- Me tienes que contar que hiciste hoy, además... estoy sorprendido que hayas estado sola con Tyler - dijo mirándome confundido. Le había contado que odiaba a Tyler, pero nada más. No podía decirle que ahora nos llevamos bien porque demandaría la razón y para perdonar lo idiota que es tiene que ser una razón muy buena. No podía decirle que había recaído en todo sentido. En mi autolesiones, en mi TCA, había sucumbido a la depresión nuevamente. Me avergonzaba de mi misma - ¿Por que mierda estas mojada? - preguntó de repente y me reí por lo bajo.
-Paciencia pequeño saltamontes, no hay apuro – dije caminando hacia mi mesa de noche dándole la espalda, pero estoy segura que rodó los ojos aburrido. Guardé mi laptop que estaba encima de la cama dentro de uno de los cajones. Ya no la iba a necesitar para hablar con Wren, él estaba aquí. Aún no podía creerlo.
Cogí mis pastillas que estaban encima, y me tomé 3 que debía tomar a esta hora. Dejé el vaso de agua encima de mi mesa por que la necesitaría dentro un rato.
Wren se tiró en mi cama con un salto –Así que desde acá hablabas conmigo – dijo mirando alrededor.
-Sip- dije quitándome los zapatos –Espérame 5 minutos – dije y saqué un pantalón de buso con un polo de mis cajones y me metí al baño. Tenía un superpoder que era bañarse en 5 minutos. Eso merecía un récord mundial.
Me bañé rápidamente, luego me puse mi ropa y salí del baño secándome el pelo con la toalla. Mis muñequeras estaban puestas en mis muñecas y me estaban incomodando, me las quería sacar pero Wren no podía ver mis cortes frescos.
Hablando del susodicho, Wren me dijo algo pero mi cerebro no lo registró. Estaba desconcentrada.
No estaba prestando atención a ninguna cosa que pasaba a mi alrededor. Estaba pensando en la sonrisa tonta de Tyler, ese idiota. La manera en la que sonreía las 16 horas del día que estaba despierto. Cómo se pasa la mano por el cabello cuando estaba incomodo, una característica típica de él. Como sus labios se mezclaban con los mios...
Inconscientemente me llevé mis dedos a mi labios.
Alto, ¿por qué estaba pensando en Tyler de esa manera? No, no, no. No me estoy convirtiendo en esas chicas que babean por un hombre o las que piensan de ellos todo el día como estúpidas. No, no me puede estar gustando.
-Ella – dijo Wren agitando su mano en frente de mis ojos. Salí del transe y saqué mis dedos automáticamente de mis labios y lo miré.
-¿Qué?- dije secamente.
-Que si quieres ver una película, Dios, estás en la luna – dijo parándose. Yo solo asentí, aun sometida en mis pensamientos.
Se acercó a mi y me miró a los ojos - ¿Qué pasó? – preguntó extremadamente cerca de mi. Su nariz estaba tocando la mía haciendo que su ceño fruncido se vea gracioso.
-Nada – dije mirándolo evitando una sonrisa para no parecer que ocultaba algo – ¿Y a ti?, ¿qué tal? – dije alzando una ceja haciendo que niegue la cabeza y se eche en mi cama con las manos detrás de su cabeza.
-Igual, nada, bueno, no exactamente – dijo mirándome de la misma manera que yo lo miraba a él.
-¿Qué pasó? – dije sonriendo. Por su cara, podía decir que era algo vergonzoso y gracioso.
-Bueno...- dijo pero se detuvo rápidamente agarrándome de la cintura, cargándome y se lanzó conmigo en brazos nuevamente a mi cama. Me quería distraer para no contarme o porque simplemente no tenía nada que contarme.
Cuando caímos en la cama y rebotamos escuché un golpe fuerte. Se había golpeado la cabeza con algo que estaba en mi cama, con el cubo del cargador causando que se siente y se agarre la cabeza con las manos quejándose. Yo solo me comencé a reír fuertemente. Las pastillas me estaban haciendo efecto. Era muy graciosa la expresión que tenía en el rostro.
