– ¡Sophie! – La castaña voltea, topándose con Cedric – Permiso – El castaño se hace camino entre la multitud, y llega junto con Sophie – Hola.
Cedric la rodea con su brazo y besa su mejilla. Sophie sonríe algo sonrojada, y caminan juntos. Los gemelos que estaban junto a ellos hacen una mueca de asco, y siguen su camino.
– ¿Qué sucede? – Pregunta Cedric al ver la gran de personas que están en el puente.
– No lo se. ¡Pero vamos a ver! – Exclama con curiosidad. Cedric ríe y guía a Sophie para asomarse por uno de los arcos.
– ¿Pegasos? – Pregunta Cedric con una sonrisa.
– Son tan lindos – Suspira Sophie.
A Sophie le gustaban todos los animales, a ella le encantaban ya que vivían en libertad. Ron rueda los ojos al oír a su hermana, él no soportaba su dulzura.
– Son enormes – Corrige Cedric – En el carruaje debe venir un gigante.
– Probablemente – Ríe Sophie, su nariz se arruga un poco y sus mejillas siguen rosadas.
Para Cedric era la niña más linda de todo Hogwarts, al igual que para la mayoría de las personas.
– ¿Crees que pase algo especial este año? – Pregunta Cedric mientras apoya sus brazos en el arco.
– ¡Si! – Asiente una sonriente Sophie.
– ¡Todos vayan a sus áreas comunes! – Grita McGonagall.
– ¿Vamos? – Pregunta Cedric en un susurro.
– Vamos – Repite Sophie. Cedric sonríe, y vuelve a rodearla con su brazo.
Harry se deprime al ver esta escena, él estaba enamorado de Sophie desde que tiene uso de razón, pero nunca había tenido la valentía de hablarle.
– ¿Enserio? – Ríe Sophie.
– De verdad – Asiente Cedric – Lo más interesante que hice este verano fue ir a ese torneo.
Sophie suelta otra risita al escucharlo, la castaña era una chica pequeña así que Cedric se veía como un gigante al lado de ella.
– No te rías – Pide Cedric pero él también está riendo.
– Srta. Weasley – Filius Flitwick hace un asentimiento con su cabeza – Suba al área común.
– Buenas tardes, profesor – Saluda Sophie – Nos vemos en la cena, Cedric – Sonríe al castaño, y comienza a subir las estrechas escaleras.
– Sr. Diggory – Llama Filius – Usted también vaya a su sala común, no creo que quiera que le bajen puntos por andar con su novia.
Las mejillas de Cedric se tiñen de rojo al escuchar eso, «Su novia» repite en su mente. El castaño guarda sus manos en los bolsillos de su chaqueta y camina a su sala común.
– ¿Qué fue antes, el fénix o la llama? – Sophie piensa muy bien antes de resolver el acertijo.
– El círculo no tiene principio – Responde la castaña y la puerta se abre revelando el área común de Ravenclaw. La sala cuenta con grandes ventanas arqueadas, y las paredes están decoradas con tapices color azul y bronce. Sophie sube por las escaleras de bronce y entra a su dormitorio, el que compartía con tres chicas más.
– Sophie – Saluda una de sus compañeras – ¿Cómo estás?
– Hola – Contesta alegremente la castaña – Estoy bien. ¿Y tú?
– Bien – Suspira enamorada – John y yo la pasamos muy bien este verano – John es el novio de la chica, es un Gryffindor de séptimo año. Sophie le sonríe y comienza a desempacar, luego de desempacar todo toma su uniforme y se cambia.
Sophie toma un pequeño espejo y arregla su cabello dejándolo suelto con rizos en las puntas. La castaña toma un brillo labial color rosa, y se aplica un poco en sus labios.
Sophie baja al comedor, varios Ravenclaws la saludan al verla bajar, y la castaña sólo les corresponde con una sonrisa. La sonrisa de Sophie se agranda más al ver a Cedric en la puerta del comedor, el castaño se despide de sus amigos y se acerca a la castaña.
– Sophie – Sonríe – Me preguntaba si querías...– Cedric se toma su tiempo – Acompañarme a la torre de astronomía después de cenar.
Sophie sonríe, y coloca un mechón de cabello tras su oreja – Claro...– Responde emocionada – Me encantaría.
– Genial – Dice Cedric antes de caminar a la mesa de Hufflepuff.
Sophie lo imita, sólo que ella se dirige a la mesa de Ravenclaw. La castaña toma asiento junto a Cho Chang, Cho le sonríe y Sophie le corresponde la sonrisa. El sombrero comienza a cantar su nueva canción, para luego comenzar con las elecciones.
– Cuando pronuncie su nombre, se pondrán el sombrero y se sentarán en el taburete – Explica McGonagall, Sophie sonríe recordando su primer año – Cuando el sombrero anuncie la casa a la que pertenecen, se irán sentando en la mesa correspondiente. ¡Ackerley, Stewart!
Un chico de once años sube el escalón, temblando desde la cabeza a los pies, toma el sombrero seleccionador, se lo pone y se sienta en el taburete.
– ¡Ravenclaw! – Grita el sombrero.
Stewart se quita el sombrero y camina a toda prisa a la mesa azúl y bronce, donde todos estaban aplaudiendo. Harry divisó a Sophie, que recibía con vítores a Stewart Ackerley cuando se sentaba. Durante un fugaz segundo, Harry sintió el extraño deseo de ponerse en la mesa de Ravenclaw. Al terminar con la ceremonia, y que cada uno de los de primero tuvieran casas asignadas, Dumbledore se pone de pie.
