Mates (Camren G!P)

By turningpages97

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El pueblo de Campbellville, Ontario, Canadá siempre ha sido el hogar de Lauren Jauregui, donde dio sus primer... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
N/A
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12 (Parte I)
Capítulo 12 (Parte II)
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
¡Mi nuevo libro ya está disponible!
Capítulo 17
Fallas/errores en Wattpad
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25

Capítulo 9

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By turningpages97

N/A: ¡No me extrañen aquí estoy! ;)

Lauren's POV

"Mmh, m-mierda..." Deslicé mi mano una vez más por mi espasmeante erección, la sustancia blanca y pegajosa fue expulsada en grandes cantidades de la punta, manchando mis sabanas y resbalando por mi mano. Gruñí ante el desastre que había hecho. 

Cambié mis bóxers por otros, porque estos ya estaban arruinados. Me sentía tan avergonzada de mí misma. Me había masturbado tres veces ya, las tres veces imaginando a la misma persona, en un escenario diferente cada una. Y vaya que habían sido tres buenos orgasmos. 

¿Cómo es que podía llegar y simplemente ponerme así? Me estaba volviendo loca. Quería besarla. Quería tocarla, quería sentirla completamente, quería estar dentro suyo, hacerla mía y luego que todos lo supieran. Que todos supieran a quién le pertenece ese precioso cuerpito. 

¿Qué demonios es esto? 

Debe de ser deseo, sólo es una humana, no existe tal cosa como el... ¿amor? entre bestias y humanos. No, claro que no. Jamás he visto algo así. 

Lo que no significa que no sea posible... 

¿Era posible? 

Camila no es como las demás chicas. No. Ella es diferente. Sus manos son más suaves que cualquier otro par de manos, y encajan perfectamente con las mías. Su aroma es... fresco, se siente como en casa. Su cuerpo, pequeño en comparación con el mío, me dan ganas de abrazarla, protegerla. 

Lo único que pude entender en el momento en que Mccain la atacó fue que no dejaría que la lastimara. No dejaría que la tocase, nunca. Ni él, ni nadie. La deseo, sí, tiene unas curvas para morirse, sí. Pero eso que sentí en la cafetería y lo que imaginé frente a su casa... 

Aunque le haya mentido a ella, no puedo mentirme a mí misma. 

¿O sí? 

Sacudí mi cabeza. 

¡YA DEJA DE PENSAR EN ESTAS COSAS, JAUREGUI! 

Necesitaba una ducha bien fría. Rápido. 

Las mañanas no eran buenas si la noche anterior había dormido menos de cinco horas. Mi espalda dolía, definitivamente debía comprar un colchón nuevo... Y un despertador, porque este estaba hecho pedazos en el suelo. 

"Nngh." Gruñí cuando me levanté por completo.  

La puerta se abrió y mi madre entró con una pila de ropa doblada y planchada. 

"Ma, podría haber estado desnuda, ¿sabes?" Rió tapándose la boca.

"Te he bañado y cambiado los pañales, creo que ya conozco lo que hay ahí debajo." Señaló mis bóxers y descansó la ropa en mi cómoda. 

Mi madre era probablemente la única persona en el mundo que podía hacerme sonrojar. 

"Hoy tienes que llevar a tus hermanos al colegio, Mike está en un viaje de trabajo." Asentí mientras me colocaba unos jeans, mis botas, y luego una camiseta blanca de algodón, simple.

No me molestaba en lo absoluto llevar a Chris y Tay al instituto, pues en ese lugar había chicas muy lindas, obviamente de cursos superiores, porque jamás me follaría a una de las amigas de Chris que apenas tienen catorce y se vuelven locas cada que me ven. Pero por alguna razón, hoy no tenía ganas de salir de caza. 

"¿Desayunaron?" Pregunté a mis hermanos que se encontraban sentados en los taburetes frente a la isla de la cocina. 

"Terminando." Dijo Chris con un trozo de pan en su boca mientras jugaba con su teléfono. Taylor rodó los ojos al muchacho y me dedicó una tierna sonrisa. 

"¿Qué tal la escuela, peque?" Alboroté su cabello con mi mano. 

