Mates (Camren G!P)

By turningpages97

581K 32.7K 17.3K

El pueblo de Campbellville, Ontario, Canadá siempre ha sido el hogar de Lauren Jauregui, donde dio sus primer... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
N/A
Capítulo 7
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12 (Parte I)
Capítulo 12 (Parte II)
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
¡Mi nuevo libro ya está disponible!
Capítulo 17
Fallas/errores en Wattpad
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25

Capítulo 8

18.2K 1.1K 686
By turningpages97

N/A: Espero que les guste ;)

Camila's POV

Los días pasaban, y aunque fuese una semana, la suspensión de Lauren se sentía como una eternidad. Las clases que compartíamos juntas estaban algo vacías sin nuestras miradas chocando cada cinco minutos. 

Esta semana será un desastre. 

Mi cabello era una maraña. Odiaba los días en los que decidía lucir horrible no importa qué le haga. Con un moño: No. Con un clip: Tampoco. Un broche: Mucho menos.

¡UGH!

Lo cepillé y le coloqué un poco de mousse para formar algunas ondas, eso sería lo mejor que conseguiría por el día. Me observé al espejo y gruñí al ver las bolsas bajo mis ojos. No había dormido lo suficiente, el examen de historia se aproximaba y los hechos leídos en las páginas del libro parecían no querer adherirse a mi mente. 

Tal vez si dejases de pensar en ella...

¡Cállate, no pienso en ella!

Estás pensando en ella ahora mismo...

Puse los ojos en blanco y lavé mi cara con agua fría para luego aplicar un toque mínimo de maquillaje, sólo lo suficiente como para cubrir las bolsas y la esencia a muerte mezclada con cansancio. 

Ja, Ja. Qué buen chiste, Camilita.

Me puse unos jeans de tiro alto, una camiseta gris y unos zapatos de un tono más claro que la mezclilla. 

Bajé, desayuné algo apresurada y le pedí a papi que me llevara con su coche al instituto. Al llegar inmediatamente divisé a las chicas en la entrada, probablemente cuchicheando sobre algún rumor nuevo o hablando de chicos. Desconecté mi teléfono del estéreo y lo guardé en mi bolsillo.

"Adiós papi, nos vemos en la noche." Mi padre sonrió de medio lado y evitó mis ojos. 

"Ah, sí, sobre eso... Karla, tú sabes que soy un hombre ocupado con esto de la estación de policía nueva y pues... no creo llegar par-" Rodé los ojos largando un suspiro y abrí la puerta para salir.

Él me observó por unos segundos hasta que su motor volvió a cobrar vida y lo oí alejándose. Ya me valía cenar con la familia completa o a medias, él se lo perdía.

Me acerqué a las chicas que me saludaban animadamente agitando sus manos. 

"¡Hey! Llegas temprano por fin." Se burló Dinah de mi clásica impuntualidad. Reí sarcásticamente y luego de unos minutos de charla, la campana sonó, indicando el comienzo de clases. 

"Bien, abran sus libros en la página cuarenta y nueve, quiero que realicen en parejas el trabajo número cuatro." Ojeé los ejercicios sencillos y me sonreí a mí misma, esto sería pan comido. 

"Señorita Cabello, ¿por qué usted no se ha puesto en pareja?" Alcé la cabeza y miré hacia mis costados para luego volver a agacharla. 

"L-lo olvidé." Sonrió con un leve suspiro y negó. 

"No se preocupe, no estoy regañándola. Puede formar pareja con el Señor Sivan, él se incorporó a la clase hace dos días, cuando usted no estaba." Recordé que ese día había decidido no asistir a clases por un leve dolor de cabeza, permanecí en casa durmiendo y comiendo sopas de verduras.

Asentí y me di la vuelta en dirección adonde el profesor señalaba, encontrándome con un muchacho muy guapo y con una postura derecha, lucía demasiado agradable con esa sonrisita, como si me diese la bienvenida incluso cuando yo debería ser la que lo hiciera. 

"¡Hola!" Movió su silla unos centímetros para que yo colocara la mía junto a él. 

