Lauren's POV
La misma sonrisa, el mismo brillo en los ojos, la voz que alegraba cada lugar que ella pisaba. Pero no eran ya para mí; ver su mano entrelazada con la de esa tal Andy me partió de nuevo, si pensé que perderla y no volverla a ver era lo peor, estaba equivocada, lo peor era que ella siguiera en el mismo lugar que yo y sin ella.
-Yo sí necesito una explicación- hablé-... ¡cuatro años! Y ahora tú no me recuerdas.- sentí los brazos de Sinu rodearme y llevarme hasta el sofá.
-Por favor pasen.- escuché la voz de Alejandro, después aparecieron los tres en la sala.
-Yo soy Andrea Mirales, soy la novia de Camila...
-¡Tú no eres la novia, yo soy la novia!
-Lauren, por favor.- Sinu de nuevo calmándome.
-Okay... deben de entender esto. Por favor déjenme hablar.- Camila siempre tan mediadora. Mi Camz.
-Habla, hija...
-Lo último que recuerdo es una voz que me decía salta y después una gran explosión que hizo que mis oídos sangraran. Después desperté en un lugar donde la gente no hablaba mi mismo idioma, una señora ya muy anciana me cuidó por mucho tiempo y creo que gracias a ella estoy aquí. Yo tenía una mochila- ella miró a Andy que asintió de inmediato.
-La deje en el coche, espera aquí.- salió de la casa.
El silencio inundó la habitación, era notorio la incomodidad que había por parte de Camila, ella no nos recordaba y tenía ya una vida a parte sin nosotros. Yo seguí con la mirada sus pasos cuando se levantó del sofá, se dirigió al piano.
-Sólo recuerdo el rostro de mi padre... un día me encontraba con Andy en un centro comercial y justo pasamos por una tienda de música, entré y me fui directo a un piano negro, no sabía que tocaba... comencé a tocar Twinkle Little Star como si mis dedos tuvieran la memoria que mi cabeza no. La imagen de mi padre vino a mi mente...- entró Andy de nuevo con la famosa mochila roja de Camila en sus manos.
-Aquí está...
-Bien, gracias vida- Camila la besó ¿la besó? Las lágrimas en ese momento ya tenían mente propia salían sin permiso-. En esta mochila estaba esta cámara que al parecer está quebrada, las memorias se estropearon por no sé, pero no sirven. También había esta libreta de dibujos y esta donde al parecer escribía demasiado, estaba este portátil que también se estropeó, este sobre azul- era uno de los de Lucy- y mis tarjetas, junto con mis papeles. Los papeles decían que me llamaba Camila Cabello, pero sin memoria dudaba de eso, no me sentía segura de nada. Sólo una de las tarjetas funcionaba, en ella había 20 mil dólares...
-Es una tarjeta que tenías como repuesto, por si llegabas a perder alguna y en esa no guardabas tanto por lo mismo que era para emergencias.- hablé, ella me miró y asintió. Sentí la mirada de Andy que después bajó la mirada.
-Bien... después de que mis heridas sanaron decidí salir de esa aldea que estaba olvidada en medio de la nada, encontré una carretera y así fui de aventón en aventón y aviones hasta que llegué sin saber cómo a Alemania, donde conocí a Andy en un café- la miró y sonrió-, he vivido estos últimos años en Londres... ¿cuánto tiempo dicen que pasó?
-Cuatro años.- dijo Sinu.
-He estado tres años junto a Andy, viviendo el Londres- rió-. Saben que en el mundo sólo hay 3 hombres llamados Alejandro Cabello, usted era mi última esperanza y es el mismo rostro.
-Yo soy tu papá, mi niña.- sonrieron con las lágrimas como compañeras de esa sonrisa.
-Yo... yo soy tu mamá- dijo Sinu- ¿no me recuerdas?- ella negó.
-Lo siento. Son cosas lógicas, ya que es la esposa de Alejandro... pero, hay algo más. Sólo recuerdo el nombre de Sofía...
-Ella es tu hermana, murió unos meses antes de que el accidente de avión y eso de tu muerte pasara. Todos pensaron que estabas muerta. Tus fans, nosotros, tus amigos... todos.- habló Alejandro.
-¿Fans?
-Eres una de las mejores youtubers de viajes, ibas a cada parte del mundo...- hablé, ella me miró como si quisiera recordar algo. Se tomó la cabeza con una mano y de inmediato Andy abrió su propia mochila para sacar agua y pastillas.
