Se supone que una cosa inmaterial no debería ganarle a algo que tenga vida.
¿¡Pero cómo puede ser que esta horrible máquina se quede trabada cada vez que intentaba hacer una zigzag!?
La joven, al estar teniendo una lucha interna con el objeto, no notó que dos hermanas se aproximaban a su persona.
—Esas máquinas viejas nunca funcionan cuando las necesitas...
Una voz la sorprendió por detrás. No pudo evitar dar un pequeño salto.
¡Odiaba que la sorprendieran!
Al darse vuelta, estaba a punto de gritarle a quién sea que le haya hablado, pero al ver a las dos jóvenes se quedó sin un suspiro, sobre todo por la que llevaba el cabello corto.
—Ahh...— Tenía que ordenar sus pensamientos, pero siquiera podía respirar. —Sí, sí... Es que era la única que quedaba disponible...
Chica no podía sacar el rubor de sus mejillas. Esperaba que no lo hubiesen notado.
Sin embargo la de cabello corto sí lo había hecho, pero se calló. Además, la encontraba adorable. Jamás la había visto por el colegio. Raro... Y eso que pensaba que conocía a todos por aquí...
—Normal... Es la Taladreitor 3000
—Oh, sí. — Respondió la de cabello largo. —Nadie la quiere.
La más grande sacó luego una linterna de su bolsillo (¿Quién trae una linterna en su bolsillo?)
—Cuenta la leyenda que años atrás, una chica intentó hacer un traje en ella...
Deseaba concentrarse en lo que decían, ¡de verdad quería!
Pero su voz... Parecía como si estuviera encantada a enamorarse de sus palabras.
Chica no podía concentrarse ni un poco. Le costaba no quedarse mirando a la más alta.
Claro que se había topado con gente 'increíblemente hermosa' (como le gustaba llamarles) en su trayecto por la vida, sin embargo esta joven le daba un no-sé-qué en el estómago, un escalofrío que le advertía que ella era especial.
La joven de cabello largo se acercó a la rubia y se arremangó en uno de sus brazos.
—Uhhhuhu... Esa historia siempre me pone los pelos de punta...
Las dos chicas habían terminado de hablar, pero la pobre no escuchó palabra alguna al andar perdida en sus pensamientos.
—Pero... Pero sólo es una historia, ¿verdad? — Intentó poner la mejor cara de pánico que podía dar.
—Claro... Solo es una historia... O no lo es...
Al decir sus palabras, la de cabello corto se aproximó hacia Chica, apoyando su brazo sobre su cabeza.
¡Era tan alta!
La pobre rubia podía freír un huevo con lo caliente que estaba su cara.
—Sí... Es solo una historia.
Chica miró hacia arriba, y descubrió que la joven la estaba mirando directo a los ojos.
—Pero sí se comerá tu traje...
¡Ya no podía más! La vergüenza la estaba consumiendo.
Con todo el dolor de su alma, se apartó del brazo de la joven y preguntó por sus nombres.
—La loca que está a mi lado es Marionette.
—Y esta babosa de aquí es Puppet.
La llamada Puppet tomó la mano de Chica con la suya y le entregó un suave beso en esta.
—Un placer. ¿Con quién tenemos el gusto?
¡AAAAHHHHHH! ¡NO PUEDE SER!
Vamos, Chica... Respira, respira... Esta no es la primera vez que saludas a una mujer hermosa.
Pero sí es la primera vez que parece tan interesada en ti...
¿¡Pero qué estaba pensando!?
—So-Soy... Mi... Mi nombre e-es... Chica...
Apenas le salía la voz.
Incluso al terminar de presentarse, Puppet no sacó su mano de Chica, y ambas se quedaron atrapadas en los ojos de la otra.
Puppet no era alguien que se enamorara fácilmente, siquiera para coquetear. Por ahí le rondaba una fama de rompecorazones, pero jamás tuvo la intención de flechar a nadie. Mas esta chica (llamada Chica) la llenaba de intriga. Había algo en ella que la llevaba a desear a conocerlas más.
Ya habían pasado unos segundos y ninguna de las tres hablaba. Marionette captó al momento que su hermana necesitaba un poco de ayuda para salir de su trance. ¿Qué haría Puppet sin ella?, pensaba la joven.
Carraspeó su garganta, atrayendo la atención de ambas.
