«¿Qué ha pasado aquí?» pregunté a Henry
«Mamá ha curado a Kathryn, supongo que su magia ha vuelto»
«¡Cómo! ¿Cómo es eso posible?»
«Ni idea, pero, si ella la utiliza solo para hacer el bien, no hay problema, ¿verdad?»
«Supongo que no, chico» le respondí acercándome al pequeño grupo para poder ver yo también el rostro de la rubia que ya no tenía ni un solo hematoma «ok, esto es raro, ¿alguien puede explicarme lo que ocurre?»
«Yo he...he tocado el rostro de Kathryn...quería ver sus heridas y...eso la ha curado...La he curado...en fin, eso creo...»
«Pero, ¡es imposible! Aquí no ha magia, ¿verdad?»
«No debería haberla...Se quedó en el mundo encantado, no debería encontrarse aquí...Lo siento, Emma, yo no he querido utilizarla...Ha pasado solo...»
«Hey» susurré agarragándola por el hombro para que se diera la vuelta hacia mí y levantándole el mentón con dos dedos «no es tu culpa, tú ni siquiera sabías que la magia estaba de vuelta y además no la has utilizado para hacer el mal, haz hecho algo bueno, has curado a Kathryn»
«Pero si la utilizo para eso, podría utilizarla para otras cosas, no quiero hacerlo Emma, no quiero»
Al ver que comenzaba a entrar en pánico y consciente de que todos nos estaban observando, le tomé la mano y la saqué del despacho. Nos sentamos en las escaleras, y la estreché tiernamente en mis brazos.
«Confío en ti, sé que no la volverás a utilizar para hacer el mal, ya no eres la misma persona, Regina, la prueba, el simple hecho de que tengas miedo de volver a hacer el mal muestra que has cambiado, la antigua Regina no tendría miedo, ni se pararía a pensarlo»
«Pero...Tengo miedo, Emma...tanto miedo...»
«No tienes que tenerlo, yo estoy aquí, Henry está aquí, también Kathryn y Ruby, no estás sola, no tienes que tener miedo en recaer, nunca dejaré que eso pase, confía en mí»
«Confío en ti, es en mí, en mis reacciones en las que no confío ¿y si te hago daño? ¿Y si hago daño a Henry?»
«Te olvidas de a quien tienes delante» le respondí divertida «soy la salvadora, no vas a librarte de mí tan fácilmente»
«¿Me lo prometes?»
«Te prometo que nunca te dejaré, que podrás contar conmigo siempre que tú lo quieras»
Suspirando de alivio, Regina reposó su cabeza en el hueco de mi cuello mientras yo comenzaba a acariciarle sus cabellos negros...
Después de haber pasado una media hora así, una en los brazos de la otra, tuvimos que separarnos cuando David apareció en las escaleras, con la expresión seria.
«¿Entonces? ¿Qué han dicho?»
«La mayoría están de acuerdo en darte una última oportunidad, pero otros no están de acuerdo»
«Entonces, ¿qué hacemos?» me preguntó Regina mordiéndose el labio inferior.
«Vamos a esperar, si todo se desarrolla bien, los otros tendrán que rendirse a la evidencia de que has cambiado y ellos cambiarán de opinión»
«¿Estás segura?»
«Sí, estoy segura y además, de todas maneras estaré pegada a ti como una lapa, a la primera persona que te toque un pelo la mato»
«No creo que sea una buena idea, pero te agradezco que intentes protegerme» me respondió con una ligera sonrisa mi morena antes de levantarse.
«¿Qué hacemos entonces?»
«Vamos a hablar con Rumpel, él debe saber por qué la magia ha vuelto a Storybrooke»
«Ok» asentí «voy a buscar mi chaqueta, espérame aquí»
«¿No pensarás que te vamos a dejar ir sola?» resonó la voz de Mary Margaret detrás de mí, sobresaltándome
«¿Desde cuándo estás ahí?»
«Lo suficiente para haber escuchado lo que ibais a hacer, y voy con vosotras»
«Rectificación, vamos todos con vosotras» añadió la voz de Ruby que salió acompañada de Kathryn y Belle.
