¿Podré con tanta sobreprotecc...

By pauliiaa___

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Antes que nada, que sepas que esta novela está protagonizada por los hijos de los personajes de "Del internad... More

Sinopsis.
Reparto.
Capitulo 2.
Capitulo 3.
Capitulo 4.
Capitulo 5.
Capitulo 6.
Capitulo 7.
Capitulo 8.
Capitulo 9.
Capitulo 10.
Capitulo 11.
Capitulo 12.
Capitulo 13.
Capitulo 14.
Capitulo 15.
Capitulo 16.
Capitulo 17.
Capitulo 18.
Capitulo 19.
20. Reparto (nuevos).
Capitulo 21.
Capitulo 22.
Capitulo 23.
Capitulo 24.
Capitulo 25.
Capitulo 26.
27. Preguntas y respuestas I.
28. Preguntas y respuestas II.
Capitulo 29.
Capitulo 30.
Capitulo 31.
Capitulo 32.
Capitulo 33.
Capitulo 34.
Capitulo 35.
Capitulo 36.
Capitulo 37.
Capitulo 38.
Capitulo 39.
Capitulo 40.
♥️Nota♥️
Nueva novelaaaaa.

Capitulo 1.

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By pauliiaa___


Fui despertando lentamente por unos golpecitos que provenían de la puerta de mi habitación. Gire la cabeza lo más mínimo como para ver a la persona que me había despertado. Era mi padre, Nick.

– Cariño, tienes que ir al instituto. Tú madre y yo nos debemos ir a una reunión ya. Ya sabes lo de la nueva discográfica, son muy exigentes – rodó los ojos moviendo un poco mi cuerpo para que me despierte.

Si, a mi madre siempre le gustó la música. Ahora ella es vocalista en un grupo donde se encuentran mis tíos Marco y Scott, y mi tío Tyler. La verdad, son bastante buenos. Mi madre, Ariadna, toca el piano en el grupo y además, cantando puede llegar a notas muy agudas. Es bastante conocida por ello.

– Dallas irá contigo hasta el instituto hoy – recordó. El noventa por ciento de las veces, mi hermano y mis primos me acompañan al instituto, y sinceramente no me gusta nada que lo hagan.

– Pero papá, yo había quedado con Harper para acompañarla a ella, porque sus padres tampoco la pueden llevar hoy – me quejé comenzando a incorporarme lentamente en la cama.

No quiero ir con mi hermano porque todas las mañanas, van con el mis dos primos y su mejor amigo. No me mal interpreten, yo los quiero, pero se pasan. Se pasan mucho conmigo. A veces llego a tener miedo de lo que puedan decirme o hacerme, pero si no hago nada mal y se lo cuento todo, son agradables conmigo.

– Lo siento, pero ya está decidido. Y ahora, nos vamos – mi padre dio un rápido beso en mi frente y salió de mi cuarto. Al poco tiempo se escucho un portazo que provenía de la puerta principal de la casa, ya se habían ido.

Terminé levantándome de la cama, me puse las zapatillas térmicas y baje a desayunar. En la cocina estaban mi primo Jackson y mi primo Dylan. Ya es costumbre verles aquí. Se pasan todo el día en mi casa.

– Hola prima – saludaron al unísono.

– Hola – les respondí tratando de formar una sonrisa. Me miraron como si trataran de recordar algo, lo note por sus ceños fruncidos.

Por favor que no mencionen esta tarde, por favor que no mencionen esta tarde, por favor que no mencionen esta tarde, por favor...

– Skyler – me llamó Dallas sobresaltandome. Dios, ahora mismo te amo por sacarme de esto, hermano. Se escuchaban pasos desde las escaleras.

Giré mi cabeza y lo vi entrando a la cocina mientras se ponía una camiseta que le había regalado por su cumpleaños.

– Apúrate que hoy salimos más temprano. Tienes... – miró su reloj – Tienes 15 minutos para desayunar y vestirte, ya que quedamos con Harry en la puerta del instituto a las menos cuarto – finalizó sin siquiera mirarme a los ojos.

– ¿Qué? – exclamé  – ¿Quince minutos? ¡No me dará tiempo, Dallas!

