Martin y yo nos observamos por unos escasos minutos para luego ponernos la ropa y dirigirnos a mi casa.
- Jade, debo decirte algo.
- Claro.
- Lo siento, pero, sólo jugué contigo.
- Debes estar bromeando.
- No, no estoy bromeando.
- ¿Por qué hiciste? *Lágrimas rodaban por mis mejillas.*
- Sólo quería acostarme contigo y nada más.
- ¿Luego de qué me presentaste a tú familia?
- Ellos saben lo qué soy, mis primas fueron cómplices.
- ¿Qué? ¿Ellas?
- Si, lamento mucho qué no te lo hayan advertido.
- Te odio.
- Jade, por favor, ¿quién se fijaría en alguien tan tonta y fea cómo tú?
- Cállate ya.
- Disfruta el concierto con tus padres.
- Espero no toparte en la escuela.
- No lo harás, ni siquiera estudio ahí.
Sentía como mi corazón se rompía en mil pedazos.
- Y disfruta la fiesta de Tay y Calvin. *Dijo cuando estábamos al frente de mi casa.*
- Maldigo el día en qué te conocí.
Me bajé del auto y cerré la puerta con furia. Entré a casa dónde me esperaban mis padres.
- Cariño, ¿porque lloras? ¿Pasó algo? *Dijo preocupada mi madre al verme entrar llorando.*
- Si mamá.
- ¿Qué pasó querida? *Dijo mi padre abrazándome.*
- Martin, él sólo jugó conmigo.
- Ese desgraciado. *Dijo mi padre notándose su furia.*
- D-dijo qué nadie se fijaría en mi porque soy tonta y fea.
- ¿En dónde vive ese desgraciado? Nadie se mete con mi bebé.
- No papá, déjalo así, estaré bien sólo fue una perfecta ilusión, todos pasamos por eso.
- Ay pequeña lo siento tanto. *Mi madre me abrazó con más fuerza.*
- Iré a dormir, no me siento bien.
- Está bien, cariño.
- Los amo.
Me separé de mis padres. Al llegar a mi habitación tomé mi teléfono y le marqué a Perrie.
- ¿Si?
- Perrie. *Dije llorando.*
- ¿Qué pasó Jade? ¿Estás bien? ¿Porqué lloras?
- ¿Puedes venir a mi casa?
- Claro, enseguida llego.
- No entres por la puerta principal.
- ¿Por dónde quieres qué entre?
- ¿Sabes escalar?
- Si.
- Entra por mi ventana.
- ¿Estás loca?
- Un poco.
- Bien, pero, si me caigo y me quiebro algo será tu culpa.
- Bueno, bueno. *Dije sonriendo.*
- Nos vemos.
Corté el teléfono y me puse mi pijama. A escasos minutos escuché unos golpecitos en mi ventana, me dirigí hacia ella y la abrí, era Perrie.
- Traje helado. *Dijo enseñándome una bolsa.*
- Gracias por venir.
- Ahora cuéntame, ¿qué pasó?
- Salí con Martin a una fiesta en su casa, tomé muchos tragos y en camino a casa no sé qué sucedió y tuvimos relaciones sexuales.
- Jade, ¿follaron?
- Si.
Perrie suspiró.
- Ajá ¿y luego?
- Camino a casa me dijo qué sólo había jugado conmigo, qué lo sentía mucho
- Ese hijo de perra, las va a pagar. *Perrie tomó su teléfono y marcó a alguien.*
- ¿A quién llamas?
- A Jesy y Leigh.
- ¿Porqué?
- Para la venganza, pequeña.
- Yo no quiero vengarme.
- Pero el la merece y sé la daremos.
- Perrie ¿y si nos metemos en un problema?
- Tú tranquila, pequeña.
Perrie llamó a Jesy y Leigh y ambas le confirmaron.
- Perrie...
- ¿Si?
- ¿Estás segura de esto?
- Claro qué lo estoy.
- Bueno.
- Nadie se mete con mi Jade.
- ¿Mi?
- Si.
- Bueno.
Luego de un rato escuchamos la ventana, eran Leigh y Jesy.
- Bien... y ¿cómo harán la "venganza"?