"Hola, lo siento jamás te había visto aquí." Negó, asegurando que no había problema alguno. 

"Soy nuevo en este instituto, nadie me ha notado aún." Reímos e instantáneamente supe que nos llevaríamos de maravilla.

Troye era su nombre, Troye Sivan Mellet. Un muchacho muy carismático, de ojos claros y cabello  castaño algo rizado. 

"Oh, no te preocupes, yo también soy relativamente 'nueva'." Hice comillas y reí. "Entré hace..." Arrugué los ojos y conté con los dedos. "Será un mes en aproximadamente uno o dos días." El dato debió de haberle dado mucha más confianza, porque comenzó a contarme de su vida, olvidando completamente el estúpido trabajo que nos habían asignado y para mi fortuna, ayudando a que la mirada de la ojiverde desapareciese por al menos unos minutos de mi cabeza. Se sentía extraño, como una pequeña molestia en el pecho que me impedía estar del todo bien. Insegura, vacía, así me sentía y no tenía idea de cómo hacer para que se detuviese. 

El timbre sonó y anunció la fecha de entrega del trabajo. Troye y yo decidimos almorzar juntos, así podría conocer a las chicas y familiarizarse mejor con el resto del colegio. Al salir del salón no tardamos más de unos minutos en encontrar a las chicas. Se encontraban sentadas alrededor de esa mesa, que prácticamente, ya era de nuestra propiedad. Al verlo se demostraron algo curiosas, por eso lo primero que hice fue hablar antes de sentarme. 

"Chicas, este es Troye, mi compañero en clase de economía." Lo señalé con la palma abierta y el agitó su mano, devolviendole la sonrisa a las cuatro, que ansiosas le daban la bienvenida.

"Siéntate, no mordemos." Dijo Dinah mientras se hacía a un lado y daba dos golpesitos en la banca. 

El muchacho pronto se adaptó y fue contando varios detalles e historias sobre su vida, familia y amigos. No era nuevo en el país, pero sí en el pueblo, había tenido que dejar su tierra natal porque unos bravucones le hacían la vida imposible en la escuela. Fuera de eso, él era muy alegre y gracioso, de esas personas que contagian su buen humor. Pero no había caso conmigo, tenía hambre pero no ganas de comer, como si hubiese un nudo en mi estómago o algo parecido. Las voces de todos iban desvaneciéndose porque no podía concentrarme en nada, había un bloqueo en mis pensamientos. 

Esa mirada penetrante y verde ardiente, brazos fuertes... Y una sensación de seguridad tremenda. 

Me daban unas ganas enormes de abrazarme a ella cuando no se comportaba como una idiota.

"Hey, Mila, ¿qué te ocurre?" Normani tocó mi hombro levemente, sacándome de mi trance. 

"¿Qué?" La miré sorprendida. "Oh, uh, nada..." Todas alzaron las cejas no tragándose mi respuesta.

"Vamos, estuviste así todo el almuerzo. Sólo miras el plato y revuelves el puré con tu tenedor pero ni siquiera lo comes." Fruncí las cejas y presioné los labios juntos, desviando mis ojos hacia mi comida. 

"S-sólo no me siento del todo bien." Normani me envolvió suavemente en sus brazos y dejó que apoyase mi cabeza en su hombro. 

"¿Acaso te ha hecho algo esa idiota?" Preguntó la polinesia apretando sus puños por sobre la mesa. 

"¿Q-qué? No, no. Ella... no me ha hecho nada." Negué y volví a bajar la mirada, algo sonrojada y recordando los hechos de la semana pasada en la casa de Lauren. Normani se acercó a Dinah y susurró algo en su oído, a lo que la polinesia abrió los ojos enormemente como si estuviese impactada. Cuando la morena regresó a su posición inicial, la rubia me observó. 

"¿Hay algo entre la ojitos y tú?" Cuestionó en un tono indescifrable y genuino interés, quizás fue temor, deduje por la expresión en su cara.