"Bien, ya tengo novio." Paré en seco mi búsqueda por algo de agua y despaciosamente me di la vuelta para verla sin expresión alguna. Taylor me miraba con inocencia, sin siquiera darse cuenta de mi reacción. 

"¿Cómo dices?" Cuestioné en el tono más ameno que pude formar. 

"Se llama Beck. Su hermano va contigo al instituto, creo." Alcé las cejas y abrí la boca en una gran 'A'.

"¿Ah, sí?" Tomé mi chaqueta del perchero en la sala. "¿Beck qué?" Me enfundé la prenda sin quitar mis ojos de Taylor. 

"Beck Mccain." Mi rostro cayó y mi mandíbula se tensó. 

"Chris, terminarás esa tostada en el auto, nos vamos." Dije ya saliendo de la casa.

"Pero-" 

"¡Nos vamos!" Exclamé antes de que pudiese finalizar. 

Subimos al coche, un Lexus NX200t color negro que yo jamás usaba porque prefería mi motocicleta, los vehículos de cuatro ruedas no eran mi estilo. 

Mi mañana no podía comenzar peor. Taylor apenas tiene trece y ya los chicos quieren... ¡AGH! ¡NO! 

NO, NO Y NO. 

El viaje en el coche no fue de lo más divertido. Chris seguía jugando con su celular mientras que Taylor le sonreía a la pantalla del suyo y mi sangre hervía. La veía por el espejo retrovisor y quería quitarle ese dispositivo para lanzarlo por la ventana. 

¡TRECE AÑOS, TRECE PUTOS AÑOS!

Mis manos apretaron el volante. Ese niño vería, se iba a enterar de quién es Lauren Jauregui. Hablaría con él y le haría saber que no debe meterse conmigo ni con mi preciada, adorable, hermanita menor. 

El frente del edificio estaba que desbordaba de adolescentes y pre-adolescentes. Por supuesto bajé para acompañar a mis hermanos hasta la puerta, ahora que sabía sobre ese tal noviecito, la tendría vigilada, y también a él. 

Al pasar las chicas me miraban y luego susurraban cosas entre ellas, largando risitas y algún que otro guiño dirigido a mí. Debía admitir que algunas de ellas eran muy bonitas, pero simplemente no sentía ganas de poseer a ninguna, cosa de la que me estaba acostumbrando de a poco, pues ya iban casi dos semanas sin tener sexo y nunca había pasado tanto tiempo en abstinencia. Pobre de la que lograse ponerme y que la follara, porque sin duda estaría hecha una fiera descontrolada. 

"¡Lauren!" Taylor pegó con su dedo en mi frente. 

"¿Qué?" Pregunté de manera brusca, visiblemente molesta.

"Estabas ida, debía hacerlo." Se disculpó con un puchero y rodé los ojos. "Allá está Beck, pero no vayas a hablarle porque lo espantarás y así todos tendrán miedo de acercarse a mí." Esbocé una sonrisa, ya lista y planeando cómo conseguiría intercambiar algunos... Comentarios con ese crío. 

"Claro, no te preocupes por eso. De cualquier manera ya debo ir al instituto, estoy llegando tarde." Me despedí abrazándola contra mi pecho y dejé un beso sobre su cabello antes de que ella entrase sacudiendo su mano. Chris chocó su palma con la mía y entró seguido de sus amigos, que me veían algo raro. 

Ahora sí, el momento había llegado; hora de poner a ese niño en su lugar.

"Mccain." El muchacho se volteó y me vio llegar, parándome junto a sus amiguitos. Sabía que era él porque su hermano el idiota poseía ese mismo aroma a desodorante barato de farmacia. "Eres el niño que pretende ser novio de mi hermanita, ¿cierto?" Lo presioné con la mirada y él tragó saliva, sus colegas pronto despidiéndose y marchando hacia la puerta del instituto. 

"Y-yo, sí, T-Tay es mi n-novia, ese soy yo." Solamente yo y mis padres podían llamarla Tay. Alcé mi mano y su cuerpo tembló, dando un paso hacia atrás. Sonreí de lado. 