- Primero debemos averiguar dónde vive.*Respondió Leigh cuando entró.*
- Jade sabe dónde vive. *Dijo Perrie.*
- Bien, tú nos dirás dónde vive.
- ¿Luego?
- Entraremos a su casa, mientras duerme, taparemos sus ojos y boca.
- Ajá.
- Lo amarramos a una silla y lo torturamos.
- Esperen, ¿no es muy peligroso?
- No.
- ¿Seguras?
- Sí, y por último, le cortaremos el cabello y sus cejas.
- ¿Y cómo lo torturarenos?
- Jalaremos su cabello y le daremos golpes, pellizcos hasta que quede hecho una basura.
- No estoy segura de esto.
- Luego iremos a casa de su novia, y cortaremos su cabello.
- ¿Novia? El desgraciado ¿tiene novia? *Preguntó Perrie.*
- Si, la tal Melanie.*Respondió Leigh.*
- Uhm, esto me gusta.
- Tomen, póngase esto. *Jesy nos dio a cada una, una bolsa.*
- ¿Ropa? *Pregunté.*
- Si, no podemos ser reconocidas.
- Jade, pintaremos tú cabello morado. *Dijo Leigh.*
- ¿Estás loca?
- Es temporal, así si alguien nos ve no nos van a reconocer.
- Bien.
- Ahora vayan a cambiarse.
- ¿Y si mis padres vienen?
- Pon un cartel que diga "No molestar." Y cierra la puerta con seguro.
- Buena idea.
Las chicas y yo nos comenzamos a cambiar nuestra ropa. Cuando las cuatro estábamos listas procedimos a cambiar mi cabello de color.
- No estés nerviosa Jade. *Dijo Perrie.*
- ¿Cómo entraremos a su casa? *Pregunté.*
- Por la puerta principal. *Respondió Jesy.*
- ¿Y si alguien nos escucha?
- Yo me encargo de eso.
Leigh tomó su laptop y se metió al sistema de seguridad de la casa de Martin.
- Al llegar a su casa desactivaremos el sistema de seguridad.
- ¿Y cómo vamos a saber cuál es la habitación de Martin?
- La buscaremos.
- Bien.
- Siéntate aquí. *Ordenó Jesy.*
- Claro. *Me senté dónde indicó Jesy.*
- ¿Peine?
- En mi cómoda.
- Pasamelo Perrie.
Perrie se dirigió a mi cómoda y trajo mi peine.
- No es un tinte, es sólo pasar un tipo crema y el color queda en tú cabello.
- Está bien.
Jesy peinó mi cabello y pasó la crema por mi cabello haciendo que este quedara morado.
- Perrie, haz el cartel y ponlo en la puerta. *Ordenó Leigh.*
- Enseguida.
Perrie tomó un cuaderno, hizo el cartel y lo pego afuera de mi habitación.
- Bien, vamos.
Salimos en orden y en silencio por mi ventana.
- Recuerden que todo saldrá bien. *Susurro Jesy.*
- Eso me tranquiliza un poco. *Respondí.*
Con mucho silencio nos dirigimos al carro de Jesy y entramos con cuidado.
- Bien, ¿dónde vive Martin?
- En la calle Rose.
- Calle Rose, allá vamos.
Perrie me tomó de la mano.
- Pezz, esto es algo arriesgado.
- Lo es, pero nadie se mete contigo.
- Gracias por ayudarme.
- No hay de qué.
Llegamos a la calle Rose y dejamos el auto unas casas antes. Nos dirgimos a la Martin.
- Leigh, desactiva el sistema de seguridad.
- Enseguida.
Leigh sacó la laptop y desactivó el sistema de seguridad.
- Listo.
- Debemos ser cuidadosas de qué nadie nos vea ¿ok?
- Si.
- Entraremos por la puerta trasera, ahora bajen del auto.
Todas bajamos del auto y nos dirigimos a la puerta trasera de la casa de Martin.
¿Cómo la abrirás? *Pregunté susurrando.*
- Con una llave maestra.
- Oh...
Jesy sacó la llave de su bolsillo y abrió la puerta con cuidado.
- Cada una buscará en una habitación, abran las puertas con cuidado, por favor.
- Entendido.
Todas entramos a la casa, yo fui al piso de arriba.
