Narra Jake.
Louis me ha llamado hace más de 10 minutos, Samantha va a venir, quiero hablar con ella, necesito decirle muchas cosas.
Antes de que llegue entro a la ducha para relajarme, unos minutos después salgo hacia mi habitación con una toalla alrededor de mi cintura, no tengo ganas de vestirme de gran cosa, así que solo opte por un pantalón deportivo color gris oscuro y una camiseta negra. Escuche unas llaves.
¿Sera Samantha?
No creo, ella me hubiera avisado.
¿Acaso no recuerdas que le han dado llaves?
Oh cierto, pero de todos modos me hubiera llamado.
Estas en toalla, y yo tengo el presentimiento de que es ella.
Cállate por favor.
No quiero, además, ¿Cuándo piensas darle el anillo?
No lo sé, creo que hoy... Si es posible.
Le he comprado un anillo para pedirle que sea mi novia, Cristian me ayudo.
¿Raro no?
La puerta de mi habitación de abre de golpe, ¿Acaso no le enseñaron a tocar?
-Samantha... - Era ella, abre los ojos como platos. Se me ha caído la toalla, no sé qué hacer- ¿Por qué no me dijiste que venias?
Yo te dije que era ella, pero tú nunca me haces caso. Inútil.
¿Te puedes callar? Gracias.
Aggs.
-Cúbrete ya, por favor. - Sus mejillas estaban muy rojas, como amo cuando se pone así, se ve tan tierna.
Tenía puesto unos shorts negros, unos Adidas negros con blanco, y una chaqueta de cuero negra. Dios mío, esta mujer va a matarme, sus piernas son muy perfectas, tonificadas. Su cintura es perfecta, su piel tan suave. Tiene el cuerpo de una mujer.
Es demasiado hermosa.
Guarda el anillo en tu bolsillo.
Gracias amigo, hasta que al fin me sirves de algo.
Imbécil, fue mi idea lo del anillo, así que CALLATE.
Unos pocos minutos después de pelear conmigo mismo, salgo y la veo sentada en el sillón del living muy concentrada en su móvil.
-¿Con quién hablas? - Se sobresalta y me mira con el ceño fruncido.
-No trates de controlarme. - Rueda lo ojos.
Pero qué carácter.
-No es a ti a quien quiero controlar, es al italiano. - Ese chico no me gusta en lo absoluto.
-Te he dicho que él es mi amigo, nada más. Aparte, nuestros padres tienen un proyecto de unos hoteles. - Creo que se molestó.
No por favor, yo te quiero solo para mí.
-Perdóname. - Agache la cabeza.
-No te preocupes. Ahora, admite que te has puesto celoso... - Se levanta del sillón y se me acerca cautelosamente, rodea mi cuello con sus brazos y me sonríe.
Samantha me estas volviendo loco.
-No estoy celoso, así de simple. - No hice ningún gesto, esta negó con la cabeza y me sonríe de nuevo. Obviamente estoy celoso - ¿A quién engaño? Claro que estoy celoso Samantha.- Soltó una carcajada.
-No sabes mentir querido. - Me guiña un ojo y la tomo por la cintura.
-De todos modos no quiero mentirte... -Me sonríe, pero no me responde.
¿Estará dudando?
¿Pero de qué?
¿Sabes quién no me cuadra mucho que digamos?
Venga, dime.
El italiano, simplemente no me gusta cómo observa a Samantha.
Ese italiano la llega a tocar y solo Dios sabrá lo que le hare.
-¿En qué piensas? - Me observa risueña y con el ceño fruncido.
-Estoy en una conversación muy importante con mi conciencia.
Soltó una sonora carcajada, lo sé es raro que hable conmigo mismo. Bueno en realidad estoy hablando con otro Jake, uno más inteligente.
Me he ofendido a mí mismo.
Eres demasiado torpe.
Para eso te tengo a ti, ¿No es así?
Si, se supone. Pero a veces no me haces caso en lo absoluto.
Shhh.
-Yo también hablo con mi conciencia, esa vocecita rara en mi cabeza... - Sonríe de lado. ¡Ah! No soy tan loco. - Esa chica y yo, tenemos una pelea cada cinco segundos, a veces no la entiendo.
Bueno, ahora creo que ella está más loca que yo.
Y es por eso que la amo tanto.
Comencé a reír como loco, ojala y no piense que me estoy burlando de ella. En realidad eso me dio mucha risa, de un momento a otro los dos estamos riendo como locos hasta que ella se toca el vientre.
-Auch... - Dice aun riendo.
Me senté en el sillón y la tome por la cintura haciendo que quedara encima de mí, con sus piernas rodea mi cintura, y con sus brazos mi cuello.
-¿Quieres ir a comer? ¿O que quieres hacer princesa? - Se sonroja, duda un momento y habla.
-Hace más de 30 minutos fui a comer pizza con Raechel y Amanda, y una familiar... - Ríe- Así que, creo que no tengo hambre, creo. - Dice resaltando la palabra "Creo" - No te impresiones cuando me de hambre dentro de un rato.
