La mamá de mi mejor amiga - C...

Galing kay xArdepapix

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¿Por qué nos enamoramos siempre de la persona menos correcta? Lauren Jauregui, una adolescente de 18 años des... Higit pa

Prólogo
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•70• (Fin)
Epílogo
Another one

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Camila POV

Ya llevábamos sus 5 minutos de viaje y mi amada Lo aún seguía sin prestarme atención. Sus brazos cruzados sobre su pecho, su ceño fruncido, la bolsa de hielo olvidada en su regazo y sus ojos rojos por el llanto anterior mientras iba de lo más concentrada mirando por la ventana del auto.

"Lauren mi amor, tienes que hablarme" le pedí suavemente mientras ponía una mano en su rodilla y la miraba brevemente.

"No Camila, no me toques" gruñó un tanto enojada quitando mi mano de su rodilla.

Suspiré audiblemente "Lauren me tienes que entender, si le decía algo probablemente me amenazaría con despedirme y no podemos vivir sólo con el sueldo de Lucas, necesitaba el trabajo" le expliqué rezando para que comprendiera.

"Bu-bueno, podrías haber buscado otro empleo en vez de dejar que tu jefe te manoseara" soltó enojada sin mirarme aún.

"Hey no te pases, es la primera vez que él hace algo así, no andaría dejando que me toque. No es fácil sacarse el miedo y decir algo, además no es tan sencillo encontrar otro trabajo donde me paguen igual de bien" salté a la defensiva.

"Lo siento Camz... sé que no te degradarías hasta tal punto, es sólo que no puedo creer que te hayas dejado pasar a llevar por ese hombre tanto tiempo y no hayas hecho nada al respecto" ahora si que me estaba mirando.

Volví a suspirar audiblemente "No fue fácil, tienes que comprenderme, si perdía el trabajo tendríamos que mudarnos nuevamente, cambiar a Carla de colegio y perdería todo el esfuerzo que hice para llegar a donde estoy... bueno... estaba porque mi renuncia es más que clara" solté triste al tener ahora que afrontar mi nuevo problema de cesantía. No sabía que carajos haría ahora con mi vida.

"Te amo... Camz... e intentaré ayudarte en todo lo que pueda, pero prométeme que nunca dejarás que otro hombre o mujer te falte el respeto. No te mereces nada de esa mierda que él te hizo y deberías haber hablado con alguien de inmediato. El acoso en el trabajo es muy común y de seguro que alguien podría haberte ayudado. Sólo... no vuelvas a quedarte en silencio" me pidió con cara de penita.

¿Por qué era tan adorable? Se preocupaba tanto por mi.

"Esta bien, te lo prometo. Si vuelve a ocurrir le patearé las bolas o las tetas dependiendo de quién sea" bromeé logrando que soltara una risita adorable y su enojo se esfumara sólo un poco.

"Todavía tengo ganas de patearle el trasero a ese viejo asqueroso. Te juro que iré hasta su casa y... le meteré un palo por el culo y luego le pegaré sus manos a las bolas y le rapare la cabeza y le tatuare 'soy un desviado sexual y me gusta cojer con ovejas' en la frente" espetó enojada.

"Okey, cálmate... eso fue demasiado, no sé de donde sacas tantas ideas Lauren. Ya no te dejaré ver más American horror story. Debes dejarlo ir, ya pasó... me salvaste" hablé calmada para que se relajara, ya la veía saltando del auto y devolviéndose a pegarle a mi ex jefe.

"Está bien lo siento, es sólo que me hierve la sangre al pensar que puso sus sucias manos sobe ti"

"Escucha, aún estoy un poco... inquieta por lo sucedido y también asustada pero ya se me pasará y a ti también el enojo, además, cuando le cuente a Lucas de seguro irá a pegarle también, no te preocupes, tendrá su merecido"

"Aha" dijo cortante luego de que yo mencionara a mi marido, volviendo a tomar la bolsa de hielo, poniéndola en su ojo y volteándose hacia la ventana. ¿Por qué era tan celosa?

