Gato callejero |BL|

By Ross_N

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"Asher Bullock es como un gato callejero... puedes darle comida, amor y un lugar donde dormir pero al final... More

Gato Callejero
Prefacio.
1. Hogar prohibido.
2. La nueva parada.
3. No lo intentes.
5. La nueva pareja de campus
6. Planes especiales y familia
7. Un poco de felicidad.
8. Quemándo recuerdos.
9. Más intimidad.
10. La triste verdad y el único remedio
11. La felicidad y Asher Bullock
12. A pesar de todo.
13. Ven por mí.
14. Mamá tenía razón.
Epílogo
Fragmento explícito del epílogo

4. Hay cosas más difíciles

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By Ross_N


Asher se olvidó del incidente del celular y yo respondiendo sus mensajes y atendiendo sus llamadas demasiado rápido para alguien normal.

Y no me malinterpreten, no es que no me alegre que todo volviese a la normalidad, es solo que pienso que no es bueno para él perdonar a las personas tan rápido. Sé, por sus mismas palabras, que no soy alguien particularmente especial para él así que eso significa que hará lo mismo con alguien que signifique mucho más y por alguien me refiero a Caleb y es increíble lo mucho que me jode el solo pensamiento de ello.

De hecho, antes de volver a actuar como si nada hubiese ocurrido, él desapareció ese fin de semana. Traté de localizarlo, pero todas mis llamadas fueron canceladas, todos mis mensajes nunca fueron leídos. Él estaba totalmente desaparecido y yo estaba muy preocupado. Pero logré verlo el lunes, llevaba un suéter de cuello largo, un gorro de lana y pantalones de pijama ¡En la universidad! Incluso traía ojeras y actuaba como un muerto viviente. Se quedó dormido en mi regazo alrededor de dos horas, que es lo que dura nuestra clase de literatura inglesa. Allí, tuve mi oportunidad de confirmar lo peor; su cuerpo estaba lleno de chupetones y mordiscos y sabía que todos eran de Caleb porque podía sentir su mirada desde atrás del aula. Prepotente y fría, como si hubiese ganado algo.

Pero me llevé a Asher a casa esa noche y lo dejé dormir tanto como quisiera. A la mañana siguiente, lucía como nuevo.

Hoy, ambos teníamos planes de almorzar juntos en la cafetería pero él nunca llegó y estoy empezando a preocuparme. Así que me dirijo hacia el peor de los lugares para buscarlo; el lugar donde lo descubrí con Caleb. Mi instinto me dice que él no ha tenido suficiente y quiere tentar a su suerte un poco más.

Me acerco rápidamente a la puerta al cruzar el pasillo y miro a través del vidrio; efectivamente, debo ser brujo. Ambos están allí pero esta vez no se están besando, simplemente están hablando, parados junto a la puerta. No puedo escuchar lo que dicen así que decido jugar y saco mi celular para llamar a Asher. Cuando el celular de este suena, lo sostiene y mira la pantalla casi asustado. Caleb, por ende toma el celular de Asher y cuelga la llamada y vuelve a mirarlo para reclamarle algo, Asher parece asustado.

―Bien, es momento de salvarlo ―me digo a mí mismo antes de abrir la puerta de golpe haciéndolos saltar a ambos―. ¡Lamento interrumpir su charla pero tengo asuntos que tratar con Asher, Caleb! ¿Por qué no mueves tu trasero a casa con tu prometida e hijo en camino, eh? Debes estar hasta el tope con todas estas cosas ocurriendo en tu vida, así que yo me encargaré de cuidar a Asher por ti y lo haré muy bien.

Caleb pasa de estar sorprendido a estar furioso pero Asher se echa a reír nerviosamente y trata de caminar hacia mí mientras dice―: Ya basta, Miles, vámonos ya ¿Sí? Perdón por no haber llegado al almuerzo, yo... ―antes de que pueda tomar mi brazo, Caleb tira del de Asher con fuerza y lo pega a su cuerpo.

Aprieto mis puños con fuerza, tanto como mi mandíbula.

―Suéltalo ―sentencio―. Te doy cincos segundos para que lo sueltes.

―Y-ya basta, Miles... ―balbucea Asher con una mirada suplicante.