-Tu siempre tienes hambre, ¿Acaso no te alimentan en casa? -Soltó una sonora carcajada.
-En casa me preguntan eso siempre, y mi madre se molesta. - Niega con la cabeza y ríe.
Es tan hermosa cuando ríe.
-¿Por qué querías que viniera para acá? -Acaricia mi mejilla.
-Para robarte un rato. - Ríe ante su expresión.
-No me molestaría que tú me secuestraras, al fin y al cabo no puedes vivir sin buscar a mi hermano para algo. - Soltó una sonora carcajada.
Ella tiene razón, la chiquilla salió más inteligente que tú. ¿No te da vergüenza?
Y tú que no haces nada al respecto, ¿Qué más vamos hacer?
Tratar de ser más inteligente, concéntrate hombre.
Me cabreas.
Samantha te está mirando rato, reacciona.
En realidad, me está observando raro, frunció el ceño y comenzó a reír.
-Dime por favor que estabas discutiendo con tu conciencia... - No paraba de reír.
¿Ves? Te lo dije, ahora parecerás tonto delante de ella.
¿Por qué no mejor te callas?
-Ese hijo de su mama me estresa. - Comenzó a reír de nuevo.
Amo su risa.
Algunas veces, su risa da más risa que algunas estupideces que me sale por la boca.
Es que tú dices puras estupideces.
¿Vas a empezar tu otra vez?
Ya, venga me callo.
Aleluya.
-Necesito hablar contigo... -Dejo de reír y me observa atenta.
-Venga, dime. - Sonríe tierna.
-¿Acaso crees que no me he dado cuenta que te has puesto celosa cuando Austin nombro a Brooke? - Se sonrojo.
Sus mejillas tienen una combinación de varios colores rojizos.
-Hablando de la Reina Isabel I... - Rodo lo ojos.
¿La Reina Isabel I?
¿Qué tiene que ver la Reina?
-¿Ah?
-Me he conseguido a la estúpida en la pizzería, la puse en su lugar. - Sonrió con ¿Superioridad?
No estoy entendiendo.
Que le rompió la nariz, es lo que ella sabe hacer...
Wow.
-¿No me digas que la golpeaste? - Negó ligeramente con la cabeza.
¿Y entonces? ¿Qué le hizo?
-Con palabras bonitas también se puede destruir a alguien... - Pff, yo ya sabía - Tan solo me burle de ella a mi manera. -Sonríe.
-¿Estas celosa? - Enarca una ceja y frunce el ceño.
Dios, ¿Cómo puede hacer eso al mismo tiempo?
-Claro que si... - ¡AH! Lo sabía. - Quiere quitarme algo que algún día será mío.
-¿Algún día?- Asiente - ¿Y porque no hoy?
Abre los ojos como platos.
LO HA MAL PENSADO.
-Porque no... - Se hace la ingenua.
-Lo acabas de mal pensar, eres una pervertida... - Reí y rodo los ojos.
-Yo no mal pensé nada ¿Eres loco? - Obvio que lo mal pensó.
-Admítelo.
-¿Dime cómo voy a admitir algo que no es cierto? - Sonreí - Bueno ya, sí. Lo mal pensé.
Lo sabía, ya la conocía muy bien.
Solté una sonora carcajada al igual que ella.
-¿Qué hora es? - Frunce el ceño.
-Como las 8:40 pm... - Mire mi móvil y, efectivamente eran las 8:40 pm. -¿Quieres ir a comer helado?
-HELADO ¿Dónde?- Ríe.
A veces es un tanto infantil, y a veces es completamente madura.
Simplemente perfecta.
¿Te estás dando cuenta horita?
Claro que no amigo.
-Vamos... - La tome de la mano y la lleve hasta el estacionamiento, busque mi auto y nos dirigimos a la heladería.
En el camino hablamos de cosas sinceramente, estúpidas. Tocamos varias veces el tema del italiano, pero ella sigue diciendo que es su amigo y blah blah blah, el chico me cae pésimo.
Al llegar ella entra corriendo a la heladería mientras yo la sigo tranquilamente, ahora noto lo que me decía Louis, las heladerías la vuelve niña.
-¿Qué sabor quieres nena? - La tome por la cintura acercándola más a mí.
-Aguarda, si quieres elígelo por mi... Tengo una llamada. - Tomo en sus manos el móvil y comenzó alejarse de mí.
¿Quién mierda era?
Y como la curiosidad mato al gato, le arrebate el móvil del oído.
-¿Bueno?
-¿Samantha? - Pregunto un chico.
Yo conozco esa voz.
El italiano... Mierda y más mierda, como lo odio.
-No, ¿Para qué quieres hablar con ella?
Samantha me fulmina con la mirada y tenía los brazos cruzados.
Obviamente estaba molesta.
