DRACO P.V.O
Tras una primera noche tranquila, nos encontramos con la sorpresa que todos esperábamos. Montague y compañía paralizados en los pasillos. Hermione y yo nos lo tomamos con calma. Según bajábamos las escaleras, pudimos oir gritos y amenazas. Goyle estaba completamente rojo de tanto vocear. Montague había decidido permanecer en silencio. En cuanto nos vio, nos lanzó una mirada asesina.
-Debí imaginármelo. El traidor y la sangresucia. -Escupió en el suelo. Herm le sonrió.
-Cincuenta puntos menos para Slytherin por ensuciar una propiedad del colegio. Y cincuenta horas de castigo con Hagrid ayudando a limpiar las cajas de los escregutos de primero.
-Piérdete, sangresucia -Goyle intentó moverse, pero el hechizo aún lo mantenía inmovilizado.
-Otros cincuenta puntos menos -esta vez fui yo quien lo dijo- Y como le has faltado el respeto a tu prefecta, durante los próximos dos meses tendrás que llevar sus libros a todas sus clases y realizar todas las tareas pesadas que le encomienden a ella. Y si te niegas, aumentaremos el castigo de los dos a otras cincuenta horas. Y ya me pensaré en qué las gastareis.
No dijeron nada. Susan Bones nos aplaudió, seguida de Higgs y Daphne. Se lo estaban pasando realmente bien. Herm les lanzó una sonrisa.
-Chicos, si no os dais prisa no llegais al desayuno.
Bajamos a la siguiente planta. Vaisey estaba en silencio, apoyado en la pared, mientras el resto de la gente le observaba con cara divertida. Neville y Weasley eran los que más estaban disfrutando. Cuando nos vieron, levantaron la mano a modo de saludo.
-Vaisey -Herm agitó su varita y rompió el hechizo- Cincuenta horas de castigo con el profesor de Pociones. Luego ya te dirá lo que tienes que hacer. Y diez puntos menos para Slytherin.
Vaisey no dijo nada. Sacudió la cabeza y se metió en su habitación. Lavender resopló.
-Pues vaya. Yo que me esperaba que montara el numerito...
-Creo que nos ha oido mientras castigábamos a Goyle y Montague -Herm tiró de mi brazo y bajamos al siguiente piso. Davis no estaba en el pasillo. Paré a Annete para preguntarle.
-¿Has visto a Davis?
-Aún está dormido. ¿No oís los ronquidos? Casi no hemos pegado ojo en toda la noche. Es como un oso.
-De acuerdo -me fastidió mucho el no poder castigarlo. Aunque, pensándolo bien, Davis siempre había sido de sueño profundo y ronquido alto. No debía extrañarme que se hubiese quedado en su cuarto durmiendo a pierna suelta. Un ronquido como de cerdo atragantado nos hizo reir a carcajadas.
-¿Y podíais dormir cuando compartíais habitación?
-Yo por suerte nunca dormí en su cuarto -caminamos hacia las escaleras- Aunque no hacía falta. Se le oía por toda la mazmorra.
En el primer piso nos encontramos a Nott sentado en el suelo. Miraba a Potter fijamente, como calibrando la mejor manera de acabar con él. Potter nos saludó y nosotros continuamos hacia abajo. Herm anuló todos los hechizos. Desde abajo oimos a Montague acordarse de ciertos familiares nuestros. Hermione se apuntó con la varita en la garganta y murmuró "Sonorus". Su voz amplificada resonó por toda la torre.
-¡MONTAGUE! OTROS CINCUENTA PUNTOS MENOS PARA TU CASA Y OTRAS CIEN HORAS DE CASTIGO. PERO ESTA VEZ CON LA PROFESORA MCGONAGALL. YA TE LLEGARÁ LA NOTIFICACIÓN DE DONDE Y CUANDO CUMPLIR EL CASTIGO.
Las carcajadas de todos nos acompañaron mientras salíamos de la torre para ir a desayunar.
UNA SEMANA DESPUES
HERMIONE P.V.O
Resulta divertido esto de tener a Goyle como mi mayordomo. Le tengo que reconocer que lo está llevando bastante bien. Mientras nos sigue por los pasillos no dice ni una sola palabra, aunque nos mira bastante mal. Draco parece disfrutar con ello. Para chincharle aún más, siempre espera a que Goyle llegue para darme un beso. Y siempre me lleva cogida de la mano. Creo que le estamos creando una úlcera de estómago bastante grave. Cogí mis libros cuando llegamos al comedor.
