NIKLAS I (Let me love you)

By may_be_may

127K 7.7K 2.3K

Libro #1 Él está destruído por dentro. Ella tiene una vida casi perfecta. Él está resentido consigo mismo... More

Prólogo.
Capítulo 1: Último mes en Colombia
Capítulo 2 : Adiós vida.
Capítulo 3: "Ningún chico encontraría algo sexy en ti, ni siquiera ese vestido"
Capítulo 4: El chico arrogante de la tienda de ropa
Capítulo 5: -¿Nadie te ha dicho que torcer los ojos es de mala educación?
Capítulo 6: ¿Estás segura de que tienes cerebro?
Capítulo 7: Por favor que no sea un nunca más.
Capítulo 8: Los Neumann
Capítulo 9: Navidad.
Capítulo 10: La gran gala (Parte I)
Capítulo 11: La Gran Gala (Parte II)
Capítulo 12: Olvidar.
Capítulo 13: It's over.
Capítulo 14: Me gusta.
Capítulo 15: ¿Puedo sentirme feliz y contenta después de todo esto?.
Capítulo 16: San Silvestre.
Capítulo 17: Nochevieja
Capítulo 18: Año nuevo, vida nueva.
Capítulo 19: Hablemos
Capítulo 20: Tú mereces algo mucho mejor
Capítulo 21: ¿Puedes hacer algo por mí en este momento?
Capítulo 22: ¡Al diablo con la amistad!
Capítulo 23: Púdrete en toda tu mierda y déjame en paz
Capítulo 24: Me estás volviendo loco
Capítulo 25: ¡Dormiremos en el sofá!
Capítulo 26: Él no sabe manejar este tipo de situaciones.
Capítulo 27: Déjame correr el riesgo
Capítulo 29: Papá.
Capítulo 30 : ¿Qué sucede?
Capítulo 31: Lo que quiera la princesa.
Capítulo 32: Where are you now that I need ya?
Capítulo 33: No eres nada.
Capítulo 34: Celos
NOTA DE AUTOR : Feliz Navidad 2016!
Capítulo 35 : Let me love you (Déjame amarte).
Nota de autor: ¡Importante!
Capítulo 36: ¿A qué le temes?
Capítulo 37: Me estoy enamorando perdidamente de ti.
Nota de autor: Capitulo 37 para el miercoles.
Capitulo 38: Verdades.
Capítulo 39: Julia
Capítulo 40: Es complicado
Capítulo 41: Café Bistro.
Capítulo 42: ¿Error?
Nota de Autor: ¿Y el capítulo 43?
Capítulo 43: Por tonta.
Él, el chico que no merecía amor.
Capítulo 44: Y tú me importas mucho más.
Capítulo 45: Me sacas de quicio.
Capítulo 46: Feliz cumpleaños querido y viejo amigo, Nik.
Capítulo 47: Una parte de mi yo del pasado estaba volviendo.
¡Book-Trailer!
Capítulo 48: Podría besar a esta mujer toda la vida si era necesario.
Capítulo 49: ¿Recuerdas todo eso?
Capítulo 50: ¿Era todo resultado del dichoso Karma?.
Capítulo 51: ¿No podría ser tan malo cierto?.
Capítulo 52: Él sabía perfectamente a lo que estaba jugando.
Reto a mi personaje principal : Willi Heine.
Capítulo 53: Estaba destrozado, la quería de regreso.
P E R S O N A J E S
Capítulo 54: Aquí el tigre...La manada está a la espera.
Nota de autor: Final de la novela
Capítulo 55: ¡Despídete de ella!
Capítulo 56: Te amo y siempre lo haré
Epílogo
Segundo libro.
Niklas (As long as you love me)
Encuentrenme en Sarahah
Regresé, me extrañaron?
Una explicación a todos mis lectores

Capítulo 28: ¡¿Esperan a alguien?!

1.7K 124 22
By may_be_may

                 

"Dile a tu corazón que el miedo a sufrir es peor que el mismo sufrimiento. Y ningún corazón ha sufrido alguna vez cuando va en busca de su sueño."~Paulo Coehlo.

Salomé Méndez:

Ese día Nik no dijo más nada.

Estuvo hablando con el Neurólogo y nos dieron muy buenas señales.
Hacía unos días que el papá de Nik estaba en un coma inducido y su pulmón había respondido tan bien, que le habían quitado el drenaje. Sufrió una leve contusión cerebral pero nos dieron luz verde diciendo que no era tan grave como parecía.

A Niklas no le había llegado ni un mensaje más—por lo menos eso había dicho—y  había dejado de querer convencerme de alejarme de él. Me sentí bien sabiendo que también lo hacía porqué me necesitaba a su lado en estos momentos difíciles para él.