"No tengas miedo, sólo tienes el cuello de tu camisa arrugado." Quise acomodarlo pero el se apresuró a hacerlo por sí mismo, haciéndome reír a secas carcajadas. "Seré breve, Mccain. Si llegas a ser con mi hermana si quiera un octavo de lo imbécil que es tu hermano mayor, me aseguraré de que tu cuerpo sea hallado flotando boca abajo en el río más cercano. ¿Entendido?" Su boca se entreabrió pero nada salió de ésta. Luego de unos segundos el corrió los ojos, finalizando el concurso de miradas y asintiendo furiosamente. 

"M-mi, mi hermano es un tonto, yo no soy como él, lo prometo." Apreté los dientes, viéndolo con una expresión neutra. "De verdad me gusta Tay..." Cerré los ojos por un momento y al abrirlos los rodé con un suspiro. 

Supongo que tendré que acostumbrarme. 

"Confiaré en ti, espero no tener que volver a advertirte." 

"¡No, no! Juro que cuidaré de ella, ¡lo juro!" Reí ante la desesperación del castaño y di una palmada en su brazo, a lo que él se sobó intentando acallar un quejidito. 

Oh, vamos, no lo he hecho tan fuerte. 

Algunas palabras más fueron dichas, pero cuando verifiqué la hora en mi teléfono, corrí como un rayo hacia mi coche y conduje lo más rápido que pude hasta el instituto, pues hoy ya debía entrar a clases porque la suspensión había acabado. 

Esperé que todo siguiera igual que siempre, aguardé con ansias el molestar a Cabello y el poder ponerla nerviosa en clase. Por eso cuando entré al salón y la vi sentada junto a un chico y riendo, ya se me hizo sabido que ese no sería un buen día. 

Primero Taylor con su nuevo novio el patán y ahora Camila con el pedazo de idiota ese, que reía y se acercaba a ella más de lo necesario. Apreté los puños y me senté en mi lugar. El muchacho olía a un buen perfume, era apuesto y parecía llevarse demasiado bien con Cabello, pues cuchicheaban constantemente y fueron reprendidos por el profesor varias veces. Mis dedos se tamborileaban contra la superficie del pupitre mientras los observaba, sentía mis ojos brillar y mis dientes casi más crujían de lo fuerte que los presionaba. Todo se veía de color rojo.

¿Quién se creía el zopenco para llegar de un día a otro y hacerse el gran amiguito de Cabello? 

Juro que si se le acerca un centímetro más, le partiré la cara.  

El muchacho castaño se arrimó al oído de Camila y susurró algo que la hizo reír y asentir.

Menuda mierda de día.

-

Camila's POV

Mi plan de distraerme y olvidar ciertos ojos verdes estaba funcionando bastante bien, pero aún podía sentir sus orbes penetrando por detrás de mi cabeza, sabía que me estaba observando. Había decidido ignorarla y a sus extraños cambios de humor, por más que sintiese esa presión en el pecho cada que una chica se le acercaba a hablar. 

En el medio del almuerzo, uno de los días de la semana pasada, Troye quiso expresar su opinión, sugiriendo que Lauren y yo nos gustábamos, o al menos nos sentíamos mínimamente atraídas una a la otra, pero eso era simplemente descabellado, sin sentido alguno, por eso cuando notó mi insistencia en negarlo, dejó el tema de lado y no volvió a tocarlo, cosa que agradecí profundamente. 

"Mila, ella te está mirando creo que por millonésima vez en el día." Rodé los ojos y llevé el tenedor con ensalada a mi boca. Retiré mi teléfono de mi bolsillo y me di puntos extra a mí misma por haber tenido la grandiosa idea de no vestir una falda, porque cuando las puertas del jardín se abrían, la ventisca recorría toda la cafetería, dándome unos escalofríos impresionantes. 

Me tenía harta. Me trata bien un día y al otro me empuja contra un casillero mientras todos ven o me observa desde su lugar como si quisiera asesinarme. Comienzo a creer que es bipolar o algo así, porque en serio no se puede ser tan voluble. 

"No hagas contacto visual, creerá que la estás retando o algo." Alzó una ceja y bajó la otra. 