- ¿Será esta? *Dije para mi abriendo la puerta.* Si esta es. *Observe a Martin durmiendo.* Chicas.*Susurre.*
Las chicas se acercaron a mi.
- Aquí es.
- Buen trabajo Jade. *Me felicitó Leigh.*
- Yo le taparé los ojos, Leigh tu la boca, Perrie le ataras las manos y Jade los pies ¿Entendido? *Susurro Jesy.*
- Si. *Respondimos al unísono.*
- Ahora.
Entramos rápidamente Jesy le tapo los ojos, Leigh la boca, Perrie le ató las manos y yo los pies. Jesy señaló una silla que estaba en la silla y ahí sentamos a Martin. Procedimos a torturarlo pellizcando su cuerpo y dándole cachetadas.
- Toma. *Susurro Jesy dándome un látigo.*
Procedí a darle fuertes latigazos por todo el cuerpo, incluyendo su cara y espalda.
- El cabello. *Susurró Perrie.*
Jesy sacó unas tijeras y cortó su cabello hasta dejarlo casi calvo.
- Las cejas. *Susurre.*
Leigh sacó la cera y las banditas, pusimos la cera en sus cejas y colocamos las banditas.
- 1... 2... 3... *Contó Jesy y saqué con fuerza las banditas, el maldito se quejaba de dolor.*
- Es todo, muchachas. *Susurró Jesy.* Hay que ponerlo en la cama e irnos.
Acostamos a Martin en la cama, rápidamente lo desatamos y salimos corriendo de su casa, gracias al cielo no nos vio.
- Bien, vamos por la tal Melanie.
Subimos rápidamente al auto, Jesy arrancó y salimos de la calle Rose.
- ¿Dónde vive? *Pregunté.*
- Cerca de aquí. *Respondió Jesy.*
- Bien, ¿creen que nos haya visto?
- No lo creo, cerré su puerta con seguro.
- Ah. *Suspiré aliviada.*
- ¿Qué le haremos a Melanie? *Preguntó Perrie.*
- Lo mismo.
- ¿No sería muy obvio? *Dije.*
- ¿Por qué?
- Martin obviamente le dirá a Melanie y Melanie le dirá que le hicieron lo mismo y podrán sospechar que fuimos nosotras. *Dije.*
- Tienes razón, debemos pensar en otra cosa.
- Ya sé. *Dije.*
- ¿Qué? *Dijo Jesy viéndome por el retrovisor.*
- Podemos ir al supermercado y comprar algunas cosas.
- ¿A esta hora?
- Conozco uno que está abierto.
- Pero ¿que hay de nuestra ropa? *Pregunto Leigh.*
- Cierto, lo había olvidado.
- Podemos quitarnos las balas falsas e ir sólo con el conjunto. *Comentó Perrie.*
- Esa es una buena idea, gracias Perrie. *Respondió Leigh.*
- ¿Dónde está el supermercado?
- A un par de calles de aquí.
- ¿Y que se supone que compraremos?
- Pescado, vaselina, cinta, spray verde y bebidas.
- ¿Por qué las bebidas? *Preguntó Perrie.*
- Tengo sed. *Respondí.*
Todas reímos.
- ¿Por qué me están ayudando en esto? *Pregunté a Jesy y Leigh.*
- Queríamos compensar nuestro error. *Respondió Jesy.*
- Oww, gracias, agradezco mucho que estén aquí.
- No hay de qué.
Llegamos al supermercado.
- Hora de quitarse las balas.
Todas nos quitamos las balas y entramos al supermercado.
- Jesy busca la vaselina, Leigh el pescado, Perrie la pintura y yo los refrescos y cinta. *Ordené.*
Todas fuimos a buscar lo qué nos correspondía y nos encontramos en la caja.
- Un dólar con veinte. *Dijo el cajero.*
- Son unas chicas muy bellas.
- Gracias. *Sonreí y le entregué el dinero.*
Tomamos las cosas y salimos del supermercado.
- Casa de Melanie, allá vamos. *Respondí abriendo una bebida.*
- Leigh revisa su sistema de seguridad. *Ordenó Jesy.*
Leigh abrió la laptop y buscó el sistema de seguridad.
- No tiene sistema de seguridad.
- Eso es una ventaja. *Respondí.*
-Si que lo es.
