DRAC© [1] ✔

By LuisianaVons

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Si la vida te da una segunda oportunidad, más te vale aprovecharla. Cada cosa que hacemos en esta vida ti... More

DRAC
R E P A R T O
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPÍTULO 20
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22
CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 24
CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 27
CAPÍTULO 28
CAPÍTULO 29
CAPÍTULO 30
CAPÍTULO 31
CAPÍTULO 32
CAPÍTULO 33
CAPÍTULO 34
CAPÍTULO 35
CAPÍTULO 36
CAPÍTULO 37
CAPÍTULO 38
CAPÍTULO 39
CAPÍTULO 40
Epílogo
Nota Final del AUTOR
¡Segunda Parte disponible! DOMINIK

CAPÍTULO 3

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By LuisianaVons

DRAC ©
Capítulo 3

Por fín era viernes, lo que significaba que podría descansar todo el fin de semana, me senté en el sillón y encendí el televisor, pero para mi desgracia alguien tocó la puerta. Escuché como alguien le decía a Max, mi guardaespaldas, algunas cosas no muy apropiadas.

—¿Tienes novia, Max?

Cuando abrí la puerta, observé a Barbara, sonriendole coqueta a mi guardaespaldas.

—¡Deja de acosar a mi guardaespaldas, Barb!

Ella me miró con una mueca en sus labios mientras caminaba resignada hasta la puerta.

—No es mi culpa que tengas guardaespaldas sexys.

Ella se sentó en el sillón mientras yo me disculpaba con Max por la vergonzosa actitud de mi amiga.

—¡Que asco! —se quejó obstinada al no encontrar ninguna película buena.

—Pobre, Max.

Sus ojos azules me inspeccionaron de arriba a abajo y frunció el ceño.

—¿Por qué no estas vestida?

Me observé a mi misma, sin entender a que se refería.

—Si. ¿A caso no te dije que iríamos a Drag Racing?

La miré confundida, no realmente no recuerdo eso.

—No. ¿Qué es Drag Racing?

Ella abrió su boca sorprendida.

—¿Jamás has ido a carreras clandestinas?

Negué con mi cabeza.

—Bueno, Drag Racing es el rey de las carreras.

La observé desde el sillón, no imaginé que a mi amiga le gustara ese tipo de actividades.

—¡Tenemos que ir, ya! —miró el reloj en su muñeca —¡Es tarde!

—No se si tenga ganas de ir —le confesé, sin ningún deseo de levantarme de ese sofá—Además, dudo que las carreras clandestinas sean tan interesantes.

—Claro aburrida, como tienes un mejor plan que quedarte en casa toda la noche viendo —miró hacia el televisor — viendo Tarzán.

La observé ofendida, no había razón para meterse con Tarzán.

—¡Esta bién, iré a la maldita carrera!

Ella sonrió mientras yo caminaba hasta mi habitación para colocarme ropa adecuada.

Cuando estuve lista, me dí cuenta de que mis guardaespaldas no me dejarían ir sin ellos y obviamente no aceptarían que fuera a ningún tipo de actividad ilegal.

—¿Qué sucede? —preguntó Barbara, desde el sillón.

—¿Cómo vamos a hacer con los guardaespaldas?

Ella suspiró. Pero luego sus ojos se iluminaron.

—Tengo una idea —indicó —espero que funcione, aquí vamos.

La observé salir del apartamentos sin saber que es lo siguiente que pasaría, hasta que la ví hablando con Max , su plan era seducir a Max.

Ella me hizo una seña de que escapara cuando se abalanzó sobre el cuello de Max, obstruyendo su campo de visión. Rápidamente cerré el departamento y corrí sigilosamente hasta la entrada, el conserje me observó extraño pero se limitó a seguir leyendo su revista, al cabo de unos segundos Barbara estaba caminando hacia su vehículo, simplemente la seguí, ella tenía una sonrisa en su rostro.

—No voy a morir sino le doy un beso a Max—suspiró con una sonrisa en sus labios.