No dije nada... sólo volví a suspirar audiblemente por tercera vez en 10 minutos y seguí conduciendo.

       •~•

Al llegar a nuestro destino, que era el bosque del parque de siempre, Lauren me miró y le hice una seña con la cabeza para que bajáramos.

Recogí del asiento trasero la comida que compramos de camino al parque, que consistía en unas saludables hamburguesas de McDonald's. Mejor que la ensalada de porquería que había comido antes.

Saqué la manta de siempre que guardaba en mi maletero y nos adentramos tomadas de la mano hacia el bosque. Como siempre, no había ni un alma, ni si quiera en la entrada del parque. Era entendible, estábamos a jueves y eran apenas las 1 de la tarde, hora de almuerzo.

Al llegar a nuestro sitio en el césped al lado del lago, esta vez bajo un árbol porque el sol estaba chamuscandonos la piel, nos sentamos en la manta y comenzamos a comer en un silencio tranquilizador.

Estar aquí me despejaba por completo. Me relajaba y me hacia reflexionar. Intentaría no sentirme sucia e insegura luego de lo ocurrido hace una hora. No dejaría que el ataque por parte de mi jefe cambiara mi forma de ser. No dejaría que me afectara en lo absoluto. Si, me sentía sucia, pero estaba segura de que se me pasaría.

Lauren me miraba atenta mientras comía pero no soltaba palabra. Quería saber que estaba pasando por su cabeza en este momento.

"¿En qué piensas?" Pregunté para saber.

"En que eres muy bonita y que estoy demasiado enamorada de ti"
Soltó de la nada provocando mi sonrojo. Parecía una maldita adolescente a su lado.

"Yo opino lo mismo" le devolví.

"No... es que no lo puedo explicar, un impulso incontrolable se apoderó de mi cuando vi que estabas en peligro. Nunca en mi vida había hecho algo así, nunca había golpeado a alguien antes, no sé donde saqué fuerzas para hacer eso" me contó tan sorprendida como yo por sus acciones.

"Bueno... es la adrenalina supongo, lo que me preocupa es que tus padres te matarán cuando te vean así ¿qué piensas decirles? Y ¿por qué no estas en la escuela ahora?" Le pregunté al darme cuenta de que era temprano aún y debería estar en el colegio.

"Oh, eso... me extrañaba que no me lo hubieras preguntado todavía. Un par de profesores tenían una reunión así que salimos antes del almuerzo y quise aprovechar el tiempo, visitarte y comer juntas, pero alguien ya se me había adelantado" me explicó. Era normal que Lauren fuera de vez en cuando a mi trabajo. Después de conocer a Harry ella agarró más confianza y una tarde me dijo que iría a visitarme al trabajo después de salir del colegio. Yo de inmediato le dije que no había ningún problema y desde entonces que a veces iba a verme. Pasábamos el tiempo nosotras dos solas en mi oficina o conversando con Harry. Era divertido.

Esta había sido la primera vez que venía tan temprano a visitarme y además la primera vez que venía sin avisarme antes.

"Vaya sorpresa que te llevaste. Gracias de nuevo, pero no me respondiste que es lo que le dirás a tus padres" volví a insistir.

"Umh... no lo sé en realidad, supongo que les inventaré que me intentaron robar pero no lograron su cometido porque me resistí pero justo llegó un extraño a salvarme"

"Mmmh, es creíble, aunque sabes que odio que mientas, pero es necesario" opiné mientras terminaba de comer mi hamburguesa y comenzaba con las patatas.

"Haría todo por ti" dijo para luego darle un gran mordisco a su hamburguesa que le dejó toda la barbilla manchada de aderezo.

Linda.

Solté una risita y me puse en modo coqueta, era tan diferente ver a Lauren comer. Nada comparado con el asqueroso de mi jefe. Ella me provocaba tanta ternura, además de que se veía sexy ¿era posible eso?

