Capítulo 70
La semana paso extremadamente rápida, pero había sido increíble.
Ya casi nunca peleaba con Justin, nos divertiamos juntos.
Fue una semana relajada ya que no tuve que modelar y Justin no tuvo que cantar. Gastamos el mayor tiempo riendo, mirando películas e incluso convencí a Justin de ir al restaurante donde empezó todo, donde tuvimos nuestra primera "cita".
¿Quién iba a pensar que después de ese día, todo cambiaria?
Parecía que habían pasado años desde aquella noche y sólo habían pasado 2 meses y medio.
Me sorprendí a mi misma al darme cuenta que rogaba para que el contrato no termine rápido.
No imaginaba mi vida sin Justin y eso me asustaba.
Habia pasado de odiarlo a tenerle aprecio o más que eso. Me preocupaba por él.
Me sentía estúpida porque sabía que no me servía en nada encariñarme con él. Luego del contrato, seríamos dos desconocidos porque estaba segura de que Justin no querría volver a verme.
Aunque había notado un cambio en él.
Comenzaba a controlar su ira y hacia todo lo posible para verme sonreír.
Posiblemente él creia que no lo notaba, pero lo hacía.
Tal vez sólo me comenzaba a apreciar.
-Podríamos comenzar a buscar a tu hermano- dijo Justin sentado en el sofá junto a mí. Habíamos terminado de mirar una película.
-¿Qué?- pregunté mientras que mis labios subían formando una sonrisa.
-Si, podríamos averiguar en centros de adopciones o, no lo sé- dijo incómodo.
-Ya lo he hecho pero no quieren decirme nada- murmure derrotada.
-Pero yo tengo contactos que pueden ser muy insistentes, ya sabes, no se irán de ahí sin información.
-¿Algunos mafiosos?- bromeé.
-Algo así.
Mis ojos se abrieron exageradamente y Justin suspiró.
-No harán nada malo, sólo conseguir información- explicó.
-¿Lo prometes?- pregunté dudosa.
-Lo prometo ¿me dejarás llamarlos?- preguntó.
Estaba siendo muy amable brindandome ayuda. Era un gesto que valoraba mucho.
-Si- respondí y sonreí sin poder esconder la alegría de que una nueva posibilidad de encontrar a Miqueas apareciera.
Justin me sonrió de vuelta y me abrazó.
-Encontraremos a tu hermano- susurró en mi oído.
Yo asentí, sin poder hablar.
Su celular comenzó a sonar y me separé para que lo atendiera.
-Hola- dijo con fastidio después de haber leído el nombre del llamante- Si...No te interesa....¿Por que?.....Joder, son insoportables.....No lo comentes ¿vale?....Lo sé, adiós- murmuró disgustado y cortó.
No sabía si debía preguntarle quien era o simplemente callarme.
Lo miré y él me miró.
-Era Scooter- dijo sin ánimos.
-Oh- murmuré.
-Quiere que hoy a las 5 vayamos a su oficina para hablar del contrato, estará Paul.
Yo suspiré, realmente no tenía ganas de hacer nada.
-¿Scooter y tú están peleados?- pregunté de golpe, la curiosidad golpeandome.
Justin me miró y tragó, notablemente incómodo.
-Algo así- murmuró.
-Entiendo- mentí sólo para dejar la tensión atrás.
-Iré a darme una ducha- comentó y se puso de pie, no sin antes darme un beso en los labios y sonreirme.
****
-¡Primera vez en tu vida que llegas puntual a algo!- gritó Scooter a Justin cuando nos vio entrando a su oficina.
-Cállate- espetó Justin con su mano agarrando la mía, dirigiendonos al sofá.
Ambos tomamos asiento.
-Hola cariño- dijo Paul acercándose a mi y depositando un dulce beso en mi mejilla.
-Hola cariño- habló Justin burlándose.
-¿Cuál es tu problema?- preguntó Paul frunciendo el ceño.
-Su nombre es ____, no cariño- murmuró Justin fulminandolo con la mirada.
Paul se quedó boquiabierto y luego sonrió mirando a Scooter con complicidad.
Él dio una media sonrisa y negó con la cabeza divertido.
No entendía que estaba pasando y Justin sólo miraba al frente con la mandíbula apretada.
Apoyé mi mano en su muslo y lo acaricie para brindarle tranquilidad.