– Si te dará tiempo si dejas de protestar y andas rápido a desayunar – respondió con un tono frío y se volvió a ir a su habitación. Dios, como odio cuando se pone así. Se cree que es mi padre y que me debe decir lo que tengo que hacer.

Suspiré pesadamente y fui rápido a alcanzar un trozo de tarta de manzana y un vaso de leche. Metí este último en el microondas por cuarenta segundos, y mientras se calentaba fui cortándome el pedazo de tarta. Cuando lo tuve listo me uní a la mesa con mis primos.

– Skyler, ¿Está tarde vas a ir a casa de Chase a hacer el trabajo al final? – preguntó uno de ellos haciendo que abriera mis ojos como platos.

Ay madre. Ya tuvo que mencionar el tema. Chase es un compañero de clase, y la profesora nos mandó a hacer un trabajo juntos. Como es viernes, él me dijo que si podía ir a su casa a la tarde para hacer el trabajo.

– Tengo que ir, Jackson. – le conteste a la vez que sacaba mi vaso de leche del microondas. Mi primo tenía la mandíbula apretada, como si estuviera enfadado.

– Sabes que no me gusta que estés con otros chicos que no seamos nosotros cuatros, Skyler – me dijo con sus ojos entrecerrados. Le mire con los labios apretados y di un sorbo a mi leche.

– Y tú sabes que tengo que hacer ese trabajo si o si. Además, ¿Qué tiene de malo Chase? – le pregunté un poco molesta de su actitud.

– No me da buena espina ese chico – respondió encogiéndose de hombros provocando que rodara los ojos.

– Ya, claro, a ti no te da buena espina ningún chico, ese es el problema, Jackson. Tú sabes que no vamos a hacer nada a parte del trabajo – le dije con esperanzas de que por una vez en su vida confiase en mi.

– No conoces de nada a ese Chase, Sky – intervino mi primo Dylan y fruncí el ceño.

– No tiene nada que ver. Se lo suficiente como para saber que lo único que tengo que hacer es un maldito trabajo que quizás tardemos menos de una hora en terminar – respondí furiosa y ellos me miraron mal.

– Primero, a nosotros no nos hablas así, y segundo, no irás a casa de Chase – habló Dylan evitando de nuevo el contacto visual conmigo.

– ¡Tengo que ir! – exclamé – No iría si no fuera una cosa importante, pero es que de ese trabajo, sale mi nota de biología, ¿Entienden? – terminé con mi desayuno y dejé los cubiertos, el plato y el vaso en el fregadero.

– En el camino lo hablamos con Dallas – finalizó Dylan.

Salí a paso apresurado de allí y subí a mi habitación. ¿Qué más les da dejarme ir a casa de Chase un rato para hacer un trabajo? Yo nunca hablo con él, ¡Ni siquiera somos amigos!

Me puse uno jeans color granate, un suéter de lana color crema, una bufanda igual de lana y un poco de gloss en los labios. De calzado escogí unas botas marron claro y me deje el cabello suelto. Ayer me lo había planchado a sí que, lo tenía liso.

Preparé mi mochila para el instituto en un instante y baje, donde los chicos me estaban esperando para salir. Cuando iba a cruzar la puerta, Dallas me devolvió mi teléfono, como todas las mañanas.

Lo que sucede es que yo le entregó todas las noches mi móvil, cuando me voy a acostar. Él revisa los mensajes que tengo, las fotos, las llamadas, las aplicaciones... Lo revisa todo, y después, a la mañana me lo da. Aunque no se para que hace eso, si siempre que me ve con el móvil se pone a mi lado para mirar lo que hago.

– ¿Te parece bien que Skyler vaya a casa de Chase esta tarde? –nle preguntó Jackson a mi hermano con un tono burlón.

– No me parece bien – respondió él haciendo que todas mis esperanzas se esfumaran – Pero tiene que ir, es su nota de biología, no es ninguna tontería, Jackson – finalizó y sonreí victoriosa.

– No pongas esa cara como si te hubieras salido con la tuya. Yo iré contigo – dijo mi primo y me paré en seco para mirarle con mis ojos muy abiertos.

