The Best Friends ||Adrianette...

By Shiro-TrueLove

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Marinette ha viajado a la ciudad de Shangai cuando tenía siete años, en aquel tiempo sus padres decidieron v... More

PRÓLOGO
EL DISEÑADOR Y SU HIJO
ELLA
EL SR. Y LA SRA. AGRESTE
LA REVISTA
VIERNES POR LA NOCHE
BONUS: DESPUES DE TI
AMANTES
ROMPIENDO LAZOS Y SECRETOS
BONUS: INFILTRADA DOS
MALAS RACHAS
BONUS: GERENTE DE G.A. ENTERPRESISES - ENRIQUE BOURDEU
EN SU VIENTRE
BONUS: LAS HORMONAS DE ADRIEN
FIDELIDAD
BONUS: MI AMADO MININO
¡HOLA, FÉLIX AGRESTE!
BONUS: HABLANDO CONTIGO
BAJO LA LLUVIA
BONUS: CAFÉ PARA DOS
LAZOS
DECISIONES IMPORTANTES
FLORECER
DOBLE CARA
BODA
RAZONES PARA AMARTE
PRIMARIA
FIESTA DE DISFRACES
PADRE
ESCARLATA
BIENVENIDOS A MÉXICO
BONUS: LA ABUELA [UN SALTO AL FUTURO]
EN TUS AGUAS CRISTALINAS, COLOMBIA.
BONUS: HERMANAS
RICAS MONTAÑAS Y HERMOSAS TIERRAS, RISUEÑAS PLAYAS, ES MI PERÚ
¿Layla B. Chao o Rossé Mary Bartolini?
NACIDO PARA SER HISTORIA
EPÍLOGO: REINICIO

SOLO RECUERDOS DE TI

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By Shiro-TrueLove

-Dime , ¿Qué es lo que tienes que decirme?...

Adrien, de cierta manera estaba feliz de conformar una familia con Marinette , actualmente trabajaba en la empresa de su padre mientras ella cuidaba de casa y se tomaba un receso merecido por su largo trabajo. ¿Debía contarle o no? Lo cierto es que no sabía cómo decirle lo que estaba pasando, pero tampoco es como si debiera quedarse callado pero ahora debía pensar en el estado emocional de dos personas más que en el suyo. Marinette y su hijo constituían una parte fundamental para lo que estaba pero venirse, es por ello que decidió quedarse callado.

-No... solo que, hoy tuve un buen día en el trabajo, parece que tu asistente está haciendo un buen trabajo..

-Entonces, ¿es solo eso? - expresó Marinette caminando hacia la cocina- ¿Quieres algo de comer?

-Sí. Tengo tanta hambre que me comería un Búfalo...- Marinette lo quedó mirando, una de sus bromas, pero esta tenía sentido. 

-No haz comido desde la mañana, no es así, prometiste que comerías algo... - La azabache no pudo evitarlo, quedó viendo a su esposo cogerse la nariz y dirigirse al baño, al rato salió con el rostro lavado y luego sonrió como si nada estuviera pasando

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Los meses comenzaron a pasar y Marinette notaba que algo iba mal, ya tenía seis meses de embarazo cuando algunos comportamientos de Adrien comenzaron a volverse habituales. Se quedaba por horas en el cuarto de baño, tosía y tosía expulsando la comida que ella le daba, la vez pasada hizo lo mismo en el restaurant luego de una larga velada. Había perdido mucho peso y por si fuera poco el cabello comenzaba a caerse como si estuviera...

-¡Adrien! , dime lo que realmente tienes. Se muy bien que sabes que es lo que te está pasando ...- Adrien salió del baño, pálido y sin ganas de hablar. ¿Algo realmente malo ocurría?

-No es nada, me cae mal la comida, desde hace algún tiempo mi estómago no es el mismo...-dijo él sonriéndole- será mejor que descanses, iré a comer algo para recuperar lo perdido...

