Extraños

By GiJu-Co17

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"Al parecer el mundo de las sombras sigue en pie." More

Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
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Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25. Capítulo Final

Capitulo 7

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By GiJu-Co17

K

¿Que hice yo para merecer esto?

Estas dos últimas semanas han sido terribles.

Tengo ojeras que ni el maquillaje puede ocultar, la raíz oscura se ha empezado a ver en mi rubia cabellera enredada, y el hambre ya me esta haciendo justicia.

El color azul de mis ojos había sido remplazo por un color rojo por tanto llorar que ni los lentes de contacto habían podido quitar.

Mi cama estaba cubierta de papeles con moco que seguían en aumentó y mi ropa no había cambiado de algún short de pijama y una camisa que me quedaba grande a lo largo de los días.

El enojo de mi mamá tenia razón, pero a la vez no la tenia. Perdió el bebé, y me culpó. Ambos me echaron la culpa de aquel accidente, prácticamente me dijeron que era una mala hija, que no querían volver a verme. Que me despidiera de ellos para siempre.

Ese día antes de explotar por todo, incluido que me estaba volviendo loca por todo lo que escuchaba o veía, los Anderson llegaron a mi departamento.

Había logrado solo tirar un mugre plato cuando se habían hecho presentes. No se como entraron pero cuando lo hicieron llegaron gritando que era viernes de película, como si fuésemos amigos de toda la vida.

Se me hizo imposible decirles que se fueran, aún recuerdo que tenia sueño y me dolía el alma y el cuerpo, pero el olor a comida y el ruido real que escuchaba hizo que me sintiera menos basura de lo que me sentía.

Acabamos el día ellos viendo películas en mi sala y yo dormida entre Cameron y Nathan. Esa fue la única noche que dormí bien.

Mi tío no esta enterado de nada, no sabe que vivo de aire y que mis adoptivos padres me odian. Él cree que por pereza mía deje de ir a la escuela, pero me advirtió que si no regresaba perdería el año por faltas.

Era lunes. Y tenia la peor actitud para empezar la semana.

Amarre mi cabello en una coleta y deje que los rulos se formaran en ella, no tenía ganas de ir y mucho menos de arreglarme pero asustaría a todo el mundo su voy así tal cual.

Me vestí con unos pantalones negros algo rasgados y una blusa gris holgada, un pequeño suéter y los tenis más viejos que tenia.

Tome un par de pulseras al azar y recién ahí me di cuenta que perdí también el collar con la estrella que tenia de pequeña.

Genial.

Tome mi mochila y me puse un par de lentes oscuros para ocultar las ojeras que no desaparecerían por mucho maquillaje que llevara.

En mi mochila llevaba los lentes que remplazaban los de contacto. En el estado en que estoy perdería el ojo al intentar ponermelos.

Salí del edificio faltando 10 minutos para el inicio de clases.
Es por demás correr sabiendo que no llegaría con el calvo.

A mi desalentador paso llegue a la universidad. Toque la puerta del salón de física con la esperanza de que me dejara entrar después de pasada media clase.

-Adelante.- Dijo y deje mi puño al aire procesando lo que dijo.

Sin esperar demasiado abrí la puerta viendo como su regordete trasero estaba encima de su escritorio. Todos estaban en silencio por lo que se escucho cuando cerré la puerta. Viendo hacia abajo camine por el pasillo y me lamente de amarrar mi cabello ya que no podía cubrir mi rostro con el.

Tome asiento junto a Cameron quien se había recorrido, me senté sin contestarle a su saludo y reprimi un bostezo.

-Los lentes.- Alce la cabeza y lo primero que vi fue la mano del profesor esperando que le diera los lentes oscuros que tapaban mi feo rostro.

Sin resoplar se los entregue esperando que no me dijera otra cosa u que dejara las cosas así por la paz.

-Estas reprobada.- Esas dos palabras retumbaron en mis oídos, abrí mi boca para dar un argumento válido pero las palabras nunca salieron.- Por las faltas.- Sonrió.- Y en mi clase esta prohibido usar lentillas.- Dijo apuntando mi cara de no entender nada.

La clase de latín no fue interesante ni con la presencia de Nathan. Había ido con mi tío y al no encontrarlo use el salón para dormir un rato. Desperté faltando menos de 10 minutos lo que me dio tiempo de llegar a la clase que compartía con él.

La clase fue completamente aburrida.

Como lo habían sido las dos anteriores y parte de mi día en la mañana, probablemente también el resto del mismo y toda semana.

La hora del almuerzo se hizo presente y no dude en ir al gran comedor, escaseaba de dinero por lo que simplemente llegue y me senté en una de las mesas de hasta el fondo.

Peine con mis dedos mi cabello hacia enfrente despeinándolo y dejando al fin que el bullicio se hiciera presente en mi vida.