– No puedes hacer eso – me opuse, pero parece que a él no le importa nada de lo que yo diga. Siempre ha sido así, ya estoy acostumbrada a tener que obedecerles como si de mis padres se tratase.

– Si puedo, y lo haré. No me fío de ese chico – finalizó.

Siempre son así. Son muy celosos, me ven solamente mirando a un chico y ya parece que va a empezar la tercera guerra mundial. Por suerte, Chase sabe cómo son ellos, así que supongo que no le importará que venga Jackson.

– Como digas – respondí. No tenía ganas de discutir con mi primo. Él es el más pequeño de todos, pero alcanzó para estar en el mismo curso que nosotros.

En el camino al instituto yo iba delante, y ellos tres y iban detrás de mí hablando de sus cosas. Hubiera preferido mil veces ir acompañada por Harper.

Ella ha sido mi amiga casi toda la vida. La conocí cuando entre a la guardería y nos hicimos como hermanas. Envidio su pelo rubio, largo y liso y sus labios color rosado, ya que mi cabello es casi negro, ondulado y mis labios siempre están pálidos.

Puedes confiar en Harper, ten por seguro que si le cuentas algún secreto, ella se lo guarda. Me ha ayudado en mucho con él tema de los chicos. Cuando me deprimo o me enfado con alguno, solo tiene que decirme unas palabras para que vuelva a estar bien. La quiero demasiado, sin ella no sé qué haría.

– ¡Ey, Harry! – mi hermano saludo a su amigo con el apretón de manos que tienen entre los cuatro. Luego, él se dirigió a mí para saludarme con un beso en la frente.

– Hola Sky – me regaló media sonrisa.

– Hola, Harry – respondí de la misma forma, aunque mi sonrisa fuera forzada.

Odio que se comporten así. Un día ni siquiera te hablan y al día siguiente se comportan como si fuera una princesita. Son unos bipolares del demonio.

Gire mi cabeza un poco hacia la izquierda y pude ver a Connor. Nuestra amistad comenzó cuando él me defendió de unos chicos. Ahí no estaban los cuatro sobreprotectores, solo él. Eso pasó hace varios años, y desde ahí somos amigos en secreto. La única persona que sabe esto es Harper.

Disimuladamente hice un pequeño gesto con mi mano en forma de saludo y volví a girarme hacia los chicos para que no notaran nada.

– ¡Harper! – exclamé cuando vi a mi mejor amiga viniendo corriendo hacia mi.

– Hola Skyler – dio un sonoro beso en mi mejilla y la abrace. Ella rió por mi alegría al verla, pero es que realmente la necesitaba – Hola chicos – saludó a mi hermano, a mis primos y a Harry, ellos le devolvieron el saludo con un gesto.

– Dallas, voy a ir yendo con Harper a la clase, ¿sí? – avise en lo que él asintía con la cabeza no muy seguro de su respuesta. Rodé los ojos – Nos vemos luego – finalicé.

A primera hora nos tocaba música, gracias a Dios que hoy no tocaba matemáticas, ya que no entendí la tarea que mandó el profesor ayer y no la hice. Esperaba que Harper me dejara ver sus apuntes.

– ¿Va todo bien en el paraíso? – me preguntó mi amiga con un leve tono de ironía.

– Si tú crees que el hecho de que Jackson tenga que acompañarme a casa de Chase para hacer un trabajo porque no confía en mí, está bien, pues si – respondí y forme un puchero con mis labios, a lo que ella rió.

– Son tan celosos... – alargó negando con la cabeza.

– Lo sé – suspiré – ni siquiera mi hermano confía en mí. ¿Acaso yo he hecho algo para que sea así? No, no me han dado la oportunidad. Nunca he hecho nada sola, por mi cuenta. Siempre interviene uno de ellos – rodé los ojos con solo pensarlo.

– Solo quieren cuidarte, Sky – me respondió ella y la miré con la cabeza ladeada y una ceja alzada.

– ¿Me lo dices en serio, Harper? No hace falta que hagan todo lo que hacen para poder cuidarme, ¿sabes? Se valerme por mí misma. Me puedo cuidar yo sola y, ¿sabes qué? También necesito privacidad, cosa que no tengo – le recordé apuntándola con mi dedo índice.