―¿Qué harás si no lo suelto, eh Miles? ―me espeta―. Cualquier cosa que digas ¿Quién te va a creer de cualquier manera?

―Ah ¿Mucha gente? ―alzo las cejas y me cruzo de brazos―. No eres precisamente querido aquí... y tengo pruebas.

―¿Qué clase de pruebas? ―él rueda los ojos, parece realmente seguro de sí mismo para su propio bien, no estoy seguro de por qué―. Bueno, aunque las tuvieras, Asher está de mi lado... Asher siempre estará de mi lado.

―Asher no siempre estará de tu lado ni a tu lado, Caleb, Asher es una persona libre y puede hacer lo que quiera y si decide no apoyarte, estás muerto, así que suéltalo, deja de coaccionarlo con tu actitud prepotente, déjalo decidir que quiere hacer.

―Primero; deberías saber ya que Asher está totalmente loco por mí y nunca me dejará y segundo; ¿Quién coacciona a quién? Él siempre ha sido libre de elegir lo que quiere hacer y siempre me ha elegido a mí... no solo pretendas llegar y creerte su héroe, yo soy el único dueño de Asher ¿Entiendes?

―¡Ya basta! ―Asher empieza a sacudir la cabeza con los ojos cerrados, parece alterado, asustado y muy desesperado―. ¡Ya basta, ya basta, ya basta, no quiero escucharlos!

―Asher... ―levanto mi mano para tocarlo pero Caleb tira más de él.

―¿¡Qué está pasando aquí!? ―grita alguien desde afuera.

En ese momento, Caleb empuja a Asher lejos de su cuerpo mientras aun está sumergido en su crisis. Él termina contra mi pecho, así que lo abrazo suspirando tranquilo porque ya ha acabado la pelea. Un profesor entra y empieza a reclamarnos y a decir que no deberíamos estar allí y menos peleando. Asher se acurruca en mi pecho, con sus manos aferrándose a mi camisa temblorosamente. Asher no está para nada bien, así que ignorando a Caleb, digo que tengo que llevarlo a casa porque está teniendo un ataque de pánico y lo tomo en brazos sacándolo de allí inmediatamente.

No he mentido, realmente está teniendo un ataque de pánico. Le falta el aliento, se sacude y llora. Nunca lo había visto así ―a nadie, en realidad― pero estoy seguro de que puedo controlarlo. Lo llevo a la enfermería rápidamente que normalmente está vacía, lo pongo en la camilla y me quedo con él, solo abrazándolo un buen rato pero el ataque sigue así que como no encuentro otra solución y de verdad no soy un experto o he experimentado esto antes, hago lo único que puedo hacer para hacerlo distraerse del pánico y lo beso, no en los labios; en las mejillas, en los ojos, en las orejas, en el cuello. Finalmente, poco a poco, se calma y me rodea con lentitud el cuello. Sus brazos aun tiemblan pero son firmes cuando me aprietan. Trato de acariciar su espalda con ternura y su cabello, él se aferra a mí como si estuvieran a punto de arrancarlo de mis brazos, con un aura de soledad que cualquiera podría notar.

―Miles... ―lloriquea―, no te vayas.

―No estás solo ―susurro acariciando su cabello―. Me quedaré contigo tanto como quieras, Asher, no estás solo.

Me pregunto si es por esta razón que él se niega a dormir en su casa. Tal vez, le tiene fobia a la soledad. Pero fueron las palabras de Caleb lo que encendieron el miedo dentro de él. Claramente, Caleb es la razón de problema o al menos una parte importante de él. Y aun así, probablemente sabiendo de la condición de Asher, lo empujó hacia mis brazos con tal de salvaguardar su reputación.

Pero no podría estar más feliz de haber sido yo quien estuvo allí para sostenerlo. Quiero creer que no cualquier otra persona hubiese sentido lo mismo que yo por Asher. Solo soy yo queriendo sentirme especial.

―¿Tienes sed? ―le pregunto cuándo se calma por fin, él asiente en silencio.

Me alejo un momento para ir a la máquina expendedora de afuera. Él promete que va a estar bien. No quiero dejarlo solo pero tampoco puedo llevarlo afuera, está alterado todavía y un poco débil también. Estoy seguro de que tampoco almorzó así que además de agua, compro un emparedado en la otra máquina también, supongo que por ahora será suficiente.