-Es lo que cocino...-Adrien negó la cabeza y se acercó a acariciarle el vientre a Marinette

- Eres mi tesoro, tú y mi valioso hijo son el tesoro que siempre quise tener...

Adrien quedó abrazado a la cintura de su mujer, mientras esta  le acariciaba con cuidado el cabello rubio que ahora parecía tan frágil. Y así continuaron los días, sin pena, ni gloria. Sin nada más que decir, besó el vientre de Marinette con amor, callando lo que realmente pasaba.

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Al final , los nueve meses pasaron completamente rápidos. Y él seguía tan débil. Se mantenía al margen de la vida de Marinette, la excusa perfecta, viajes de negocios. Su padre por su parte no sabia tampoco lo que pasaba y era mejor que no lo supiera, al menos no por ahora. Adrien estaba en la mansión Agreste, unas cuantas semanas más. Se la paraba encerrado, mientras caminaba o se quejaba de algo que hacía en su habitación.

Gabriel intentaba no molestarlo pero había llegado a tal punto su encierro, que hoy, el día en que su hijo decidió nacer no estaría con Marinette. Las llamadas al Señor Agreste eran numerosas, entre ellas la llamada de la misma Fiorella que parecía mantenerse hermética y fría con respecto al estado de Marinette.

-Si, está bien. Los doctores dicen que es un niño saludable de 3.655 kg. Lo normal en los niños...-expresó ella mirando a los otros bebés que se encontraban en la sala de pediatría. 

-¿No sabes algo de Marinette? - ella suspiró pesadamente y echó su cabeza para atrás, la extraña sensación de que ella no debería estar acá le invadió de cabeza a pies.

-Está bien, llama a Adrien, necesitará que alguien venga a ayudar a Marinette con su hijo...-expresó ella colgando el teléfono. 

Se tomó el vientre y  torció la boca en un gesto de desagrado. Tenía muchas mejores cosas que hacer que estar ahí viendo como todo comenzaba a desbaratarse nuevamente. Se quedó viendo en el vidrio de la puerta del Hospital y luego salió para encontrarse con Ali. Se quedaron mirando.

-Quiero abortarlo...

-¿Esa es la decisión que has tomado? No podríamos darlo en adopción... quizás cambies de idea conforme vaya pasando el tiempo...

-No quiero tener un hijo. Me vale muy poco si quiere tenerlo. Yo no quiero tenerlo...

-Por lo menos  déjame decidir....-Fiorella lo miró de manera fría. Ali no sabia que hacer realmente, no sabia que pensar ahora mismo.

-La decisión está tomada...-dijo ella antes de parar un taxi y desaparecer entre el tráfico. 

Alí había quedado con ese sin sabor en la boca, aquel que no había probado desde ya hace un buen tiempo. Decidió irse de Francia y jamás volver. Fiorella igualmente desapareció por su cuenta importándole muy poco lo que pasaba con los demás. Después de todo, era ahora un espíritu libre y sin responsabilidades. 

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El tiempo comenzó a correr otra vez, una vez más para Marinette y Adrien, para  cuando el bebé cumplió un año, Adrien estaba demasiado Delgado, su melena Rubia estaba frondosa pero su salud estaba comenzando a deteriorarse. Marinette aún no sabía qué le sucedía a su esposo pero de que sospechaba de que le sucedía algo grave con su salud, lo sabía. ¿Pero qué?

Adrien se mantuvo callado, ahora estaba frente a Maria Antonella, Alya y Nino. Los tres mejores amigos de Adrien, estaban sentados en el mueble aterciopelado. Esperando que este hablara sobre lo que los tres le cuestionaban desde hace tiempo.

-Entonces, ¿Qué es lo que tienes? ...- expresó Antonella calmada, esperando que por un momento este hablara, pero solo la quedó mirando un par de segundos y siguió con su silencio.

-Acaso, ¿nos vas a decir algo? ¿ Sabes qué es lo que nos podría pasar? Estamos preocupados por ti. Lo único que queremos es que nos cuentes que está pasando...-expresó Nino enojado, no podía creer la tamaña desconsideración de Adrien.