-Tienes el resto del día libre, Goyle. Utilizalo bien.
Se marchó sin decir ni gracias. Draco le miró fijamente, el rostro serio. Le cogí de la mano y entramos al comedor. Nos sentamos en nuestra nueva mesa (McGonagall, no sé por qué, había hecho aparecer una quinta mesa para nosotros. Aunque en ella se sentaba todo dios). Harry y los demás ya estaban allí. Ron masticaba a dos carrillos, como siempre.
-¿PFFDonffde efftá el pfferritffo ffalffdero?
-Weasley, ten un poco de educación y traga antes de hablar -Draco le miró con asco. En eso no ha cambiado. Siempre le molestarán los malos modales de Ron en la mesa.
-Le he dado el día libre, Ron. De vez en cuando me gusta descansar de ver ese careto todo el día.
Finch sonrió. estaba enfrascado en una conversación un tanto absurda sobre adivinación con Padma. Por lo menos había conseguido que se riera. Desde la batalla en el colegio, Padma había estado como ida, parecía más un zombie que un ser humano. Extrañaba mucho a su gemela, Parvati, muerta en la primera parte de la batalla. Flinch se había propuesto devolverle la sonrisa y creo que lo estaba consiguiendo. Sin apartar la mirada de la chica, nos dijo:
-Tendreis que vigilar un poquito más a nuestros queridos mortis. -Señaló el final de la mesa, donde estaban Montague, Goyle, Vaisey, Nott, Davis, Pritchard y la hermana de Daphne, Astoria.- Llevan varios días planeando algo.
-¿Y tú como lo sabes? -Draco no apartaba la mirada de sus antiguos amigos.
-Me fijo en la gente, Malfoy. Y cuando esa panda anda junta, algo malo se avecina. Llámalo instinto irlandés.
-¿Y qué narices significa eso? -Ron había dejado de comer unos segundos.
-¿Nunca has oído el dicho "esto es una historia irlandesa y como tál, siempre acaba mal"? -Flinch apuntó a Ron con el tenedor- Como buen irlandés, huelo las desgracias de lejos. Y ellos apestan.
-Puede que Flinch exagere un poquito -Urguhart (nadie era capaz de recordar su nombre de pila y él ni siquiera contestaba si lo llamabas por él) sonrió- Pero tiene razón. Llevan una semana bastante tranquilos. Y han aceptado los castigos sin protestar. Montague no es de los que se dejan pisar con tanta facilidad. Y es rencoroso por naturaleza. Yo que tú, Herm, andaría con mil ojos.
-No os preocupeis por mí. -Varias cejas se levantaron, excépticas.- De verdad. No les tengo ningún miedo. Ya no.
Pensé en la noche que pasé en la mansión Malfoy, cuando Bellatrix me torturó y me marcó para siempre. Me toqué sin querer la cicatriz de mi brazo. Draco se dió cuenta y me cogió de la mano.
-¿Te encuentras bien, leoncita?
-Pensando en una vieja amiga -sonrió con malicia. Sabía a quién me refería- Pero no te preocupes. Mira a Harry -giró la cabeza y se concentró en mi amigo. Harry miraba a los Slytherin con cara de pocos amigos- Ya le hemos dado un motivo para obsesionarse este curso.
-Mejor. Así estará entretenido y nos dejará tiempo para estar a solas. -Se acercó a mí y me besó con fuerza. Varios silbidos y aplausos nos interrumpieron. Draco resopló, molesto.- En este colegio no se puede hacer nada sin que lo conviertan en un espectáculo.
Cogió varias manzanas y salió del comedor. Yo me quedé charlando con Neville sobre plantas exóticas.
DRACO P.V.O
Tengo que reconocer que salí del comedor bastante mosqueado. Llevamos una semana de curso y no he tenido ni cinco minutos para estar a solas con Hermione. Entre las clases, los kilómetros de deberes y las horas de estudio sólo nos quedan ganas de dormir. y es lo que hemos estado haciendo todos estos días. Incluso en fin de semana tenemos que estudiar. y para colmo, ahora tenemos la preocupación de Montague y sus acólitos. ¿Es que no saben madurar y avanzar?
-¡Malfoy!
Nombra al diablo y éste aparecerá. Me giré lentamente, la varita preparada en el bolsillo. Montague estaba allí parado, con todos sus seguidores formando un semicirculo. Miré a mi alrededor, buscando una posible salida, pero me tenían acorralado. Como una cosa tonta había caminado hasta las mazmorras. Estábamos cerca de la clase de pociones, ahora vacía. Y el corredor que llevaba a la sala común estaba completamente vacío.
