Maldito Andrés °Sin Corregir°

By dani01gomez

3.7M 234K 79.8K

Mi nombres es Manuela, (no seas malpensado) soy colombiana y vivo en España. Tengo el cabello castaño, rizado... More

1
2
3
4
5
6
7
8
Gata
¿Qué carajos está pasando?
Esto está muy mal
Vocabulario
Disculpame
Axel
Mi pasado
No huyas de mí
Tienes algo que yo necesito
Siento que no la merezco
Ha vuelto
Me duele tu tristeza
Mi vida y razones
Todo
No me abandones
Quédate conmigo
¿Me enamoré?
¿Qué?
Te amo
No seguiré huyendo
No quiero sufrir más
Sólo somos amigos
Nunca encontraré alguien como tú.
Tu madre
¿Anticonceptivos?
¡Iré contigo!
Espera, ¿Qué?
¿Tú?
Seguro...
Viaje
Celos.
Ex novia.
.
#23
Eres vital para mí
Pase lo que pase, yo siempre voy a estar contigo
4 meses
Progreso.
¿Quien Eres Tu?
¿Quien Eres Tu?
Un maldito año después
¿Manuela?
¿Por qué?
Perdón
...
Yisus.
:v
5 Años Después...
Flashback
Epílogo
Agradecimientos❤
Nueva Historia
Hola!
Extra.
Nota.
Extra.
Extra
Extra final.
Bueno chicas...
Nota!
Book tráiler❤

Novia, suegra.

57.4K 3.2K 1.4K
By dani01gomez

Pensé por un momento que había sido muy inmaduro mi comportamiento, pero al verla tocarse “indiscreta” frente a Andrés y morderse el labio durante todo el recorrido, las ganas de pedirle disculpas se esfumaron.

Nos encontramos parados en la entrada del gran hotel, el conductor es todo un amor, muy amable y respetuoso.

Llegamos y nos bajamos del auto. La mojigata vuelve con el chofer y las maletas, ella trae la de Andrés y él la mía.

Le agradezco y él me responde con un "con mucho gusto"
Cintia se acerca a Andrés y lo abraza, de reojo veo como le susurra algo al oído y luego acaricia su espalda.

La sangre me hierve y tengo la sensación de que en cualquier momento puedo vomitar. Ella se separa de él y le dice algo en voz baja, tengo que parar esto ahora o si no explotaré.

La muy regalada le pone la mano en su pecho y lo acaricia, lo que más me llena de rabia y me hiere es que él se deje.

Me acerco con liegreza hasta estar a el lado de ambos y bruscamente le aparto la mano.

-Mirame, soporté que prácticamente te masturbaras durante todo el recorrido, pero no voy a permitir que vengas y lo toques como si todavía fuera tu novio, así que si no quiere quedar desfigurada abrase de aquí- sentencio y le sostengo la mirada.

Ella vuelve la mirada a Andrés y lo escruta esperando una reacción de su parte.

-Oiga, ¿se lo explico con plastilina o qué boba?- le pregunto con un tono de voz más alto.

Esta niega con la cabeza y dándole una mirada despectiva a Andrés se monta en el auto y cierra la puerta detrás de ella.

El conductor se despide de mí con un ademán y yo hago lo mismo.

Levanto mi maleta y me adentro en el hotel, Andrés se posiciona frente a mí con una sonrisa en el rostro.

-¿Celosa?- pregunta levantando su ceja y mirándome con diversión.

-Sí- acepto seria.

Andrés abre sus ojos y la sonrisa se esfuma de su rostro.

-Debo estar alucinando- musita- Manuela aceptando algo... Este es como un sueño, ustedes las mujeres nunca aceptan nada-

Ruedo los ojos y retomo el camino hacia donde se encontraba la recepcionista, una señora de edad se encuentra detrás de la computadora.

Sus ojos parecen perdidos tras sus grandes y gruesos lentes.