-No nos vas a decir nada, ¿verdad? ... ¿Por qué eres así con nosotros? ¿ Acaso no somos parte de tu familia? - Adrien quedó mirando a Alya y negó con la cabeza. Era ahora o nunca.

-Tengo Leucemia, en fase terminal. Cada día sobrevivo con el cansancio del día a día... Me duele el cuerpo de tanto soportarlo, siento que cada hueso mio se rompe sin clemencia. No tengo ni siquiera fuerzas para cargar a mi pequeño, para enseñarle a caminar, pero siento que no puedo más. Me duelen las quimioterapias, me duele lo que utilizan en mi y no he visto mejoras.  Si los he llamado aquí es para decirles que cuiden de mi hijo y Marinette como si fuera yo.

Los tres se quedaron en silencio, la primera en reaccionar fue Maria Antonella, se  puso en posición fetal para luego lloriquear. Era de lo peor, lo primero que quería hacer ella es estamparle un puñete, pero ¿Para qué? él no tenia fuerzas para detenerla, no tenia fuerzas para abrazarla como antes lo hacia cada que él la sacaba de quicio. 

Alya por su parte se quedó petrificada, ¿qué le iba a decir a Marinette cuando llegara la hora? Esto no podía ser ocultado más. Se abrazó a si misma y se echó a llorar. Nino por su parte, hombre de cabeza fría, comenzó a mirar a Adrien y caminó hacia él tocando su hombro. 

-Necesito que se lo digas a Marinette... no estamos de acuerdo en ocultárselo. Debes decirle, decirle como están actualmente las cosas...

-Pero ella no lo soportaría...-miró de un lado a otro buscando algo que avalara lo que decía. Tomó una carta y la sacó de su sobre. Ahí estaba unas frases escritas a puño  letra por la misma Marinette.

"Dijiste, juntos en la salud y en la enfermedad"

"En la pobreza y en la Riqueza, hasta los últimos días de nuestras vidas. Pero, prefiero morir si no estás a mi lado"

-Pero tienes que decirle, no puedes ocultárselo. Ella debe apreciar el poco tiempo que te queda y seguir con su vida luego...-expresó Antonella mientras se limpiaba el rostro- No debes dejarla atada a ti, debes darle el tiempo de calidad y hasta ahora no se lo haz dado. Te haz ocultado tras la mascara de un padre trabajador y ocupado. Haz hecho que ella piense que no la amas y que le eres infiel. Pero, debes decirle lo que pasa.

-Solo quiero que sepas algo Antonella. Si ella legara a sufrir por mi culpa después de mi muerte, no me lo perdonaría...

-Nosotros no nos perdonariamos que ella sufriera tras descubrir la verdad, nosotros amamos a Marinette tanto como te amamos a ti...-Expresó Alya, apretó sus manos y luego miró con cierto toque de desdén a Adrien- Si ella descubre tu mentirota, será mucho peor...  dícelo o yo se lo diré de lo contrario...

-Pero Alya, es una decisión que le toca tomar a él... -Nino intentó calmar a Alya mientras Adrien taba nuevamente asiento.

-Es una decisión que debe de tomar ya. Las dos llevan a la misma cosa, igual Marinette sufrirá cuando él ya no esté con nosotros y si ella descubre que le mentimos no podremos ayudarla. Nos apartará de su lado y sufrirá aún más...-expresó Alya enojada- ¿Acaso no lo entiendes?

-Lo entiendo. Pero esto es un algo que él debe decidir. No puedes forzar las cosas, Alya... - Nino trató de hacerla comprender pero ella se negaba.

-Denme una semana. Si no se lo he dicho, pueden hacerlo ustedes... -Dijo Adrien limpiándose la boca que estaba  sangrando levemente.