-Qué quieres, Caius. Tengo muchas cosas que hacer y no puedo perder mi tiempo con tonterías.
-El traidor está ocupado -avanzó unos pasos hacia mí. Me obligué a permanecer quieto.- Llevo esperando este momento desde que.... todo acabó.
-Pues mira tú que bien,porque yo no. Precisamente sois de las personas que uno desearía olvidarse para siempre.
-¡Deja las bromas, Malfoy! -Montague se acercó tanto a mí que su nariz estaba a menos de dos centímetros de mi cara. Por suerte le saco casi media cabeza.
-Si tanto me hechabas de menos podrías habérmelo dicho. Aunque te aviso, tengo novia.
El puñetazo en el estómago me pilló por sorpresa. Me doblé por la cintura, intentando coger aire y me dió un rodillazo en la cara. ¡Mierda! La sangre cayó al suelo. Me había roto la nariz. Caí de rodillas, soltando tacos con voz ronca. Montague reía. A mi alrededor vi varios pares de zapatos. Me habían rodeado rápidamente.
-Malfoy, Malfoy, Malfoy. -Creo que era Goyle, pero con el dolor me pitaban tanto los oídos que casi no entendía lo que decían a mi alrededor.- ¡CRUCIO!
Solté un alarido. Casi me había olvidado lo que era padecer esa maldición. Todo mi sistema nervioso parecía arder. Un objeto pesado, creo que un casco de armadura, me golpeó en la cabeza. ¡Otra herida más! El suelo comenzaba a llenarse de sangre. Caí de costado, ahogándome con mi propia sangre. Recibí unas cuantas patadas más y luego me dejaron solo. Montague, antes de irse, se agachó a mi lado para murmurar una advertencia:
-No creais que todo ha acabado. Volverá. Y lo hará con más fuerza. Y ahora ya no contais con el poder de Potter para salvaros el culo. Que tengas buen día, Malfoy.
Después de eso, perdí el conocimiento.
HERMIONE P.V.O
Draco faltó a todas las clases de la mañana. A la hora de la comida, estabamos en nuestra mesa cuando Baddock entró en el comedor a la carrera. Derrapó en el suelo y se paró a nuestro lado. Estaba blanco como la cal.
-Venid conmigo a la sala de Slytherin. ¡Ya!
Y salió corriendo de nuevo. Harry, Annete, Neville y Zabini le seguimos, pero andando. No queríamos llamar la atención. Baddock nos esperaba en las escaleras que llevaban a las mazmorras. Bajó corriendo y abrió la sala común. Casi me desmayo del susto. Draco estaba tumbado en un sofá, cubierto de sangre e inconsciente. Zabini, lanzando tacos y maldiciones, se arrodilló a su lado.
-Tiene la nariz rota, una brecha en la cabeza y ... -palpó el costado de Draco con cuidado- Creo que dos o tres costillas rotas, otra vez. Y por cómo respira, creo que alguna de ellas le ha perforado el pulmón.
-Tenemos que llevarlo a la enfermería -Yo estaba al borde de la histeria. Baddock sacudió la cabeza, negando.
-Antes de quedarse inconsciente otra vez me dijo que nada de enfermería. Que esto lo arreglaramos nosotros. Creo que no quiere que nadie se entere.
-Si le preocupa su reputación a mí no -Cogí mi varita- Prefiero tenerlo vivo a tenerlo muerto y famoso.
-No es por eso, leoncita -la voz de Draco era debil. Un silbido bastane feo salía de su boca cada vez que respiraba- ¿No te imaginas quién ha hecho esto? -Sacudió un poco la cabeza- Si vamos a la enfermería, les expulsarán. Y entonces podrán reunirse con los demás mortífagos que quedan. Están... planeando....
Volvió a perder el conocimiento. Me quité la túnica y me arrodillé al lado de Zabini.
-Blaise. Tú encargate de la cabeza y la nariz. Yo me ocupo de las costillas y el pulmón. Annete, Baddock. Id a nuestra sala y traed ropa limpia para Draco. No necesitais contraseña.
-¿Cualquiera puede entrar en ella? -Blaise sacudió la cabeza- No es muy seguro.
-Sólo Montague y sus amigos tienen vedado el paso. Si lo intentaran, quedarían cubiertos de pelo de arriba a abajo.
-Me encantaría verlos -Blaise comenzó a murmurar los hechizos sanadores y yo seguí su ejemplo.