Cuando me dirijo de nuevo hacia la enfermería, capturo a Caleb a punto de abrir la puerta y tomo su brazo para alejarlo de ella inmediatamente bloqueándola con mi cuerpo. Caleb me mira, está totalmente furioso y estoy seguro de eso pero hay gente cerca y creo que sabe que crear un escándalo no es muy sensato.

―Te dije que te alejaras de él ―sentencio antes de empujarlo lejos de la puerta con mi mano libre―. ¿No lo entiendes? Le haces daño.

―Bueno, eso no importa, Asher siempre se recupera ¿No? Es un hombre, puede manejar ese tipo de cosas ―Caleb rueda los ojos―. Quítate, quiero hablar con él. No puedes prohibirme eso, hemos sido amigos desde hace mucho tiempo, tú eres nueve por aquí, no puedes ganarme en este asunto.

―Sí, tienes razón, soy nuevo en la vida de Asher, un extraño casi ―le digo asintiendo―. Y aun así puedo ver a través de él y considerar sus sentimientos mucho mejor que tú, una persona que dice haber estado con él tanto tiempo. Si no vas a tomarlo en serio, entonces vete, es lo mejor para todos.

―No me digas que hacer ―me espeta―. No sabes nada sobre nosotros.

―No, sé sobre Asher y sé sobre la gente como tú ―me inclino un poco hacia él para que me escuche bien, es más bajo, así que tengo que agacharme―. Tienes tanto miedo de perder a Asher pero eres un cobarde, te asusta lo que la gente dirá así que engañaste a esa chica para que fuera tu incubadora personal y tu fachada frente a las otras personas mientras tienes a Asher escondido, solo para ti... pero Asher no merece eso y lo sabes, él también lo sabe... y tienes tanto miedo del día en que se dé cuenta ¿Verdad? Claro, sigues creyendo que no te dejará pero pensar en eso es aterrador ¿No? Bueno, sigue pensando en que harás después de eso porque ese día no tarda en llegar y me voy a asegurar de que nunca lo vuelvas a ver si sigues lastimándolo, cobarde de mierda.

Doy un paso atrás y tomo el pomo de la puerta dejando a Caleb ardiendo de la furia.

―Vuelve con tu prometida y tu hijo, Caleb, yo cuidaré de él ―le digo antes de abrir la puerta y volver adentro.

Me aseguro de cerrar bien pero de cualquier manera no creo que tengas las agallas de venir a reclamarme.

―¿Por qué tardaste tanto? ―interroga Asher.

Está hecho una bola entre las sábanas de la camilla, con las manos cubriendo su nariz y boca como si tuviera miedo de algo todavía. El pobre no había parado de llorar tampoco.

―Lo siento, bebé ―murmuro antes de sentarme a su lado―. La máquina se tragó mi dinero, pero mira, te traje agua y algo de comer ―pongo las cosas frente a él con cuidado.

Asher las mira por unos segundos como si las examinara y luego sale de su escondite para probarlas con cautela. Él en serio es como un gato callejero, siempre cuidadoso y consciente de todo. Cada día me gusta más esa comparación. Tal vez porque en el pasado tuve muchos gatos callejeros en casa. Mi familia tiene un refugio de animales así que todo tipo de criaturas domesticas abandonadas paseaban por casa a veces... pero los gatos eran los más frecuentes. Lo triste es que... no puedo recordar que uno solo se quedara para siempre, eso simplemente no pasaba.

No quiero que Asher sea alguien pasajero, ya decidí que quiero conservarlo aun cuando no esté a mi lado, quiero que sea una parte importante de mí. No estoy seguro de por qué tiene que ser él solo que así lo siento y así lo quiero... jamás, nunca, nadie me había impactado en la manera en la que él lo hizo, Asher es especial, único... haré lo que sea con tal de que se quede.

―¿Por qué no te llevo a mi casa y descansas un poco? ―le digo mientras acaricio su rostro―. ¿Has tenido ataques de pánico antes? ¿Qué haces usualmente después de eso?

―Um... ―él baja su sándwich y limpia las migajas con su manga―, espero a que pase y... llamo a alguien. No me gusta quedarme solo después de eso, así que llamo a alguien y ofrezco sexo o compañía o lo que sea con tal de dormir con alguien en la misma cama.

