Frigga entraba y salia de la cocina a la sala cada ves con mas y mas platos llenos de abundante comida.
Su rostro denotaba felicidad absoluta, puesto que su yerno Loki se encontraban en el enorme y lujoso comedor degustando cada platillo que se le era puesto frente a sus verdes y brillantes ojos.
Con tenedor en mano tomaba todo lo que podía bajo la atenta mirada de Thor y Frigga.
Platos llenos de suculentas carnes, pastas, verduras hasta postres, todo absolutamente delicioso.
Thor intento tomar disimuladamente un pequeño trozo, cuando sintió como su madre golpeaba su mano con fuerza.
-¡No, Thor malo! -grito su madre, Loki solo sonrió con malicia- es de Loki.
-es solo un pequeño pedazo, no pensé que se iban a dar cuenta.
-¿Acaso no ves que es parte de mis antojos Thor?
-¿Quien en su sano juicio comería carne con sandía?
-este hermoso milagro que esta aquí -comento Frigga acariciando el abultado vientre de Loki.
-¿Nuevamente con tus ridiculeces mujer? - escucharon desde la enorme puerta del comedor, viendo como por esta entraba Odin con su ayudante y mano derecha, además de ex prometida de Thor: Jane Foster.
-cuidado con lo que dices; padre - comento Thor poniéndose de pie para encarar a su progenitor.
-pero si eso es lo que es, Thor, ridiculeces - comento la castaña.
-¿Sigues molesta por que te dejaron plantada en el altar para casarse conmigo Jane? -comento Loki llevando un trozo de brócoli con pudin de vainilla y caramelo a la boca, manjar de los dioses.
-a ti nadie te preguntó -comento Odin a Loki- ¿Acaso no ves lo insolente que es este muchachito?- esta ves hablo a Thor.
-Si te hubieras casado conmigo, no pasarlas por estas vergüenzas- comento Jane mirando de pies a cabeza a Loki, el cual solo se preocupo en comer, restándole importancia al asunto.
De pronto sintió un pequeño retortijón en su estomago, una extraña acidez en su garganta, se levanto para poder ir al baño, pero Jane se puso frente a el impidiéndole el paso.
Loki intento pasar por un lado, pero Jane lo molesto de nuevo, sin poder aguantar mas Loki vomito sobre ella, la cual soltó un fuerte chillido para después irse corriendo, puedo jurar que hasta llorando.
Jaja fue algo épico.
Como si nada hubiera pasado volvió a la mesa para comer un poco de patatas fritas con chocolate.