Explotando Corazones

By bxcuj_

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Porque el maltrato verbal y físico ya no era suficiente, no cuando Deku parecía casi inmune a estos. En otras... More

Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXI
Capítulo XXII
Capítulo XXIII
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Capítulo XXVI

Capítulo I

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By bxcuj_

Bakugou Katsuki era extraño e impredecible, al menos para Kirishima y Kaminari, que pasaban algunas horas en compañía del rubio explosivo durante el día y que veían la mayor parte de las rarezas que hacía y también decía.

—Ese bastardo...

Para Kirishima, la mayor rareza del rubio ceniza era oírlo maldecir cada dos por tres, y aunque eso no fuese demasiado extraño viniendo de Katsuki, sí se le hacía bastante raro que los improperios aumentaran de nivel con tan solo ver a Midoriya. Más bien, pensó el pelirrojo, los improperios aumentaban aún más cuando el pecoso simplemente lo pasaba de largo, ignorándolo sin darse cuenta siquiera.

—Miren a ese idiota, actuando todo confiado. Es un nerd, maldita sea, un puto nerd.

Por otro lado, Kaminari creía que lo raro decaía en lo mucho que Bakugou, con su expresión continua de fastidio, parecía mirar al menor, siguiéndole la pista desde la lejanía y no tanto en silencio, odiando cada movimiento que hacía y llenándose la boca con insultos bastantes hirientes, seguramente con la esperanza de que el odio que sentía llegase a Midoriya, que en realidad jamás se enteraba demasiado de lo que el chico despotricaba a la distancia.

Con una mirada cómplice, el pelirrojo y el rubio del rayo llegaron a la silenciosa conclusión de que, de todas formas, era divertido verlo y oírlo, así como todo lo demás que ambos consideraban divertido.

—Pero, ¿qué demonios? —cuestionó entonces Katsuki, llamando de vuelta la atención de los chicos que estaban junto a él—. ¿Ven esa mierda? —les preguntó, incrédulo, apuntando sin reparo a un par de metros más allá dentro de la cafetería—.No logro entender cómo diablos ese inútil se ha podido conseguir una novia, ¡va en contra de la naturaleza!

Ese tipo de comentarios, pensaron ambos con una sonrisita, eran de los que más les causaban risas; los celos inconscientes de Bakugou eran algo que debían ser disfrutados, a pesar de que ocurrían con frecuencia.

— ¿Te refieres a Uraraka? —preguntó Denki, que tenía un poco más de control en su nivel de risotadas a diferencia de Eijirou.

—Sí, la perra esa.

—Hombre, llamar de esa forma a las chicas no está bien —le reprochó Kirishima, exasperado luego de controlar las risotadas que amenazaban con salir de su boca.

— ¡Pero es que es una perra! —exclamó con voz potente, causando que varios se volteasen a mirarlos—. ¡¿Qué?!

—Vale, vale —Eijirou alzó ambas manos en un gesto que pretendía ser tranquilizador—. No te alteres, tío.

— ¡¿Alterarse?! ¡¿Quién demonios se está alterando, eh?!

—Siguiendo con el tema —les interrumpió Kaminari, procurando que Bakugou no comenzara a explotar todo—, según mis fuentes, ellos no están saliendo. Ya sabes, Uraraka y Midoriya.

Para el asombro de ambos, las manos de Katsuki se dejaron caer sobre la mesa sin ningún rastro de explosión y el enojo del rubio se limitó a un chasquido de lengua, que para los dos chicos a su lado, resultó curiosamente gracioso.

—Bueno, era obvio, idiotas —les dijo en tono aburrido—. Está comprobado científicamente que es imposible que ese zoquete le guste a alguien.

—Sí, claro — respondieron ambos al unísono, mostrándose divertidos.

— ¿De qué mierdas se ríen, par de tarados?

—Nada, hombre, no es nada.

Y así continuó la tarde, que para Kirishima y Kaminari resultó ser bastante tranquila o al menos dentro de lo que se podría llamar tranquila cuando eras estudiante de la UA. Sea como sea, al rededor de las nueve de la noche, cuando el calor de la primavera se desvanecía llegando a la noche, ambos se vieron envueltos en la escena enfurecida que su amigo protagonizaba en medio de la cocina, con un pecoso siendo levantado del suelo por el cuello de su camiseta y con la camisa negra del rubio cubierta con mayonesa.

— ¿Qué coño es esto, Deku?