Él me miró y sonrió de lado.
-Bueno chicos ¡han hecho un gran trabajo está semana!- dijo Scooter entusiasmado sentado en la gran silla de su escritorio.
Yo le sonreí, en verdad lo habíamos hecho y sin ningún esfuerzo, por lo menos de mi parte.
-Sólo queríamos felicitarlos- dijo Paul.
-Gracias- respondí.
Justin se quedó en silencio.
-____, cuéntanos ¿como haz hecho para aguantar a este loco?- preguntó divertido Scooter refiriéndose a Justin.
-Gilipollas- murmuró Justin enojado nuevamente.
-¡Eh! baja la guardia amigo, sólo estaba bromeando- contestó Scooter.
-¿Eso era todo? ¿Ya podemos irnos?- preguntó el rubio sentado a mi lado.
-Pensábamos que podríamos ir los cuatro a tomar un café, o algo- respondió Paul.
-No podemos- respondió Justin.
Yo lo miré.
-¿Por qué no?- pregunté irritada por su mal humor.
-Quiero llevarte a un lugar- respondió con simpleza.
Yo suspiré.
-Puede ser otro día.
-No ___, deja, vallan y diviertanse chicos- dijo Scooter sonriendo.
-Como sea- murmuró Justin y se puso de pié para luego arrastrarme hacia la salida sin darme la posibilidad de despedirme.
-Eso fue grosero- dije mientras salíamos del gran edificio.
-Son unos imbéciles- murmuró Justin irritado mientras se subía a la motocicleta y me pasaba mi casco.
Yo resople y me lo puse para luego subirme junto a él.
Encendió el motor y aceleró llevandome a un lugar que desconocía.
*****
Justin paró el motor y yo quedé hipnotizada observando el paisaje.
-¿Te gusta?- preguntó Justin volteandose para mirarme.
-¿Bromeas?- pregunté incrédula- ¡Es hermoso!- grité bajando de la motocicleta.
El lugar era una especie de bosque solitario, pero lleno de colores.
Había todo tipo de flores y estaba lleno de rocas. A lo lejos se podía observar un pequeño arroyo iluminado por los rayos del Sol.
Era el jodido paraíso.
Comencé a caminar pero la voz de Justin me detuvo.
-Espera, esta parte está llena de rocas, subete a mi espalda, te cargaré- dijo posicionandose frente a mi, de espaldas.
Sin pensarlo, dí un salto y me trepé a su espalda. Él rió y sostuvo mis piernas con sus manos.
Camino esquivando las peligrosas piedras y luego apareció un lugar con el suelo limpio y cubierto de césped y flores de distintos tamaños.
Justin me bajo y se acostó en el suelo, haciéndome señas para que haga lo mismo. Lo hice.
Miré el cielo. El sol irradiaba energía y cegaba mi vista.
-Aquí vengo cuando no soporto al mundo- susurró Justin acercándome a él.
-Es un lugar muy hermoso- comenté.
-Mi madre me lo enseñó- murmuró con los ojos cerrados.
Me sorprendió hablando de su familia, era un tema que él nunca quería tocar.
-Me imaginó a tu madre con tu mismo color de ojos- las palabras salieron de mi boca sin pensarlo mientras imaginaba a una mujer de estatura mediana con una enorme sonrisa y ojos mieles.
Justin abrió los ojos y me miró por un rato.
Luego de lo que pareció una eternidad, habló.
-En realidad, saqué los ojos de mi padre- dijo con dolor.
Sabía que era difícil para él hablar de su familia, pero no tenía ni idea de porque.
-Lo siento, se que no te gusta hablar de ello- dije apenada.
Él suspiró.
-No, creo que es hora de hablar de esto con alguien- susurró casi con temor.
-No tienes que hacerlo si no quieres- respondí sintiendo a mi corazón latir con velocidad.
Que quiera compartir su vida conmigo, me hacía sentir importante y querida.
-Si quiero hacerlo, responderé todas tus preguntas.
-¿En serio?- pregunté tratando de ocultar mi entusiasmo.
Justin asintió y yo pensé que pregunta le haría primero.
-¿Por qué nunca quieres hablar de ellos?- pregunté con delicadeza.
Él me miro y luego de inhalar, respondió.
-Es un tema muy difícil para mi, los he defraudado y nunca podré perdonarmelo.
-¿Por qué los haz defraudado?