Me acerqué a ella bajo su atenta y confundida mirada. Me puse sobre mis rodillas y tomé su mentón con mi mano derecha. Delicadamente pasé mi lengua por la comisura de sus labios recogiendo todo el aderezo, también lo hice con su barbilla y en todos los lugares de su rostro manchados. Luego pasé una servilleta para sacar mi saliva.

Lauren no se movía y me miraba con cara de shock.

"Lauren reacciona" le hablé pasando mi mano frente a sus ojos, bueno... ojo porque el otro seguía hinchado y no era capaz de abrirlo. Se veía chistosa pero no le diría nada.

Agitó su cabeza violentamente provocando que un quejido escapara de su boca por las heridas de su rostro. "Lo siento... es que eso fue bastante sexy y no me lo esperaba" me explicó sonrojada.

Reí por su aturdimiento y terminamos de comer mientras yo le contaba mis inseguridades luego de lo ocurrido. Ella me dijo que no dejara los malos pensamientos entrar, que debía amarme a mi misma y que no valía la pena sentirse mal por culpa de una persona tan poca cosa. Sus palabras me tranquilizaron.

Toda la basura la pusimos en una bolsa y decidimos pasar toda la tarde ahí para relajarnos. No teníamos nada más que hacer de todas formas y Harry se encargaría de informarme si algo pasaba. Luego me preocuparía por qué haría ahora y por Lucas.

Apoyé mi espalda contra el árbol que nos proporcionaba sombra y atraje a Lauren hasta entre mis piernas para que apoyara su espalda en mi pecho y su cabeza en mi hombro. Debí subir mi falda hasta las rodillas para que ella pudiera ponerse entre estas.

Estábamos bastante cómodas, pero yo estaba inquieta por mi vista del escote que dejaba la blusa de Lauren. Sus pechos redondos me llamaban a apretarlos, brillosos por el sudor que provocaba la calurosa tarde y sus piernas descubiertas por su diminuta falda me incitaban a pecar, además de que su trasero estaba presionado contra mi entrepierna que ya comenzaba a sentirse húmeda.

¿Por qué no me podía controlar cuando se trataba de Lauren? Mis hormonas se volvían locas cuando ella estaba cerca mío.

Sin poder resistirme más, comencé a dejar húmedos besos en la parte de su cuello que quedaba a mi alcance, provocando un "mmmmhhh" de su parte. Mis caderas ya habían tomado vida propia y se meneaban contra el culo de Lauren. Llevé mi mano derecha hasta los botones de su blusa para desabrocharlos y la otra hasta su falda para comenzar a subirla lentamente por sus muslos.

"Creo que... mi heroína necesita su... recompensa ¿no lo crees?" Le susurré al oído para luego chupar el lóbulo de su oreja y soltarlo con un mordisco. Lauren sólo asintió mientras soltaba pequeños gimoteos.

Al estar su blusa ya completamente desabotonada, metí mi mano por debajo de su brasier y tomé su pezón entre mis dedos sintiendo como se endurecía entre estos. Los amasé todo lo que quise mientras seguía con mis besos, lametones y mordiscos por su cuello y mandíbula. Ella sólo presionaba más su cuerpo contra el mío de abajo hacia arriba inquietamente, mis propios pezones endureciéndose con el roce.

Mi otra mano fue tentativamente hasta su entrepierna. Sus braguitas completamente empapadas me secaban la boca. Tenía unas ganas gigantes de comerme su chichi pero dejaría el postre para más tarde. Froté por encima de la tela provocando que sus caderas se movieran en círculos junto a las mías.

Su blanca piel angelical y su exquisito aroma me traían loca. Sus rosados y erectos pezones amenazaban con hacer un agujero a su brasier de lo duros que estaban. Sus manos vendadas se aferraban fuertemente a mis rodillas.

"Necesito que te recuestes si quieres que continúe con mi trabajo" le susurré provocando que un escalofrío recorriera su cuerpo y se estremeciera. Asintió como pudo y se separó para tumbarse de espalda frente a mi. Su blusa abierta y la falda por encima de sus caderas eran la imagen más erótica de la vida. Su rostro magullado me suplicaba que le diera atención a su cuerpo.

