- No puedo hacer esto - ella reía nerviosa. - Tú sabes que me gustas, ¿cierto? - Fabricio se aclaró la garganta.
- Soy tu maestro - miró el hueco desnudo entre las calcetas de ella y su falda. - Pero lo que es obvio, es obvio.
Beatriz sonrió para sus adentros. Por primera vez en mucho tiempo se sentía en control de sí misma y sus (malas) decisiones.
- Quiero verte un día fuera de la escuela.
* * *
Fabricio era director de contenido de la radio universitaria y Beatriz era una colaboradora ocasional en la sección de música. Había una fiesta organizada por ellos y ella suponía que él estaría ahí.
Se miró en el espejo completamente desnuda por 25 minutos. "Vamos, no está mal". Se miraba excesivamente delgada y presa de su palidez habitual. "Con la ropa adecuada podrías gustarle" Beatriz hablaba consigo misma mientras recorría su abdomen con la punta de sus dedos.
Sacó de su armario aquella combinación que nunca se había atrevido a usar: un bralette de encaje negro, una blusa abierta hasta el ombligo, unos shorts del mismo color y un par de botas altas, que cubrían justo hasta la mitad de su muslo. Se puso todo encima, delineó sus ojos de negro y cubrió sus labios con lápiz rojo. Acto seguido se miró en el espejo.
"Pareces una cualquiera" sonreía mientras se observaba.