– Ahora que ya están sentados, quisiera informarles algo – Dumbledore habla dirigiéndose a cada uno de los estudiantes – Este año Hogwarts no sólo será su hogar – El Sr. Filch entra corriendo al gran comedor llamando la atención de algunos estudiantes - Sino también el de varios invitados especiales. Ya que Hogwarts ha sido elegido...– Dumbledore no puede seguir hablando.
Filch llega a hasta él, y ambos comienzan a cuchichear. Sophie levanta una ceja mostrando su confusión.
– Decía...– Filch vuelve a correr sólo que con dirección a la salida – Hogwarts ha sido elegido como la sede de un legendario evento – Continúa Dumbledore – El torneo de los Tres Magos.
Los cuchicheos regresan, sólo que esta vez por parte de los estudiantes. Dumbledore vuelve a alzar la voz, volviendo a tener la atención de todos.
– Para aquellos que no lo sepan, El Torneo de los Tres Magos reúne a tres escuelas para una serie de pruebas mágicas – Comienza a explicar Dumbledore – Y de cada escuela se selecciona a un estudiante para competir. Y que quede claro – Alza la voz – Si son elegidos, estarán solos. Y creanme cuando les digo que este Torneo no es para los asustadizos.
Sophie cambia su expresión a una de terror, según había leído ese torneo era una cosa muy seria, aunque no podía evitar sentir curiosidad hacia el.
– Pero hablaremos luego – Dumbledore finaliza – Por ahora demos la bienvenida, a las bella señoritas de la Academia de Magia Beauxbaton – La puerta del comedor rechina, y todos los estudiantes voltean – Y a su directora, Madame Maxine.
Las alumnas de Beauxbatons hacen su entrada triunfal, encantando a la población masculina de Hogwarts.
– Ahora nuestros amigos del norte – Retoma Dumbledore – Recibamos a los orgullosos hijos de Durmstrang y a su director, Igor Karkaroff.
La entrada de Durmstrang fue más complicada, los búlgaros hacían movimientos extravagantes y figuras de fuego logrando impactar a todos.
Las alumnas de Beauxbaton toman asiento en la mesa de Ravenclaw, Sophie les sonríe cordialmente a todas y comienza a hablar con la muchacha a su lado.
– Hola...– Saluda la castaña – Soy Sophie Weasley.
– Hola. Soy Fleur Delacourt – Habla con un marcado acento francés.
– Sólo tengo dos palabras...– Interrumpe Dumbledore – ¡A comer! – Exclama y la comida aparece en la mesa.
Sophie sirve un poco de ensalada en su plato, y Fleur la imita sin saber que hacer.
– ¿Qué es eso? – Pregunta la francesa en un susurro, y señala uno de los platos.
– Es pie de manzana – Contesta Sophie – Es un postre.
– Bien – Sonríe la francesa, y sigue inspeccionando la comida.
– ¡Su atención por favor! – Pide Dumbledore – Quisiera decir unas palabras. La gloria eterna es lo que le espera al estudiante que gane el Torneo de los Tres Magos. Pero para lograrlo deberá sobrevivir a tres pruebas. Tres pruebas en extremo riesgosas. Por esta razón el ministerio decidió aplicar una nueva guerra. Para explicar todo esto tenemos al director del departamento de cooperación mágica internacional: el señor Bartemius Crouch.
En el techo comienzan a reflejarse rayos y truenos, creando un gran ruido. Sophie toma el brazo de Roger Davies para protegerse, y él la rodea con su brazo libre. Un hombre empuña su varita, y apunta al techo.
– ¿Alastor Moody? – Pregunta Roger, y Sophie se aleja un poco de él.
– Imposible – Murmura la castaña asustada.
– Ah, mi viejo amigo. Gracias por venir – Dumbledore estrecha la mano del hombre, el cual corresponde con algo que Sophie no puede oír. Alastor saca de su abrigo una botella, y toma el contenido de esta.
– Después de un largo análisis...– Comienza Bartemius –...El ministerio decidió que por su seguridad a ningún estudiante menor de 17 años se le permitirá postular su nombre en el Torneo de los Tres Magos. Y la decisión es definitiva.
Los demás estudiantes se quejan y comienzan a gritar, los gemelos Weasley son los que causan más revuelo, haciendo que Sophie cubra su rostro avergonzada.
– ¡Silencio! – Grita Dumbledore. Albus toma su varita y apunta la gran figura junto a él, la figura comienza a deshacerse dejando a la vista un cáliz. El cáliz deja salir fuego azul de su interior. Cho palmea el brazo de Sophie, y la castaña quita las manos de su rostro – El Cáliz de Fuego. Quien desee participar en el Torneo sólo debe escribir su nombre en un pedazo de pergamino y lanzarlo a la llama este jueves a esta hora.
Sophie intercambia miradas con Cedric, el castaño le sonríe pícaramente y ella asiente reteniendo una sonrisa, Cedric le guiña un ojo antes de regresar su mirada a Dumbledore.
– Piénselo con mucho cuidado – Ordena Dumbledore – De ser elegidos, ya no hay escapatoria. En este momento, el torneo de los Tres Magos da comienzo.
– ¿Pondrás tu nombre? – Pregunta Fleur, una niña muy parecida a ella observa a Sophie con una sonrisa.
– No, tengo sólo quince – Susurra la castaña – Hola – Sophie saluda a la niña, y las mejillas de la pequeña niña se tiñen de rojo.
– Gabrielle – Fleur codea a la niña.
– Hola – Saluda la niña en un susurro, Sophie ríe y toma su mano para estrecharla.
La comida y platos vacíos comienzan a desaparecer de la mesa. Sophie suspira, la cena se había acabado, la castaña ve rápidamente a Cedric que ríe con sus amigos, Sophie se encoge de hombros con una sonrisa, y baja la mirada a sus manos.
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