-¿Gracioso no? – dijo y yo asentí. Se acercó a mi y me comenzó a hacer cosquillas. Me comencé a reir fuertemente y a darle puñetazos para que pare mientras que rodaba por la cama.
-¿Ya no es gracioso no? – dijo riendo.
-Ya, ya, para, no lo es – dije cuando el dolor de abdomen se volvió intolerable logrando que se detuviera.
Me quedé echada boca arriba viendo el techo. Tomé un segundo para recuperar el aire. Lo necesitaba después de ese ataque. Giré hacia la derecha, echándome sobre mi costado y lo miré. Todo esto ha cambiado tan rápido. Mi vida había dado una vuelta de 180 grados tras otra.
-Asi que, ¿me vas a decir que pasó? – dije apoyando todo el peso de mi cabeza en mi mano.
-Esta bien. Estaba hablando con un chico que conocí el día de hoy, se llamaba Brandom, y-
-Espera, ¿Brandom?- lo interrumpí. Ese imbécil no me caía bien. Ha sido una de las principales causas de mi problemas y de Alex también.
-Si...- dijo confundido mirándome- Dejame acabar. Bueno, estaba hablando con el después de que haya hablado con una chica. Una chica se me acercó de la nada y se introdujo, bueno, mas que eso me preguntó como me llamaba de donde venía y esas cosas. Obviamente me dijo, en un tono muy coqueto, que era raro ver nuevos en este internado y que si quería me podía enseñar todo. Obviamente me dijo que mi acento era sexy – dijo riendo levemente con una sonrisa egocéntrica. Le encanta que remarquen su acento. Asi prueba que a las personas les parece sexy, pero a mi solo me da risa.
- Su nombre era Sarah ¿no? – dije leyendo su mente. Esa perra. No entiendo que tiene con meterse en los pantalones de todos los hombres. Yo se como es ella, acostumbra a estar con dos o más hombres al mismo tiempo. Wren no puede ser uno más de su juego. No dejaría que juegue con él. Es buena persona... a veces.
-Sip, eso le dije- dijo y se me abrieron los ojos. No le habrá dicho lo perra insufrible que yo le dije quién es. No lo haría – Tranquila, no te mencione. Le pregunté si se llamaba Sarah, y se emocionó y me dijo que como sabia, yo le dije intuición – dijo riendo y yo le pegue en el brazo.
-Sigue antes que te mate
-Brandom la miró molesto, no sabia que estaba pasando pero luego recordé lo que me habias contado sobre esa tipa y la historia de ellos dos. Así que dijo, y cito: "De seguro es porque le viste la cara de puta"- cuando acabó de decir eso, me quedé con la boca abierta mientras que él se reia. Había quedado perpleja, total, ellos eran buenos amigos, eran. Después de unos segundos comencé a reir.
-No se porqué eso me dio tanta risa, puede ser la cara que puso ella, era como para foto. Y después un chico estaba pasando, creo que se llamaba Santiago, le dijo: "Cierra la boca que hay moscas", y se fue mucho más molesta, fue muy comico- dijo parando de reir. Sabia quien ese era Santiago. O por al menos había escuchado ese nombre en mi salón de química. Nunca había interactuado con él, pero lo regañaban tanto, que su nombre estaba en mi memoria.
Wren y yo antes nos reíamos de las perras innecesarias en nuestras vidas. Antes él era una persona que estaba con una novia diferente cada semana o una chica cualquiera. Pero ya no es asi, no se que pasó, o cómo cambio. Puedo decir que yo lo ayudé un poco, así que creo que es gracias a mi. Díganme presumida o lo que quieran, pero estoy orgullosa, serví para algo que no sea cagarla.
- La odias ¿verdad? – me preguntó. No hacia falta responder, mi cara respondió por si sola y el rió.
-Me lees la mente hermano – dije casi en un susurro suspirando.
-Te entiendo, esa perra te ha hecho mucho – dijo mirando en techo. Le pegué el brazo. No podía insultarla asi -¿Por qué fue eso? Si es verdad.
-Tienes razón – dije riendo levemente.
Alguien abrió la puerta abruptamente haciendo que me siente como reflejo. Estaba sentada en el borde de la cama mientras que Wren estaba aun echado en mi cama.
