-Gray. –Juvia murmuró al ver la reacción de Gray cuando Erza dio su anunció.
El chico del hielo salió del gremio sin gesto alguno, Juvia lo siguió sigilosamente hasta que lo vio parar en un callejón y entrar, ella corrió y vio cómo se recargo en la pared y lentamente se iba agachando para quedar sentado y taparse la cara, ella sabía que algo le pasaba a su chico, pensó en ir y abrazarlo, pero sabía que no se abriría con ella, y que él no le diría nada, decidió dar media vuelta y salir corriendo de ahí.
Al día siguiente lo vio llegar con la misma expresión de todos los días, él trataba a Juvia igual que siempre, no parecía que nada anduviera mal, pero la chica sabía que en verdad algo estaba mal, algo estaba lastimándolo. El chico volvió a salir del gremio y Lucy lo siguió para alcanzarlo, Juvia también los siguió.
-Gray por favor, todos nos damos cuenta de que algo escondes, acaso es por...
-Guarda silencio, no lo digas.
-No puedes estar así siempre.
-¡Cállate!
-Pero tú estás enamorado de ella. –Dijo Lucy agachando la mirada.
-Ya no importa, si preguntan me fui a casa.
Juvia contuvo la respiración, se sentía lamentable, ahora ella comprendía porque él no le hacía caso, ella aun así decidió seguirlo a casa, espero a que entrara y toco la puerta 10 minutos después.
-Oh Juvia. –Se sorprendió. –No te dijo Lucy que yo me sentía mal.
-Gray-sama quise ver si necesitaba algo. –Dijo Juvia un poco desanimada.
-No, estoy bien. –Respondió. –Ve a casa.
-¿Me puedo quedar aquí? –Le pregunto.
-Como quieras.
Ella entro a la casa de Gray, hizo algo de cenar, arreglo la cama y contenía las ganas de llorar, se le hacía un enorme nudo en la garganta cada que lo veía, temblaba cuando el pasaba a un lado suyo y se sentía miserable.
Ambos se acostaron en la misma cama, él cerro los ojos enseguida, ella volteo a verlo, aunque no estuviera dormido completamente seguía viéndose como el hombre más triste del mundo.
-Gray-sama.
-Mande. –Respondió sin abrir sus ojos.
-¿Estás enamorado de Erza-san? –Él abrió los ojos de golpe.
-De que tonterías habla solo ve a dormir. –Se volteó y le dio la espalda a Juvia, se escuchó un suspiro y después todo quedo en silencio.
Gray estaba despierto, solo podía pensar en la pregunta que le había hecho Juvia; se levantó y salió a caminar a mitad de la noche, vio la luna y recordó aquella vez en que Erza iba a destruir la luna en aquella isla extraña, incluso recordó aquella vez en los juegos mágicos ella le pregunto sobre Juvia, su ánimo se bajó enseguida, volvió a la casa y vio a Juvia descobijada, la tapo y se recostó.
A la mañana siguiente Juvia se levantó y no vio a Gray, se arregló y se fue al gremio, quizá el estaría ahí.
-Buenos días Juvia-san. –Lisanna la saludaba desde la barra con una enorme sonrisa.
-Buenos días Liss, oye ¿Has visto a Gray-sama?
-Sí, está en la parte de atrás del gremio, Erza esta con él.
-¿Erza? –Pregunto.
-Si. –Ella le sonrió.
El hecho de amar a Gray se volvía cada vez más doloroso, salir y verlo con la chica que quería el solo pensarlo le dolía.
-Hola Juvia. –Decía Erza mientras ella salía al patio de atrás.
-Hola, ¿Qué hacen?
-Platicando de nuestra niñez. –Sonrió Gray.
-Que divertido. –Dijo Juvia emocionada, ya que hacía mucho tiempo que no veía la cálida sonrisa de su chico.
Pasaron las horas todo iba normal, al llegar la noche Gray salió del gremio como lo había hecho los últimos días, Juvia lo siguió.
-Gray-sama. –Dijo mientras lo tomaba de la mano.
-¿Qué haces? –Exclamo alterado y soltó la mano de Juvia. –No hagas eso.
-Lo sé. –Hizo un puchero y volteo a verlo. –Te veías muy feliz con Erza hace rato.
-Supongo.
-Gray-sama, a usted le gusta Erza-chan.
-Ya basta Juvia.
-Juvia está intentando de soportar esto, Juvia está siendo lo más fuerte que puede y usted no lo valora.
-Desde un principio sabías que no sentía nada por ti.
-Pero Juvia mantenía la esperanza, porque Juvia pensaba que Gray-sama no quería con nadie. –Se puso ambas manos en la cara.
-Juvia yo... -Lo interrumpió la chica.
-¡Juvia se está rompiendo por dentro! –Le grito. –Y lo peor de todo es que no te importa. –Sollozando se fue caminando.
-Esta maldita chica. –Susurro Gray. –Puedes parar Juvia. –Le grito.
Salió corriendo tras ella y el la tomo del brazo.
-Me estas lastimando Gray-sama. –Él no respondió.
Llegaron a casa del chico y el abrió la puerta, metió a Juvia y la soltó, volteo a verla y vio que estaba furiosa.
-¿Qué? –Le preguntó.
-Obligaste a Juvia a venir hasta aquí.
-Yo no te obligue a nada, si no hubieras querido venir hubieras usado tu magia y hacer de tu cuerpo agua. –Le sonrió sarcásticamente.
-¿Qué quieres? –Se sonrojo y aún con lágrimas en los ojos.
-Deja de llorar.
-No puedo.
-Ya no llores.
-¡JUVIA YA DIJO QUE NO PUEDE!
-¿Y si te beso? –Dijo Gray volteando a otro lado. -¿Dejaras de llorar?
-No digas esas cosas, mejor me voy.
-No vas a ningún lado, Juvia. –La tomo de la mano y la acerco a él.
-Gray-sama, Juvia tiene miedo.
-No lo tengas.
Él se acercó y la beso de repente, sentía los labios temblorosos de la maga del agua, él la agarro y la llevo a la cama.
-Confía en mí. –Le decía a Juvia mientras su camisa desaparecía.
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¡OMG! Me imagine a Gray sumamente sensual. 😏
Chicos gracias por todo su apoyo, en verdad los amo con todo mi ser, son geniales.
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*BYE*