Para un Deku que acababa de llegar de su ya tan acostumbrado entrenamiento nocturno, ir a su habitación era lo que más deseaba, junto con la idea en mente de prepararse un sándwich, todo eso logrando evitar meterse en algún problema o causar uno, pero, al ya tener años de conocimiento sobre aquel tema, si tan solo veía a Kacchan a la lejanía, sabía que algo malo sucedería sin dudarlo. Después de todo, Kacchan era sinónimo de problema.

—Es m-mayonesa —respondió antes de regañarse en su mente por el titubeo que se le escapó sin querer—. Lo siento por...

— ¿Hah? —soltó exaltado, satisfaciéndose por el anterior titubeo, mas no por la expresión serena del menor—. Dime, ¿qué se siente ser tan malditamente fracasado que ni siquiera puedes llevar un puto sándwich de forma correcta?

—Kacchan, en serio lo siento, yo...

—¿Debería explotarte la cara?

Con el sonido de las pequeñas explosiones de fondo, Denki y Eijirou decidieron que ya era suficiente de eso. Ambos se levantaron y poniendo una mano en cada hombro del rubio, sonrieron animados y le dieron unas palmaditas que aumentaron el fastidio de Katsuki, que sin embargo no se molestó en apartarlos; necesitaba que toda su furia fuese dirigida al más pequeño que tenía delante.

—Ya, ya, Bakugou —habló Kirishima en un intento por calmarlo y hacer que soltara al de cabello verdoso—. Deberías dejar a Midoriya, no hay tiempo para esto.

—Es verdad —colaboró Kaminari de inmediato—. Hemos encontrado un paquete de esas patatas que tanto te gustan, las picantes. ¿Quieres que Kirishima y yo nos las comamos o qué?

La mención de comida picante llamó la atención de Katsuki, y aflojando un poco el agarre en la camiseta del menor, que ya había comenzado a plantearse la idea de que tendría que lidiar con el mal humor de Kacchan de una manera más grave, miró a Kaminari alzando las cejas, sin borrar la mueca de su rostro pero evidentemente más tranquilo.

— ¿Y por qué diablos no lo dijiste antes?

El pecoso aprovechó la oportunidad y, aliviado, se escabulló de los brazos del rubio, que distraído en busca de la bolsa de patatas que Denki tenía en esos momentos en las manos, no se percató del momento en el que Izuku había desaparecido de la cocina, y para cuando lo hizo, supuso que Deku se había salvado.

—Fantástico —murmuró chasqueando la lengua, tirando de su camisa manchada—. El nerd ensucia mis cosas y encima se libra de eso, ¿qué demonios?

—Mete la camisa a lavar y ya —le sugirió Kirishima, después de que los tres se habían sentado en una mesa cercana a comer.

Katsuki, que había estado despotricando en contra de Midoriya entremedio de cada patata que se metía en la boca, lo miró furioso, haciendo explotar el puñado de patatas que tenía en la mano.

—Esa no es la cuestión, imbécil —repuso enojado, dejando caer los restos quemados de las que antes fueron papas—. La cosa aquí es que hace un tiempo que ese inútil cree que puede hacer cualquier cosa y librarse de ello. ¡Maldita sea, en serio me molesta!

—Si sigues explotando las papas, no quedará nada —le advirtió Denki, entristecido—. Por otro lado, yo creo que Midoriya actúa igual que siempre, tal vez tú...

— ¡¿Yo qué?!

—Nada, por Dios, nada — se corrigió, un tanto exasperado.

Siguieron comiendo mientras oían a Bakugou maldecir en voz alta, quemar algunas otras cuantas papas y quejarse un montón cuando decidieron que no comería más patatas por desperdiciarlas con sus explosiones. Ya un poco hartos del rubio, que había logrado hacerse de nuevo con el paquete de frituras y que había vuelto a su insufrible tarea de maldecir con todo su odio a Midoriya, Kirishima no creyó soportar otro comentario envenenado, así que, ya hastiado de todo eso, cortó el rollo de Katsuki diciéndole lo primero que se le vino a la cabeza.

—Bueno, si tanto lo odias, por qué no simplemente planeas algo y lo haces sufrir o lo que sea —soltó, creyendo que Bakugou lo ignoraría, pero se sorprendió cuando notó la mirada curiosa del rubio ceniza—. ¿Qué?

— ¿Qué tienes en mente? —le preguntó, mostrándose tan interesado en el tema, que incluso Denki alzó la mirada, curioso.