Hablando de brujas y perras. Sarah entró a la habitación mirándome. Me miraba con desprecio, mientras que yo la miraba con indiferencia.
-Oh, hola tu – dijo ignorándome. Minimo dijo hola. Wren se levantó sentandose a mi lado. Sarah me miro de reojo y después se dio cuenta de Wren. Su mirada cambió totalmente y se le abrieron los ojos como platos.
-Hola, soy Wren – dijo levantando su mano hacia ella para que la estreche. Este hombre era muy raro.
-Hola, soy Sarah, creo que nos conocimos mas temprano – dijo sonriendo hipócritamente mirándome. Se acomodó el cabello detrás de sus hombros, para que se vea "mejor".
La miré a los ojos. Esa perra de verdad me estaba desafiando o sacando en cara el echo de que ya se conocían.
-No lo creo, no me acuerdo – dijo y suprmí una risa. El rostro de Sarah había tormado de un color rojo.
-Oh, no te preocupes, ya nos podemos conocer un día de estos, y... ¿ya conoces a Ella? – dijo tirando sus cosas sobre su cama que estaba al otro lado de la habitación y luego caminando hacia nosotros. Había venido a empacar sus ultimas cosas y chau Sarah, por lo que estaba deliz e iba a tratarla bien.
-Sip, desde hace mucho tiempo, somos muy cercanos – dijo Wren mirándome. Estaba sonriendo en mi cabeza, pero por fuera, no pensaba mostrar mas que una línea recta.
-Ya veo, que suertuda Ella. Tu nunca me contaste que conocías al nuevo – dijo mirándome nuevamente de una manera hipócrita.
-Lo se, pero nunca te hablo asi que no le vi la importancia – dije mirándola, después me paré. Ups – Si no te importa, vamos a ver una película.
Cogi a Wren de la muñeca y lo jalé para que se levantara. Noté que le dio una sonrisa a Sarah como de despedida y me siguió a el sofá. No sentamos en él y puse una película de comedia. Wren me dijo que quería ver una película graciosa para que me ria y cambie esa cara de plasta por una sonrisa. Cuando acabó, estaba echada sobre su brazo, casi babeando en él.
-Nunca me aburro de verla – dijo mirándome. Era verdad, y yo tampoco, era divertida, pero la falta de energía que tenia no me daba para reir.
-Si se –dije mirándolo. Juré que escuche algo extraño, un sonido conocido a distancia, pero no lo identifiqué, asi que lo ignoré – Ahora, estoy cansada, asi que...
-Estas diciendo que quieres que me vaya, esta bien, me botas. ¿Qué pasó con la Ella que se dormía tarde para hablar con su mejor amigo? – dijo y yo reí rodando los ojos.
-Se murió – dije y me miró frunciendo el seño – Ahora que estas aquí te puedo ver todo el dia – dije levantándome caminando hacia mi cama. Sarah se había ido y Tania aún no llegaba, no tenia idea de donde estaba esa mujer. Eran las 10 de la noche, quería dormir.
Mi conciencia me estaba carcomiendo. Nunca le conté a Wren lo que me sucedió. Cómo terminé en el hospital el dia que literalmente casi muero. Era mi mejor amigo, se lo tenia que decir, pero me avergonzaba. No quería que me vea con pena, hace tiempo no me trataba como si no fuera un cristal a punto de romperse.
Me tiré encima de mi cama, rebotando – A veces me quedaba dormida hablando contigo, ahora ya no puedo- dije cerrando mis ojos. Tenia que olvidarme del tema.
-Si, si puedes – dijo caminando hacia mi- Una pijamada – dijo en un tono agudo que me hizo reir.
-Nop, necesitamos dormir. Yo lo necesito, fue un dia largo – dije respirando hondo.
-¿Qué pasó que no me estas contando? – me preguntó.
-Por ultima vez, nada importante – dije tratando de evitar esa conversación.
-En ese caso, te creo, aunque no debería. Total, nunca me has ocultado algo – dijo echándose a mi costado haciendo que mi interior se estruje. En serio me sentía muy mal no contándole, pero no podía. Me siento una mala persona.