-¿Me podrías pasar a Samanta? No quiero hablar contigo Jake, llame para hablar con ella...
Me cabrea.
-¿Y si no quiero? ¿Qué? - Le dije desafiante.
-Si no me la pasas en este momento juro que...
-¿Qué?
-Mira imbécil Samantha no te pertenece...
Ella es mía.
-Jake, ¿me podrías dar mi móvil? Enserio, me estoy cabreando. - Espeta algo molesta.
-Ella es mía...
-Eso ya lo veremos, que no es por mucho tiempo... - Sin más nada que decir tranco la llamada.
Juro que lo matare.
-¿Qué mierda te pasa por la cabeza? -Dijo algo molesta.
-¿A qué se refería con que no es por mucho tiempo? - Dije en voz alta.
-¿A qué te refieres Jake? -Se acerca a mí con el ceño fruncido.
-Nada, cosas que me pasan por la cabeza...
Ahora si estoy algo confundido en cuanto a lo que dijo.
Es que la manera que la mira, cuando se le acerca cauteloso para rodear su cintura.
LO ODIO.
Samantha es mía, solo mía.
-¿Me podrías decir que sucede? - Levanto la mirada y me encuentro con sus ojos profundos, la miro por unos castos segundos y baja la mirada hacia mis manos.
-Nada... - Dije a secas.
-¿Piensas que no sé qué te ocurre? Te conozco tan bien, que podría jurar que estas confundido en algo que te dijo Gianluca. - Levanta la mirada nuevamente y me sonríe de lado.
-No quiero perderte Samantha. - Ladeo con la cabeza y asintió.
-¿Quieres decirme que ocurrió? - Insiste con la pregunta.
-Nada, no te preocupes... - La mire atentamente.
-No pienso creerte, enserio, dime.
-Solo que no confió en ese italiano ¿Vale? - Frunce el ceño.
No entiendo como no puede notar mis celos hacia ese chico, me molesta todo.
Estás enamorado...
Si, lo estoy y la amo más que nada en mundo.
-Te amo... - Eso salió sin pedir permiso, ella levanta la mirada y sus mejillas toman un color muy rojizo.
-¿Qué has dicho? -Estaba confundida, se puede notar.
-Nada.
Frunce el ceño y se queda en silencio, y un silencio extraño.
-¿De qué sabor quieres el helado nena? - Me observa detenidamente, sonríe de medio lado y me toma de la mano.
¿Qué hace?
-Yo también te amo Jake, no soy ingenua... - ¿Qué acababa de decir?
-¿Qué? - No puedo creerlo.
Que te dijo que te amaba tonto ¿Eres sordo? DIJO QUE TE AMABA.
¿Me ama?
Oh por Dios.
-Te amo Jake, te amo... - Se muerde el labio inferior.
Se acerca cautelosamente a mí, ahora es ella quien me intimida. Sonríe de lado y entrelaza nuestros dedos.
-No puedo creer lo que estoy escuchando. - En realidad, no logro creerlo. - TE AMO SAMANTHA, TE AMO.
La tome por la cintura atrayéndola más a mí, sus brazos rodean mi cuello. Tenerla junto a mí, es algo esplendido.
-La gente nos está observando... - Susurra en mi oído.
-¿Sabes? No me interesa en lo absoluto. - Sonríe y oculta su rostro en mi cuello. - Y ES MEJOR QUE TODO EL MUNDO LO SEPA ¿NO? -Abre los ojos como platos y frunce el ceño.
-¿Qué vas hacer Gilinsky? - Dice sonrojada.
¿Qué haces loco?
Me subo en la mesa.
-Escúchenme bien Damas y Caballeros... - Esto es una locura, pero quiero que todo el mundo sepa cuanto la amo. - Samantha Phipps Rossi... - La gente en todo aquel lugar me observa detenidamente.
-Estás loco... - Une sus manos y sonríe.
-TE AMO SAMANTHA, TE AMO MAS QUE A NADA NI A NADIE EN TODO EL MUNDO, ESTO NO ES UNA LOCURA...- Fui bajando poco a poco y tome sus manos pegándolas a mi pecho. - Porque quiero que todo el mundo sepa que eres mía...
Sus brazos rodean mi cuello y se acerca a mis labios cautelosa. Oh Dios mío.
Las personas que estaban en la heladería comenzaron a aplaudir...
Oh, qué extraño. Estoy nervioso.
Me vas a matar Samantha, como amo sus labios; son tan... Carnosos, suaves y... No tengo palabras para describir esto, al separarnos de aquel beso supe que tenía que decirle.
-Con muchos testigos presentes... - Comencé a decir tranquilamente mientras me volvía a subir a la mesa, y de igual manera toda la gente me miraban atentos. - Samantha, con esto... - Saque el anillo de mi bolsillo junto a su pequeña cajita. - Quiero pedirte oficialmente... -¿Por qué estoy nervioso? Sus ojos brillaban y sus mejillas estas rojizas. - Que seas mi novia...