―Entiendo...―asiento poco a poco aunque no me agrada esa declaración―. Bien, no más ofrecer sexo ¿Eh? Cada vez que necesites estar con alguien, llámame a mí, estaré libre para ti sin importar las circunstancias ―le digo―. Dame tu celular.

Él hace una mueca pero lo saca de su bolsillo y me lo da. Yo pongo mi número en marcación rápida.

―Ahora estoy en marcación rápido, soy el número uno ―le digo―. Aquí tienes ―pongo el celular en su mano―. Cada vez que te sientas solo, cada vez que quieras hablas, cada vez que necesites ver a alguien, llámame, escríbeme, rastréame, haz lo que quieras. Por favor.

―Pero... ―él mira su celular―, pensarás que soy fastidioso.

―No me importa si me llamas y me escribes mucho ¿No es así cuando te gusta alguien?

Por alguna razón, Asher se sonroja y trata de volver a morder su sándwich para ocultarlo.

―Te llamo yo entonces ―le digo―. No te dejaré en paz.

Él se ríe.

―¿Por qué no te mudas conmigo? Puedo echar a Luhan si quieres ―propongo, un poco jugando, un poco en serio―. Y me parece un desperdicio seguir pagando una renta si no vives en tu apartamento.

―Oh no, está a mi nombre ―me dice―. Es mío, papá me lo regaló... yo pago las cuentas, claro, eso sí que es un desperdicio. Cable, agua, luz, internet... prácticamente paso solo cinco horas al día allí.

―Es lamentable ―digo―. ¿Por qué no mejor me mudo contigo? Pagaré la renta.

Él me mira fijamente entonces.

―¿Lo harías? ―interroga acercándose a mí.

―Claro ―asiento―. ¿Cuántas habitaciones tiene tu apartamento?

―Solo una, es tipo estudio ―dice―. ¡Pero siempre uso tu cama así que te dejaré usar la mía! ―él, emocionado, se levanta de golpe y me toma por los hombros―. ¿Y no te molesta que de vez en cuando me escabulla para dormir contigo? Si me dejas hacer eso, probablemente no vuelva a acostarme con nadie por dinero.

―Por mí está bien ―asiento―. Si quieres, podemos compartir oficialmente la cama.

―Um... ―él se mira los dedos con nerviosismo―. ¿Eso está bien?

―Desde luego que está bien ―sin pensarlo dos veces, enredo mi brazo alrededor de su cintura atrayéndolo hacia mí―. Pero no puedes confiar mucho en mí ¿Sabes? En cualquier momento, tal vez termine sobre ti.

Él rueda los ojos y me empuja lejos.

―Como sea, solo no quiero dormir solo ―dice y toma su agua, bebe un trago largo y se baja de la camilla―. Llévame a tu casa.

―Bien ―suspiro bajando la cabeza―, pero que conste, jamás te obligaré a hacer algo que no quieras hacer ni pienso pedir sexo a cambio de nada, quiero que tengamos una relación normal, como amantes normales, como novios normales ¿Entendido?

―Entendido ―susurra él―. Aunque dudo poder hacerlo, no soy alguien que merezca ese tipo de trato, Miles... soy una persona muy fastidiosa cuando me enamoro, también, actúo como una chica de esas que no te dejan en paz... o eso dice Caleb, dice que para una chica está bien pero que un chico lo haga es asqueroso.

―Pues él no tiene ni una maldita idea ―gruño recordando la cara de ese idiota antes de haber cerrado la puerta en su cara.

―Él tiene idea, porque nosotros salimos cuando estábamos en la preparatoria ―me dice Caleb mientras ambos caminamos fuera de la enfermería, él engancha su brazo al mío casi inconscientemente y lo dejo―. Le confesé que era gay y que lo quería... él dijo que no era normal pero aun así nos besamos, tuvimos sexo y tratamos de salir pero... él se rehusaba a contestar mis llamadas o mensajes y nunca me decía donde estaba y volvía a su casa muy tarde, no me permitía siquiera hablarle cuando estuviera con sus amigos, me preocupaba así que empecé a ser algo fastidioso... él terminó conmigo diciendo que era demasiado estúpido estando enamorado pero me permitió mantener una relación física con él si no se lo decía a nadie y dejaba de ser molesto y así es como hemos vivido hasta ahora.