Gabriel–quien estaba en Hamburgo–no dejaba de llamar a cada rato para preguntar y además estaba fastidiado porque no podría venir sino hasta dentro de dos semanas.

Sólo estábamos a la espera de que Mark despertara.

La policía había regresado al Hospital y había hablado con Saskia sobre el caso y las sospechas de que posiblemente no se tratase sólo de un simple accidente. Ella no tenía sospechas de nadie pero Nik y yo sabíamos a la perfección quién era el culpable. Quise confesarlo todo y nombrar al tal Lukas, pero a parte de su nombre no sabía más nada de él y Niklas me había prohibido decir algo.

Nos habíamos  acercado un poco más los últimos días y después del hospital siempre me traía a casa. Seguía contando poco de sí mismo, pero yo sentía que cada vez lo conocía más y que se estaba abriendo más de lo que él mismo tenía pensado.

—¿Me vas a contar quién es el tal Niklas? — preguntó mamá mientras estábamos en la cocina horneando galletas.

—Es sólo un amigo, mamá— señalé.

—Ah, ¿es moda ahora darle besos en la boca a los amigos? — dijo divertida. No pude evitar sonreír,  ¿Cómo lo sabía?.

—Bien, ganaste. Estamos viendo que pasa ¿Está bien?. No es nada serio, no tuvimos un buen comienzo y todo lo de su papá nos ha acercado un poco más.

—Así que es el hijo dueño del Insti— comentó— Se ve algo rudo.

—Lo es— dije sin mentir—Nik es un buen chico mamá pero es algo...¿reservado?— No sabía cómo formular de la mejor manera que Niklas en sí era un completo hijo de puta.

—Ser reservado no es malo. Yo lo veo más bien...rudo, sus gestos...todo eso...parece un chico más bien un chico...malo— rió.

—¡Mamá! ¿Tú cuando has tenido la oportunidad de analizarlo tanto? — pregunté.

—Cada vez que viene a recogerte y a traerte— fruncí el ceño en gesto de desaprobación— ¿Qué? No me mires así, soy tu madre y tengo derecho a estar pendiente con quién sales y con quién no. Ahora bate ésto y ¡con cuidado señorita!— suspiré fastidiada.

Tomé el recipiente y encendí la batidora.

— Es un buen chico, créeme. Es solo que él mismo a veces no cree en eso, pero lo es. Si no lo fuera, no estaría ni siquiera contemplando la posibilidad de algo con él. Confía en mí — pedí.

—Lo hago, por eso te pregunto directamente a ti las cosas. ¿Qué hace? ¿Qué edad tiene? Se ve mayor que tú. Quiero saber todo.

—Pero mamá...

—Nada, cuéntame y yo veré que le cuento a tu padre y que omito. Pero quiero que confíes en mí si me estás pidiendo confiar en ti. ¿O es que quieres que ésta conversación la tengas mejor con tu padre?— No, no. ¡Papá no! Si con Nate me la ponía difícil, no quiero saber que haría con Nik.

—Está bien— dije dándome por vencida— Nik tiene 19.
Sí, es mayor que yo—puse los ojos en blanco— para que estés contenta, está en segundo año de medicina— Mamá sonrió— Le gusta el boxeo, por eso su aspecto rudo y también ha practicado fútbol, lo hace ahora de vez en cuando, también practicó Tennis y Esgrima.

—Interesante, multifacético el muchachito— comentó mamá pensativa— ¿Algo más?.

—Hmmm— ¿Debía contarle que es adoptado? ¿Debía decirle que se drogaba y participó en peleas clandestinas? ¿Que tenía un loco detrás de él, quién intentó matar a su padre?— Más nada mamá.

—Te escuché hablar con él la vez pasada por telefono— mencionó—¿En español?.

—Mamá, es hijo del dueño de una cadena de escuela de idiomas— dije— ¿No es obvio?.

—Oh— comentó mamá— lo había olvidado— dijo mientras le daba forma a la masa de las galletas.

Después de tener listas las galletas, las metimos al horno y pusimos un Timer que nos avisara cuándo estuvieran listas.

—Creo que quedarán riquísimas— dije.

—Hace mucho no horneabamos juntas—comentó— Salo...

—¿Dime mamá?.

—Ten cuidado con ese chico. Te creo que me digas que es buena persona, pero no lo sé. Hay algo en él que no termina de gustarme, no me preguntes qué es...Sólo ten cuidado ¿sí?.

—Sí, mamá— dije convencida.