—Si quieres puedes usar la nuestra. Nosotras ya hemos terminado, ¿verdad Puppet?
La llamada soltó las manos de la rubia y se acercó a su hermana. ¿¡Qué le acababa de pasar!?
—Oh... ¿En serio? ¡Gra-Gracias!
Marionette sabía cuándo su hermana se ponía nerviosa, y este era uno de esos momentos. Hace mucho tiempo que no la veía tan abochornada. Se estaba divirtiendo un montón viendo a las dos muriéndose de vergüenza.
Mientras Chica hablaba de la máquina de coser que le habían prestado, Puppet no podía dejar de observarla. Aún podía sentir el calor en su mano, y su cara continuaba colorada, mas era difícil notarlo si no la conocías, podía ocultar muy bien sus emociones si deseaba. La manera en la que hablaba le conmocionaba el corazón, sentía la alegría y acicate de sus palabras. Le hacía pensar que finalmente, tenía la oportunidad de conocer a alguien que le devolviera la emoción que le faltaba.
—...ta tu actitud.
Marionette le dio un ligero codazo a su hermana para que se despidiera de su nueva amiga.
Inmediatamente Puppet tomó compostura.
—Bueno, linda. Te dejamos la máquina, que necesitamos buscar materiales.
Le... ¿Le acaba de decir linda...?
—Volvemos en unas horitas. Quizás muchas, quizás pocas...
♡♡♡
—¡MAI! ¿¡CÓMO PUDISTE HABERME DEJADO HACER ESO!?
—Ya cálmate, loquita, se notaba que ella también estaba un tanto... despistada por tu presencia...
Marionette le dio una mirada pícara a su hermana, a lo que esta se tapó más su cara con sus manos, y se hundía en esa pequeña bolita que se había hecho en el piso.
—¡Le dije linda! ¡Y-Y también le besé su mano! ¿¡Qué va a pensar de mí!?
—Puppet, ¿cómo no te diste cuenta que le gustastes desde el primer momento? Su cara cuando se dio vuelta de la Taladreitor era muy graciosa.
—Además, la forma en que hablaba emocionada de nuestra máquina... Se veía tan tierna... Ahh~... Mai... Voy a morir...
Su hermana se agachó hasta donde se encontraba, se puso a su lado, apoyándose en ella.
—¿Puede ser que nuestra pequeña Pup ha quedado flechada?
Puppet podía sentir la sonrisa formándose en el rostro de la otra, y aunque tenía unas ganas de hacerle la tortura de godzilla, sabía que tenía razón.
¿Era esto a lo que llamaban amor a primera vista?
Jamás lo había experimentado. En realidad, nunca había sentido esa opresión en su pecho al escuchar una risa, o cómo se le formaba una sonrisa en su rostro con tan solo ver a alguien emocionado. El romance no fue un tema que estuviera en sus planes, pero de alguna manera, era su turno de experimentar a lo que llamaban amar.
—Vamos, tenemos que ir a buscar los materiales. No podemos atrasarnos, o no los terminaremos para la gala.
Al pararse, Mai ayudó a Puppet a levantarse, ofreciéndole su mano.
Su hermana aceptó, y Marionette tomó la oportunidad para revolverle el cabello.
—Si sigues así no llegarás a la noche... Ya la podrás ver cuando vayamos a buscar nuestra-
—¡No, no, no! No podré enfrentarla, debe pensar que soy... Que soy...
—¿Que eres la chica más maravillosa que ha conocido? Sí, yo también pensaba lo mismo.
Puppet miró a su hermana, y esta le ofreció una cálida sonrisa, lo que hizo que riera ella también.
La mayor agarró a la otra de su brazo, y se fueron en busca de los materiales que necesitaban.
Al final, Mai tuvo que ir sola a buscar la máquina de coser.
♡♡♡
La noche pasaba ligera por entre los participantes de la gala. Cientos de personas fueron invitadas para la primera Gran Ceremonia de Vestuario que se hacía en la ciudad, en conmemoración a un muy importante diseñador de moda.
Caminando en la muchedumbre se encontraba Chica, observando a los demás competidores. ¡Todos lucían tan increíbles!
Sin embargo, ella sentía que tenía una oportunidad de ganar. Había trabajado por semanas con su vestido, desde el diseño de este hasta la realización.