Antonella se acercó, lo abrazó con fuerza mientras lloraba. Como dolía eso, dolía,  perderlo iba a doler aún más que saber lo de su enfermedad. Pero que podía hacer. Si ella pidiera tener la pequeña posibilidad de salvarlo lo haría. Y parece que a estas alturas Adrien ya sabía lo que ella estaba pensando.

-Esto es algo que quisiera evitar. Yo quiero vivir con mi esposa y mi hijo. Hemos pasado por tanto y sin embargo parece que para Dios hice algo que no puede perdonar. Y así estamos, moriré dejando a mi hijo creciendo, a mi esposa sufriendo y a mi hermano soportando la indiferencia de mi padre... Si alguien pudiera hacer algo por mi, créeme que le hubiera dicho a ese alguien que me ayudara. Quiero más tiempo... Más tiempo para vivir con ellos, para demostrarle cuanto los amo...-expresó Adrien llorando. Se tomó con fuerza de los hombros de Antonella y echó algunos alaridos de dolor. Si, le dolía el corazón, pensar en el futuro le hacía sufrir más de lo que cualquiera de ellos creía. 

Alya , Nino y Antonella, los tres cargaron con él, porque así eran los amigos. Se reconfortaban el uno al otro, se apoyaban y amaban como hermanos. Y aunque Antonella hubiera llegado tarde, ella lo amaba como un familiar más. Adrien , ese día se sintió realmente libre.

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Para ese entonces, habia pasado tiempo suficiente. Adrien era un hombre delgado y sin fuerzas pero en una de esas noches, juntó toda la voluntad que tenía por vivir y dejó en Marinette algo que ella no imaginó. Cuando se terminó la semana, Adrien dio el primer paso para decirle a su esposa lo que pasaba. Se sentó en el sillón de su casa, la casa que habia comprado para Marinette. La cual habia esperado disfrutar en plenitud cuando envejeciera.

-Dime amor,  ¿que es lo que está pasando? -dijo ella alegremente. Se tocó las mejillas sonrojadas y luego se sentó a lado de Adrien. 

-Verás... yo....-sonrió un poco antes de que sus ojos comenzaran a Gotear. 

-¿Estás mejor verdad? Por eso es que me vas a contar todo lo que tenías, tus salidas , tus ausencias. Todo eso acabará, ¿verdad? - Adrien se limpió las lagrimas, se mordió los labios para no llorar más pero era imposible. Marinette se quedó quieta, lo miró fijamente y sin comprender negó con la cabeza.

-Tengo Leucemia, me queda poco tiempo de vida....-dijo él explotando en llanto. 

Marinette quedó de rodillas mientras su hijo, el pequeño Louis , explotaba el llanto. Era la primera vez que se le derrumbaba el mundo de fantasía. Marinette comenzó a pisar tierra en ese momento, el golpe fue espantoso y mirando desconcertada al vacío las lagrimas comenzaron  caer por si solas. Adrien iba a morir y ella no podía hacer nada.

-Es por eso... que estuviste llendo de viaje a menudo, nos alejabas y apartabas de ti. Mientras que yo creía que la persona que estaba haciendo todo mal era yo. Que te estaba forzando a vivir una vida que no querías... Me estuviste mintiendo...-dijo ella con la voz quebrantada.

-Fue para que no...-Adrien se tapó la cara cuando Marinette alzó la mano para abofetearlo, pero la mano de ella cayó hacia abajo en un instante. 

-¡¿Por qué nosotros?!¡¿Por qué tu, por qué yo?! Solo queríamos ser felices y ahora se presenta esto. ¡¿Qué puedo hacer Dios mio?! -Marinette se tomó la cabeza y de un momento comenzó a sentir las nauseas del momento. Se dirigió al baño, se arrodilló y expulsó la mitad de lo que habia comido.

-Lo siento mucho, yo ... -Adrien se paró y a paso lento se dirigió a donde ella- Quería decírtelo, pero no me atrevía. Te veía tan feliz que lo menos que quería era arruinar tu vida... con esto...