-El baile de bienvenida se acerca – dijo rápidamente, como si hubiera salido por casualidad.
Me aguante una risa – Si, lo se, y un poco tarde, ¿Quién haría un inicio de clases en diciembre? – dije mirándolo.
-¿Ya sabes a quien vas a invitar?- me preguntó. Estaba tan distraída que le respondí sin pensar.
-No lo se, sí – dije rapidamente. Habia una gran probabilidad que cambiara de opinion en ir. No estaba emocionada, pero luego entendi su indirecta. No era lo que pensaba ¿no?
Alguien abrió la puerta bruscamente y entró tirando todo al piso.
Tania se adentro al dormitorio con dos vasos de Coffee Bean en las manos, su mochila y libros eran lo que ya estaba en el piso.
-Hola Ella y amigo de Ella – dijo mirándonos.
-Hola, soy Wren – dijo alzando la mano en forma de saludo.
-Soy Tania, si hubiera sabido que estabas aquí con Ella, te hubiera traido un café – dijo poniendo los cafes en la mesa, y luego se volteó a recoger sus cosas.
-No te preocupes – dijo parandose – Ya me iba, no quiero que me vea el de seguridad, no puedo estar aquí. Asi que adios Ella y ... Tania – dijo acordandose.
Ella asintió y él salió de la habitacion.
-¿Por qué vienes tan tarde? – pregunté algo interesada. Era día de semana por lo que las reglas eran algo estrictas. O mejor dicho, los de seguridad eran bien estrictos.
-Primero: estaba estudiando química. Segundo: No traje ese café por las puras, lo traje para ayudarte a estudiar ahorita, tenemos una practica a primera hora y se que no eres buena en eso – dijo cogiendo su libro de química. Tenia razón. No me iba bien en ese curso, me iba fatal. Y tenia que pasarlo. Me pasó un vaso de café, que lo analicé rapidamente. Ojala que no tenga azucar.
-Estoy cansada – me quejé cogiendo mis pastillas. Este café contará como mi cena ¿verdad? Bueno, no tenia tiempo para ir por comida. Las tomé rapidamente con el café quemandome la lengua.
-Antes de empezar, cambiando de tema. Asi que... – dijo sentandose a mi lado levantando una ceja.
-Asi que...- dije tomando el café esperando a que continuara.
-¿Quién era? – dijo emocionada. Dios.
-Un amigo, con el que hablaba por skype – dije tratando de abrirme un poco a ella. Siempre habia sido amable conmigo, tratare.
Estas pastillas me estan modificando todo el cerebro.
-Ya me acorde – dijo mirando el techo como si hubiera algo que le diera las pistas –Son una linda pareja.
-No somos pareja, y nunca seremos pareja – le dije honestamente. Era verdad, somos amigos desde que tengo memoria, es como un hermano para mi – Aj.
-Verdad, que bueno, prefiero a Tyler como tu pareja – dijo sonriendo como siempre. Era extraño, pero ahora confiaba en ella. Sentia que le podia contar lo que me sucedia. Ademas, ya no me molesta cuando me fastidia con Tyler, osea un poco, pero ya no tanto. ¿Qué me esta pasando?
Me habia prometido a mi misma a que no volvería a ser la chica de antes, que no iba a hacer amigos falsos que luego te abandonan, que iba a estar sola. Me propuse tratar de cambiar varias veces pero eso nunca pasó al 100%. Y eso ha cambiado. Yo he cambiado.
-Solo por que confío en ti, te voy a contar lo que pasó hoy dia – dije cuando la guerra que estaba pasando en mi cabeza se detuvo.
-¿Ella Saunders confia en mi? ¡Que te esta pasando! – dijo sonriendo muy exageradamente –Voy a llorar- dijo y me abrazó.
Me senti un poco incomoda con esa muestra de afecto, pero alcé levemente los brazos para responderle el abrazo dándole unas palmaditas.
-No lo se, tal vez estoy cambiando, para el bien - dije con una sonrisa tímida.
Ahora si. Me lo propongo seriamente. Con ayuda de estas drogas, digo, pastillas, puedo hacerlo. Sí mundo, Ella Saunders va a ser una chica normal, a mi propia manera.