Y agradecía haber usado a la Taladreitor, porque si no fuera porque estaba en la escuela en ese momento, probablemente nunca habría conocido a las gemelas.
¡Ahh~! Aún se ruborizaba con solo pensar en Puppet.
Muchas veces había caído rendida a los pies de alguna chica o chico. Pero no importaba las veces que lo hiciera, siempre hacían que su mente se nublara, y que su corazón se adueñara de sus pensamientos.
Perdida en sus memorias, una joven de cabello rojizo se acercó a la chica.
—Oh... Pero miren quién ha llegado.
Esa voz...
—La payasita de la noche. ¡Viene disfrazada y todo!
Esa condenada sonrisa se posaba en los labios de la morena, mirando con desaprobación a la pequeña.
—Toddy, ¡déjame tranquila!
Se acercó hacia la rubia, observando con falso esmero su vestido, y la miró a los ojos.
—No me digas que pretendes participar en el concurso de gala con esa cosa que llevas puesta.
Sabía que lo decía para hacerla sentir mal y que no era cierto (Porque no es cierto. Mi vestido es bonito, ¿verdad?). Pero no podía evitar caer en su juego de palabras. Ella siempre encontraba una manera para golpearle donde más le dolía. ¿Qué le había hecho a Toddy para que la tratara así?
—¡...tu GPS y ubícate!
Chica escapó entre la multitud, antes de que la morena le siguiera lanzando insultos.
♡♡♡
Llegaban tarde.
Elegantemente tarde, eso sí.
Marionette y Puppet deslumbraban al pasar. Llevaban un traje a juego, las dos portaban unas chaquetas negras con rayas moradas, con una falda para Mai y pitillos para Puppet.
Pero, la verdad, es que no estaban muy interesadas en hacer presencia. Lo que de verdad deseaban era pasar un buen rato con los demás.
—¡Y también beber ponche! Tengo una sed...
—Hehe... Está bien, Mai. Creo que está por allá.
Cuando se acercaban a la mesa con brebajes, Puppet notó una melena rubia conversando con una joven morena de vestido rojo.
¿Acaso será Chica?
Intentó acercarse lo más rápido que pudo hacia ellas, antes de que la multitud la llevara hacia otro lado.
Y por suerte, justo alcanzó a escuchar las palabras de Toddy.
—Oh, espera. Se te ha caído algo...
La morena estaba a punto de lanzar el líquido de su vaso en el vestido de Chica.
Pero antes de que le mojara, unos brazos atraparon a la rubia y la movieron para que no se empapara.
—¡Hey!— Gritó enojada Toddy.
—Cuidado, pequeña. Casi podrías haber manchado a alguien haciendo eso. ¿Dónde quedó tu gracia?
Chica no se lo creía. ¿Era esa la voz de Puppet?
Toddy intentó buscar palabras para defenderse, pero no se le ocurrió nada en ese momento.
Se escabulló otorgándoles un corto grito entre sus dientes, y se perdió en la fiesta.
La joven deseaba decir algo, pero Puppet aún la llevaba en sus brazos, y las palabras se le quedaban trabadas en la lengua.
Así que la otra habló primero.
—Esa niña no sonaba muy amable, espero que no te haya molestado antes.
Le costaba hablar teniendo a la chica tan cerca, pero pudo formular unas palabras.
—Nu-Nunca le agradé a Toddy... Y ella no me agrada a mí... Ehm...
Quería formular un gracias, pero sintió la cabeza de Puppet posarse en la suya, y simplemente no podía reaccionar.
—¿Sabes? No tuvimos la oportunidad de conocernos mejor la... la última vez que nos vimos...
La faceta de Puppet se iba desintegrando al ver la adorable cara de Chica.
Su tartamudeo solo empeoraba.
—¿Por-Por qué no mejor bailamos y... Y conversamos y entonces-?
Chica se alejó un poco de Puppet.
La miró a los ojos, y con toda la valentía que pudo conseguir, se paró de puntillas y le dio un pequeño beso en los labios de la joven.
Las dos eran un desastre. El calor en sus rostros no podía ser peor.
Pero estaba bien, las dos se encontraban contentas la una con la otra.
—Entonces... ¿Me concedería esta pieza, señorita?
Y las dos se perdieron en la multitud.