Al día siguiente me dirigí a una tienda de televisores donde estaban transmitiendo el noticiario. Salía que el hombre al que ataque aún estaba vivo sin ojo ni lengua así que no pudo dar una descripción muy buena mia.
Se dijo que debió escribir rasgos míos y no fue muy preciso aunque nadie sospechó realmente de mi. Aún así me molestó que me hubieran interrumpido anoche, así que debía terminar con lo que empecé.
Al parecer según lo que escuche en el bar, aquel hombre reposaba en su casa.
Fui a hacía donde el cantinero y con una elocuente manera de hablar le dije.
Yo: hola disculpe, hace unos días que estoy en esta ciudad y mi tío me iba a dejar hospedarme con el. ¿podría darme su dirección.
Voz 1: ¿por que no lo matas?
Cantinero: no sabía que el tuviera sobrinos pero bueno, es muy reservado así que no te culpo. El vive a 2 cuadras de la municipalidad. A su izquierda.
Me dirigí hacia ese lugar, pero no iba a entrar así como así, espere mi hora favorita... media noche.