―Es un imbécil ―gruño negando con la cabeza―. ¿Por qué quieres a alguien así, Asher? ―interrogo mirándolo casi decepcionado.

Él baja la cabeza.

―No lo sé ―se encoge de hombros―. Siempre ha estado conmigo, en Las Vegas, éramos vecinos y su madre trabajaba en el casino de papá así que somos amigos desde hace mucho tiempo, desde pequeños más bien... él es el único que sabe todos mis problemas y secretos, aunque no me escuche y no le importen, aun siento que puedo confiar en él.

―Pero... él no es bueno para ti ―le digo, como si tratara de buscar una excusa que sé que no está ahí pero en realidad hay varias, solo no quiero decirlas todas porque siento que en este momento resultaría muy cruel y no debo dejarme llevar por la furia―. Y yo estoy muy celoso de que él sea así de importante para ti ―susurro luego.

Asher se ríe y restriega su mejilla contra mi brazo.

―Pero también eres importante para mí ―me dice―. Miles, eres un gran amigo.

―No era eso lo que tenía en mente ―murmuro negando con la cabeza y soltando un suspiro―. Pero lo aprecio, Ash.

Él se detiene de repente justo en la salida de la universidad y me mira de frente, parece que quiere decirme algo así que me volteo y me pongo frente a él esperando que lo suelte.

―Yo... ―comienza casi con timidez―, yo sé que no quieres ser solo mi amigo, Miles pero... es muy difícil olvidarme de Caleb ―él baja la cabeza y trata de secar sus ojos llorosos con sus mangas, esas estúpidas mangas que le rebasan los brazos y se ven estupendamente tiernas―. Pero quiero... he querido deshacerme de mis sentimientos por Caleb desde hace mucho tiempo... quiero ser una mejor persona y contigo me siento así, me siento estúpidamente feliz y con muchas esperanzas... cuando tú llegas, pienso "oh, de pronto quiero ir con Miles a repartir felicidad al mundo y luego... quiero que se quede conmigo, abrazándome". ¡Quiero hacer eso! Tú... me gustas ―dice en voz baja―. ¡Por eso...! ―alza su voz de nuevo―. Quiero ser una mejor persona para ti... para papá también... y para mí... ¿Podrías ayudarme, Miles? ―él me mira suplicante―, no puedo prometerte que dejaré a Caleb inmediatamente... es una parte de mi vida que tardará mucho tiempo en borrarse pero quiero intentarlo... por ti.

Si la felicidad se pudiese notar a mi alrededor, Asher estará corriendo colina abajo no teniendo dudas de que soy un admirador loco suyo de lo feliz e ilusionado que estoy por estas palabras que acaba de decirme. Literalmente quiero rodar por el piso mientras grito cuan feliz soy ¡Vamos, él ha dicho que le gusto!

―Te dije que no estabas solo ¿Verdad? ―tomo sus manos de manera temblorosa esperando que no se note que estoy a punto de colapsar―. No estarás solo de ahora en adelante, siempre estaré allí para ti y te ayudaré en lo que sea necesario, bebé ¿De acuerdo?

―Gracias ―él suelta un suspiro de alivio.

No soportando ni un minuto más esta tortura, pongo mis dedos debajo de su barbilla y la levanto.

―¿Qué haces? ―me pregunta confundido.

―¿Tú qué crees? Voy a besarte.

―¿¡Aquí frente a todos los peatones y la universidad!? ¡Los vigilantes nos miran!

―Pues mira, mejor, así ya pueden ir corriendo el rumor de que Asher ya no está disponible y nos deshacemos de tus clientes/fans.

Acerco mis labios a los suyos y suelto un delicado beso sobre estos. Son increíblemente suaves y hermosos aunque no puedo apreciarlo mucho porque él me aleja luego de cinco segundos.

―Nada de besos... ―me apunta con un dedo―, por ahora.

―¿Qué? ¿Por qué no?

Lo sigo entonces hacia la calle.

―¡Porque lo digo yo! ―me espeta.

―Pero...

―¡Que no!

Sí, va estar difícil pero hay cosas más difíciles.

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