- Bésame.
- Soy tu maestro - Fabricio jugueteaba.
- ¿Y?
Ella sentía los dedos de él juguetear en sus muslos.
- Me debo portar como tal.
- Ok - ella puso su tacón contra el pecho de Fabricio. - Dame órdenes entonces - los ojos del maestro se iluminaron.
- Quítate la ropa. Ahora.
* * *
Tiz obedeció. Dio un salto bajo el mueble y deslizó hacia abajo sus shorts.
"Carajo" pensaba mientras la prenda recorría sus muslos. La tela le hacía cosquillas y Fabricio miraba sin parpadear.
Ella se acomodó el cabello tras la oreja y sonrío.
Él dio dos pasos hacia adelante y la tomó firmemente de la cintura.
* * *