Alza la mirada y una amarillenta sonrisa se asoma detrás de sus agrietados y secos labios.

Su uniforme permanece impecable, su aroma es dulce y su cabello se encuentra perfectamente peinado hacia atrás.

-Bienvenidos al hotel Marshall-

-Muchas gracias, estamos buscando una suite presidencial- dice él dejándome con las palabras en la boca.

-Y una habitación para una sola persona, por favor- interrumpo.

La mujer observa a Andrés y este me miro a mí.

-¿Estás hablando en serio?- pregunta.

Digo un corto “sí” y vuelvo mi mirada hacia la mujer, ésta teclea rápidamente en el computador, sabe mucho para ser de su edad.

-¿Puede por favor darnos dos suites presidenciales?- pregunta él con cortesía.

Ella lo mira mientras acomoda sus lentes que resbalaban por el puente de su nariz y asiente levemente manteniendo el entusiasmo.

-No quiero una suite presidencial, es muy costosa, sólo dejame estar en una más económica- musito para que la recepcionista no escuche.

-No porque estés molesta conmigo dejaré de darte lo mejor cada vez que pueda- dice restándole importancia a mi súplica.

Sus palabras de cierto modo ablandan mi corazón y me molesta que sea tan amable conmigo por que aún quiero estar molesta con él.

Sé que me estoy comportando últimamente como toda una inmadura profesional, pero me disgusta no poder decirle nada porque aún no sabemos lo que en realidad somos.

-Toma- lo escucho decir, silencio mi charla interna y lo miro.

Él me extiende una llave color rosa con el numero 50 marcado sobre ella. La acepto y le doy una última sonrisa a la mujer, un muchacho se acerca ofreciéndome su ayuda pero la rechazo.

Nos adentramos en el ascensor y presionamos el botón que nos llevará hasta el piso correspondiente.

Las puertas se cierran frente a nosotros y una melodía suave se escuchaba a lo lejos.

Al pasar de unos largos segundos, las puertas se abren y salimos de él. Me dirijo hacia mi puerta, meto la llave en la cerradura y la giro.

Esta se abre dejandome con la boca abierta, desde aquí se puede apreciar la mayor parte de la ciudad.

Entro en ella y cierro la puerta detrás de mí, la habitación es inmensa y muy lujosa.

La cama está vestida con una hermosa sábana color beige y unas almohadas acolchadas.

Su tapiz es fino y muy neutral, arrastro mi maleta y la pongo al lado de mi cama, me dejo caer sobre esta y cierro los ojos.

--

Dos débiles toques en la puerta me despiertan, miro el reloj que se encuentra en la pared, el cual marca la 11:10 am.

Me levanto de la cama, arreglo un poco mi cabello, me acerco a la puerta y la abro.

Un gran oso de peluche,
un ramo de rosas y una bolsa de regaló se encontraba frente a mí.

Andrés asoma su cabeza por detras del peluche y me lo extiende, lo tomo entré mis brazos y muero lentamente de la ternura.

Luego extiende el ramo de rosas y se arrodilla frente a mí.

Repentinamente me falta el aire, es una sensación tan contradictoria, mi corazón late a mil por hora y mi respiración es pesada.

-Manuela, ¿quieres ser mi novia?- pregunta con una sonrisa en su rostro y las ganas de responderle -púes sí wey, no mames- son inmensas, pero intentaré ser más romántica y dejaré de pensar en los memes por un rato.

Pongo mi mano sobre mi boca y  digo que sí rápidamente. Él se levanta del suelo y se acerca a mi rostro para besarme pero me aparto.

Él arruga su entrecejo y me examina por un segundo.

-¿Qué pasa?-

-No me he cepillado- suelta la respiración que estuvo reteniendo y su garganta produce una fuerte carcajada.

Se acerca con movimiento rápido y me besa.

Desocupo mi mano derecha y la paso por su cuello para intensificar el beso, sus labios se mueven sobre los mios tan despreocupados que me impresionaba su agilidad.

