Leah
Miro al chico de ojos verdes observarme con detenimiento y siento que mi cuerpo ha perdido toda capacidad para moverse.
¿Qué demonios me sucede?.
-¿Leah? - Derek me mira preocupado.- ¿Estás bien? - sacudo rápido mi cabeza y sonrío a medias.
-Lo estoy, - asiento y desvío la mirada del chico hacia Derek. - Me perdí en mis pensamientos. - río nerviosa y él hace lo mismo negando con la cabeza.
Vuelvo mi mirada de nuevo hacia el sitio donde estaba mi supuesto héroe y me sorprendo al ver que ha desaparecido, pero me sorprende aún más el darme cuenta de que quizá yo quería seguir observandolo...
-Leah... - Derek pasa su mano frente a mi rostro y yo me sonrojo al darme cuenta de que le he ignorado nuevamente.
-Joder, lo siento Derek es solo que, - busco desesperadamente una excusa hasta que digo la más estúpida que se viene a mi mente. - Estoy muriendo de hambre.
Derek suelta una carcajada que me hace estremecer y me mira con expresión divertida.
-Si te invito a comer, ¿me regalarás un poco de atención? - toma mi mano y por un segundo creo flotar. ¿Qué demonios pasa conmigo?.
-Depende, ¿será una buena comida? - Intento disimular mi nerviosismo y parece funcionar ya que Derek no lo nota.
-La mejor que vayas a probar. - sonríe y sin más me lleva hasta su auto.
Una sensación de inseguridad me hace voltear rápidamente hacia atrás y siento mi corazón detenerse al ver que Christian Harris nos observa detenidamente. Intento sonreír pero me es imposible...
Hay algo que no me gusta de todo esto.
Entro a un restaurant italiano junto a Derek entre risas y miradas mientras subimos al segundo piso para luego sentarnos en una de las mesas que están en el balcón. Miro a mi alrededor y sonrío al recordar que vine una vez con mi madre a este lugar.
-¿Puedo preguntar el por qué de tu sonrisa? - Derek me mira curioso y yo sigo sin borrar mi sonrisa.
-Vine con mi madre aquí cuando tenía diez años - Miro el paisaje y no evito sentir su cercanía.
Mi madre lo era todo para mí. Ella me enseñó a amar, a perdonar, a ser fuerte y sobre todo a seguir adelante a pesar de las adversidades que nos ponia el mundo. Definitivamente sin ella ahora las cosas se han tornado un poco más complicadas dd lo que parecen.
-Era una mujer única.- Derek sonríe y yo lo miro confundida.
-¿Por qué lo dices?
-Porque mi padre nunca pudo olvidarla, - baja la mirada y yo me arrepiento de mi pregunta. Derek se pierde en sus pensamientos y yo lo miro detenidamente. - Siempre hablaba de ella con tanto anhelo, con tanto deseo de verla...
-Derek... - Parece no escucharme y sigue hablando.
-Iba cada día al parque con él solo para verlas a ella y a ti jugando. Nunca entendí porqué hasta los doce años cuando me explicó que era la mujer que amaba y perdió por idiota.
Mis ojos se llenan de lagrimas y mi mente viaja a los recuerdos con mi mamá.
-¡Mamá ya llegué! - Corro escaleras arriba hasta su habitación y mi corazón se encoge al ver esa escena.
Mi madre está acostada en su cama abrazando un libro viejo sin dejar de llorar.
-¡Mami! - Corro y me arrodillo a un lado de la cama para tomar su mano. - ¿Qué sucede?. Por favor habla conmigo.
-Cariño...
-Por favor - Suplico y ella se reincorpora poco a poco.
-Se trata de alguien que fue muy importante para mí, cariño. - sus ojos viajan a los míos y mi corazón parece romperse.
-¿Quién?. - ¿Quién es esa persona que le roba la paz a mi madre?.
-Su nombre es Christian Harris. Mi primer amor.
Cierro mis ojos fuertemente y los abro de nuevo para encontrarme directamente con los de Derek. En ese instante, comprendo que no puedo faltarle así a ella, no a mi mamá.
-Tengo que irme - tomo mi bolsa y no le doy tiempo de reaccionar.
-¡Leah!.
Lo siento correr atrás de mí pero no volteo, tengo que alejarme.
Corro en dirección opuesta a la que vinimos sin detenerme y cruzo la calle cuando de repente escucho un grito de advertencia.
-¡CUIDADO!.
Giro mi cabeza y mis ojos se abren de par en par al ver un camión a toda velocidad dirigirse a mí.
No puedo reaccionar cuando siento que soy lanzada...