Querida Luna:
¿Que es el amor? ¿Se podría describir con palabras? ¿Serías capaz? ¿Podrás amar alguna vez? ¿Que se sentirá? ¿Duele? ¿Te saca una sonrisa? ¿Hace que tu corazón lata más fuerte? ¿Te vuelve un idiota? ¿Un despistados, quizá?
No lo sé.
Tal vez si se pueda describir esa sensación que produce el amor, como se ha estado haciendo en numerosas novelas. Tal vez pueda amar tanto a alguien como para dar mi vida a cambio. O tal vez solo sea un alma perdida, sin ninguna mitad. Sin poder encontrar el amor verdadero.
Yo solo sé que duele, y mucho. Demasiado. Te vuelve vulnerable ante la persona de la que estás enamorado. Haces, piensas y dices cosas que jamás hubieras imaginado hacer. Es como una tortura, que te va matando lentamente y sin ningún escrúpulo. Deja marca, como cualquier otra herida. Pero peor, mucho peor. La peor cicatriz que puedes tener es en el corazón, porque sabes que esa es la única que no vas a poder borrar nunca.
Pero después del invierno llega la primavera. Y así como una simple flor puede congelarse, siempre puede florecer otra vez. Yo lo llamo, el lado bueno de las cosas. Del amor, otras cosas se han hablado. La suerte o la desgracia. La suerte conlleva a un largo camino de felicidad y armonía. Sensaciones vibrantes por todo el cuerpo. Un calor constante que te inunda por dentro. Esa sensación tan bonita de sentirse querida. Amada. Deseada. Eso, ningún otro sentimiento lo puede igualar.
Y por eso amiga Luna, el amor no es fácil. Nadie a dicho que lo sea. Habrá que arriesgarse a veces. Salir herido o ser el ganador. Y será difícil enfrentarse ha ello. Pero de si algo estoy segura, es de querer intentarlo. Querer arriesgarme a salir perdiendo y aún así ganar algo. Querer gritarle al mundo de quién estoy enamorada.
Porque querida Luna, si algo he aprendido es, que, si no se arriesga no se gana.