Puse una rodilla presionando su entrepierna y mis manos a los lados de su rostro. Bajé para besar su rostro con delicadeza y luego descender por su cuello hasta su pecho. Su sostén me estorbaba así que le ordené que se lo quitara.

Luego de liberar sus turgentes, blanquecinos y apetecibles pechos, de inmediato me metí uno por completo a la boca y lamí su rosado pezón. Solté su pecho con un sonoro "pop". Un hilo de saliva conectaba mi boca con su piel.
Escuchaba sus gemidos y veía sus manos aferradas a la manta.

Repetí el proceso en su otro pecho mientras llevaba mis manos a los costados de sus bragas para comenzar a bajarlas. Cuando estas llegaron a sus tobillos las tiré lejos.

Mi boca volvió a remojar su pezón y cuando me alejé, sople la piel provocando un estremecimiento de su parte.

Bajé mis besos por su abdomen sintiendo como este bajaba y subía pesadamente y como se tensaban todos sus músculos. Su piel ardía bajo mi tacto.

"Hoy me siento... juguetona así que intentaré algo nuevo que leí por ahí ¿de acuerdo?" musité contra su abdomen.

Tomé su bolsa de hielo, la abrí y saqué el cubo más grande que encontré metiéndomelo en la boca.

"C-Camz, que que estas haciendo" me preguntó con la voz agitada y el cuerpo inquieto.

"Espera y verás" hablé como pude aún con el hielo entre mis dientes.
Levanté su falda dejando su intimidad a mi disposición. Llevé mi boca directamente a su clítoris pasando el hielo por la zona y haciendo que Lauren gritara de sorpresa y excitación.

"Oh por dios se siente tan bien, no-no pares Camz" me suplicó entre jadeos. Yo no pensaba parar por nada del mundo. Al parecer le había gustado más de lo que esperaba mi pequeño regalo

"Oh no pienso parar hasta que te corras en mi boca... te follaré hasta que no puedas más, Lauren. Te follaré tan bien que me sentirás por días" susurré lentamente contra su centro mientras ella arqueaba su espalda y tiraba su cabeza hacia atrás poniendo los ojos en blanco. Me gustaba hablarle malo.

Pasé el hielo alrededor de su clítoris varias veces hasta que este se deshizo por completo. Ella estaba ardiendo y no me sorprendía que se hiciera agua tan rápidamente. Su botón sensible quedó completamente duro y palpitante y ella no paraba de gritar maldiciones con su cabeza aún hacia atrás.

Mi boca seguía fría así que aproveché eso para lamer toda su longitud de arriba hacía abajo repetidas veces hasta que nuestras temperaturas se regularon. Ahora era tiempo de actuar. Estaba completamente mojada y ansiosa. Me separé de ella y levantó su cabeza de inmediato por la falta de contacto.

"Camz porfavor no me hagas esto. Me has dejado demasiado excitada y... de verdad te... necesito dentro de mi ahora" exclamó entrecortado con cara de súplica mientras movía sus caderas de atrás hacia adelante con las piernas totalmente abiertas y las rodillas flexionadas. Imaginense a Lauren Jauregui en esa posición rogándoles que se la follen.

Mi entrepierna se contrajo dolorosamente por mi visión de Lauren así que puse manos a la obra.

"Oh bebé... estaré por todo tu cuerpo. Haré que te corras tan fuerte que todos tus muslos quedarán empapados" le hablé sucio para después tomarla de la cintura y hacer que se volteara sobre su estómago, ordenado que elevara su trasero para facilitarme el acceso a su feminidad. Ella curvó su espalda y se apoyó en sus codos haciendo que su culo estuviera a mi total disposición. Que postre más delicioso.

Subí su falda dejando sus nalgas al aire. Su centro estaba totalmente mojado y más humedad salía de este mojando todo a su alrededor. Podía ver su agujero llamándome a que la penetrara. Su rosadito coño pedía una fuerte follada y eso era lo que le daría. La haría sentir tan bien.