—Eh... —se mantuvo en silencio durante unos segundos, viendo como la curiosidad de Katsuki se convertía en impaciencia rápidamente. Lo cierto era que, cuando había hablado, solo lo había hecho como un comentario al azar, sabiendo que el rubio lo ignoraría y seguiría con lo suyo, por lo que decidió recurrir a lo confiable—. No sé, hombre, googlealo o algo.

Otra vez se esperó a que su amigo perdiera el interés luego de aquella respuesta tan vaga y, nuevamente, se vio sorprendido de que, siguiendo su idea, se apresurara a buscar entre los bolsillos de sus pantalones hasta encontrar su móvil, en el que tecleó en la pantalla táctil tan rápido que Kirishima y Denki temieron que lo hiciese explotar.

—Entonces, ¿hallaste algo? —le preguntó Kaminari después de unos minutos en los que el rubio se había mantenido sumido dentro de lo que su móvil le mostraba.

Bakugou se tardó lo suyo en responder, y para cuando ambos amigos habían comenzado a creer que había acabado en alguna página ilegal de ventas de personas o algo sobre cómo drogar hasta la muerte, Katsuki levantó la mirada, notándose algo contrariado y con un fugaz brillo de victoria en los ojos, brillo que no duró más de medio segundo.

—Métanse en sus asuntos, jodidos entrometidos —respondió con un deje de satisfacción en la voz, que fue apagado rápidamente con la mueca que cruzó su cara.

—Por favor, dime que no estás buscando en una página de asesinos a sueldo o algo parecido —le suplicó Kaminari ante la expectante mirada ofendida de Katsuki—. Recuerda que eres un héroe, hacer eso sería un tanto...

— ¿Hah? —espetó, rabioso—. ¡¿Qué demonios te piensas que...?! —se vio interrumpido en el momento en el que, distraído dirigiendo sus gritos a Denki, Kirishima aprovechó para arrebatar el móvil de sus manos. Repentinamente sonrojado, se lanzó en contra del pelirrojo—. ¡Devuelve eso ahora, pedazo de homúnculo!

—Oh, ¡no me digas! —exclamó, soltando la risotada que no había podido soltar hace un rato, viendo como Katsuki guardaba receloso su móvil recuperado en su bolsillo, no sin antes haberle explotado la cara al chico que no recibió mucho daño—. Dime, ¿cómo le hiciste para acabar en una página de consejos para chicas?

—¿Una página de chicas? —cuestionó Denki, perdido en la conversación. No tardó mucho en conectar los puntos luego de oír la risa estridente de Eijirou y los intentos de Bakugou por explotar todo—. ¿No estabas buscando una manera de hacerlo sufrir o algo así?

Katsuki se detuvo de golpe y un tanto avergonzado, buscó el aparato otra vez y leyó lo que decía el artículo, decidido a ignorar a Kirishima lo más posible, el cual no dejaba de reírse cada vez que miraba la cara del rubio explosivo.

—Aquí dice... —recitó un tanto contrariado. Cerró los ojos con fuerza y, cuando los abrió, el brillo fugaz de la victoria apareció en ellos otra vez—. Aquí dice que la mejor manera de destruir a una persona es rompiendo su corazón. Dice que los síntomas son de lo peor: tristeza, sensación de desosiego, llanto incontenible y todas esas idioteces. También es el daño que más tarda en curarse, ¡¿no es genial?!

Denki junto con Kirishima —que por fin había dejado de reírse—, lo miraron asombrados, observando la expresión decidida del de ojos rojos, buscando en ella el menor rastro de que estuviese bromeando, cosa que no hallaron pasado el tiempo.

Katsuki, al no recibir respuesta o aprobación (algo que en realidad no necesitaba), continuó con su lectura, convencido cada vez más de que ese era el mejor método para hacer realmente sufrir a Deku y lograr que ese dolor lo persiguiera por el mayor tiempo posible, incluso si era para toda su vida, algo que sería una misión cumplida con éxito. Ya se veía a sí mismo en un corto tiempo más, disfrutando del dolor ajeno, regocijándose de las lágrimas del menor y de su permanente expresión de tristeza, esa que tanto le encantaba contemplar. Disfrutaría de su miseria, eso sin duda.

—Vale, viendo que vas en serio con esto —habló Eijirou, haciendo que Katsuki lo mirase alzando una ceja—, ¿sabes lo que se tiene que hacer antes de romperle el corazón a cualquier persona?

Bakugou lo miró detenidamente con una cara que les indicó a Kirishima y a Denki que, al parecer, no había asimilado del todo la idea que conllevaba su plan malévolo.

