que no pudiera soportar. Cuando me cansé decidí tomar un descanso, tomé un paño y limpié el sudor de mi rostro. Volví a golpear el saco, estas vez con enojo, era la única forma de controlarme.

—¿Qué tenemos aquí?—escuché una voz a mis espaldas. Derek.

—A tu puta madre, hijo de puta—escupí con veneno.

Una sonrisa apareció en los labios de Derek.

—Alguién no tuvo una buena noche—murmuró con ironía, mientras yo me sentaba en un banco y envolvía mis nudillos en una venda—¿Qué sucedió?

—¿Qué sucedió?—pregunté burlesco—Te diré lo que sucedió: sucedió que esos malditos cabrones casi me dejan sin caminar para el resto de mi puta vida.

—Me gustaría ver eso.

—Hasta paralítico te rompería la cara.

Derek arrugó su nariz.

—Tranquilo no sospechan de ti. Pero sabes que no puedes darte el lujo de meterte en problemas o no podré hacer absolutamente para sacarte de prisión—Sus ojos recorrían todo el gimnasio—El alguacil me dijo que alguien intentó denunciarte por uno de tus trabajos.

Tragué grueso. Sullivan.

Se ha vuelto un dolor en el culo últimamente.

—¿Qué no me has dicho, Drac?

—Puede que sea la hija de Sullivan—el me observó con seriedad—Me tiene hasta los huevos.

Derek se acercó lentamente al saco del boxeo y deslizó su mano a través de este.

—¿Qué piensas hacer ahora, Drac?

—Mantenerla callada.

Después de que Derek se fuera seguí entrenando un rato más, me quité la camiseta y mis pantalones deportivos para darme una ducha. Finalmente tomé las llaves que se encontraban en mi locker y encendí mi motocicleta. El aire chocaba contra mi rostro, pero la verdad no me importaba, llegué hasta la oficina de Hugo, con el cuál llevaba desde hace doce años sin cruzar palabras. Unas chicas con poca ropa se encontraban en la puerta mirándome con descaro.

—¿Quieres jugar conmigo?—dijo una de las rubias ronroneando.

Seguí caminando sin prestarle atención, hasta que un tipo me detuvo colocando su mano en mi pecho.

—No puedes pasar.

Giré mi rostro lentamente mientras sentía como hilos de enojo despertaban en mi interior.

—¿No sabes quién soy?—pregunté esbozando una sonrisa cínica.

Saqué mi arma y le apunté en la frente, entonces otro cabrón me apuntó por la espalda.

—¿Se puede saber por qué tanto alboroto?

La mirada de Hugo se encontró con la mía, su sonrisa vaciló pero finalmente se cruzó en sus labios.

—Sobrino—parecía realmente sorprendido de verme fuera de las rejas—Que sorpresa. Alessandro, Vanah, retírense—les ordenó. Ambos hombres se fueron con mal rostro—Pensé que seguías en prisión.

Hugo se sentó en una silla frente a un escritorio.

—Lamento arruinarte tu felicidad, Hugo—respondí con ironía.

—Que modesto, pero no hace falta—me observó—en realidad, ya comenzaba a extrañarte.

Maldito.

—Iré al punto—el encendió un cigarrillo.

—¿Quieres uno?

No quería nada que tuviera que ver con ese imbécil.

—No, necesito saber que sucedió esa noche.

Sus ojos se iluminaron y una sonrisa se esbozó en su rostro.

—¿Te refieres a la noche en la que asesinaste a mi queridísimo hermano?—asentí con mi cabeza mientras sentía como el enojo empezaba a salir.

—No te hagas, bien sabemos que odiabas a mi padre.

Hugo soltó una carcajada, ya empezaba a cansarme.

—No cambias,  sigues igual de impulsivo. Aunque tienes muchos tatuajes para mi gusto—comentó arrugando la naríz.

—Me suda la polla lo que pienses de mí—le grité—¡Contesta de una maldita vez!

—Eso asesinó a tus padres, siempre te guías por el enojo.

Me levanté listo para irme cuando su voz me detuvo.

—Te diré lo que pasó a cambio de algo.

Lo miré fríamente.

—¿Qué quieres?

—Pronto lo sabrás. Te llamaré, Drac.

Le dí un último vistazo y me fui ignorando a todas las putas que Hugo tenía en la puerta de su edificio. Cuando llegué a mi apartamento, Maddison me estaba esperando en la puerta de esta.

—¡Drac, bebé!

—¿Qué quieres, maddison?—respondí cabreado.