Até mi cabello en una coleta para que no estorbara y sumergí mi boca en su vagina. Con mi mano estimulé su clítoris mientras que con la otra agarraba sus nalgas y las separaba para tener mejor acceso. Mi lengua pasaba alrededor de su lubricado centro y entre sus pliegues provocándola. Su sabor era afrodisiaco y más caliente me ponía yo al sentirlo.

Ella tiraba su trasero más hacia atrás y curvaba más su espalda mientras ronroneaba como un gatito.

"Ya Camila si no haces algo ahora te juro que me tocaré yo misma aquí y ahora sin tu maldita ayuda, así que mejor me cojes o..."

No la dejé terminar cuando metí mi lengua por completo en ella y con mi mano derecha ahora en su ano, pasaba mi pulgar tentativamente por este. Nunca habíamos hecho algo como eso pero hoy me sentía curiosa y si no le gustaba me diría algo. En vez de quejarse, soltó un fuerte grito seguido por fuertes gimoteos. Parecía actriz porno... y me encantaba.

Puse más de su lubricante natural en su año y seguí estimulándolo con mi pulgar. Mi boca pasó a succionar con más fuerza su clítoris mientras la escuchaba quedase sin aliento.

Ella sólo se estremecía por las nuevas sensaciones.

Le di una fuerte palmada en su nalga izquierda, quedando mi mano marcada en esta y provocando que se moliera más fuertemente contra mi mano y boca.

Seguí con un ritmo constante y duro hasta que sentí como ya iba a llegar así que me detuve por completo alejándome. Ella gruñó en frustración. De verdad que estaba enojada. Sus muslos estaban completamente empapados por sus jugos y juntó sus piernas con fuerza para controlarse.

Se dio la vuelta bruscamente. Tenía el ceño fruncido y se veía molesta.

"Camila ya es el colmo. De verdad que te jodiste ¿tanto te cuesta hacer que me corra? Estaba a punto..." vociferó molesta.

Temí por mi vida cuando bruscamente bajó el cierre de mi falda y me la quitó junto con mis bragas de un tirón dejándome desnuda. Esto era lo que quería provocar, que se enojara y se pusiera violenta.

Me recostó en la manta y separó mis piernas con fuerza. Llevó su lengua hasta mi intimidad y succionó mi clítoris fuertemente.

"Oh por dios Laur... no pares" le pedí con vos entrecortada. Siguió en eso hasta que sentí que me corría y mojaba mis nalgas con mis jugos. Fue bastante rápido pero es que lo hizo tan duro y placentero que no pude aguantar más. Grité su nombre y presioné involuntariamente su cabeza con mis piernas.

Ella separó mis piernas nuevamente y me montó alineando nuestros centros. Su culo presionado contra mi pierna derecha y sus boobies a la altura de mi cara me permitían besarlas fácilmente. Comenzó a mover sus caderas salvajemente sobre mi una y otra vez sin parar. Su respiración era pesada y sus gemidos agudos.

Sus boobies rebotaban mientras me montaba y su trasero chocaba contra mi de manera dura.

Tomé sus nalgas entre mis manos agarrándolas fuertemente y guiando sus caderas sobre las mías de abajo hacia arriba.

Ella estaba sudando al igual que yo. Sd movía violentamente, sabía que estaba frustrada y sólo quería liberar la tensión. Llevé una de mis manos que estaba sobre su trasero hacia su centro y la penetré con dos dedos desde atrás. Estaba muy lubricada.

Sentí como ya se tensaba más. Seguía chupando sus pechos duramente y mordiendolos. Estábamos como en otro universo. Siempre pasaba eso cuando teníamos sexo, nos íbamos a otro planeta en el que sólo estábamos las dos experimentando con nuestros cuerpos, buscando sentirnos de formas distintas y buscando darle placer a la otra de todas las formas que se nos ocurrieran. Era simplemente experimentar, encontrar las cosas que le gustaban más a la otra para hacernos sentir bien.