—Tienes que hacer que se enamore de ti, hombre —le aclaró con voz irritada, incrédulo ante el fallo tan grande en los planes del rubio. Cuando Katsuki lo miró horrorizado, supo que por fin había captado el agujero en su idea—. Al fin lo pillas, ¿eh?

—Mierda, no es posible —se llevó las manos a la cabeza, abrumado—. ¡Una idea tan genial con un puto defecto como este!

—Quizás deberías... —la voz de Kaminari se fue apagando poco a poco ante las miradas del pelirrojo y el rubio. Se había quedado en completo silencio, sopesando una nueva idea que había comenzado a rondar por su cabeza. Cuando alzó la vista de nuevo, la sombra de una pequeña sonrisa se veía en sus labios—. Si lo piensas bien, no es tan mala idea, Bakugou.

—Joder, sí es que es una mala idea —sentenció enojado, ofendido ante la imagen de Denki siquiera imaginándose la idea de él enamorando al inútil de Deku—. ¡Sería repugnante, diablos! ¡¿Quieres que te explote el trasero?! ¡Haré que...!

—Tienes razón —lo interrumpió Kirishima, dirigiéndose a Denki, que comprendió que el pelirrojo había captado la idea rápidamente y que ahora parecía apoyarla—. Si te paras a pensarlo, el hecho de que Bakugou logre que se enamore de él sería un golpe aún más fuerte para Midoriya. Ya sabes, enamorado del sujeto que le juró odio y que le hizo la vida insufrible durante tantos año debe ser insoportable.

— ¡Exacto! —le animó Kaminari, emocionado de que el pelirrojo casi leyese su mente—. Además, se sentiría confundido por gustar de un chico y no sabría qué hacer sabiendo que tendrá que soportar a un idiota tsundere, ¡sería un desmadre!

— ¡Así es! —apoyó Kirishima, entusiasmado—. ¡Luego de que tendrá que aceptar que está enamorado de un imbécil bipolar, tendrá que...!

Katsuki había dejado de prestarles atención luego de estar viéndolos como intercambiaban ideas disparatadas entre sí, ambos demasiado felices para su gusto.

De la nada, se había comenzado a sentir abrumado por la cantidad de posibilidades que ambos chicos lanzaban sin reparo, que a regañadientes aceptaba que tenían ciertos puntos a su favor. Quizás demasiados, pensó espantado. Y es que él podría reconsiderar la idea, ya que sonaba tentador sumergir a Deku en un mar de confusión, temor y tristeza del que le costaría lo suyo escapar, pero el simple hecho de tener que ser él el que causara todas esas emociones, le agradaba y le desagradaba al mismo tiempo.

¿Él, el que algún día sería el héroe número uno, queriendo seducir a un mocoso perdedor que no tenía ningún atractivo a su juicio?

Era tan gracioso que le daban ganas de vomitar.

—¿Bakugou...?

El susodicho alzó la mirada entonces, encontrándose con sus dos amigos mirándolo extrañados, ambos a la espera de una aprobación de su parte.

—Me iré a echar una siesta —declaró hartado, y procedió a levantarse.

Kirishima y Kaminari lo observaron irse por el corredor, con su forma peculiar de caminar y maldiciendo en voz baja a todo lo que se encontrase en el camino. Luego de que desapareció en las escaleras, ambos se miraron durante unos segundos antes de que unas amplias sonrisas aparecieran en sus rostros.

—Kaminari, amigo —le dijo Eijirou, pasando un brazo por sus hombros—, debo decir que me siento orgullo de tu idea. Tienes mis respetos, tío.

—Anda, me halagas —Denki sonrió, animado por el comentario—. Aunque hay que agradecerle a Bakugou y a su página de chicas, tienen gran parte del mérito.

—Eso es cierto —ambos rieron—. En fin, ¿cómo sabes que esto no acabará igual de mal como lo planea él?

Kaminari lo miró sonriendo y no emitió palabra, mas Kirishima lo entendió perfectamente.

—Estos meses serán divertidos, supongo.

—No tengas duda de ello.

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Hola :v... no sé qué decir, aiuda (?) Bue, comenzaré diciendo que no sé cómo vergas se me ocurrió esto, yo solo estaba demasiado fanatizada con KatsuDeku y estaba por caer en el hoyo de la desesperación cuando me di cuenta que me leí casi todas las historias del shipp, así que me dije "o haces una historia o te mueres por puta" y aquí estoy je

Agradezco votos, comentarios, basura electrónica o lo que sea, son libres de hacer lo que se les de en gana, bebos 🌚















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