"¿Qué dices? Claro que no." Di mi negativa, pero Normani rápidamente hizo una mueca, aparentemente no muy convencida. "¿Por qué me ven así?" Llevé mis ojos a los de Ally, que se encogió de hombros y me enseñó las manos. 

"Mila... El otro día yo pasaba con mi novio por la entrada del bosque y... te vi saliendo, era bastante tarde y le pedí que te siguiéramos para asegurarnos de que nada te ocurriese." Explicó y mi boca cayó abierta hasta el suelo. 

"Todos sabemos que los Jauregui viven en ese mismo bosque, a menos de un kilómetro de la entrada." Obvió Dinah. "Y nadie, nadie jamás entra ahí sin su permiso." 

Bueno, te han atrapado, Camilita.

"Y-yo, uh, yo s-sólo fui a su casa... para agradecerle lo que había hecho... Evitó que me golpearan." Sonrisas se formaron en los rostros de todas, incluso en el de Troye. 

"¿Agradecerle? ¿Fuiste a su casa para agradecer nada más?" Movió sus cejas.

"¿Qué intentas insinuar?" Pregunté alarmada.

"¿Se han besado ya?" Su voz entusiasmada. Vi a Mani con mi ceño fruncido y el pulso ya acelerado. La sola imagen que mi mente creaba estaba causando estragos en todo mi sistema. Sus brazos alrededor de mi cuerpo, sus labios cerca de los míos. No se sentía mal, se sentía tan... correcto de alguna manera.

¡¿Qué rayos estás pensando Karla?!

"¡Por supuesto que no! ¡Yo solamente pasé, hablamos por unos minutos y me marché!" Exclamé exaltada. 

"Oh, sí claro. Camila es obvio que hay algo entre ustedes dos, Jauregui jamás ha defendido a nadie en su puta vida a menos que sean de su grupo, escuadrón, manada de idiotas, o lo que sean." Refutó casi irritada.

"Ella dijo que lo hizo porque odiaba a ese tipo. Por favor, piénsenlo. Lauren no haría algo así por mí." Intenté hacerlas entrar en razón porque lo que estaban diciendo era en serio descabellado. 

"Bien, puede que no haya nada entre ustedes AÚN, pero las tendré bajo la mira." Me apuntó con dos dedos separados como si estuviese acusándome de un crimen. 

"Pues no sé qué sea lo que le ocurre a ella conmigo, pero yo no siento nada." Afirmé segura. O casi segura... Bueno, tal vez no muy segura. Mi fachada fue cayendo a medida que sus rostros se fueron mostrando uno por uno escépticos. "Ya, dejen de verme." Me cubrí apenada.

"Como sea. ¿Qué clases compartes con ella?" ¿Qué tenía que ver eso?

"Uh, un par, no recuerdo todas." Asintieron llevándose sus tenedores a la boca como si nada. ¿Estaban de broma?

"Yo digo que... Ya que compartes clases y al parecer no tienes miedo de ir a 'agradecerle', deberías llevarle tus apuntes de estos últimos días. Ya sabes, sólo para que no se atrase con las tareas." Se encogió de hombros y sonrió guiñándole un ojo a Mani. 

En realidad, esa no era tan mala idea... 

"¿Tú crees?" Volvieron a asentir con vehemencia. "Supongo que sí podría hacerlo..." 

"Woah, me estoy enterando de todo demasiado rápido." Rió el castaño y nosotras lo acompañamos. "Ya luego deben mostrarme a esa tal Lauren Jauregui, por cómo la describen parece una criatura feroz de los bosques." Moví la cabeza con una sonrisa y me dispuse a terminar mi almuerzo. 

Lauren's POV

2:14 p.m.

El sudor recorría mi frente, cuello, clavículas y espalda. El saco de boxeo estaba destrozado, me había encargado de hacerlo añicos en tan solo treinta minutos. Mi boca entreabierta, el aire entrando y saliendo de ésta. Tenía las manos cubiertas por vendas blancas y llevaba toda ropa de deporte para no arruinar la común. 