Nos separamos en busca de aire y  el me observa mientras acaricia mi mejilla.

-Te compré algo que va acorde a tu personalidad y a la ocasión, me gustaría que lo usaras, hoy te presentaré a mi madre- sus palabras hicieron corto circuito en mi cabeza.

Nunca me han gustado las presentaciones, soy mala en eso y no me gustaría darle mala impresión a la madre de Andrés.

-Estará bien, es muy amable, no tienes nada de qué preocuparte-me “tranquiliza” al notar mi expresión.

Tomo aire y sonrío, me da un corto beso en los labios y me sonríe despreocupado.

-Quiero que te arregles y dentro de unos minutos pasaré por ti para que nos vayamos, igual no necesitas mucho arreglo, eres perfecta- me guiña un ojo y sale de la habitación.

Me siento la mujer más afortunada y dichosa, ya soy su novia y ahora conoceré a su madre.

Dejo las rosas y el oso de peluche sobre la cama, abro la bolsa y una risita sale de mi boca.

Me ha comprado todo absolutamente negro.

Una falda-tubo, una blusa corta, una chaqueta de curo fino, un reloj que parece hecho en oro puro y un collar.

Busco la toalla en mi maleta y entro al baño.

--

Tras pasar unos minutos en la ducha, salgo y me visto con lo que él me regaló.

Decido cepillar mi cabello, quiero verme mejor, quiero  darle buena impresión a su madre.

Me maquillo el rostro, no soy muy buena en esto pero estoy decente.

Arreglo la habitación y todas mis pertenencias.

Dos toques en la puerta me ponen alerta, me miro por última vez en el espejo y me dirijo hacia la puerta para abrírla.

Andrés se está parado frente a mí mirándome con expresión de asombro.

Luce un smoking totalmente pegado a su cuerpo y unas gafas de sol oscuras que no me permiten ver sus hermosos ojos azules.

Una sonrisa se abre paso entre sus labios, se quita las gafas y me penetra con su intensa mirada.

-¿Y si nos quedamos aquí y nos comemos mutuamente?, así ya no tendríamos hambre- propone lleno de malicia mientras se acerca a mí.

Mis mejillas arden, niego con la cabeza y pongo mi mano sobre su pecho para evitar que se acerque más.

-Entonces salgamos de aquí antes que pierda el control- me da la espalda y me extiende la mano.

Cierro la puerta y salimos agarrados de la mano, fuera del hotel una limusina se estaciona frente a nosotros y un muchacho de corta edad se baja de este y nos abre la puerta.

Agradezco y me subo seguida por él, esta es mucho más pequeña que la otra, pero igual me agrada.

Andrés pasa su mano por mis hombros y besa mi frente.

-Quiero que seas tu misma delante de mi madre para que vea la mujer de la que realmente me enamoré - acaricia mi brazo y me mira.

Asiento con la cabeza y le doy un delicado beso en los labios para evitar que se manche de labial.

El me acerca a su cuerpo y pone su mano libre sobre mi pierna, la herida ya ha cicatrizadoby no se nota mucho.

Desliza su mano suavemente hacia arriba, la mete a mi falda y la sensación de placer me hace curvar hacia atrás.

Sigue subiendo su mano y el placer aumenta, su dedo índice acaricia mi vagina haciéndome gemir por lo bajo. Sigue moviendo su dedo por encima de mis bragas dándome placer,  un sabor metálico se expande por mi boca a causa de la sangre.
Sin darme cuenta estuve mordiendo mi labio cada vez con más fuerza hasta sangrar.

Él saca su mano rápidamente de mi falda cuando el auto se detiene, la puerta se abre dejándonos ver al chofer.

Él sale del auto con una gran sonrisa, siento mis piernas temblar y no sé si podré sostenerme durante mucho tiempo.

