—Mmm... Estas...
—¿Qué haces aquí?—. pregunte sorprendida, mientras limpiaba mi boca.
—Eso no importa, ¿Estas bien? ¿Necesitas ir a un hospital?
—Vete, Justin—. trate de cerrar la puerta en su cara.
—No—. la detuvo y paso cerrando la puerta.
—Dios, mírate. Luces terrible.
—Gracias Justin. Estoy bien, si? Solo... Espera, espera, espera. ¿Qué haces aquí? Oh, Jesucristo.
—Te lo dije. Quiero conocerte, así qué...
—¿Cómo me encontraste? ¿Cómo llegaste hasta aquí?
—Rastree el teléfono y te encontré. De hecho, fue muy fácil.
—Pareces un psicópata. ¿Estás loco o loco? ¿Vienes a México sólo por mí?
—Si—. sonrió.
Negué y lo obligué a sentarse.
Corrí escaleras arriba, entre a mi habitación y tome el teléfono para después regresar abajo con Justin.
Uh que bien sonó eso.
—Toma tu teléfono, ahora me conoces. Vete—. tome su mano y lo pare de mi sillón empujándolo hacia la puerta.
—Espera, quiero conocerte, hablarme de ti—. dijo agarrándose de la pared para detenerse, se volteó hacia mí y sonrió. —Por favor, babygirl.
—No me digas babygirl- lo fulmine con la mirada y me hizo cara de perro.
—Bien, siéntate. ¿Quieres beber algo?
—No, gracias—. sonrió y caminamos de nuevo hacia el sillón.
Nos sentamos y nos miramos en silencio.
—¿Quieres jugar a las 20 preguntas? pregunto Justin rompiendo el silencio.
—Okay, pero tu empiezas.
Sonrió. —¿Nombre?
—Alexis Janoskian.
—¿Qué Alexis no es nombre de chico?—. pregunto divertido, provocando que lo golpeara.
—Strike uno, idiota. Tres strikes y te largas.
—Wow, nunca me había golpeado una chica.
—Pero yo no soy como todas las chicas, Bieber.
—Lo sé y me gusta—. sonrió guiñando un ojo sensualmente.