-Solo, quería que fueras sincero, quería que me dijera que era lo que te afectaba. Todo irá bien, estaremos juntos hasta el final...-dijo ella limpiándose la boca- Buscaremos un especialista,  sobreviví...

-No Marinette, esto no tiene cura... hemos visto especialistas, he buscado opciones que no creerías y aún así, estoy condenado a... -se quedó callado mientras Marinette volvía a llorar, estaba afligida.

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Pasaron dos meses, dos largos meses en los que Adrien parecía haber recuperado la vigorosidad. Por un momento Marinette creyó que esto habia sido una broma de mal gusto. Pero, lamentablemente no era así. Por ahora solo quería que todo estuviera bien. Alya y Nino venían a menudo a su casa, era reconfortante tener a sus amigos cerca. Incluso a la callada Antonella y a su pequeño hijo. Yuzuru era su nombre. Su padre se lo habia puesto con el amor de todas sus costumbres. Era un pequeño trigueñito con los ojitos rasgados y de color aguamarina al igual que su padre. Corría de un lado a otro haciendo volar un avión que su madre le habia comprado. Parecía estar llevándose bien con el pequeño Louis. 

Marinette veía con ternura el escenario y deseaba que esto no terminara nunca, comenzó a dar dos pazos para conseguir algo que comer para los niños. Nino notóalgo extraño en el caminar de Marinette y antes de que esta se cayera de seco al piso , la tomó cargándola.

-Es... demasiado pesada..- Dijo Nino tomando a Marinette cual princesa y poniéndola en el sillón.

-¿Qué ha ocurrido? ¿Pasa algo malo? - Alya se acercó a Marinette mientras Antonella se dirigía a donde estaba Adrien. Ella tenia la ligera sospecha de que eran las más hermosas noticias. 

-Louis.. Louis...-dijo Antonella llamando la atención del niño- La tía quiere que la acompañes por un par de galletas y leche, Yuzuru también irá....

Louis apenas tenía apenas un año y algunos meses más, pero entendía lo que su tía quería decir. Caminó con lentitud hacia ella  y alzó las manitos para que esta lo cargara. Yuzuru, un saludable niño de tres años corrió a dentro de la caza mientras Adrien miraba el sol ponerse en plena tarde. 

-Creo que deberías entrar, tu esposa te está esperando...-expresó Maria Antonella sonriéndole cálidamente. Era ella la única de todos que no lo quería sobreproteger. Comenzó a caminar hasta la puerta de la casa. 

Alya sonreía de emoción, Nino se tocaba la cabeza al igual riendo. No sabia como habia pasado pero parecía que todos estaban felices, excepto Marinette que estaba callada, como si aún no asimilara algo que estaba sucediendo.

-Vas a ser mamá nuevamente Marinette...- Dijo Alya mientras Antonella reía un poco desde donde estaba.

-Parece que el rubio siempre atina. Tiene tan  buena puntería...-Dijo ella riendo un poco irónica- Para eso si tiene fuerzas, me pregunto para qué más...

-Hermano, en serio, eres increíble...-Marinette sonrió un poco y luego se echó a llorar.

-Estoy embarazada otra vez...-dijo ella casi gritando de la Alegría. Adrien terminó por correr hacia ella y abrazarla. Expresó cuanto la amaba llenándola de besos. La abrazó como nunca. 

Fue la primera vez en mucho tiempo que se sintió feliz y creo que todos allí se sintieron felices. Por un momento dejaron de lado los temores de lo que vendría mas adelante. Louis era un pequeño niño rubio de un año y pico meses. Quería estar con su padre ahora. Quería estar con él y abrazarlos , por qué lo veía sonreír. Veía sonreír a su padre.

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Los meses pasaron nuevamente, esta vez Marinette y Adrien estaban en el hospital. Marinette iba a dar a Luz a un par de mellizos. Mientras que Adrien estaba internado por no poder respirar, le pusieron un respirador para que este lograra sobrevivir , al menos hasta que sus hijos nacieran y pudiera el verlos. 