Parecía que todo el mundo se confabulaba para advertirme sobre Niklas, pero mi corazón se hacía el sordo y mi cerebro mucho más e ignoraba todo tipo de advertencia. Mi deseo de estar cerca de él cada día crecía más.

Yo sabía que Nik nunca me haría daño. No entendía como podía estar tan segura y confiar tanto a pesar de todo lo que me había hecho Nate.
Nate era el chico perfecto, siempre me hizo sentir bien, era amable con todos y tan seguro de sí mismo. Cada cosa que hacía, nunca la hacía sin pensarlo dos veces, siempre tenía todo calculado. Era el hijo perfecto, el amigo perfecto y el novio perfecto.

Niklas era todo lo contrario, su rudeza y su temperamento hacía que más de uno le tuviera miedo. Tenía pocos amigos pero cada uno era verdadero. Era tan cerrado que le costaba mostrarse tal cual como era y construía un muro sin dejar entrar a nadie. No tenía la mejor relación del mundo con sus padres pero sin embargo ahí estaba, sufriendo cada minuto por su papá.

Todo con Nik era difícil, era un reto.

Todo con Nik era completamente diferente a Nate, en lo único que se parecían era en su seguridad y su autoestima alta; aunque ya no estaba segura de sí tanta confianza por si mismo en Nik, era solo un escudo para no demostrar lo débil que podía ser por dentro. Pero había algo en lo que Niklas se diferenciaba muy bien de Nate y era en su lealtad, en su lealtad con todos.
Nate podía pasar por encima de quién fuese para lograr lo que deseaba, incluso por encima de nuestra relación y aunque pensé que nuestra relación era la excepción, me di cuenta de que no el día que me enteré de su engaño. Niklas prefería ponerse en peligro a sí mismo en vez de a las personas que quería y eso, eso era tan valioso en él, que ni siquiera él sabía cuánto.

(...)

Después de hornear galletas con mamá, me senté en la sala a ver más capítulos de la serie con Lilly, ya faltaba solo un día para empezar el College y quería disfrutar un poco más con mi hermana.

—Iré a recoger a Tobi —escuchamos decir a papá y nos volteamos hacía él— ¿Saldrás hoy?— preguntó dirigiéndose a mí.

—A lo mejor vaya más tarde al hospital, pero no es seguro. Sólo si Mel viene por mí...pero ¿te aviso?.

—Trata de no salir tan tarde, recuerda que mañana tienes College ¿entendido?. Me avisas, si aún no he regresado hasta entonces.

—Sí señor— asentí. Papá siempre tan controlador. Nos di un beso a cada una en la frente y se marchó.

—Qué insoportable— comentó Lilly y las dos nos echamos a reír.

Continuamos viendo nuestra serie y riéndonos la una de la otra hasta que el timbre sonó.

—¡¿Esperan a alguien?! — gritó mamá desde el pasillo —¡Yo abro!

—¡No! — respondimos Lilly y yo al unísono.

Niklas Heine:

Timbré deseando que la puerta la abriera Salomé y no otra persona. A lo mejor me convencería de que lo que estaba haciendo era completamente loco e innecesario.

Quise correr al escuchar del otro lado de la puerta que alguien se dirigía a abrir pero por obvias razones habría sido muy estúpido hacerlo. Nunca me había sentido así con los padres de una chica, ni siquiera con los de Julia.

Abrieron la puerta y me encontré con la mamá de Salomé. Recordé haberla visto en la gala. Tenía una sonrisa de oreja a oreja y un delantal puesto, sus gestos de amabilidad y su sonrisa, tal cual como los de su hija.

—Hola ¿Niklas cierto? —preguntó

—Sí. Hola señora Méndez— dije también tratando de sonreír y parecer amable. Aunque lo único que hice fue tartamudear.

—Adelante pasa— contestó.

Quité mi chaqueta y respondí con un gracias.

—Salomé está en la sala de estar con Lilly, dame un segundo y ya la llamo.

—¡No! — dije de inmediato— Vine...vine a hablar con usted— sus ojos se dilataron y me miraba confundida.

—¿Conmigo?—preguntó sorprendida—¿De qué se trata?.

—Son...bueno...esto...son varias cosas— respondí inseguro. Ella me miraba confundida y guardó silencio.

—Vamos al estudio— dijo finalmente— Subiendo las escaleras la primera puerta a la derecha— indicó. Yo asentí y comencé a subir las escaleras, ella siguió por el pasillo supongo que a la cocina.

—¿Quien era mamá? — escuché preguntar a Salomé.

—Testigos de jehova— respondió ella. No pude evitar reírme. Era igual de irónica y divertida que Salomé.