Era agradable escuchar algo que no fuesen gritos y sonidos del más allá.

Recargue mi espalda en la fría pared y subí mis pies al largo asiento que había. Cerré mis ojos sintiéndolos arder y los abrí antes de que las lágrimas salieran cuando el sonido de una charola de comida sonó en la mesa.

-De parte de tu Tío.- La cocinera me entrego una nota y se alejo antes de poder agradecerle o preguntarle algo.

Desdoble con pereza el papel encontrándome con la pulcra letra cursiva de mi tío diciendo que lo sentía, que no sabia lo que había pasado y que si queria podía irme sin remordimiento, firmado con su nombre y una carita sin expresión.

Hice bola el papel antes de meterlo a la mochila, tome el vaso con café de la charola y lo moví un poco para enfriarlo dándole un gran trago que con el paso del tiempo hizo que moviera mi pie nerviosa.

Pique la comida sin hambre y después de una larga batalla interior decidí ponerme los lentes ya que no veía nada y eso solo me producía dolor de cabeza.

Urge entre la mochila y cuando los encontré cerré los ojos para ponermelos, cuando los abrí di un brinco al ver a los Anderson sentados en la misma mesa donde yo estaba.

Debo de estar realmente mal para no escucharlos o verlos venir.

Me quite los lentes y me los puse nuevamente comprobando que no fuera yo la que estaba inventado tal cosa.

-¡Hola Risitos!- Saludo contento si no mal recuerdo Ian.

-¿Risitos?- Pregunte con la voz ronca por lo que aclare mi garganta.- Tú eres risitos no yo.-

-Vamos a ir a casa a comer algo... ¿Vienes?- Dijo Nathan sin dejar que Ian respondiera.

Estaba a un lado mio y me miraba con un poco de duda.

-Se refiere a que te invitamos a comer a casa.- Explicó Cameron mirando a Nathan.- ¿Nos acompañas?- Preguntó de manera forzada.

-¿A que hora?- Pregunte en un murmuro, sonaba buena idea convivir con más gente de mi edad y poder olvidar un poco todo lo que me atosiga.

-Ahora.- Contestó Ian rápidamente con una gran sonrisa viendo mi muñeca haciendo que esta se borrará inmediatamente.

Digamos que olvide decir que el pasado volvió incitándome al suicidio una vez, no se que me detuvo pero aquí sigo ocultando un pequeño corte con una pulsera donde un dije de corazón con un peculiar color se encontraba colgando de ella.

-Eso parece una buena idea...- Comente algo incomoda bajando las mangas del suéter lo más que podía.

-¿Pero...?- Insistió Nathan cuando me quede callada ahora buscando alguna excusa.

-¿Tienes planes?- Preguntó Cameron burlón y vi a Matthew sonreír un poco.

Creó que él no me quiere.

Negué con la cabeza de manera lenta viendo por encima del marco de los lentes a los tres chicos sentados frente a mi.

-Bien.- Dijo Nathan provocando que volteara a verlo acomodando mis lentes.- Vamos.- Se levanto de su lugar y me tendió la mano, pensé en dársela y le di la que no tenia cortes sabiendo que era lo que queria hacer.

-¿Ahora?- Pregunte cuando comenzaron a caminar a la salida. No creí que fueran tan literales.

-¿Para que esperar?-

No dije nada y los seguí hasta su linda camioneta, si me perdían en el bosque sería lo mejor que me pudiese pasar en estos momentos.

Durante el viaje por poco me quedo dormida en los cómodos asientos, pero aquellos gritos volvían a hacer constantes lo que me impedía hacerlo.

Habían ordenado pizza, todo fue normal como aquella vez que fueron a mi casa. Solo que más lujoso y un poco de mejor vibra.

Solo un poco. Igual no me sentía bienvenida ahí por alguna extraña razón.

-Creo que ya me tengo que ir.- Dije cuando habíamos terminado de ver la segunda película.

En aquella sala solo quedábamos Nathan y Yo abriendo cortinas y recogiendo todos los cojines.

-Que linda es tu pulsera...- Balbuceo viendo como el dije se movía.

Solo quiere comprobar aquello que vio.

Aquella vocesilla sonó en mi cabeza y la ignore como todas las veces. Aunque cada vez era más difícil con todo esto encima.

-Gracias.- Susurré buscando mi celular en la mochila para comprobar que ya era un poco tarde.

-¿Puedo verla?- Preguntó acercándose a mi por un lado, coloque mi brazo detrás de mi espalda y di un pequeño paso hacia atrás dejando la mochila sola en el sillón. Negué con la cabeza sonriendo de manera nerviosa evitándolo.

Sin poder esperarlo Nathan se lanzó a mi provocando que pusiera ambas manos para detenerlo, pero ya era tarde. Él giro antes de caer dejándome encima de él con mis manos en su pecho y sus labios muy cerca de los mios.




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