—Ya cállate y maneja pequeña soñadora.

Después de unos minutos ella pusó en marcha su pequeño vehiculo, el lugar quedaba muy lejos de mi casa, quizás a media hora, cuando llegamos no hallamos dónde estacionar,  así que tuvimos que dejar el auto a unas cuadras.

—Demonios, si hubiéramos llegado mas temprano no tendríamos que caminar tanto.

—¡No es mi culpa, tu eres la que habla todo a última hora!

El aire frío de invierno me provocaba escalofríos y el cielo estaba tan gris que parecía que dentro de poco caería una gran tormenta. Llevaba unos shorts que ahora que lo pienso fue una muy mala idea, asi que mis piernas se sentían expuestas. El lugar era inmenso y había tribunas para que las personas se sentaran pero estaban completamente llenas, habían autos y mujeres con vestimentas muy cortas,  dentro de mi pensaba, se deben estar congelando. Un fuerte olor a alcohol y marihuana llegó hasta mi nariz, acababa de llegar y ya quería irme. Por un momento perdí de vista a Barbara, pero volví a respirar cuando la ví hablar con un chico.

—¡Amber, no te alejes! —me reprendió —al menos que yo te lo pida, claro está —bromeó.

—Esta bien.

No me sentía comoda en este lugar. Sentía que habían demasiadas personas extrañas, demasiadas cosas ilegales y solamente el hecho de pensar que quizás en cualquier instante la policía llegaría me daba escalofríos.

—¡El es Thomas! —me gritó Bárbara a través de la música —Competirá esta noche.

Extendí mi mano pero Thomas la tomó entre la suyas y depósito un beso. Lo miré sonrojada.

—Amber —me presenté.

—Te pareces a una princesa, Amber.

Esta conversación cada vez se ponía mas incómoda para mi.
Un hombre con un altavoz hizo callar a todas las personas, al parecer Thomas nos había reservados unos puestos, así que nos sentamos en un lugar en el que podíamos ver perfectamente a quienes competían.

—Vamos a dar inicio a la eliminatoria de esta temporada para saber quien de estos chicos irán a las semifinales—dijó el hombre del altavoz — ¡De este lado tenemos al Aquiles, guerrero de Troya, Gael!

Automáticamente lo recordé, era el rubio que el otro día se me acercó para verme comer mi manzana, y ex novio de Bárbara.
Algunas personas lo aplaudieron y gritaban su nombre mientras que otra lo abucheaban entre esas personas estábamos, Bárbara y yo.

—¡Y por otro lado tenemos al Gran Bárbaro, Mike!

Era una competencia en motos, lo cual lo volvía un poco más riesgosa, ambos competidores se saludaron con hipocresía antes de ponerse sus cascos. Gael hizo rugir el motor de la moto y después de el, vino el otro competidor. Una chica rubia con el cabello hasta los hombros y con ropa excesivamente pequeña tenía una especie de semáforo indicador en sus manos, lo alzó y comenzo el conteo de luces, rojo, amarillo y verde, se escuchó una bocina, ambos competidores arrancaron con demasiada velocidad, el pavimento no era recto y mucho menos constante por lo que habían momentos en dónde las motos saltaban, aparte de que el suelo era de tierra. Gael tenía un poco de ventaja pero Mike le pisaba los talones casi rozandolo, por un momento pensé que Mike lo repasaria, pero Gael fue mas rápido y giró hacia la derecha, sinceramente no se con cual equipo estaba, supongo que con el que gane, no obstante, no podía dejar de comerme la uñas. Barbara tenía razon la adrenalina que se siente en el ambiente es increíble.

Cuando el silbato sonó indicando que Gael había ganado la carrera, el se bajó de la moto, se quitó el casco y sonrió mientras el público lo aclamaba.

—¡Eso quiere decir que Gael avanza! ¡Felicidades Aquiles! —dijo el hombre con el altavoz.