- Jade, ¿cuál es el plan?
- Ponemos el pescado en su armario y a su lado en la cama, vaselina en el piso, cinta de extremo a extremo de la puerta, pondremos la cera para depilar en la cinta así cuando la idiota resbale y caiga sobre la cinta se de un depilado gratis.
- ¿Y la pintura? *Preguntó Leigh.*
- Escribiremos groserías en las paredes y podemos pintar su cara.
- Es un gran plan. *Respondió Jesy.*
- Ya estamos por llegar. *Dijo Leigh.*
Tomé la mano de Perrie mientras Jesy estacionaba el auto unas casas antes de la de Melanie.
- Bien, vamos a la obra.
- ¿Por dónde entraremos? *Pregunté.*
- Por la puerta trasera.
- Bien.
Nos dirigimos a la puerta trasera, Jesy la abrió con la llave maestra y entramos.
- Busquen la habitación. *Ordenó Leigh.*
De igual manera que en la casa de Martin subí y busqué la habitación una vez que la encontré llamé a las chicas.
- Bien, Perrie los ojos, Leigh la boca, Jesy sus pies y yo las manos. *Ordené.*
- Bien.
- Ahora.
Entramos rápidamente e hicimos la acción que nos correspondía.
- Jesy, Leigh la cinta en la pared con la cera, Perrie el pescado. *Susurre.*
Jesy y Leigh se dirigieron a la puerta y pegaron la cinta poniendo cera en ella mientras Perrie ponía el pescado en su closet y a la par de su cuerpo.
- Cera y banditas, por favor. *Susurre.*
- Aquí tienes. *Jesy me pasó lo solicitado.*
Puse cera en sus cejas,coloqué las banditas y luego de tres segundos las retiré con fuerza.
- La pintura.
Leigh me pasó la pintura y rápidamente pinté su cara.
- Tomen vayan por toda la casa a escribir groserías. *Susurre.*
Las chicas tomaron la pintura y salieron de la habitación. Luego de unos minutos regresaron.
- Listo. *Dijo Perrie.*
- Hora de irnos. *Respondí.*
Desatamos a Melanie y salimos corriendo de su habitación y rápidamente salimos de su casa.
- Muero por verlos el lunes. *Dije mientras subía al auto.*
Todas subimos al auto, Jesy arrancó y salimos rápido de la calle.
- ¡Pijamada en mi casa! *Dije.*
- ¿Estás segura? *Respondió Jesy.*
- Si, así podemos llegar juntas a la fiesta de Tay y Calvin.
- Debo ir a casa por mi vestido y pijama. *Respondió Leigh.*
- Igual yo. *Dijo Jesy.*
- Bien, vamos a casa de ambas para que traigan sus cosas. *Sugerí.*
- Si. *Respondió Jesy.*
Tomamos dirección a casa de Leigh y Jesy ya que son vecinas.
- En un momento regresamos.
- Bien. *Respondí.*
Las chicas salieron del auto y cada uno se dirigió a su casa.
- Pezz, ¿no deberías estar donde tú abuela?
- No iré.
- ¿Por qué?
- No tengo ganas de ir.
- ¿Eso significa que irás a la fiesta?
- Si.
- Yeeeeeiiii.
Luego de unos minutos las chicas llegaron con sus vestidos, maquillaje y pijama.
- Ya está todo.
- Bien vamos a mi casa.
Tomamos dirección a mi casa y al llegar entramos por la ventana.
- ¿Dónde dormiremos? *Preguntó Jesy.*
- Tengo un par de colchones inflabes por aquí. *Me dirigí al closet.* Aquí están. *Dije cuando los encontré.* Sólo que deben inflarlos.
- Tengo hambre. *Dijo Leigh.*
- Igual yo. *Respondió Jesy.*
- Iré a la cocina para ver que hay de comer.
Salí de mi habitación y me dirigí a la cocina; tomé un frasco de nutella, galletas y un poco de pastel de que había en el refrigerador y por supuesto el refresco. Me dirigí a la habitación.
- Traje esto. *Puse las cosas en la mesa.*
- Vaya, que delicia. *Dijo Perrie.*
- Si que lo es. *Respondí.*
Luego de varias horas despierta, todas nos fuimos a dormir.
...