-Tranquila, toma- Camila tomó la pastilla y agradeció con una sonrisa-. Camila suele tener dolores de cabeza muy intensos, los doctores dicen que es por el golpe que recibió al caer. Necesitas descansar un poco.- se dirigió a Camila.
-Es mejor que nos vayamos al hotel...- dijo en voz baja con los ojos cerrados.
-Se pueden quedar a cenar- Sinu saltó de entre el silenció-. Si dices que no Karla Camila, veras.- rió, fue curioso, pero que sus ojos volvieron a brillar.
-Pero...
-Pero nada, Camila.- ese fue Alejandro. Camila de inmediato se sostuvo de nuevo la cabeza, a la vez que una mueca de dolor se dibujó en su rostro.
-Mi amor, ¿estás bien?- me acerqué a ella, abrió los ojos para mirarme.
-Andy...- buscó la mirada de ella. Sentía que moría de nuevo.
-Camila necesita descansar un poco, los dolores de cabeza son muy fuertes y todo esto te está fatigando.
-Pueden ir a su habitación... bueno, la que era tuya.- Sinu ayudó a Camila a ponerse de pie y subir las escaleras junto a Andy.
-Alejandro...- lo miré sin saber que hacer, yo no podía dejar de llorar. El de inmediato me abrazó.
-Lo sé, lo sé...- me abrazó tan fuerte como si quisiera sostener cada fragmento de mí.
-Me olvidó... ella me olvidó.
Camila's POV
-Andy, no recuerdo a nadie... esa niña que me dice mamá, la chica que dice era mi novia... no recuerdo a mi mamá.- yo lloraba.
Estar sin recordar nada de ti era muy difícil, no saber si realmente tu nombre era ese que decía tu pasaporte, no saber ni de donde venías era algo con lo que me despertaba cada mañana. Andy me ayudó tanto y estuvo como mi guía en las cosas, que aseguro, antes conocía y no recordaba.
-Esa niña se parece a ti, sólo que tiene los ojos color mar... esa joven se ve que ha sufrido, aunque se me hace muy conocida y tu madre... sus ojos brillaban cada que te miraba.
-Te amo a ti... no quiero recordar y amar a nadie más que no seas tú.
-Yo también te amo, Camila. Y siempre preferiré tu felicidad, pase lo que pase. Y sabes que todo lo que decidas yo te apoyo.- me acorruqué en su cuello dejando de mirar la habitación que tenía algo familiar y no sabía que era, bueno, recordaba perfecto ese piano.
-Quisiera saber tantas cosas... por ejemplo el significado de mis tatuajes, lo que significa este anillo en mi mano y esa chica que escribió la carta del sobre azul... la cicatriz.
-Las sabrás, amor. Duerme.- así lo hice, dormí abrazada a la mujer que aprendí a amar.
Lauren's POV
Yo no sabía que haría ahora, Camila estaba viva, pero no era mía. Debía luchar por ella o así dejarlo y seguir con mi vida...
-¿Qué haremos?- preguntó Sinu.
-Por lo pronto esperar, ella debe de tener preguntas sobre ella misma.- respondió Alejandro.
-Iré a ver a Lorena...- dije sin más y subí las escaleras.
Pase justo frente a la puerta de Camila y escuché algo que me partió por milésima vez esa tarde.
"-Te amo a ti... no quiero recordar y amar a nadie más que no seas tú.
No me quiere recordar, ya no me ama.
Recuerdo aquella clase de filosofía que recibí en la escuela, en los tiempos antes de que decidiera participar en The X-Factor. Mi profesor de filosofía pregunto si el amor era de los sentimientos o de los pensamientos, yo siempre defendí mi punto de vista. Creía que el amor nacía de los sentimientos permanecían ahí sin importar nada, pero me cuestionaron con un ejemplo que era muy conocido ahora "¿Qué pasa si la persona que te ama pierde la memoria y de repente no lo hace más?", esa pregunta me dejo sin que decir por un momento, al siguiente sólo respondí "el amor nunca se olvida". Quizás estaba equivocada.
Me di mi tiempo para llorar, ahora realmente estaba de luto, mi amor no me amaba y me debía de resignar, pero... ¿cómo? Si sus ojos chocolate me seguían dejando sin respirar, su sonrisa seguía teletransportándome a mi lugar de confort... ella seguía siendo mi todo.