Las gotitas caían y se colaban por mi sujetador hasta llegar a mi abdomen, donde se albergaban entre mis músculos abdominales, que se contraían y se descontraían con cada golpe.

El sonido del timbre hizo que me detuviese y tomara una toalla para rodear mi cuello con ella. Bebí algo de agua y subí las escaleras hacia la sala. Ya desde abajo me daba una idea, pero arriba pude reconocerla perfectamente, su aroma era inconfundible y adictivo. El calor se apoderó de mi cuerpo y apreté la mandíbula. 

Necesito follar.

Abrí la puerta y la vi ahí, con su vestimenta casual y unos papeles en mano. Alcé una ceja. 

"¿Sabes que estoy suspendida, verdad? No es que esté enferma ni nada por el estilo." Separó sus labios como para decir algo. Dios, en serio necesito liberarme de tanta tensión. Asintió y abrazó la pila de papeles. 

"Sí...Yo solamente venía a traerte mis apuntes para que no te a..." Sequé mi estómago con la toalla, sus ojos siguiendo mis movimientos de cerca. "atrasaras." Alzó la vista rápidamente a los míos, viendo la sonrisa arrogante que llevaba en mi rostro. Tragó saliva. 

"Ah, genial." Extendió las hojas enganchadas por un clip y me regaló una media sonrisa, sólo ahí pude ver con detalle lo agotada y drenada de energía que lucía. Debajo de sus ojos había unas bolsas de color más oscuro que el resto de su piel, casi de un morado pálido. Era claro que había intentado esconderlas con maquillaje, cosa que podía engañar a muchos, pero no a mí. Dejé el papelerío en la mesita junto a la puerta.

"Bueno... Ya me tengo que ir a casa, debo cuidar a Sofi." Jaló una de las tiras de su mochila. "Suerte." Agitó su mano y se dio la vuelta, pero un segundo después y sin siquiera pensarlo, la tomé del brazo y la volví hacia mí haciéndola chocar con mi pecho, en donde sus manos quedaron. "¿Q-qué-"

"¿Dormiste?" Pregunté sin darle tiempo a nada. Camila agachó un poco la vista y luego de un momento negó, logrando que una sensación de estrujamiento atacase el interior de mi caja torácica. 

No podía hacer nada. 

"He estado ocupada estudiando para el examen de historia, no tuve tiempo." Apreté mis dientes entre sí. 

O tal vez... 

"Ve a casa, come algo y duerme, vas a descompensarte si no lo haces." Frunció el ceño y se alejó un paso.

"¿Cómo sabes que no he comido?" Rodé los ojos. 

"Los rugidos de tu estómago se oyen hasta aquí." Contesté algo molesta por la falta de cuidado hacia su propia persona. 

"Oh. Uhm, iré a casa ahora, no puedo llegar después que Sofi." Solté un 'Mmm.' con la boca cerrada y la observé hasta que desapareció por el camino cubierto de hojas entre medio de los arboles y las hierbas silvestres.

-

8:34 p.m.

Me duché y cambié en menos de una hora, no quería llegar a más de las nueve y media a su casa, sus padre podrían quedar con una mala imagen mía y no planeaba que eso sucediera. 

¿Por qué rayos te importa lo que crean sus padres?

La luna ya podía verse y las estrellas brillaban por arriba de las copas de los arboles. Mis botas aplastaban y hacían crujir las hojas secas cada metro que me acercaba a esa puerta de madera. La propiedad estaba rodeada por nada más que vegetación y algún que otro animal inofensivo rondando por ahí.

Me detuve a unos centímetros de la misma pieza esculpida y al notar que el timbre, según un pequeño cartel, no funcionaba, toqué tres veces la puerta con mis nudillos. No se me hizo rara la falta de grititos o voces agudas al otro lado, ya que era bastante de noche y su hermanita debería de estar durmiendo. Oí unos pasos en lo que supuse sería una escalera, porque rechinaba. Los mismos pasos ligeros se acercaron y ella corrió la tapa para observar por la mirilla. 