Thomas se puso nervioso al instante, era su turno de competir y también logre verlo comerse las uñas mientras Gael competía.

—¡Tranquilo Thomas, se que avanzaras! —intenté darle un poco de confianza pero el negó con su cabeza.

—Gracias por el voto de confianza pero dudo ganarle a mi oponente.

Barbara y yo lo miramos confundidas.

—¿Por qué? ¿Quién es?

—Ya lo verán... —suspiró.

Thomas camino hasta el picodromo con su casco entre sus manos, era un chico lindo y muy amable, en verdad quería que ganará, además seguro que el mejor competidor era Gael, y ya compitió, no hay de que preocuparse, pensé.

El mismo hombre del altavoz volvio a hablar. Pero me desconcentró el hecho de que alguien bloqueara mi campo de visión, cuando me percaté que era nada mas y nada menos que el rubio engreído de Gael quise agachar la cabeza pero ya era tarde, por que el ya me había visto. Había un chico a mi lado, menos mal no podría sentarse allí.

—¡Quítate!

Observé al chico levantarse con nerviosismo y quedarse parado hasta encontrar otro asiento.

—¿Por qué hiciste eso?

El miró al chico de pie que ya se estaba yendo del lugar.

—Quería sentarme aquí.

Su respuesta me dio ganas de querer abofetearlo pero respire profundo y no lo hice.

—Pobre de Thomas —murmuró el rubio.

—¿Por qué?

Gael iba a responderme cuando el hombre dió inicio a la segunda eliminación de la noche.

—¡Bienvenidos nuevamente espectadores de Drag Racing,  vamos con la segunda y eliminatoria! — pauso —¡Con un fuerte aplauso recibamos al príncipe Encantador, Thomas!—las personas silbaban y lo aplaudían frenéticamente —¡Ahora el favorito, el demonio de esta pista, hijo del infierno démosle la bienvenida al demonio, Drac!

Cuando salió hizo rugir su motocicleta con fuerza, parecía un toro y no una moto, sus ojos mieles no veían a nadie solo a su oponente, y no estoy segura si su mirada era de rabia o... Si de rabia, parecía enojado, como si no le gustara estar aquí, o como si no le gustara que las personas lo observarán, sin embargo había algo en el que no me convencía. No estaba vestido como los demás motociclistas, el llevaba una camiseta hasta sus codos que dejaban ver una gran cantidad de tatuajes.

—¿Quién es el? —le pregunté a Gael.

Gael me contestó sin apartar sus ojos de el, la verdad era hipnotizante.

—El es conocido como el demonio de esta pista, no hay nadie que logré vencerlo.

Lo miré atónita, entonces ya entendía a que se refería Thomas.

La chica rubia de la primera ronda volvió a aparecer y le guiño un ojo a Drac, pero este la ignoró por completo, ni siquera se molestó en estrechar la mano de Thomas, solo subió a su moto y se colocó el casco. Hizo rugir el motor una vez más haciendo que un escalofrío me recorriera el cuerpo.

Una gota de água cayó en mí antebrazo, detrás de esta una tras otra pero gracias a dios el lugar donde estábamos estaba techado.
—¿Cómo van a competir en plena lluvia?

—No esta en las reglas, pero eso a Drac no le interesa— respondió Gael.

—Pero... ¿Qué hay de Thomas? —me sentía un poco preocupada porque no parecía un escenario muy bonito.

—Tendrá que competir.

—Pero... No es justo—refute sintiendo mi estómago apretado.

—La  vida no es justa, ratoncilla.

El silbato que indicaba el inicio de la competencia sonó, el primero en salir fue Drac mientras Thomas apenas se movía, ya estaba muerto, Drac manejaba mas ràpido que Gael, y parecía tener demasiada confianza en lo que estaba haciendo,  su moto saltaba, bajaba, volvía a saltar, volvía a caer y así estaba, mi estómago se apretó cuando pensé que iba a perder el equilibrio en una parte de la pista, pero no pasó. En un abrir y cerrar de ojos ya Drac estaba en la meta, solo se quitó el casco y se fue sin esperar a que lo felicitaran o que anunciarán que había ganado, aunque era obvio que no era necesario que lo anunciarán porque ya todos sabían que iba a ganar.