Se quedó un rato rn silencio buscando las palabras para comenzar a hablar.
Moría de ganas de saber todo, pero no iba a presionarlo.
-Cuando era pequeño, siempre fui el orgullo de mi padre- dijo con lentitud- pero eso cambio cuando comencé a juntarme con chicos que no eran una buena influencia para mi. Fumaban y tomaban y mi padre no podía tolerar que yo estuviera en ese entorno. Le prometí que nunca probaría drogas y que tomaría alcohol con moderación. Él me creyó, pero un día de valentía y locura, consumi drogas y al ser inexperto, termine en el hospital con gran parte de mi organismo contaminado. Llamaron a mi padre y el tuvo que sacarme del alli. Estaba muy furioso y decepcionado. Comenzó a gritarme y a decirme que él no tendría a un hijo drogadicto.
Juré que no volvería a consumir más, pero eso era casi imposible porque una vez que pruebas drogas, ya no puedes parar.
Justin paró de hablar y inhaló aire con dolor.
Cuando creí que ya no volvería a hablar, prosiguió.
-Estaba fuera de control, comencé a tatuarme y a beber cada vez más. Cantaba y la mayor parte del tiempo estaba inconciente.
Mi padre no lo soporto y me gritó hasta que mis oídos ardieron. Mi madre sólo nos observaba envuelta en lágrimas sin saber que había hecho mal conmigo.
Mi padre era el típico hombre de oficina y no podía permitir tener un hijo así, así que un día se fue de casa y nunca regresó.
Mi madre no supo que hacer, me gritó cosas que un hijo nunca tendría que escuchar de la boca de su madre y luego, me pidió perdón diciendo que no sabía como manejar esto.
Decidí quitarle un peso de encima llendome de casa, sin mí, su vida sería más fácil.
Hasta el día de hoy que no los he vuelto a ver, a ninguno de los dos.
Cuándo terminó de hablar, su rostro estaba pálido y sus ojos cristalizados.
La tristeza invadió mi cuerpo y me pregunté porque había tenido que pasar por tanto en su vida. Nadie se merece eso. Él era sólo un adolescente influenciado, no media los riesgos de sus acciones.
En el momento que más necesitaba a alguien, lo habían abandonado.
Él no había tenido la ayuda que necesitaba y sin embargo pudo salir adelante, sólo.
No había forma de que no lo admirara.
-Y-yo, no se que decir- murmure todavía metida en mis pensamientos.
-No digas nada, sólo abrazame- susurró y no dude en tirarme a él.
Luego de un tiempo abrazados sin decir nada, hablé.
-Debió ser duro para ti- murmuré en su cuello.
-Lo fue- coincidió con voz ronca.
-¿Por qué no haz vuelto a ver a tu madre?- pregunté separándose sólo un poco, para poder mirarlo a los ojos.
-No lo sé, ella no me ha buscado y yo simplemente creo que lo mejor es dejar las cosas así.
-Te equivocas, tal vez ella te extraña y quiere verte, es tu la madre.
Justin bufó.
-Si hubiera querido verme, me hubiera buscado. No es tan difícil encontrarme ahora que soy famoso- espetó con amargura.
Buen punto.
-Tal vez, tal vez no lo se, esta asustada- respondí dándole esperanzas.
-¿Asustada?- preguntó.
-Si, puede ser que tenga miedo de que ya no la quieras.
-Eso es inútil, es mi madre, la amo.
Mi estomago se revolvió con la idea de Justin amando a alguien.
-Eres su hijo, te ama.
-No lo sé, tal vez se olvidó de mi- susurró.
-¡No!- grité.
-No lo sé.
-¿Sabes? Tú me ayudaras a encontrar a Miqueas y yo te ayudaré a ponerte en contacto con tu madre de nuevo- dije sonriendo.
Él alzó un ceja.
-Ah ¿si?
-¡Si!
-No creo que sea una buena idea- dijo Justin observando mi rostro.
-La es, por favor, déjame ayudarte- rogue.
Justin me miro y sus ojos brillaron con algo que no pude distinguir.
-Esta bien- respondió y formó una pequeña sonrisa.
Yo besé sus labios en un intento desesperado por convencerlo de que me tenía a su lado, para apoyarlo.
"No busques a alguien que resuelva todos tus problemas, busca a alguien que no te deje enfrentarlos solo"