"Lauren, ¿qué haces aquí a esta hora?" Su cabello ya no estaba suelto, ahora lo llevaba hecho en una trenza no precisamente prolija, pero que en mi opinión le quedaba muy bonita. Al igual que sus leggins negros y ese suéter que le llegaba hasta un poco más arriba del ombligo. 

Abrió completamente la puerta y dio un paso afuera. Al percibir mi mirada, sus ojos bajaron por su propio cuerpo y pareció avergonzarse un poco. "Lo siento, no esperaba a nadie." Negué quitandole importancia. 

"No importa, sólo venía a darte esto e irme." Estiré mi mano, entregándole una carpeta con hojas y más hojas. 

"¿Qué es esto?" Le dio una ojeada a las notas y apuntes. 

"Son mis apuntes de historia, creí que podrían servirte para el examen." Sus ojos se agrandaron y entrecerraron varias veces, estaba intentando leer con la luz tenue del porche. 

"La guerra anglo-estadounidense de 1812... conocida como la guerra anglo-americana o guerra de 1812... fue un conflicto que enfrentó a los contra el y sus colonias... lucharon entre y por tierra y mar..." Revisaba y balbuceaba el resto del texto. "Wow. Esto está realmente detallado... Muchas gracias." Alzó la vista y sonrió enseñando sus blancos y perfectos dientes. Casi que le devuelvo el gesto, pero lo reprimí a último momento. 

"No los necesitaba más porque ya di ese examen y de todos modos me hubiese deshecho de ellos." Dije, señalándolos. Asintió y colocó un mechón de cabello detrás de su oreja. "Bien, será mejor que me vaya, te veo lu-" 

Crack.

Un sonido por entre los arbustos detrás mío llamó mi atención e hizo que mi mirada se enfocase en nada en particular, ya que no podía ver mucho en la oscuridad, pero sí oler y oír. Era un animal, bastante grande por lo que mis sentidos me advertían. Bajé las escaleras. "Camila, ven aquí y quédate detrás de mí." Su ademán se tornó atemorizado, sus piernas temblaron al correr hacia mi espalda. 

"¿Q-qué fue eso?" No dije palabra alguna, simplemente me quedé observando al frente y tratando de localizar al animal. Giré en mi lugar, para inspeccionar al otro lado. "Laur-¡AHH!" El ya conocido ruido de crujido hizo que Camila saltase y sus piernas se agarrasen fuerte a mis caderas. Enlazó sus brazos alrededor de mi cuello y tuve que agarrar sus muslos para que no cayese, mientras que su cara se escondía entre mi cuello y hombro derecho. Lo que fuera que andase por ahí no podía ser un animal peligroso, lo hubiese sentido. No sabía si maldecirlo por asustar a Camila, o si agradecerle por tenerla abrazada a mí. 

El ruido volvió a hacerse presente y creí escuchar un quejidito lleno de miedo salir de su boca. Permanecí inmóvil para no alarmar al animal, que pronto salió de su escondite con un montón de pasto y plantas en su boca. Era un ciervo marrón con manchas blancas. La ojimarrón se negaba rotundamente a separarse y por eso no lo había visto aún. 

"Tranquila, es un ciervo, ya se está marchando." Su cabeza se alejó lenta y dubitativa de mi cuello y miró en la dirección en la que el ciervo se iba. Al no verlo más porque ya la distancia era demasiada, sus ojos regresaron a los míos y maldije mi idea de haber traído una chaqueta, pues mi temperatura subió de un pique y deseé deshacerme de ella lo antes posible. Pero no si para eso tenía que soltar a Camila. 

Su expresión se veía preocupada, parecía estar rogando por algo, no supe bien qué. Sus manos justo como la otra vez apretaron mis hombros, al mismo tiempo que su boca se entreabrió sin que si quiera un suspiro saliese. Copié su acción, apretujando sus muslos, y cuando un jadeó fue liberado de su parte, no lo soporté más. 