– Pero eso es algo que ellos no no pueden entender – suspiró ladeando su cabeza – O no quieren entender... – agregó del mismo modo.

En ese mismo momento entramos a la clase y nos sentamos juntas, como siempre. Hoy en música, nos tocaba hacer en parejas — obviamente Harper — una pequeña canción acerca de una manzana. Suena estúpido pero el profesor de música tiene mucha imaginación y dice que todo es posible.

Cogí uno de los teclados que hay en él aula y lo coloque sobre la mesa para ver qué se nos ocurría. Como mi madre tiene un piano en casa y sabe tocarlo. Me enseño algo a mi. No soy profesional ni nada, pero se tocarlo bien y me gusta.

{...}

– Vamos a ver qué han preparado – dijo el profesor mirando con detenimiento su pequeño reloj de pulsera – empiecen ustedes dos, chicas – nos dijo apuntándonos con uno de sus bolígrafos.

Nos pusimos en pie y nos dirigimos hacia delante de toda la clase. Coloque el piano sobre mis piernas y mientras yo tocaba, Harper cantaba la letra. No tenía sentido, era una locura, pero divertida.

La manzana roja tiene un huequito,
Por donde sale el gusanito.
La manzana roja, rico rico,
Se la come el gusanito.
El gusanito ya está lleno,
Y se va por el agujero.
Pobre manzana roja, roja,
Se ha quedado sola, sola.

Cabe decir, que después de haber cantado esta canción, la clase entera está muerta de risa y nuestra reputación estará por los suelos, pero bueno. Fue divertido.

– La letra ha sido.... Interesante – nos dijo el profesor intentando buscar la palabra adecuada – el acompañamiento del piano ha estado muy bien y por lo tanto, están aprobadas. Tienen un ocho sobre diez.

– Venga ya profesor. Esa canción estuvo para pisotearla y tirarla a la basura, por favor - se escuchó una voz al final de la clase. Lo dijo uno de esos chicos que jamás aprueban, que solo están en clase porque les obligan.

– Tu cara sí que está para eso – le respondió mi hermano causando en toda la clase una gran oleada de "uuuh".

Ay no. Los cuatro chicos que me sobre protegen y él, se llevan demasiado mal. Una vez hubo una pelea en la que resultaron expulsados los cinco. Pero la verdad, es que la culpa de aquello también fue por mi.

– No peleen, por favor – susurré lo suficientemente alto como para que me escuchara toda la clase. Ahora siento miedo y vergüenza.

– Skyler, no te metas en lo que no te llaman – me respondió mi primo Dylan fulminándole con la mirada. Pero, ¿cómo no me voy a meter si están discutiendo por algo que he hecho yo como la canción?

– Alto chicos – llamó nuestra atención el profesor – Para esto no están las clases de música. No para pelear, ¿Me oyeron? Estoy harto de sus berrinches de niños pequeños por cualquier tontería. – se dirigió al chico que dijo aquello – si tal mal te pareció su Canción, anda a hacer la tuya.

Después de ese momento tenso, Harper y yo fuimos a sentarnos en nuestro sitio de nuevo. Aquel idiota y su amigo salieron. Cantaron, si se puede llamar a eso cantar, un par de palabras con un par de palmas y se volvieron a sentar. Tienen un dos sobre diez.

Los momentos así, son los que no me gustan nada. Lo paso mal, porque sé que es por mi. Siempre salen a defenderme, no importa cómo lo hagan. Les da igual todo, son a veces unos cabezotas de cuidado.

{...}

Jackson y yo estamos en frente de la puerta de la casa de Chase. Se nota demasiado mi inquietud y eso me inquieta más.

– ¿Por qué estás nerviosa, Skyler? ¿Acaso tienes algo que esconder? – me preguntó mi primo con el semblante serio, pero antes de que pudiera decir una palabra más, Chase abrió la puerta.

Observó con detenimiento a Jackson. No pude avisarle de que él iba a venir para acompañarme. ¿Qué le iba a decir? "Oh hola, quería a visarte de que mi primo no se fía ni un pelo de mí y va a venir a hacer el trabajo, chau". Es de idiotas.