«¿Estáis seguras?»
«Por supuesto que sí, somos un equipo, hacemos todo juntos, si no, no sirve de nada»
«Ok, cojo mi chaqueta y vamos» asentí subiendo los dos o tres escalones que habíamos bajado para coger mi chaqueta del despacho de Regina. Cogí también mi bufanda que me pasé alrededor del cuello antes de volver con todos y dirigirnos hacia la comisaría donde esperábamos que Gold pusiera luz en este asunto.
Al salir del coche, Regina echó hacia delante el asiento para dejar salir a Henry y Kathryn que nos habían acompañado, mientras que Belle, Ruby, Snow y David salían del coche de este último.
Busqué la llave de comisaría en mis bolsillos al llegar a la puerta, y acabé por encontrarla en uno de mis bolsillos interiores, bajo la mirada divertida de Regina. Tenía demasiados bolsillos en esta chaqueta.
La metí en la cerradura, la giré y empujé la puerta para que todos pasaran antes de entrar yo.
«Sabía que vendrían a verme» dijo Gold levantándose de la cama de la celda sobre la que estaba sentado.
«¿Ah sí? ¿Y por qué sabía eso?» pregunté arqueando una ceja de la misma manera que lo hacía Regina todo el tiempo
«Porque sentí su llegada, es extraño que no la haya presentido, majestad»
«Pues así es» respondió Regina «¿Puedo saber cuándo la presentiste Gold?»
«Anoche, poco después de las doce»
«Ah» dije yo al mismo tiempo que Regina, mirándonos durante unos minutos, nuestras mejillas enrojeciéndose
«Decididamente no podemos hacer nada sin que todo termine de manera extraña» susurró Regina que hizo una mueca, haciéndome sonreír.
«¿Por qué? ¿Qué pasó anoche?» preguntó Henry mirándonos a las dos...Oups...
«Bueno...digamos que...hemos dormido juntas...Eso es, hemos dormida juntas, ¿no es verdad, Regina?»
«Sí, es eso, absolutamente» asintió esta última provocando la loca risa silenciosa de Ruby detrás de Henry.
«Vale...Digamos que os creo...Pero solo porque no estoy seguro de querer saberlo en realidad»
«Muy sabio, chico, créeme» le respondí despeinando sus cabellos antes de ver la cara, medio horrorizada, medio asqueada que ponían Snow y David.
«¿Qué?» les pregunté tapando las orejas de Henry «¿No pensareis que aún era virgen y que Henry es el producto de la Inmaculada Concepción?»
«Bueno...»
«Tengo 28 años, pronto 29, y vosotros, ¿cuántos tenéis? ¿22, 23? Habéis tenido que hacerlo para tenerme...Oh, Dios mío...No me puedo creer lo que acabo de decir y no quiero imaginarlo»
«Es verdad que podrías haberme evitado esa imagen, Emma, te hubiera estado muy agradecida...buah...» exclamó Regina cerrando los ojos y sacudiendo la cabeza «no voy a poder cerrar los ojos sin imaginar eso...»
Sacando mis manos de las orejas de Henry, me acerqué a Regina y le susurré al oído
«Me ocuparé de hacerte olvidar eso esta noche, si sabes por dónde voy»
«Interesante...»
«También lo creo...»
«Hm, hm...» resonó detrás de mí, me giré y me crucé la mirada de Snow
«¿Sí?»
«Decidnos si molestamos»
«Ah, no, en absoluto, ¿verdad, Gina?»
«No, no»
«Bien, si toda esta historia de la magia está solucionada, podemos irnos...»
«Esperen, ¿podría hablar con Belle un momento, a solas?»
«¿Y por qué?» exclamó Ruby furiosa
«Deja Ruby, voy a hablar con él»
«De acuerdo, pero si te amenaza o lo que sea, nos llamas, ¿ok?»
«No se preocupen, nunca haría daño a Belle»
«Así lo espero» replicó Ruby soltando el brazo de Belle, saliendo con nosotros, dejando a Lacey con Gold