"Hahh." Soltó un gemido cuando su espalda chocó contra el tronco de roble y en menos de un segundo mis labios se fundieron con los suyos, saciando, llenando, y colmando la necesidad pura de sentirla. No fue para nada suave ni lento, era feroz y hambriento. Sus manos acariciaban mi nuca y mi espalda alta, por encima de mis omóplatos, mientras que las mías se hundían duramente en cada centímetro de piel un poco más abajo de su trasero. De vez en cuando se me escapaba algún que otro gruñido porque no era suficiente el hecho de sólo besarla. Como si fuese posible, pegué mi cuerpo todavía más al suyo y nuestras lenguas, que ya se habían encontrado anteriormente, danzaron juntas, sin pudor ni cuidado alguno. Una de mis manos hizo su camino debajo del suéter a rayas y comenzó a masajear su delgada cintura, yendo hacia su suave espalda baja y terminando en el costado extremadamente delicado donde se podían tantear sus costillas y la tela del sujetador. "Laur-mhh..." Nos uní una vez más, mi boca, mi cuerpo y mi alma en sí pedían a gritos que no la dejara ir, que me aferrara a ella y que por ninguna razón la soltase. "Lauren..." Dejé un beso debajo de su mandíbula y otro sobre sus clavículas. 

"Lauren." Mi vista recuperó el enfoque y ella seguía ahí, con el ceño fruncido y algo confundida. "Y-ya puedes bajarme..." Tartamudeó aparentemente incómoda o avergonzada porque mis manos no la liberaban del fuerte agarre. Abrí bien mis ojos y la solté. 

No, no, no. ¿Q-qué?... ¡¿En serio eso fue sólo mi maldita imaginación?!

Camila arregló su cabello y acomodó el suéter lo mejor que pudo mientras mordía su labio inferior, seguramente preguntándose con qué coño me había distraído tanto. 

Ni yo sé qué acaba de ocurrir. 

 Sacudí mi cabeza y cerré mis ojos fuerte, pretendiendo quitar esas imágenes de mi cabeza.

"¿Te encuentras bien?" Preguntó con cautela. 

"No." Evadí cruzar miradas y a su mano que se acercaba peligrosamente a reconfortarme tal vez. "Yo... Debo irme, adiós." Caminé de manera apresurada hacia mi moto y me largué de ahí sin más. No podía quedarme otro segundo o quién sabe qué locuras le hubiese hecho. 


Nota: Tarde, lo sé y lo siento. He tenido una fuerte pelea con un ser querido y no tenía muchas ganas de nada la verdad, pero aquí estoy y los compenso con un cap de casi 4000 palabras ;) 

PD1: ¡Les deseo un muy feliz año nuevo y que todos sus deseos se cumplan! 

PD2: El 2 de enero me iré de vacaciones a la playa... Les juro que haré lo posible por actualizar, ya tengo un plan de cómo hacerlo, pero en caso de que no se den de manera favorable las cosas, igual llevaré mi laptop y escribiré allá los caps (por lo tanto cuando vuelva habría maratón o ya veré qué hacer) ¡Los quiero!

PD3: Este cap está dedicado a mi amiga S4KURlT4 por haberme ayudado tanto en estos últimos tiempos, ¡muchas gracias!

Si les gustó, por favor voten, dejen sus comentarios, compartan, pásense por mi otro fic y tengan un muuuuuy buen día (o noche) *heart emoji* 

Continue Reading

You'll Also Like

70.5K 11.7K 49
nacido en una familia llena de talentos aparece un miembro sin mucho que destacar siendo olvidado sin saber que ese niño puede elegir entre salvar o...
250K 17.3K 89
Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.
142K 8.6K 32
𝐒┊𝐒 𝐂 𝐑 𝐄 𝐀 𝐌★ 𝐋 𝐀 𝐑 𝐀 no entendía el por que le temian tanto a su compañero de universidad 𝐓 𝐎 𝐌, el tenía actitudes raras pero no lo...
116K 13.5K 25
SLOWBURN :: Es difícil explicar cómo mierda había llegado aquí. Se supone que solo era un pequeño secreto, mi pequeño secreto; ese tipo de secretos q...