Andrés me extiende su mano invitándome a salir, la tomo y este me ayuds a bajar. Siento mis mejillas arder al recordar lo que hizo allí dentro.

Agradezco al chofer y este no dice nada, un lujoso restaurante nos daba la bienvenida con un magnífico olor.

Andrés aprieta mi mano levemente haciendo que lo mire.

-¿Lista?- pregunta atento.

Suspiro profundo y asiento con la cabeza, él me mira por ultima vez, enreda su mano con la mía y entramos al restaurante.

Busca a alguien con la mirada durante unos segundos y yo hago lo mismo pero no le encuentro parentesco con ninguna.

Una mujer muy elegante se levanta a lo lejos y sonríe en dirección a Andrés.

Este la ve y nos dirigimos rápidamente hacia ella, los nervios crecen y mis manos sudan.

Nos detenemos frente a ella, él suelta mi mano y la abraza durante unos largos segundos.

Siento la necesidad de salir corriendo, pero eso en definitiva seria muy extraño.

La madre de Andrés se separa de él y me observa de pies a cabeza.

-Con que ella es la famosa Manuela- él asiente con la cabeza y una amplia sonrisa se dibuja en su rostro.

Ella se acerca a mí y me estrecha entré sus brazos.

-Eres hermosa- musita, se separa de mi dejándome impregnada a su caro perfume. -Tomemos asiento- pide.

Él corre la silla para que su madre se siente y luego hace lo mismo conmigo.

-Gracias por estar con mi hijo, me ha hablado muchísimo de ti, eres prácticamente la mujer perfecta, pues todo lo que me ha dicho de ti son maravillas- tiene la misma mirada de su hijo, profunda e inquieta, esa mirada que busca ver más allá o averiguar algo.

Lo único que puedo hacer es sonreír, estoy nerviosa y no sé qué decir.

-Madre, como ya te había dicho, es colombiana y es tan perfecta como lo eres tú- mis mejillas arden, ella besa la mano de su hijo y me sonríe.

Llaman al mesero y mi celular comienza a sonar, me disculpo, me levanto de la mesa y salgo del restaurante.

-Hola- hablo cuando deslizo el icono verde.

-¡Amor de mi vida!, dime como va todo- exclama la inolvidable voz de Donnie.

-Estoy en un restaurante con Andrés y mi suegra- respondo tratando de ocultar mi entusiasmo.

-¿Tu qué?, ¡no me digas que Andrés te pidió que fueran novios!-

-Pues si lo hizo- respondo.

Lo siguente que escucho es un grito agudo que solo él puede producir.

Alejo el celular de mi oreja evadir la posibilidad de quedar sorda.

-Me siento tan emocionado por ti- dice- pero anda, más tarde te llamo, que la virgen de guadalupe te sople la cara y mágicamente aparezca una rosa blanca, besos- vuelve hablar entre risas.

La llamada termina y decido volver dentro.

La madre de Andrés se comportó muy amable conmigo, la comida estuvo deliciosa y dinámica.

Y ahora nos encontramos en el mismo auto de vuelta a nuestro hotel, él está sentado a mi lado con la mirada perdida, como si tuviese una batalla interna, pero no le digo nada.

















Continue Reading

You'll Also Like

11.8M 819K 41
Kate, quien ha estado enamorada de Ethan desde que era pequeña, por azares del destino se ve obligada a escoger entre superar su enamoramiento y cont...
66.6M 6.3M 118
¿Qué harías si una noche encuentras a un chico semi desnudo y cubierto de sangre en tu patio? ¿Qué harías si es atractivo, pero también es perturbad...
14.2M 1.3M 26
"Sempiterno: una vez empezado, no tiene fin." Este libro es la segunda parte de Etéreo, que está disponible en mi perfil :)
60.6M 3M 42
Sinopsis Kaethennis ha disfrutado de los placeres de la vida, mucho, casi se puede decir que demasiado. Un alma libre, al menos así se definiría el...