— ¡Mamá! Aquí en Alemania no hacen eso— comentó otra voz. Supuse que era la de Lilly.

—Pues hoy decidieron salir. ¡Que sé yo!. Me ocuparé arriba y no quiero que nadie me interrumpa ¡Laven los platos!

—Más tarde —respondió Salomé— ¡La serie está muy buena!

La imaginé en seguida acostada en el sofá, acurrucada en una sabana mirando atenta la pantalla del televisor. Me gustaría estar ahí, a su lado abrazándola. No pude evitar una sonrisa por lo inocente que se escuchaba.

La mamá de Salomé y yo subimos las escaleras dirigiéndonos al estudio. Me senté en una silla enfrente de ella, tratando de parecer relajado; pero estaba muerto de los nervios.

—¿A que se debe tu visita, sino es para venir a buscar a mi hija?

—Señora Méndez...—Carraspeé.

—Elena, puedes llamarme Elena, Niklas—interrumpió.

—Elena—asentí—estoy aquí porqué necesito hablar dos cosas con usted.

—Empieza, vamos.

—La primera y la más importante es sobre su hija— tragué saliva— Sa...Salomé— tartamudeé. Ella asintió indicándome que siguiera hablando— Sé que me ha visto varias veces con ella y que he venido muchas veces a buscarla. Pues verá, ella me ha ayudado mucho con todo esto de mi padre....Yo, yo me estoy acercando un poco más a ella.

— Y esto me lo dices, porqué...— comentó.

—Por qué no quiero que usted piense que me quiero aprovechar de ella. He venido muchas veces aquí y nunca me he presentado. Yo sé que no soy el mejor partido para su hija, pero créame que..la.. la estoy queriendo mucho— Me sorprendí al decir esto, recordé de inmediato que siempre quise estar en una situación de estas con los papás de Julia, quería que ellos me aceptaran.

Siempre que intentaba dar un paso con Salomé, me sentía mal con Julia y esto me estaba terminando de joder.

—Valiente de tu parte que vengas a decirme esto así— respondió seria— tienes suerte de que no sea mi esposo— dijo ahora riendo.

—Yo...bueno, pensé que hacerlo daría una buena impresión— comenté sincero.

—Así es— asintió— No te voy a mentir Niklas— su tono se volvió serio— Hay algo en ti que aún no me termina de gustar, no sé qué tan bueno eres para mi hija. Pero esa decisión no me corresponde tomarla a mi sino a ella, y si ella piensa lo contrario, lo respeto. Salomé no es sólo una chica de dieciséis años y ya; ella siempre ha sido muy madura e independiente y cuidadosa al tomar decisiones, por eso confío en ella...  Y aunque ese algo no me deje convencerme de que tan bueno seas para ella, tus palabras me han dejado darte una oportunidad— sonrió.

—¿Eso qué significa?— respondí nervioso.

—Significa que respetarás nuestras reglas y horarios pero sobre todo la respetarás a ella. Si ella sale de esta casa por ti o contigo, tienes la responsabilidad de cuidar de ella. Siempre tengo que saber dónde están, pues si pasa algo sabré exactamente dónde tengo que empezar a buscar. Y según ella lo desee,eres bienvenido a nuestra casa cada vez que quieras...siempre y cuando...

—respete sus reglas— añadí.

—Exacto— asintió— Ahora dime, ¿qué es la segunda cosa que querías contarme?.

—Elena, no se si ya lo sabe, pero yo estoy estudiando Medicina...— comencé.

—Me ha contado Salomé hoy— respondió.

—Oh— dije— Bien, yo he estado de voluntario en muchos proyectos ayudando a países necesitados. Más o menos parecidos a los proyectos de los papás de Melanie, es sólo que estos se limitan más que todo al área de medicina.

—Continúa— dijo interesada.

—Ahora bien...— dije serio— ...cada comunidad está representada por un jefe de médicos. Cuando hablo de comunidad me refiero a Hispanos, Ingleses, Hindúes, etc. —expliqué— Ellos se encargan de ayudar a personas que vienen de esos países hacia Alemania o hacia Europa en busca de Asilo o de mejores tratamientos para si mismos o hijos o familiares. Salomé comentó una vez que usted estaba en el proceso para homologar su título aquí y poder trabajar. Nosotros queremos que usted sea la jefe de médicos del área hispana— dije finalmente. Sus ojos se abrieron completamente y me miró confundida.

—¿Por qué querrían ustedes eso? Si no conocen mi trabajo—preguntó.