Sus paredes se tensaron en torno a mis dedos y sus gritos se hicieron más fuertes. Con un par de fricciones y penetraciones duras más, logró correrse fuertemente sobre mi. Sin embargo no paré de mover sus caderas para prolongar su orgasmo y para logra que yo me corriera. No tardé en hacerlo y sentí como nuestros jugos se mezclaban. Era el puto paraíso.

Nuestros cuerpos se relajaron y cayó rendida sobre mi. Estaba completamente sudada y su coleta estaba desordenada. Estuvimos unos minutos en silencio mientras nos recuperábamos del explosivo orgasmo y yo acariciaba su espalda con su cabeza en mi pecho y nuestras piernas entrelazadas.

"Te odio por hacerme esto" me dijo con voz cansada.

"Lo siento pero es que me encanta hacer que te enojes, te ves súper sexy y además me gusta que te pongas un tanto agresiva. Admite que fue bastante caliente"

"Si bueno tienes razón, pero me frustras, me las vas a pagar Camila Cabello" me amenazó.

"Oh no puedo esperar para pagarte" susurré coquetamente en su cabeza. Ella rió.

"Eres imposible" me respondió y yo estuve de acuerdo.

"... y oye... lo que hiciste con el hielo y con mi... bueno.. tú sabes... fue en realidad bastante... rico... nunca pensé que me podría excitar con eso, me gustó bastante" confesó tímidamente mientras jugaba con la tela de mi top. Yo sonreí sintiendo un peso salir de mis hombros. Pensé que eso había sido demasiado y que quizás me había pasado pero gracias a dios le había gustado.

"Que bueno que te gustara. Es mi recompensa por salvarme la vida ¿recuerdas?. Puedo seguir experimentando contigo si quieres, para mi es un placer hacerlo" le ofrecí con sonrisa de suficiencia en mi rostro.

"Oh... el placer es mío literalmente, con gusto soy tu conejillo de indias" me respondió y yo reí.

"Veo un sexo genial en nuestro futuro" musité.

"Bueno pues eso espero, pero la próxima vez es mi turno de sacar a relucir mis nuevas técnicas" aclaró y estuve de acuerdo. Nunca estaba mal dejarse querer, en especial si eras querida por Lauren Jauregui.

Seguimos charlando y bromeando hasta que se nos hizo tarde. Nos vestimos y pusimos presentables. Recogimos todo y nos marchamos.

Las heridas de Lauren seguían feas pero por lo menos la hinchazón de su ojo había bajado considerablemente y ya lo podía abrir y cerrar sin problemas, la cosa era que ahora lo tenía completamente morado. En general todo su rostro estaba machacado, pero se veía preciosa igual.

Al llegar al auto guardamos todo y botamos la basura. Cuando nos subimos, Lauren fue capaz de ver su apariencia en el espejo retrovisor y chilló de espanto.

"¡Oh mi dios luzco horripilante, me parezco al maldito jorobado de Notredame o al puto Rocky Balboa!" Exclamó mientras se examinaba atentamente el rostro.

Reí audiblemente, si se parecía un poco. "Lo escúchame, en primer lugar, luces hermosa y eres perfecta, en segundo lugar, no te preocupes... en una semana estarás como nueva, yo misma me encargaré de sanar tus heridas y en tercer lugar te amo y agradezco todo lo que hiciste por mi hoy" enumeré tomando sus mejillas y besándola delicadamente sobre sus heridas y luego en sus labios.

Ella pareció tranquilizarse y volvió a su lugar con una pequeña sonrisa en su labios. Así me gustaba, que estuviera, alegre. Me agradeció y luego puse en marcha el auto. El motor ronroneó y en un par de minutos ya estaba dejando a Lauren en su casa. Nos despedimos con un apasionado beso. Prometió hablarme más tarde contándome las reacciones de sus padres.

Yo ya estaba llegando a mi casa y pensaba como contar de la mejor manera posible lo sucedido hoy....

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