"¿Acaso es una especie de animal salvaje? Eso suena estúpido." Reí con amargura. Troye volvió a su almuerzo y su teléfono. 

"Créeme, no tienes idea. Ni yo la entiendo." Tragué mi comida y como acto involuntario mis ojos fueron hacia su figura, sentada en la banca frente a esa mesa larga y negra. Sus codos apoyados en la superficie y sus palmas frotándose entre sí mientras nuestros ojos se encontraban. Sabía lo que estaba haciendo, me metería en un lío por eso, pero me valía. No iba a permitir que molestase al pobre Troye que recién llegaba a este colegio. 

Juré poder oír sus pensamientos. 

No me provoques, Cabello.

Sus facciones se endurecieron.

No lo hago. 

Contraataqué.

Sabes perfectamente que estás caminando sobre una cuerda muy fina. 

Sonreí de manera cínica y me levanté, yendo hacia el cesto y botando la bandeja vacía de ensalada caesar. Troye tenía una clase diferente, pero yo ya había terminado mi día escolar, así que después de despedirme dejando un besito en su mejilla, hice mi camino fuera de la cafetería sin mirar atrás, sintiéndome victoriosa y con el poder suficiente como para vencer a Lauren estúpida, bipolar, Jauregui. 

Un grito agudo se escapó de mi garganta cuando una mano tomó mi brazo y tiró de él, metiéndome dentro de una habitación oscura y claramente estrecha, porque sentía el cuerpo de la otra persona muy cerca del mío. Pero de alguna manera, no sentí miedo.

"Estás jugando con fuego, Cabello. No volveré a repetirlo." Gruñó en mi oído y de inmediato sentí mis piernas fallando. 

"Eso... Y-ya lo veremos." Genial, regresó mi buena amiga la tartamudez. 

Sentí cómo su aliento chocaba contra mi cuello y mi piel se erizó por completo. Era imposible ver algo en la oscuridad, así que mis otros sentidos se hallaban procesando todo con mucho más detalle de lo normal. Podía oler su perfume, podía apreciar su piel, algo más áspera que la mía, mientras una de sus manos se posó en mi cintura, donde mi piel estaba totalmente expuesta, desnuda. 

"No me provoques, Cabello." Exactamente las palabras que la oí decir en mi cabeza, ¿es que podía realmente leer mis pensamientos? "Te ves muy cercana a tu nuevo amiguito." ¿Qué rayos tenía que ver eso? "¿Él te gusta?" La mano apretó levemente su agarre. 

Tragué saliva. 

"Tú sola te imagi-" Su pulgar subió y bajó, casi rozando la zona de mi estómago. "-n-nas... cosas." Su risa pegó con mi rostro y supe que estaba justo en frente mío, a apenas centímetros nada más. 

"¿Qué quieres?" Me tomó por sorpresa, y varias respuestas revolotearon por mi mente al entrar por mis oídos su voz, pero más que nada aún sentía su rostro cerca, y sabía que si alguna de las dos se movía, podría cortar la distancia. Pero la verdadera pregunta aquí era: ¿Realmente estaba esperando que ella hiciera eso? Algo en mi interior gritaba esa palabra que yo venía sabiendo desde hacía rato ya, mas no era lo mismo lo que la razón aseguraba. 

Es una trampa, un sucio juego.

"Que me dejes en paz." Expresé, firme en mi decisión... Eso creo.

Quité su mano de mi cintura y salí de ahí manteniendo mi frente en alto, no me dejaría llevar por sus bobas tácticas. 


Nota: Siento mucho, mucho, muchito haber tardado tanto. Créanme que estoy molesta conmigo misma por haber puesto otras cosas como prioridad, pero es que he tenido un no muy buen día y algunos temas personales. Espero que entiendan. 

PD: Mañana intentaré subir otro cap para compensar, no me odien :( 

Si les gustó, por favor voten, sé que parece una bobada pero en serio nos ayuda a los escritores que nos demuestren cuando algo les gusta. Comenten, compartan, y si les interesa mi escritura podrían pasarse por mi otro fic ;) 

Tengan un buen día/noche. 

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