-¿Puedo entrar?- dije al tocar la puerta al lado de la Camila. No recibí respuesta, entré y me encontré con una Lorena en el piso con su cara entres sus rodillas.
-Nos olvidó, Lolo...
-Princesa, sólo debes darle un tiempo hasta que recuerde.
-¿No te importa? Mamá Camila era tu vida... ahora ella ya está con alguien más ¿en serio no te importa?- eso fue un golpe bajo.
-A ti no te puedo mentir, me importa y demasiado, eso me rompió el corazón. Pero si la felicidad de Camila está con ella, yo no puedo hacer nada.
-Deja de hablar así, también importas tú. Yo extrañé a mamá, pero no le puedo perdonar que te haya roto el corazón de esa forma.
-No pienses así, ella no se lo merece, no es su culpa y si mamá ya no me ama, yo no puedo hacer nada...- limpié una lágrima que cayó.
-No mereces sufrir tanto... Lolo, ¿nos podríamos ir a donde íbamos?- la miré sin entender, recordé esa forma de ser de Camila y lloré más. Lorena quería huir de todo esto.
-Ya perdimos el vuelo, pero ahora compro otro y nos vamos.- yo no cortaría sus alas y si esta también era su forma de lidiar con el dolor, estaba bien.
Llegada la hora de la cena yo estaba moviendo cielo, mar y tierra para poder conseguir unos boletos libres y los encontré. Les hablé a Sinu y Alejandro sobre lo que Lorena me había pedido y ellos pensaron que alejarla de esto por ahora, estaba bien.
-Chicas a comer.- la voz de Sinu sonaba más alegre, menos decaída. Todos nos sentamos en la gran mesa, miraba como Camila estaba distraída mirando todo a su alrededor, como si quisiera recordar algo.
-¿Y qué haces en Londres, Camila?- preguntó Alejandro, llamando la atención de todos.
-Trabajo como mesera en un restaurante.- una risa burlona salió de entre los dientes de Lorena, todos la miramos.
-Tú no necesitas trabajar de mesera...
-Lorena.- reprendí.
-¿Qué no quieres que Camila recuerde? De todos eres la más lo desea...- era la primera vez que se refería a Camila sin el mamá.
-¡Lorena!- ahora fue Alejandro.
-Está bien, Alejandro.- traté de suavizar el momento.
-¿Por qué no es necesario que sea mesera?- preguntó Camila.
-Tienes una empresa de hostales para viajeros... tu socia es la que se hace cargo de todo ahora.
-¿Empresa?
-Sí, desde muy joven trabajabas en ese proyecto hasta que se hizo realidad. Empezaste con las casas en México que te heredó tu abuela y después compraste más propiedades en España con el dinero que te dejó Ana, aparte de las también te dejo.- dije yo.
-¿Ana?
-Tu mejor amiga, falleció hace seis años, ella también era youtuber. La asaltaron y bueno... le dispararon. Por eso ese tatuaje en tu ante brazo derecho que dice "Enjoy the ride", era la canción de las dos. Lo pusiste ahí porque con ese brazo sostenías la cámara cada que vlogueabas y así podías leerlo cada que quisieras, también está del lado de la luna porque amas la luna, amas el sol y la luna, cuando te ausentabas recitabas la historia de amor de los dos. Ana era tu esposa, se casaron para que pudieras vivir sin problemas en España, ese anillo significa su amistad, tú se lo regalaste y al morir te dejo todo porque eras lo único que ella tenía, sus padres murieron cuando era muy pequeña y nunca usó todo lo que te dejo. Pero sólo eran las mejores amigas de mundo, nunca se miraron como algo más, casi nadie sabía eso de su matrimonio. Vivian juntas en Madrid, aún el departamento se conserva intacto.- dije todo esto sin mirar a nadie, sólo mi plato, al parecer sólo hablé sin medir mis palabras. Al levantar la mirada pude ver que todos me observaban- ¿qué?
-¿Por qué sabes más de mí que mis padres?- preguntó.
-Porque no había secretos entre nosotras, Camila. Nos íbamos a casar, es obvio que te debía de conocer a la perfección.
-¿Nos íbamos a casar?- ella miró a Andy que le regaló una sonrisa algo triste.
