- Oh sombra mía; ¿Crees que Adrien me amará tal como lo hago yo? - preguntó la joven a la sombra que de sus lágrimas caídas nació.
- Niña Ilusa; ¿Crees que alguien te quiera amar? - respondió.
Una lágrima de deslizó por uno de sus ojos azules.
- Oh sombra mía; ¿Crees que mis padres me perdonaran de todo el daño que hice? - preguntó, nuevamente.
- Niña Ilusa; ¿Aún crees que tus padres te recuerden? Obviamente, ellos ya te olvidaron. - respondió la sombra.
Otra lágrima cayó.
- Oh sombra mía; ¿Crees que alguna vez logré salir de esta prisión? - preguntó.
- Niña Ilusa; Jamás saldrás de tu prisión. Jamás volverás a ver el Sol y la Luna. Jamás volverás a subir a la superficie. Tu perteneces al mundo de las sombras. Jamás podrás dejar de sentir dolor, porque este es tu castigó; Recordar todo el daño que hiciste y jamás poder reparalo. Ahora, ¿Comprendes? - molesta contestó la sombra.
- Si, sombra mía. Ya eh entendido. - respondió la joven muchacha; que ahora era nada más que nada menos, que un mar de lágrimas.
Tan cerca, pero, tan lejos.
Su Pasaje a la libertad se le fue arrebatado, otra vez.
Quizás su sombra tenía razón.
Jamás podrá escapar.