—Sí,lo hacen— respondí— Usted había hecho un gran trabajo en Colombia como jefe de área y sus notas en la universidad eran excelentes. Todo eso habla muy bien de usted y necesitamos con urgencia alguien capacitado para tomar ese puesto. El actual jefe se retirará. Es sólo una propuesta Elena, piénselo.

—Esto me toma por sorpresa. Aún me falta mucho para homologar.

—No necesita hacerlo — respondí —Necesitamos exclusivamente que hable español—dije— Usted también podría trabajar sin ningún problema con los Neumann, su tiempo lo manejaría usted misma.

El estudio se llenó por un momento de un silencio algo incómodo.

—Debo hablarlo con mi esposo— dijo finalmente— Debo ir allá y escuchar mejor lo que tengo que hacer.

—Por supuesto— respondí— cuándo usted quiera.

(...)

Hablar con la mamá de Salomé, fue mucho más fácil de lo que esperaba.

Yo sabía muy bien la impresión que causaba en ella, pues la noté muchas veces analizándome desde la ventana cuándo llevaba a Salomé a la casa después del hospital.

Tengo que decir, que alejarme de ella ha sido más difícil de lo que pensé y qué cada día que pasaba lo veía imposible.
Quería estar con ella cada segundo, su inocencia y honestidad, su sonrisa, sus labios, su aliento, todo en ella me gustaba. Mucho más de lo que alguna vez me pudieron gustar los labios de alguien más–incluso de Julia–y eso era algo que me daba miedo darlo por hecho.

— ¿Mamá? ¿Puedo entrar?— escuchamos a Salomé preguntar desde el otro lado de la puerta. Sabía que se iba a sorprender por esto. Miré a Elena y asentí.

—Por supuesto hija, ya hemos terminado— respondió riendo.

La puerta se abrió y vi a Salomé entrar en Pijama y unas pantuflas de Hello Kitty. Se veía jodidamente tierna y lo único que quise en ese momento fue levantarme y besarla sin parar. Ella abrió sus ojos sorprendida y luego su mirada pasó a estar asustada. Me miró y luego miró a su mamá.

—¿Qué...Qué pasa aquí?. —tartamudeó.

—No es nada malo hija, solo una visita para hablar— respondió Elena divertida. Yo también sonreí.

—Nik....—dijo dirigiéndose hacia mí.

—Bueno, supongo que ustedes aún no han lavado los platos así que iré a hacerlo yo. Los dejo para que hablen. Niklas, recuerda las reglas— advirtió aún risueña.

—Lo haré, Elena. Piense en mi propuesta — Ella asintió y salió del estudio. Salomé me miró confundida.

—¿Has llamado a mi madre Elena?. Y... ¿Qué propuesta?— preguntó.

Me acerqué a ella y la abracé.

Desde que entró al estudio quería hacerlo.

Acaricié su cabello y ella intentó separarse de mi, aún queriendo que le respondiera las preguntas y que le explicara porqué estaba ahí.

La acerqué un poco más a mí y uní sus labios con los míos. Dejé que mi lengua disfrutara de la suya.
Jamás había sentido tanto con tan sólo un beso, jamás había deseado tanto besar a alguien.

Podría besarla todo el día, sentir su aliento y oler su aroma a melocotón, podría tenerla entre mis brazos por horas, incluso por días.

Todo lo que necesitaba era estar a su lado.

Se separó de mí y me dio una pequeña palmada en el hombro.

—No seas tonto, vamos, dime—ordenó.

—No quiero alejarme de ti, no puedo hacerlo. No me atrevo— dije sin pensar. Quería que supiera que lo que estaba sintiendo era aún más grande que mi miedo por las amenazas de Lukas— Quiero que estés a mi lado, te necesito— concluí.

Sus pupilas se dilataron y volvió a besarme.

Podía sentir su alegría a través del beso.

Ella estaba esperando esas palabras de mi boca desde hace muchos días, pero yo no me había atrevido a decirlas.

La quería a ella a mi lado, no necesitaba nada más, sólo a ella.

Continue Reading

You'll Also Like

79.1K 4.2K 18
Para lenna el solo era el mejor amigo de su hermano aún si ella quería que fueran más. Para alessandro ella era más que que la hermana de su mejor a...
114K 7.1K 32
¿Es posible que te olvides del "amor de tu vida ? ¿Podrá Tanner Adams lograr que ella recuerdo lo que eran o simplemente seguirán con sus vidas ?
353K 13.3K 60
Loretta es una adolescente de diecisiete años que vive con sus dos hermanos y su ocupado padre. Es una atípica niña rica y su vida transcurre sin pro...
445K 28.8K 29
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca. -¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen. -Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a e...