Se acercaba el cumpleaños número 39 de Holmes, el mejor detective del mundo hasta ahora. Su mejor amigo, John Watson, había estado queriendo hacerle una fiesta sorpresa, lo cual parecía imposible. Trabajó arduamente dos semanas, tratando de que Sherlock no se enterara. Contó con la ayuda de su amiga Molly y su amigo Lestrade junto con la poca ayuda de parte del hermano del Señor Holmes, Mycroft.
Cuando prácticamente había llegado el día John podía sentir cómo le temblaban las manos, ya que el duro trabajo de semanas podría arruinarse en cualquier instante. Era de Mediodía y John le pidió a Sherlock que fuera a comprar algo para almorzar. Cuando Sherlock se dispuso a bajar las escaleras del 221B, John aviso a sus amigos que la "alerta azul" estaba en ejecución. Lestrade y Molly se apuraron para decorar y preparar todo en menos de 20 minutos ( era el tiempo que suponían que sherlock iba a tardar) Habían pasado 15 minutos cuando un ruido a pasos que provenían de las escaleras logró llamar la atención de Watson. Velozmente, dedujo que era Sherlock y se apuró para poder hacer tiempo Hasta que sus compañeros lograran terminar su decoración. Cuando John vio a Sherlock subiendo por las escaleras, intentó inventar una escusa lógica para mantenerlo allí unos minutos más. Finalmente le preguntó qué había comprado a lo que Holmes responde "Lo de siempre" y John fingiendo ignorancia reitera la pregunta. Rápidamente Sherlock supo que tramaba algo y que ese algo estaba detrás de la puerta. Watson notó que Sherlock estaba avanzando y en un intento de obstruirle el camino, dice en un tono parecido a la desesperación que el NO podía entra, Sherlock pregunta el porque con cara seria, a lo que John en un acto de torpeza responde "Porque es una fiesta sorpresa para ti, tonto". Esa definitivamente fue una mala forma de anunciar una fiesta sorpresa, aunque la cara de Sherlock se notó sorprendida incluso cuando estaba intentando disimularla. Fueron largos segundos de silencio ya que Holmes pareció no tener palabras que decir y al parecer John tampoco. Lo siguiente que se logra escuchar es a Sherlock sonrosado diciendo un bajo "Gracias".
Esa fue la historia del cumpleaños número 39 del Señor Sherlock Holmes