Adrien estaba forzando a su cuerpo a ir más allá de lo que estaba previsto, así que solo le tocaba esperar ver a sus gemelos, a su hijo, a su amado retoño , a sus amados tesoros. Ni siquiera pudo curarse pero estaba allí para ellos. 

El llanto de un par de niños comenzó a oírse en la sala de partos y para cuando este fue audible para Adrien soltó una lagrima de la emoción, no podía llorar ni emocionarse , pero estaba haciéndolo, iba contra las reglas. 

"Papá, queremos conocerte. Espera un poco más por favor."

Adrien quería dormir, se sentía tan cansado. Pero no pudo, la enfermera de turno entró con los bebés en brazos mientras Alya estaba afuera del área de cuidados intensivos. Cuando  oyó a los niños llorar supo que algo malo andaba pasando. La enfermera salió con los niños , Alya vio a entrar al doctor en la habitación de Adrien mientras las enfermeras enloquecían. Marinette estaba siendo trasladada a un lugar mejor. Todo comenzó a verse enredado hasta que el doctor salió con los hombros gachos.

Adrien era o fue un buen hombre, dentro de todo lo que hizo se destacó el amor que le tenía a Marinette. Los años que estuvieron casados, los cuales fueron tres, se preocupó por darle la calidad de vida que ella merecía y a su vez la libertad que ella necesitaba para desenvolverse. Habia dejado de lado su enfermedad, su estúpido decaimiento para que ella en estos últimos meses atesorara los recuerdos más hermoso que alguien podría darle.

Se quedó mirando al techo del cuarto mientras la vida se le habia ido. 

Para cuando los doctores se dieron por vencido, él también lo hizo. Al fin , después de dos largas horas de espera habia dejado su cuerpo para irse a quien sabe donde. Pero lo que los doctores y demás estaban seguros es que estaba con su madre. 

-Señora Alya, Señor Nino... El Señor Adrien a...-el doctor no dijo nada más cuando se sobreentendió.

¿Como deberían decírselo a Marinette?

No pasó ni una hora de la gran noticia, los mellizos estaban bien. Marinette estaba estable y era hora de hacerla enfrentar la verdad. Así que se acercaron a ella. Comenzaron contándole lo lindo que fue Adrien viera el rostro de sus hijos y los besara. Para luego seguir con la estocada final. 

-... entonces... el doctor nos sacó del cuarto y nos dijo que Adrien habia fallecido producto de una insuficiencia respiratoria...-expresó Nino tocándole el hombro a Marinette- Lo siento tanto...-dijo él con lagrimas en el rostro conservando una pequeña sonrisa- Quería protegerlo y que este momento nunca pasara, pero... No pude hacer nada al respecto, siento haberte fallado Marinette...

Marinette rompió en llanto, ahora era una mujer con tres hijos por criar, con dinero , con todo , pero sin su amado Adrien. Aquel hombre con quien habia compartido gratos e inolvidables momentos que trataría de trasmitir a sus hijos. 

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El tiempo comenzó a pasar nuevamente, cuando menos se dió cuenta sus pequeños hijos tenían ocho años y el más grande tenía diez. Entonces, en ese punto de la vida todo comenzaba a repetirse de nuevo con Bridgette y Félix. Sin embargo, habia un pequeño detalle que habían olvidado.

Para ese tiempo, todo el pasado comenzó a juntarse, llegó a la ciudad una chica llamada Lila B. Chao. Su parecido a Fiorella era increíble, sin embargo no era ella. Apenas tenia unos dieciséis años y habia sido trasladada al Instituto Francoise Dupoint. Aquel donde estudiaba Félix y Bridgette. Al parecer no habia venido sola, tenia a un chico llamado Claude acompañándola. Nadie sabia la  procedencia  de aquella chica, pero al parecer había llegado para perturbar la vida de muchos en Francia...

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¿Lila B. Chao o Rossé Mary Bartolini?

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