– Hola Skyler - Chase parecía un poco incomodo por la presencia de mi primo.

- Eh, hola Chase - forcé una sonrisa - lamento que te lo diga ahora, pero Jackson se quedara con nosotros para ayudarnos a hacer el trabajo. ¿Te parece bien?

- Claro que le parece bien - respondió mi primo de mala manera y entro a su casa como si fuera la suya.

- Lo siento - le susurré a Chase antes de entrar.

- No te preocupes - me respondió de igual forma.

La casa de Chase no es muy grande, pero tiene lo necesario. Es de una sola planta, y además, no debe superar los cien metros cuadrados. No tiene jardín, ni piscina. Ni siquiera tiene un balcón. La verdad, yo no podría vivir en una casa como esta. Mi casa tiene dos plantas, y cada una de ellas es el triple que está. Tenemos un jardín bastante grande y una piscina.

Estoy acostumbrada a vivir así, y si me dices que tengo que vivir en esta casa por un mes, me volvería loca. Me agobiaría bastante.

- ¿Sky, empezamos? - me preguntó Chase sacándome de mi trance. Asentí, y junto con mi primo fuimos al pequeño salón. Me tuve que sentar al lado de Jackson y en frente, estaba Chase.

- Necesitamos escribir dos páginas completas acerca de la ingeniería genética. Yo traje dos folios para escribir. Ten - le pasé uno de ellos.

- Aquí tengo mi portátil para buscar la información.

Encendió su MacBook y se metió en internet. Copie el primer párrafo que aparecía sobre el tema que estamos dando

- La ingeniería genética es la tecnología del control y transferencia del ADN de un organismo a otro, lo que posibilita la corrección de los defectos genéticos y la creación de nuevas cepas (microorganismos), variedades (plantas) y razas (animales) para una obtención más eficiente de sus productos. - dije en voz alta a la vez que lo escribía.

{...}

Después de casi una hora y media, terminamos el trabajo. Jackson se había quedado dormido. Gracias a dios que eso había pasado, así no estaba molestando todo este tiempo. Ahora estábamos recogiendo.

- ¿Te apetece comer algo? - me preguntó Chase.

- No creo que sea buena idea - mire a mi primo - debería despertarle e irnos ya a casa. Es un poco tarde.

- Apenas son las siete de la tarde, Sky - me respondió con una ceja alzada.

- Aún así...

- Por favor. ¿Crees que el sonido de tu estómago solo lo estabas escuchando tu? - rió y yo imite su gesto - Anda, no tardaremos. La cocina está ahí mismo.

- Esta bien - cedí.

Seguí a Chase hasta una pequeña habitación, que resultó ser la cocina. Tenía una pequeña mesa para tres personas y ahí fue donde me senté yo.

Él sacó de la nevera un bol con fresas y me lo acercó. Pero no sólo habían fresas.

- ¿Qué es? - pregunte a la vez que lo olía. Huele muy rico.

- Es un postre que le encanta hacer a mi madre. Como ves tiene fresas cortadas a rodajas, jugo de naranja y zanahoria rallada. - me respondió él.

- Tiene muy buena pi...

- ¿Qué haces aquí, Skyler? - apareció Jackson con sus brazos cruzados y mirándome amenazantemente. Me tensé.

- Oh, pues como te habías quedado dormido y yo tenía mucha hambre, Chase se ofreció a darme un poco de esto - señale el postre.

- ¿No podías haberme despertado para comer en casa? - sonaba serio y seco.

No tenía ganas de discutir con mi primo y menos, delante de Chase. Sería muy humillante para mí.

- Si tienes razón. Chase, tiene muy buena pinta, de verdad, pero es mejor que nos vayamos a casa antes de que se haga más tarde - le dije intentando hacer mi mejor sonrisa falsa.

- Lo entiendo, no te preocupes - respondió el chico.

Recogimos nuestras cosas y salimos de la casa de Chase. Jackson iba a paso apresurado y no decía mi una sola palabra.

- Jack, ¿estás enfadado? - le pregunte pero él no me respondió.

Ya estamos de vuelta con una escena de celos.

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