Necesitaba desahogarme, distraer mi cabeza de tanta mierda que había en ella. Tomé a Maddison por la cintura y junté nuestros labios, ella no dudó en saltar y enrrollar sus piernas alrededor de mi cintura.

Pero por alguna razón el rostro de la pequeña Sullivan apareció en mi cabeza. Lo ignore y continué besando a Maddison.

AMBER SULLIVAN

Cuando llegué de hacer las compras encontré a Barbara en la puerta de mi apartamento. Tenía tiempo que no la veía, en realidad no la veía desde hoy por la mañana, pero para mi eso es una eternidad.

—¿Dónde esta Max?—preguntó mi amiga, haciendo un puchero.

—Ah, ya no trabaja para mí—le contesté mientras abría la puerta y dejaba las compras encima del mesón.

—¿Por qué no?—dijo mientras se sentaba en uno de los banquitos frente al mesón.

—No se, mamá lo despidió.

—Hablando de ella, ¿cómo esta la señora Sullivan?

—Hablé con ella hacé una semana, pero ya sabes, no somos muy unidas—Barbara asintió con su cabeza mientras jugaba con sus dedos.

—¿Sucede algo, Barb?—le pregunté achicando mis ojos.

—Amber, mi padre me ha contado que han asesinado a dos de sus trabajadores, tengo miedo de que el próximo sea el.

Entonces recordé la noche de la reunión de los padres de Thomas, era mucha coincidencia.

—No se sabe quién fue. Pero ésta mañana le han dejado una nota en su escritorio notificando que èl es el siguiente.

Caminé hasta el sofá sintiendo mis piernas de gelatina.

Drac tenía que estar detrás de todo esto.

—Todo va a estar bien, Barb.

Ella dejó salir un suspiro. Finalmente preparamos algo de comer, vimos unas películas y ella se fue porque tenía cosas que hacer. Me arreglé un poco para ir al cementerio a llevarle unas flores a mis padres. Ya estaba oscureciendo así que decidí apurarme. Cuando llegué, coloqué las flores en la lápida de mi padre, mis ojos se encontraron con un cigarrillo que parecía que no tenía mucho tiempo allí, iba a irme, pero una voz me detuvo.

—¿Me estas siguiendo, no es cierto?

Mi corazón empezó a latir frenéticamente dentro de mi pecho.

—No todo gira en torno a tí—le respondí seca.

—Quizás no—me observó con una sonrisa ególatra—Pero al parecer tu sí.

—¿Después de todo lo que pasó aún quieres asesinar al padre de mi amiga?—pregunté incrédula.

—Ese no es tu problema.

—¡Claro que lo es, maldita sea! Estas empapado de mierda y siempre quieres salpicarme de esa mierda, me involucraste, mataste a mis padres, a los tuyos, a tu hermana—su mandíbula se tensó—No tienes que acabar con la vida de todos sólo porque tu no supiste valorar tu vida y acabaste con ella.

Sus manos se apretaron en puños y ahora lucía realmente enojado, no me había dado cuenta de cuando oscureció.

—Tu eres el culpable de eso, ¿cómo pudiste asesinar a tu propia hermana?

—¡Callate!—me gritó haciendo que retrocediera, se acercó peligrosamente a mí haciendo que mi espalda chocara contra un árbol—¡Cállate!¿No puedes cerrar la maldita boca? ¿ah? —sus ojos me observaron con frialdad—¡Me estás hartando hasta los huevos, maldita sea! Te estás convirtiendo en una gran dolor en culo, te juro que soy capaz de...

—¿Capaz de qué?—lo desafíe.

—Capaz de esto...

Ni siquiera me dí cuenta cuando sus manos tomaron mi rostro juntando nuestros labios.


Continue Reading

You'll Also Like

260K 13.1K 62
El destino te pone en el mismo camino que a otra persona, pero depende de los dos caminar juntos. Amira y Liam son polos opuestos o eso es lo que cre...
22.6K 5K 45
Dicen que los colores tienen significado, yo lo veo todo gris, Wilson Walter lo ve todo naranja, él es de rock, yo soy de baladas, yo lo quiero aleja...
50.2K 3.1K 67
Bienvenidos al mundo de Seventeen. Disfruta de las cortas historias que te traigo de cada integrante, porque todas merecemos soñar con ellos 🖤. ✨Act...
66.4K 11.8K 43
¿Qué pensarías si hubieses vivido más de un siglo sin poder amar? ¿Sin sentir en absoluto ese sentimiento por nadie? Arden ha vivido así durante más...