-Sí. Hace cuatro años, este mismo día, me lo pediste. Era el día de tu cumpleaños.
-¿Hoy? ¿Hoy cumplo años?
-Sí, cumples 26.
-Oh...- bajó la mirada.
-¿Estás bien?- la chica a su lado le pregunto y ella asintió.
-¿Quién era Lucy?
-Tu primer gran amor, mañana se cumplen 8 años de que falleció- me miró y pude ver sólo dolor en su mirada-. Ella insistió en que fueras de viaje a Japón, ya que te lo ofrecieron; querías que fuera contigo, pero ella no quiso porque sabía que no resistiría, tenía leucemia y no quería que la vieras morir... fue en vano. Volviste un día después de cumplir los 18 años, ella murió en tus brazos y cada 4 de marzo ibas hasta México para visitar su tumba y estar más cerca de ella.- Camila abrió los ojos con sorpresa.
-¿Y la carta?- sus ojos se cristalizaron.
-Ella dejó en total 3 cartas que fuiste leyendo al pasar de los años.
-Sólo tengo una carta donde pregunta demasiadas cosas...
-Esa fue la última carta. La primera era la de despedida, esa te la dieron apenas murió... por dos años enteros leíste esa carta a donde ibas. La segunda carta es donde te cuenta un secreto y pide perdón por no decirte antes- reí-, vaya tuvimos problemas por eso y junto con esa te dejo fotos que nunca supiste que te tomó, era tu compañera de viajes. Y la tercera es esa que tienes, la tenías que abrir cuando realmente fueras feliz, esa carta la leímos juntas y después me pediste que me casara contigo...- un nudo se hizo en mi garganta, haciendo que callara.
-¿Y las demás cartas?
-En nuestro departamento. Hace años no entro, pero todo debe estar ahí. Ahí están todas tus cosas, tus cámaras de colección, tus premios, tu ropa, tus mochilas, tus libros... todo.- ella asintió.
-¿Vivíamos juntas?
-Sí...
-Lo siento- por fin la pude mirar a los ojos en todo el tiempo que estuvimos en la mesa-... siento no recordarte y no amarte.- un golpe más. Arránquenme la vida de una vez.
-No... está bien, siempre preferí tu felicidad sobre todo- miré el reloj y sólo faltaban dos horas para volar a Paris-. Nugget es hora.
-Sí Lolo- ella se levantó dándole un beso a sus abuelos, se detuvo un tiempo mirando a Camila y después fue a abrazarla, el cual Camila respondió -... recuerda pronto, Camila. Hasta pronto.
-¿Adónde van?- preguntó ella dudosa.
-Iremos de viaje por su cumpleaños...- dije.
-Pero... aún tengo muchas preguntas.
-Será luego, Camila.- me levanté de la mesa.
-Yo... ¡déjenme ir!- miró a Andy que asintió, dándole un beso en los labios-... yo sólo quiero respuestas y ella las tiene, perdón, mi amor.
-No te preocupes, es tu tiempo, yo estaré donde siempre por si decides volver.- una lágrima se escapó de los ojos de Camila.
-Perdón...
-Escucha- llamé la atención de todos-... no es necesario, volveremos en unas semanas.
-Por favor, siento la necesidad de acompañarlas...- suspiré y asentí, ¿qué haces Jauregui?
-Está bien.
-Iré por tus maletas y también pediré un boleto más para ti.- Andy salió de la casa de inmediato, pobre chica.
Salimos de la casa, Camila se detuvo a medio jardín mirando el auto negro estacionado fuera del garaje, ese que ella tanto amaba.
-Abuela...- dijo y salió corriendo al auto. Yo me quedé helada ante aquello.
-¿Qué te pasa?- preguntó Alejandro a mis espaldas.
-Recordó algo...- dije en un murmullo más para mí que para nadie más.
-¡Mira papá! ¡El auto de la abuela! ¡Mi auto! ¡Es tan bello!- gritó como una niña con juguete nuevo, lloraba, de lo que supongo era felicidad.
-Lo recordó...
-¡¿Lauren podemos ir aquí al aeropuerto?!- asentí llorando, ella me podría recordar en algún momento.
Lloraba porque ahí estaba la mujer de la que me enamoré, esa que parecía niña con todo lo que la hacía sentir feliz. ¿Mi Camila volvería? Yo no me daría por vencida, no estaría sin ella un segundo más.