Ví a Thomas quitarse el casco molesto y tirarlo al suelo con rabia.

—Demonios... —murmuró Gael, parecía nervioso.

—¿Qué sucede?

—Me tocará competir con Drac en la final.

Me perdí por un momento entre mis recuerdos.

—Pensé que no estaba permitido decir ese nombre en voz alta—le dije, recordando lo que Barbara me habia contado.

—No lo está — contestó.

—¿Entonces...?

—Al menos que no le tengas miedo a los demonios, ratoncilla.

La voz del hombre del altavoz me hizo girar mí cabeza hacia el.

—¡La policía!

Todos por alguna razón empezaron a correr hacia la salida, claro, carreras ilegales, Gael tomó mi mano ayudándome a salir pero las personas me empujaban como si fueran animales, empujaban, golpeaban, pateaban, hasta querían pasar por encima de mi, en minutos logré salir junto a Gael, pero me detuve cuando no vi a Barbara por  ningún lado.

—¿Por que te detienes? —me preguntó mientras intentaba halarme del brazo.

—No encuentro a Barbara, seguro no ha logrado salir.

—¿Que piensas hacer, volver a ese lugar para que la policía te atrapé? ¿estás loca?

—Lo siento —miré encima de mi hombro —Debo volver.

Caminé en la dirección contraria a lo que una persona normal lo haría, las personas me empujaban e intentaban sacarme de allí nuevamente hasta  que me caí al suelo, un chico pisó mi pierna y dejé salir un grito, las lágrimas se asomaban detrás de mis ojos, unos tacones pisaron mi mano y ahogué otro grito. Me iba a morir,  me iban a matar, iba a morir pisada por las personas hasta que sentí como alguién me halo del brazo ayudandome a levantar.

Mis ojos buscaron a la persona que lo había hecho y me encontré a un chico que no había visto jamás en mi vida, pero que ahora le agradecía.

—Ven, conmigo.

Logramos salir nuevamente, sentía que no podía mover mi pie.

—¿Viniste con alguien?

Asentí recordando a Bárbara.

—Con mi amiga.

—¿Te acuerdas de dónde está el auto de tu amiga?

Negué con mi cabeza y mordí mis labios intentando no llorar frente a el. Aunque no lo conocía no sabía si era confiable.

El chico suspiró mirándome.

—¿Puedes caminar?

Intenté mover mi pié pero lo unico que hice fue lastimarme. Sus ojos azules me observaron algo preocupados. La sirena de la policía era cada vez más fuerte y yo estaba petrificada.

—Entonces, vendras conmigo.

Intenté decir algo pero de un momento a otro me encontraba en sus brazos, caminó hasta un auto negro casi al frente del lugar, abrió la puerta del co-piloto y me dejó en el asiento teniendo cuidado de no lastimarme, luego el se subió y en segundos ya estábamos alejándonos de aquel espantoso lugar, me dolía la cabeza sentía que iba a vomitar asi que hice que se detuviera en medio de una carretera oscura y desolada.

Mala idea.

Rápidamente abrí la puerta y vomite. Me dolía la cabeza y los ojos se me cerraban involuntariamente, observé al chico bajar del vehiculo y ayudarme manteniendo mi cabello en una coleta con sus manos, después de vomitar, el me tendió un paño para limpiarme.

—¿Estas mejor?

Asentí lentamente porque aun me sentía mareada. Mi cuerpo tiritaba por el frío y el pareció notarlo ya que me dió su chaqueta.

—No creo que sea bueno devolverte en ese estado—parecía hablar para sí mismo —Vamos Derek, no seas una maldito imbécil por primera vez en tu puta vida—me miró extraño y luego pusó el auto en marcha.


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